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 ESTUDIOS

 

CARACTERISTICAS PSICOSOCIOLOGICAS Y TIPOLOGIA DE LOS MENORES INFRACTORES EN CEUTA Y MELILLA

 

M.ª Carmen PUYÓ MARIN

Servicio de Cooperación Dirección General del Menor y la Familia


RESUMEN

PALABRAS CLAVE

ABSTRACT

KEY WORD

INTRODUCCION

CARACTERISTICAS GENERALES DE LA POBLACION

FACTORES DE RIESGO DE LA POBLACION INFANTIL EN ESTAS CIUDADES

TIPOLOGIA DE LOS MENORES Y DE LOS DELITOS COMETIDOS EN CEUTA

TIPOLOGIA DE LOS MENORES Y DE LOS DELITOS COMETIDOS EN MELILLA

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE ACTUACION


RESUMEN

El artículo pretende realizar un análisis sobre los métodos de intervención que los psicólogos realizan en ambas ciudades, abundando en las peculiaridades que tienen por su cercanía a Marruecos, en aspectos económicos, sociológicos, étnicos y de integración cultural.

Se realiza un análisis sobre las características específicas de los menores en conflicto social y de la respuesta de la administración ante el problema

PALABRAS CLAVE: Integración. Conflicto social. Menores.

 

ABSTRACT

This paper aims at making an analysis on the intervention methods used by psychologists in both cities, making a special point of their peculiarities, due to the proximity to Morocco, in economic, sociological and ethnic aspects, as well as in those of cultural integration.

An analysis is made on the specific features of the minors in social conflict and of the response of the administration to the problem.

 

KEY WORDS: Integration, Social conflict. Minors.

 

INTRODUCCION

El objetivo del artículo es comunicar el trabajo desarrollado en los últimos años por los profesionales que trabajan con menores infractores en las ciudades de Ceuta y Melilla y, analizar los datos extraídos de estudios realizados, en relación con las características de estas localidades fronterizas y la problemática de los menores, aportando aspectos de reflexión que generen nuevas pautas de intervención.

Dada la lejanía de estas dos ciudades, existe un escaso conocimiento acerca de sus características sociológicas, desarrollo económico, integración de las distintas culturas, etc. Cuando se produce la evocación de cualquiera de ellas, normalmente la asociamos con el comercio, situándolas geográficamente en la antesala del exotismo marroquí.

En esta comunicación intentaré exponer las características sociológicas generales de ambas ciudades, así como los factores de riesgo en la población infantil, causas de múltiples conductas desadaptativas de los menores. También aportaré datos estadísticos sobre dos estudios realizados en los años 1991 y 1993 en Ceuta y Melilla, respectivamente, en los que se da a conocer las tipologías de los menores infractores, los delitos cometidos y las medidas aplicadas.

Al encontrarse estas dos ciudades fuera del régimen jurídico español de las autonomías, le corresponde al Ministerio de Asuntos Sociales, a través de la Dirección General de Protección Jurídica del Menor, la titularidad de las competencias que ostenta el Estado en materia de protección de menores en el ámbito de Ceuta y Melilla.

Para el desarrollo de las competencias en materia de protección de menores, derivadas de la aplicación de la Ley 21/87 de Adopción y Acogimiento Familia, así como de las medidas dictadas por los Juzgados de Menores respecto a los menores infractores en aplicación de la Ley Orgánica 4/92 sobre Reforma de la Ley Reguladora de la competencia y procedimiento de los Juzgados de Menores.

En Ceuta existen tres centros dependientes de la Dirección General de Protección Jurídica del Menor, dos de ellos de Protección de Menores y otro para menores infractores en régimen cerrado y semiabierto.

En Melilla existen centros colaboradores de atención a menores, subvencionados por el Ministerio de Asuntos Sociales, con cargo a la asignación tributario del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, habiendo puesto en marcha el pasado año93, un Centro para menores infractores en régimen semiabierto,

 

CARACTERISTICAS GENERALES DE LA POBLACION

La presión demográfica que tiene que soportar Ceuta y Melilla no es comparable a ninguna otra ciudad española, debido al gran contingente humano asentado junto a sus fronteras y a la fragilidad y permeabilidad de su perímetro fronterizo.

