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SOBRE LA PRACTICA

Intervención comunitaria de educación para la salud para prevenir el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual (E.T.S.) en adolescentes
A community intervention of health education for preventing unwanted pregnancy and transmitted diseases by sexual contact in adolescents

 

Amado BENITO DE LA IGLESIA (*), Jesús PAÑOS MARTIN y Concepción PEREZ MARTIN


RESUMEN

ABSTRACT

PALABRAS CLAVE

KEY WORDS

1. INTRODUCCION

JUSTIFICACION DEL PROGRAMA

CONTEXTUALIZACION DE LA EXPERIENCIA

DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES Y APLICACION DE LAS TECNICAS DE EDUCACION PARA LA SALUD

METODO

RESULTADOS

CONCLUSIONES

REFERENCIAS


 

RESUMEN

Dentro de una estrategia global de Promoción de lo Salud de /o población., desde el Centro de Promoción de la Salud de Tetuán (Madrid), se diseña un programa de Educación para la Salud dirigido a prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual en adolescentes.

Se describen los diferentes fases de la intervención: 7) Participación de toda la comunidad escolar. 2) Conocimiento del alcance y gravedad del problema. 3) Identificación de los conductos responsables. 4) Identificación de los determinantes de estos conductos. 5) Elección de los técnicos de Educación para la Salud 6) Intervención. 7) Evaluación.

Finalmente, se presentan los resultados, a partir de los cuales se llego a la conclusión de que es posible cambiar o modificar los hábitos y estilos de comportamiento relacionados con la salud de los adolescentes, si se implica en la tarea a todo la comunidad y se respetan los etapas del proceso de planificación y evaluación.

ABSTRACT

In order to improve health well-being of Tetuan distric's community (Madrid) a planning model of health education has been drown to prevent unwanted pregnancy and transmitted diseases by sexual contact in adolescents.

This planning describes different phases of intervention: 1) Participation of total school community 2) Extensions knowledge of the problem. 3) Investigation and identification of the behaviours responsible for the problem. 4) Identification of the factors which cause or motivate theses behaviours. 5) Selection of health education techniques. 6) Intervention. 7) Evaluation.

Finally, the results report evidence that such intervention is effective in changing behaviours related with health in adolescents. If health is seen as a port of people's lifestyle and health care education's intervention have been based on careful process of planning and evaluation.


- Psicólogo. Centro de Promoción de la Salud (Tetuán). Ayuntamiento de Madrid. (P.I.R.). Comunidad de Madrid.


PALABRAS CLAVE

Intervención comunitaria Educación para la salud Participación. Comportamiento. Salud PIO. Planificación. Evaluación.

KEY WORDS

Community intervention. Health education. Behaviour Health. Participation. Planning. Evaluation.

 

1. INTRODUCCION

La experiencia que presentamos en este trabajo se enmarca dentro de lo que genéricamente se ha denominado "Psicología Comunitaria" y, más específicamente, dentro de ella: Educación para la Salud Comunitaria. Con otras palabras podríamos definirla como una intervención comunitaria en la que se utilizan estrategias efectivas para ayudar a los sujetos a adoptar o modificar conductas que protejan y mejoren su salud o prevengan la aparición de problemas biopsicosociales de una población concreta.

Existen una serie de principios asumidos, de entre los que destacan los siguientes:

- Para la Psicología Comunitaria los comportamientos se alzan como uno de los factores más responsables de la salud y de la enfermedad. En la cadena causal de los problemas de salud de la población aparecen las conductas como el eslabón primario donde actuar. El estilo de vida de los sujetos y los riesgos a los que se exponen condicionan sus posibilidades de enfermar y morir antes de los previsible.

- El modelo del que parte (y comparte) la intervención es un modelo Conductual Comunitario que asume algo evidente: que la conducta de los sujetos mantiene cierta regularidad con su ambiente, en el cual hay sucesos que la preceden (antecedentes) y otros que la siguen (consecuentes), así como un cúmulo de condiciones intermedias (creencias, expectativas, motivaciones, actitudes, experiencias previas ... ) que intervienen de manera decisiva.

