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PROLOGO


Es hora, pensamos, tras seis años de andadura, realizar una visión de lo que ha supuesto este tiempo para el desarrollo y asentamiento de la Psicología Jurídica a través de las personas que la representan.

Desde la creación en 1986 por Alejandro Avila de la Sección de Psicología Jurídica de la Delegación de Madrid, numerosos son los logros que se han conseguido y largo ha sido el camino recorrido, ampliando en sobremanera la perspectiva y sus áreas temáticas.

Un breve repaso nos conduce a la aparición del Anuario de Psicología y Sociología Jurídica, revista madre e inspiradora de nuestra publicación y que significó el arranque riguroso y reflexivo de nuestra disciplina.

Recordar a los pioneros que sentaron las bases teóricas, Emilio Mira y López, y los fundamentos de aplicación, Jesús Alarcón en el Medio Penitenciario y Jesús Valverde en el análisis de las conductas delictivas.

Estos trabajos posibilitaron la ampliación de vistas a la hora de enfocar los campos de la propia Psicología Jurídica. Así, al revisar la publicación en el campo penitenciario, se han tratado temas como la política penitenciaria, ensayo realizado por Luis López, un análisis sobre las dimensiones del clima social en prisión debido a Víctor Sancha. Sobre clima social en prisión y analizado bajo una perspectiva educativa, Luis Polanco realizó un interesante estudio que amplía el espectro de intervención en prisiones bajo una óptica instruccional. Otro trabajo de Raúl de Diego se centró en la reintegración comunitaria de los delincuentes juveniles. Miguel Clemente investigó las variables organizacionales y de Psicología del Trabajo que influyen en los estilos de dirección en las instituciones penitenciarias. De este campo, el psicólogo penitenciario, Daniel Ramírez, realizó un excelente trabajo sobre la historia de la Sección de Psicología Jurídica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. En parecidos términos, Jordi Bajet retrató la Historia de la Psicología Jurídica en España.

El campo de la psicología judicial ha sido ampliamente tratado. Así, Jorge Albarrán analiza la figura del Psicólogo en los órganos judiciales atendiendo sobre todo a sus funciones. Jorge Sobral reflexiona así mismo sobre las tareas y significación que representa el psicólogo en la Administración de Justicia.

En el campo de la Psicología del Testimonio se ha avanzado significativamente gracias a las investigaciones de Margarita Diges y María Luisa Alonso que han creado un campo de cultivo importante potenciador de investigaciones como la que generó José Mira sobre identificación de personas, sobre la credibilidad de testigos de Antonio Manzanero y la propia Margarita Diges, o sobre el recuerdo de sucesos.

Otros autores como Vicente Ibáñez y Pilar de Luis han analizado los límites de la intervención en los juzgados de familia. En este campo habría que señalar el trabajo realizado por Antonio Coy y Fé Benito sobre las fuentes de conflicto en el cumplimiento de las sentencias en el derecho de familia.

Desde el campo privado, Trinidad Bernal, analizó la intervención interdisciplinar en las separaciones y divorcios negociados. En este campo la psicología judicial ha tenido un amplío desarrollo en el trabajo sobre las percepciones de los padres en niños de familias separadas y en la actuación de los abogados en los procedimientos matrimoniales

Juan Antonio Marzoa realizó una revisión sobre los criterios sociolegales implicados en la toma de decisiones judiciales. Otro autor, Javier Urra, investigó acerca de la deontología del psicólogo en la administración de justicia. Por último, Pilar de Paul, examinó los jurados en su "El tamaño y la regla de decisión del jurado ".

En el campo de la Psicología Jurídica del Menor, ha habido un gran despliegue editorial. Los trabajos desde los equipos han tenido su cristalización a cargo de Jorge Albarrán centrados en el asesoramiento en los procedimientos y en las nuevas perspectivas de actuación de M.ª Jesús Coronado.

El campo de la adopción y acogimiento familiar fue tratado por Pilar Cayuela, al igual que la prevención del maltrato infantil por Miguel Costa, José Manuel Morales y M.ª Gracia Juste, y la violencia intrafamiliar por Elías Scaff.

El menor infractor ha provocado una gran producción literaria. Se han analizado los modelos de intervención en Centros de Reforma por David Jiménez, realizado perfiles psicosociales de los menores inmersos en medidas alternativas al internamiento y en centros cerrados por Manuel Benedí, en Aragón y por Carmen Puyó en Ceuta y Melilla. El equipo de los juzgados de menores de Madrid, Joaquín Laínez, Paloma González y Juan Francisco Franco, se centró en las respuestas sociales a las conductas infractoras de los menores.

También el medio cerrado fue objeto de análisis; Miguel Angel Viú estudió los aspectos psicológicos de los menores infractores internados en el centro de acogida de reforma "El Madroño". Por último, en el campo del menor, Ferrán Casas analizó la imputabilidad y la responsabilidad en el menor.

El peritaje psicológico fue tratado por Carlos Rodríguez Sutil. Centró su trabajo en la utilización de Rorscharch y otras pruebas proyectivas en la evaluación. Blanca Vázquez y José Antonio Hernández centraron su trabajo en las secuelas psicológicas de los traumatismos craneoencefálicos en los accidentes de tráfico,

La victimología tuvo también su difusión, Jorge Albarrán focaliza su esfuerzo en los derechos de la víctima. Otros investigadores, Miguel Angel Soria y José Antonio Hernández, trataron los procesos psicosociales y jurídicos de la victimización criminal.

La Psicología Policial aportó datos estadísticos de seguridad ciudadana de la mano de Alicia Fuertes. Igualmente, la Psicología Militar tuvo su representación por medio de José Manuel García Rodrigo que trató el marco jurídico de las armas y estrategias de la guerra psicológica.

Otro campo como la Psicología Jurídica del Trabajo, se revisó por Antonio Duro, que se refirió al análisis de la realidad laboral desde la normativa legal.

El área de mediación fue referido por Trinidad Bernal, que expuso los resultados del Primer Programa Público de mediación familiar

Por último, la psicología de la delincuencia tuvo su expresión a través de los trabajos de Jaume Funes, Santiago Redondo y Eulalia Luque, que revisaron las creencias sociales sobre la reincidencia en el delito. El trabajo tuvo su foco en el estudio de una investigación de alumnos y profesores de Criminología.

Vicente Garrido versó sobre el psicólogo criminalista y sus desafíos actuales. Rosa Santibañez se centró en el mito de la impulsividad del delincuente.

El trabajo de José Gutiérrez abarcó un aspecto interesante y novedoso: la actitud de los empresarios hacia la integración laboral de personas que están o han estado sometidas a medidas privativas de libertad.

Para terminar, también hubo trabajos dedicados al análisis de determinados delitos. Así Cándido Sánchez se refirió a las perspectivas actuales en la delincuencia sexual y Nuria Aragón escribió sobre el delito de violación desde el punto de vista de la psicología.

En resumen, pensamos que las expectativas del Anuario se han cumplido, ampliando la difusión de las disciplinas conformadoras del campo y abriendo y desarrollando otras de nueva creación debidas a la propia evolución de la realidad sociológica en la que vivimos.

LA REDACCION