La mayoría de esta población musulmana posee ya el D.N.I. a que su condición de españoles les da derecho, o en su defecto la Tarjeta de Identificación de Residente para aquellos que no quisieron acceder a la nacionalidad española cuando se firmaron los acuerdos con la Administración. Existiendo otro colectivo sin documentación oficial reconocida y que, con una frecuencia casi cotidiana, traspasa la frontera.

Lógicamente, la mayoría de esta población flotante son de origen marroquí, que buscan salidas hacia la Península o intentan asentamientos clandestinos, todo ello motivado por la necesidad de mejorar sus condiciones de vida.

Sin mayor ahondamiento, se perciben relaciones de convivencia y buen entendimiento entre las distintas culturas que cohabitan en estas ciudades, fundamentalmente con respecto a la población con documentación oficial.

Según los datos extraídos del INE, correspondientes al año 1991, con respecto a las dos ciudades de Ceuta (con unos 75.000 habitantes) y Melilla (con 65.000 habitantes), destacamos los porcentajes de población según las tasas de actividad, ocupación y paro:

Tabla1

El porcentaje del paro es el más elevado de la CEE, recayendo mayoritariamente sobre el colectivo musulmán que es el menos cualificado.

Casi una tercera parte del censo laboral pertenece al sector servicios y la sexta parte a la construcción. La vivienda y el trabajo son la fuente principal de preocupación de la población musulmana en Ceuta y Melilla. 

Por otro lado, es significativo y motivo de análisis, el fracaso escolar de los menores correspondientes a la población musulmana.

La única meta que parecen fijarse esta población es la obtención del Graduado Escolar, y cuando finalizan esta educación obligatoria, la inmensa mayoría abandona el sistema educativo y busca su futuro por otros derroteros.

Quienes deciden seguir estudiando lo hacen hacía la formación profesional, siendo muy poco representativo el porcentaje de musulmanes que realiza estudios de COU.

El motivo fundamental en el que se sustenta este fracaso escolar se debe al hecho de tener dos lenguas, además de entender que la enseñanza se está impartiendo desde una cultura con valores e intereses distintos a la propia de este colectivo.

En muchas ocasiones, los menores llegan a la escuela procedentes de otras árabes, coránicas, o simplemente están sin escolarizar, siendo mayores las dificultades de escolarización.

El porcentaje más elevado de fracaso escolar se da en aquellos centros donde el colectivo musulmán es casi total y, desciende en aquellos otros, donde están en minoría con respecto a la población de origen español.

A pesar de la humilde condición y precariedad de conocimientos de estas familias musulmanas, los padres cada vez más se están preocupando por el proceso de aprendizaje de sus hijos, ya que alcanzado éste, es lo que va a contribuir a un desarrollo y condiciones de vida igualatorias al resto de la población.

A pesar de todas estas dificultades, no se puede hablar de problemas de discriminación étnica entre el alumnado, ya que en la mayoría de los Centros escolares la convivencia es normalizada entre los menores de distintas culturas.

La solución apunta por el reforzamiento del área de lengua, a través de programas destinados al estudio del castellano, tanto dentro del horario escolar como fuera de él.

Igualmente, se debe insistir en la implantación de programas que permitan el estudio de la lengua árabe fuera del horario escolar y sin ninguna obligatoriedad, como la de garantizar la impartición de la enseñanza de las diversas religiones que tienen suficiente arraigo en dichos territorios.

 

FACTORES DE RIESGO DE LA POBLACION INFANTIL EN ESTAS CIUDADES

De la exposición anterior es fácil deducir que, el colectivo que se encuentra afectado por un mayor riesgo social, es el constituido por la población musulmana en ambas ciudades.

Ante la inexistencia de estudios en Ceuta y Melilla, sobre factores de riesgo en la población infantil, se propuso desde la Dirección General de Protección Jurídica del Menor, la realización de dos programas, a través de Convenios de Colaboración suscritos con el INEM, uno en Ceuta realizado en el año 1991 y otro en Melilla, que finalizó en enero de 1994.

Aunque los datos concretos sobre la población de menores puedan diferir con respecto a estas dos ciudades, lo que sí parece coincidir en la casi totalidad, son los factores que determinan las situaciones carenciales que presenta este colectivo. Estos factores no suelen aparecer de forma aislada sino que interactúan constantemente, siendo sus causas principales las siguientes:

1.- La familia

2.- La economía

3.- Los factores educativos y culturales

4.- Los factores ambientales y de relación-. el barrio, amigos/pandilla y ocio y tiempo libre. 