- Para la Salud Comunitaria, salud y enfermedad no son acontecimientos que ocurran exclusivamente en el espacio privado de nuestra vida personal. Acontecen dentro de un cúmulo de variables sociales y ecológicas. Así pues el comportamiento es entendido como la dimensión funcional del organismo en su interacción con el ambiente, para resolver los problemas de supervivencia y convivencia que todo ser humano tiene que afrontar. La conducta humana por tanto se manifestará como efecto de los distintos redes de causalidad que se establecen al interaccionar y actuar sinérgicamente los distintos factores implicados.

- El concepto de Competencia Psicosocial y todo el modelo que lo sustenta (Albee, 1980-, Costa y López, 1983) guían también la intervención. Promover la participación de todos los protagonistas de la Comunidad y optimizar a la vez las destrezas, habilidades y recursos personales de la población es un objetivo preferente del Programa. En suma, hacer competente a todo la Comunidad escolar para afrontar los necesidades formativas de los educandos y los cambios organizacionales que fueran necesarios.

Tradicionalmente los Programas Comunitarios de Educación para la Salud se han centrado en transferir información, pero con frecuencia lo que la gente hace es más importante para promocionar y proteger la salud que lo que la gente conoce acerca de ella. La información se considera como algo necesario pero no suficiente para que los sujetos adquieran unos hábitos y abandonen otros. En este sentido, no se ha considerado la Educación para la Salud como un conjunto de charlas exclusivamente. Estas funcionarían como favorecedoras o antecedentes para sensibilizar hacia el cambio de conducta, pero no serían suficientes para lograr los cambios de comportamiento deseados.

Son necesarios por tanto estrategias específicas y procedimientos de adquisición y cambio de conducta (modelado, habilidades de comunicación, estrategias de autocontrol ... ). Pero aún más allá y siendo respetuosos con nuestro modelo teórico, las estrategias de Educación para la Salud deberían ser en suma una tarea de Rediseño Ambiental y personal que permitiera que los opciones de conducta más saludables fueran las más fáciles de adoptar (Costa, Benito y López, 1989).

Por lo tanto, es útil apuntar algunas de los tareas necesarias para conseguirlo:

- Identificar objetivamente los problemas y necesidades de salud de la población.

- Identificar los comportamientos concretos relacionados con los problema de salud.

- Identificar los determinantes de estos comportamientos.

- Seleccionar y definir los comportamientos-meta de la intervención.

- Comprometer a lo población diana, hacia lo que se dirige el programa educativo, en la consecución de los objetivos de salud. Sin la participación activo de la Comunidad en todos y cada uno de los pasos del programa de intervención, será difícil conseguir los metas deseados.

- Identificar detalladamente qué factores predisponen y facilitan el comporta miento/s meta/s elegido/s.

- Identificar factores reforzantes personales y ambientales, que puedan hacer más probable la repetición de ese comportamiento/s en el futuro.

- Identificar los barreras o costes existentes que hacen difícil la implicación en los conductos meta.

- Rediseñar técnicamente los condiciones antecedentes y consecuentes que hacen difícil los comportamientos no saludables y fácil y reforzantes los saludables.

- Analizar y aprovechar la enorme importancia de los contextos y escenarios naturales (escuela, barrio, familia, trabajo ... ) en las acciones de salud y en la conformación del medio de contacto que propicio la interacción real de los condiciones antecedentes y consecuentes.

- Asumir la necesario preparación y entrenamiento de los profesionales que llevan a cabo el programa.

- Considerar previamente los factores sociales y culturales de los escenarios naturales en los que se pretende desarrollar la intervención.

- Seleccionar los técnicos más eficaces y eficientes.

- Realizar todos los acciones planificados.

- Evaluar los resultados del programa.

Todo lo expuesto requiere de un exigente y laborioso proceso de planificación de todas y cada una de las acciones necesarios para realizar una intervención de Educación para la Salud en la Comunidad. Esquemáticamente en la figura 1 aparecen los pasos tradicionalmente considerados más relevantes.