1.- La familia es la mediadora entre la estructura social y el menor, éste participa de todas aquellas marginaciones a que está expuesta la familia a la que pertenece y a los que de ella se derivan.

Considerando las características de estas dos ciudades fronterizas, las familias de los jóvenes infractores en Ceuta y Melilla presentan las siguientes:

a) Familias muy numerosas, debido a la alta tasa de natalidad que, unido a las condiciones de disminución del índice de mortalidad infantil, da lugar a familias con un número más elevado de hijos (4-5 como media) que la población general.

b) Uniones muy tempranas. Desestructuración familiar El padre está ausente o faltan los dos padres. Padres separados, divorcios y/o repudios, actitudes permitidas por sus convicciones religiosas y culturales. Abandonan a la mujer sin atención alguna económica. Las mujeres se subemplean y los niños quedan al cuidado de los abuelos o de hijos mayores.

c) Hacinamiento. Las viviendas son muy reducidas y con escasas condiciones higiénico-sanitarias, su habitabilidad es casi infrahumana.

Suelen convivir en reducidos metros cuadrados padres e hijos, e incluso la familia extensa. Existe un porcentaje de parientes que convive con la familia musulmana.

Existe un sector amplio de esta población que se asientan en viviendas inseguras e ilegales, construidas de un día para otro por ellos mismos y en condiciones lamentables.

2.- a) La escasez de recursos económicos y el paro, son la causa de grandes crisis familiares y la motivación más fuerte para que el menor comience a «buscarse la vida».

La renta media familiar de este colectivo oscila entre 40.000 y 1 00.000 pts.

Entre los musulmanes la principal actividad se desarrolla en la construcción, comercio y servicios, pero siempre en las ocupaciones de menor nivel de cualificación.

b) Falta de protección al no contar con los medios suficientes, los menores se ven obligados a trabajar desde muy pequeños a mendigar, limpiabotas, trabajo en el campo, venta de lotería, lavan o cuidan vehículos en la vía pública. También se dedican a algún tipo de trabajo clandestino como transporte de productos de forma ilegal a Marruecos, venta y distribución de sustancias tóxicas (sobre todo hachís) o economía sumergida.

Esta población a la que se hace mención procede de los barrios más deprimidos y ocupados fundamentalmente por población musulmana.

El alto índice de desempleo juvenil, falta de actividad laboral y perspectiva de futuro, conduce en muchos casos a comportamientos desviados y a conductas delictivas.

3.- Existe un bajo nivel de instrucción. Existe un alto porcentaje de menores que, aunque han asistido a la escuela, y saben leer y escribir, abandona sus estudios antes de terminar la EGB, generalmente en 5º curso.

La salida de la escuela se produce por abandono, porque el menor tiene que colaborar en la escasa economía familiar y/o por fracaso escolar, lo que supone abandonar a su suerte a personas que al no haber logrado esta integración, les conduce a la marginación económica y social y al inicio de un nuevo ciclo de desigualdades.

Las dificultades de la lengua, en los casos de los menores de origen marroquí, ya apuntados al principio del artículo, puesto que normalmente hablan dialectos del árabe (cherja), vuelve a incidir en las dificultades de integración y en el normal proceso de escolarización, ya que los que asisten habitualmente a la escuela suelen llevar un retraso de 2 ó 3 cursos académicos en relación con su edad cronológica.

4.- La concentración de población de origen marroquí se realiza en zonas poco urbanizadas, núcleos de escasas condiciones de habitabilidad, con escasos recursos económicos, malas condiciones sanitarias, y por ende, se añaden deficiente formación y trabajo de poca o nula cualificación.

Este cúmulo de circunstancias genera un alto índice de conductas desadaptativas o desviadas entre los jóvenes y niños.

La pandilla se genera espontáneamente, al producirse un alto absentismo escolar, convirtiéndose en escuela y entorno afectivo para sus miembros, creando un fuerte nexo con los compañeros que comparten sus mismos problemas, generando el consumo de sustancias estupefacientes, abandono del hogar, etcétera.

La mayoría de los menores delincuentes marroquíes son consumidores de pegamento y fumadores de hachís, mientras que los residentes en Ceuta y Melilla, son consumidores de hachís y heroína. Este dato es característico y revelador de lo que implican y significan las dos culturas.

El problema se genera fundamentalmente, una vez que el menor traspasa la frontera y descubre otras posibilidades, que en la mayoría de las ocasiones le van a producir peligrosas consecuencias. No tiene voluntad de volver y entonces comienza su carrera hacia la subsistencia, que le induce a la comisión de diversos hechos delictivos, la mayoría de las veces de escasa consideración, anhelando y manifestando, en ocasiones, ser internado en un centro para sentirse seguro y alimentado durante una temporada y reponerse de su atropellada vida.

 

TIPOLOGIA DE LOS MENORES Y DE LOS DELITOS COMETIDOS EN CEUTA

Una vez conocidas y analizadas las connotaciones socio-ambientales halladas en un sector de las poblaciones de Ceuta y Melilla, era necesario conocer sus efectos: la tipología conflictiva que desarrollan los menores de estas localidades.

Para la verificación de estos datos, se propuso la realización de sendos estudios en estas ciudades de Ceuta y Melilla que se efectuaron en el año 1991 y 1993, respectivamente.

Estos trabajos se pudieron realizar en virtud de los Convenios de Colaboración firmados entre el MAS y el INEM, contratando a personal especializado (psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales, educadores) que, llevaron a cabo estudios, coordinados desde la Dirección General de Protección Jurídica del Menor, a la cual estaban adscritos.

Concretamente, el realizado en Ceuta, denominado «Estudio y Análisis de la población infanto-juvenil con comportamientos conflictivos en Ceuta», representa un análisis retrospectivo (desde el 1/1/81 al 30/6/91) de los menores y adolescentes que habían cometido actos delictivos, y éste había sido declarado como tal por el Juez competente.

El estudio partió de los datos proporcionados por el TTM de Ceuta, de los menores con edades entre 8 y 16 años, que habían pasado por dicho Tribunal en los últimos 10 años.

Se revisaron los datos contenidos en 1816 expedientes, pertenecientes a966 sujetos que componían la muestra del estudio.

El objetivo final perseguido obedecía a tres motivos fundamentales:

- Conocer la evolución de este colectivo.

- Conocer la situación real en el momento del estudio. 

- Evaluar los resultados y poder elaborar programas de intervención temporalizados.

Las variables seleccionadas se realizaron teniendo en cuenta los datos que obraban en los registros y fichas que se encontraban en el TTM, siendo éstas las siguientes:

No se pretende dar una exhaustiva información sobre el resultado de esta investigación, pues estos datos pueden estar al alcance de cualquier interesado en su consulta, pero sí comentar brevemente algunas cifras que hablan por sí solas.

Con relación a la variable «origen», destacar el número de menores musulmanes = 685, que representa el 70,91 % de la muestra, a los que se les ha instruido 1.300 expedientes, que representan el 71,59%.

Respecto de los grupos de edad mayoritarios, es necesario resaltar que el mayor número de infracciones se cometen a la edad de 15 años (34%), seguido del grupo de 14 años con un 25%.

Por lo que se refiere al lugar de residencia de los menores, su distribución es:

De estos menores residentes en Ceuta, el porcentaje más elevado de éstos tiene su domicilio familiar en barriadas marginales, destacando- la barriada del Príncipe Alfonso con un número de 159, que representa un 24,28%, y que es la zona más deprimida de la ciudad, seguida por el barrio de San José con 112 menores (17,10%) y Juan Carlos 1 con 53 menores (8,09).

Es interesante destacar que, considerando también la variable sexo, se observa que la infracción más frecuente entre las chicas es «abandono del hogar» que aparece en un 27,63% de los casos, sin embargo, la frecuencia en los chicos es casi nula.

 A continuación le sigue «agresión con lesión» con un 15,8% en las chicas, porcentaje más elevado que el que aparece en los chicos.

El resto de las infracciones cometidas son poco significativas por el bajo número de menores que las realizan, significándose por su escasa frecuencia la violación, un total de tres que representa el 0, 1 6%, y el homicidio frustrado 2, con 0,12%, todo ello en un internado de diez años.

Las cifras nos indican que la medida más utilizada ha sido la amonestación, durante el período de 1981-1991.

En cuanto a las medidas privativas de libertad es importante observar la gran diferencia existente entre la medida «breve internamiento» e «internamiento» en Centro de Reforma o Educativo.