 

JUSTIFICACION DEL PROGRAMA

La ausencia de un diagnóstico sobre la situación de salud de la población adolescente no nos permite establecer conclusiones definitivas ni exactas acerca de cuales son los factores más relevantes desde el punto de vista epidemiológico. Sí existen, sin embargo, indicadores parciales (AEMA, 1988) respecto a patologías características de esta edad y situaciones que, con frecuencia, determinan problemas graves de salud. Entre estos indicadores están todos relacionados con los enfermedades de transmisión sexual (E.T.S.) (Olmos, 1988), los embarazos no deseados en los adolescentes (Ferrer Raventós, 1986; Flórez lozano, 1988; OMS, 1978; CIJI, 1991) y la nada agradable experiencia personal de una interrupción voluntaria del embarazo (Datos sobre I.V.E., Boletín Epidemiológico de la CAM, 90), aparte de los recogidos por nosotros mismos sobre la población diana de nuestro distrito para evaluar la pertinencia de las acciones de salud.

Una gran parte de estos problemas están estrechamente relacionados con los formas de entender y practicar los relaciones sexuales entre adolescentes. Sus conocimientos, actitudes y valores culturales, junto con las presiones del medio, les predisponen y motivan (condicionan) a comportarse poniendo en riesgo su salud. La evidencia empírica de la relación entre salud, comportamiento y educación es notoria. (Gochman, 1988; Hamburg y Sartorius, 1990).

El programa "Juventud y Contracepción" desarrollado en 1987 como experiencia piloto en Sevilla, Avilés, Barcelona y Valladolid arroja datos importantes: de casi 2.000 jóvenes evaluados un 80% habían tenido relaciones sexuales coitales, aproximadamente la mitad de ellos tuvieron su primera relación sexual con coito antes de los 18 años y un 38% manifestó no haber utilizado ningún método anticonceptivo en su primera relación (Tristón, 1989). Este comportamiento de rechazo del uso de métodos anticonceptivos no naturales, junto con el uso frecuente del coito interrumpido, aumento significativamente el riesgo del embarazo y, por otra parte, como consecuencia, también aumento el riesgo de sufrir otros problemas de salud asociados a este fenómeno.

Estas realidades no están pasando desapercibidas a los profesionales de la salud y de la educación (Ministerio de Sanidad, Ministerio de Educación, Instituto de la Mujer ... ). Está aumentando la conciencia social de que estos problemas, al menos en una parte importante, se pueden prevenir o reducir su incidencia, con una buena Educación sexual y para la Salud.

Sin embargo, a pesar de estos avances en cuanto a la sensibilización social por estos temas, no disponemos todavía de métodos y estrategias educativos eficaces, eficientes y con validez ecológica suficiente para su generalización. Se impone la urgente tarea de seguir investigando con técnicas y estrategias educativos que se ajusten a los realidades sociales y culturales de las poblaciones elegidos para la intervención. Esta exigencia metodológica obliga a los profesionales responsables del diseño de Programas de Educación para la Salud a evaluar previamente los contextos donde se va a trabajar (estudio de necesidades, conocimientos, actitudes, normas, valores de la institución ... y a partir de estos resultados proponer los objetivos a alcanzar.

Las campañas sanitarias actuales son hechos aislados, a veces descontextualizados, sin coordinación entre unas instituciones y otras y con pocas posibilidades de continuidad en los espacios primarios de socialización. Se organizan al margen de los grupos organizados de la Comunidad, con planificación y dirección centralizada, con gran despliegue de medios de comunicación, amplios presupuestos y ambiciosos objetivos, en muchos casos inalcanzables.

El Programa que se presenta a continuación, posee objetivos concretos, un proceso lógico de implementación, así como una evolución detenida de los resultados. Apuesta por una intervención ajustada a los escasos recursos humanos y materiales, pero respetuosa con los criterios metodológicos referenciales anteriormente explicitados, factible, contextualizada y perseguidora del desarrollo de competencias en el medio natural. Nunca se pretendió, a corto y medio plazo resolver el problema de los embarazos no deseados y las E.T.S., se trataba de comprobar la eficacia o validez de determinadas técnicas o estrategias cognitivo-conductuales para modificar ciertos hábitos, actitudes y conocimientos que están implicados en la génesis de aquellos. No se renuncia a la tarea preventiva, sólo se limitan sus objetivos.