De los datos extraídos se deduce que, la duración de la medida de «breve internamiento» puede oscilar de un día a nueve meses, siendo el intervalo de uno a seis días el que registra el 90% del total de expedientes a los que se les ha aplicado esta medida.

Respecto a la medida «internamiento», los más frecuentes corresponden a los que se han dictado por una duración de un año.

También señalar que, la medida alternativa al internamiento «libertad vigilada» se aplicó con una escasa aunque mayor proporción que el internamiento oscilando su duración de quince días a seis meses. Destaca por su significativa frecuencia en la aparición de esta medida en el intervalo de duración de 3,5 a 4 meses.

 Estos datos demuestran que, aunque el índice de reincidencia parezca poco significativo (22,04%), es importante señalar que entre los menores que cometen más de una infracción, el número de expedientes que presentan puede ser muy elevado, oscilando entre 2 a 10.

Según la distribución de menores por su residencia e infracciones cometidas, se comprueba que los residentes en Marruecos las infracciones que más cometen son:

- Abandono del hogar: 50%.

- Contra la salud pública: 30,7%.

Aunque no hay que olvidar que los delitos de «robo» y «hurto» son los más frecuentes tanto para los residentes en Marruecos como para los que residen en Ceuta.

En cuanto a la distribución de las medidas en función de la variable edad, se observa que, la medida más aplicada en las distintas edades sigue siendo la Amonestación, a excepción del grupo de edad de doce años en la que la medida más aplicada es el Breve Internamiento.

El Internamiento empieza a aplicarse a partir de los doce años, edad que coincide con el inicio de los grupos de edad en los que se comete el mayor número de infracciones, siendo los quince años la edad en la que se da en mayor proporción, a pesar, como se ha indicado, de no ser precisamente una medida que se adopte con frecuencia.

Cruzando las variables de residencia con menores residentes en Ceuta se les aplica en una mayor proporción (57% aproximadamente) la Amonestación y en segundo lugar la de Breve Internamiento (con un 31 %), mientras que a los menores procedentes de Marruecos o del resto del territorio español, la medida más aplicada es el Breve Internamiento, con un 81,1 % y 63,3%, respectivamente.

Por último, en relación con el resto de medidas, es necesario destacar que las medidas de «Libertad Vigilada» e «Internamiento» tan sólo se aplican a los sujetos residentes en Ceuta, como cabría esperan

Finalmente, en relación con las medidas aplicadas en función de las distintas infracciones más significativas, se puede concluir que son los acuerdos en los que se adoptan la amonestación las más frecuentes en delitos de «hurto», «daños» y «agresión con lesión».

Por el contrario, es el Breve Internamiento la medida más aplicada en relación a «robo» y «robo frustrados.

 

TIPOLOGIA DE LOS MENORES Y DE LOS DELITOS COMETIDOS EN MELILLA

Por otro lado, quisiera mencionar brevemente el estudio que ha finalizado el pasado mes de enero en Melilla, que se ha realizado igualmente que el anterior, a través de los Convenios de Colaboración establecidos entre el MAS y el INEM.

Dicho trabajo se enfocó desde una doble perspectiva: por un lado, recabar información sobre la situación de la población de menores infractores en Melilla y, por otra, proporcionar formación a los profesionales en el campo de las Medidas Alternativas al Internamiento de Menores en conflicto social. El referido estudio descriptivo se realizó desde el 1 de enero de 1991 hasta el 1 de octubre de 1993, recabado de la misma fuente que el anterior, habiendo revisado un total de 477 expedientes, y considerando las mismas variables.

El resultado del trabajo efectuado en Melilla coincide, en términos generales, con los datos extraídos del estudio realizado con anterioridad en Ceuta, confirmando así nuestras hipótesis sobre las causas determinantes en dichas localidades de la problemática y marginación de la población infantil.

Las conclusiones de este último estudio se centran en los siguientes aspectos:

1.- Los delitos son cometidos por varones, que superan el 90% de los casos:

2.- El delito más frecuente cometido por los menores en este período es:

a) Robo contra la propiedad.

b) Vandalismo.

c) Escaso número de delitos con agresiones y lesiones.

3.- Está muy igualado el porcentaje de menores españoles y marroquíes que cometen delito.

4.- Es significativo que la edad media de los menores de origen marroquí es de doce a catorce años, más temprana que la edad de los menores españoles que es de catorce a dieciséis años.

5.- No se relacionan en ningún caso los menores españoles y marroquíes para la comisión de los delitos.

6.- Al principio del estudio (año 1991) no existía gran diferencia entre el porcentaje de los menores reincidentes españoles y marroquíes.

En la actualidad se eleva ya al 75% la cifra de los menores marroquíes de trece años como media, que reinciden en la comisión de delitos.

7.- Es interesante destacar que, el porcentaje más elevado de los delitos cometidos por el colectivo de chicas son de agresión con o sin lesión.

8.- Por último señalar que en este estudio, en el cruce de las variables «delitos de los menores» con «barrios de procedencia», existen menores que proceden de barrios muy marginales, cuyos delitos fundamentales son robo y vandalismo, mientras que los menores que proceden de barrios de un mayor nivel social y cultural, se definen más por los delitos de agresión.

 

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE ACTUACION

Como se ha podido constatar, el problema de la infancia en conflicto en estas dos ciudades se derivan de las carencias básicas que presentan un elevado sector poblacional con unas características peculiares, que no tienen acceso a equipamientos básicos y que, por tanto, dificulta el proceso de socialización e incluso genera un sentimiento de individualismo y apatía social. 

Por otro lado, como se deduce de anteriores exposiciones, la mejora de la calidad de vida en las ciudades fronterizas, provoca que se constituyan en un objetivo de logro para el chico/a del vecino país.

El problema surge cuando el deseo se ha alcanzado sin mayores perspectivas, transformándose en una trampa la revelación de la existencia de otra forma de vida, otra cultura, otras necesidades, pero sin ofrecer alternativas de integración.

Desde esta Dirección General de Protección Jurídica del Menor, se han potenciado los servicios específicos de atención a la infancia en dificultad y conflicto social, fomentando la actuación precoz y elaborando modelos de intervención interdisciplinar para la atención de esta compleja problemática.

Se ha realizado un gran esfuerzo de inversión en infraestructuras de los Centros de Menores dependientes de esta Dirección General, dotándolos de los recursos humanos suficientes y de los medios apropiados para proporcionar una adecuada y eficaz atención a los menores.

Concretamente, en relación con la problemática que presentan los menores infractores, se ha trabajado por la implantación de las Medidas Alternativas al Internamiento.

En Ceuta existe un Equipo de Medio Abierto que lleva unos cuatro años desarrollando programas para la aplicación de la Medida de Libertad Vigilada, iniciándose el pasado año el referido a «Prestación de Servicios en Beneficio de la Comunidad». También están finalizando las obras de construcción de un nuevo Centro para menores infractores en Ceuta, en régimen cerrado y semiabierto, teniendo nuevos proyectos e iniciativas a realizar con estos menores para su integración socio-laboral.

En los últimos años, se han venido realizando Programas Pre-Talleres para el desarrollo de habilidades y destrezas de los menores, encaminados hacia el aprendizaje pre-laboral, con notables resultados para este colectivo específico siendo nuestro objetivo instaurar de forma definitiva este tipo de Talleres Ocupacionales, tanto en Ceuta como en Melilla, contando con la colaboración de las ONGS, Ayuntamientos, así como Entidades u Organismos del propio tejido social.

Por supuesto que el tema es muy amplio y complejo, que demanda la generación de múltiples y variadas respuestas, desde la mejora de las condiciones de vida en este sector de la comunidad, como el fortalecimiento de[ débil tejido social, que evite la aparición de conflictos de inadaptación infantil y juvenil.

Los trabajos conjuntos y coordinados de los diferentes profesionales que, desde los distintos estamentos organizativos de la Administración, aúnan sus esfuerzos para mejorar las condiciones de este sector de la población, deben sustentarse en aspectos educativos, respetando sus valores culturales en aras de la integración.

Debemos ser creativos y considerando la rica diversidad étnica, poner en marcha soluciones entusiastas, comprometidas y responsables.

Para ello, es necesario el esfuerzo de los poderes públicos para que continúen potenciando la labor de las ONGS o de otros grupos de apoyo y solidaridad, para que, a través de Convenios específicos, se realicen programas que aborden las necesidades educativas de los colectivos más desfavorecidos.