Tomando como premisas estas afirmaciones, nuestra hipótesis de trabajo queda configurada de la siguiente manera:

"Si sometemos a un grupo de adolescentes en instituciones escolares, a una intervención de Educación para la Salud Comunitaria con el objetivo de prevenir los embarazos no deseados y los E. T. S., los mitos y falacias sexuales que posean disminuirán; el grado de conocimientos objetivos sobre el comportamiento sexual aumentará; se producirán cambios significativos, no solo en las actitudes hacía el sexo, sino, en el comportamiento sexual personal, aumentando el número de adolescentes que utilizan métodos anticonceptivos en sus relaciones sexuales y el número de adolescentes que acudirán a los servicios sanitarios que les oferta el Centro de Promoción de la Salud del Distrito".

Estos cambios en las actitudes, conocimientos y comportamientos, en el caso de que se lograsen, a medio y largo plazo, aún siendo difícil de evaluar y establecer relaciones precisas de causalidad disminuirán el número de embarazos no deseados y, por tanto, repercutirán positivamente en la mejora del nivel de Salud de la población general.

 

CONTEXTUALIZACION DE LA EXPERIENCIA

La intervención se lleva a cabo desde un Centro de Promoción de la Salud del Ayuntamiento de Madrid (C.P.S.) que desde el año 1980 viene desarrollando distintos tipos de actividades de Educación para la Salud, con el objetivo de promocionar comportamientos saludables entre los niños/as en edad escolar. Un equipo interdisciplinar de profesionales de la Salud, conjunto y coordinadamente con los profesores, padres y alumnos discuten, planifican y diseñan posibles programas de intervención en la institución escolar: Colegios de Educación General Básica e Institutos de Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) y Formación Profesional (FP).

Durante el curso escolar 89-90, la responsable del Departamento de Orientación Escolar de uno de los Institutos del distrito demandó a la Unidad de Psicología del Centro, a petición de los alumnos, la posibilidad de hacer una intervención de Educación Sexual. la demanda concreta fue pedir que se les diera algunas charlas de Educación Sexual y anticonceptivos.

Recogida la demanda, se analizan las posibilidades de hacer una intervención más estructurada y que pudiera ser evaluada posteriormente, único método de poder ir comprobando la utilidad, eficacia y eficiencia de las distintas técnicas de Educación para la Salud.

Siguiendo los criterios básicos de la metodología de la intervención comunitaria y los pasos de la elaboración y desarrollo de la planificación, ejecución y evaluación de programas, se le propone a toda la comunidad escolar (profesores, padres y alumnos), a través del frente de entrada (la tutora del departamento de Orientación que había hecho la demanda) llevar a cabo una intervención de Educación para la Salud centrada en los aspectos relacionados con la sexualidad de los adolescentes y jóvenes. Se les ofrece una intervención que además de responder a sus demandas sentidas y expresadas, pudiera tener continuidad, abarcar otros aspectos no demandados (pero determinantes), implicar a todos los protagonistas del acto educativo y que pudieran ser evaluados sus resultados.

Otro de nuestros objetivos era que en el futuro los contenidos de la intervención fueran integrados dentro del curriculum del proyecto educativo del Centro y que los padres y profesores, como responsables directos de la educación, aunque fuese con la ayuda puntual de otros profesionales, asumieran la formación de estas dimensiones básicas del desarrollo de la personalidad.

Una vez que la propuesta fue evaluada positivamente por todos los posibles participantes y la pertinencia del programa aceptado, se dieron los pasos siguientes de evaluación de necesidades, evaluación de los recursos y fijación de objetivos generales y educativos concretos. Se analizaron los posibles obstáculos y resistencias se eligieron los métodos y las técnicas de intervención y finalmente se planificaron todos las actividades que serían necesarios para la ejecución de la intervención.

 

DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES Y APLICACION DE LAS TECNICAS DE EDUCACION PARA LA SALUD

Para poder evaluar el resultado de la intervención se hacía necesario crear un instrumento pertinente a tal fin, amen del resto de los criterios objetivos que se iban a considerar metodológicamente como variables dependientes en el diseño.

Tras varios intentos y correcciones se desarrolló el Cuestionario de Información., Actitudes y Comportamiento Sexual para Jóvenes (C.I.A.C.), creado por nosotros, (Benito, Costa, López, Paños y Pérez, 1990), a partir de los datos registrados en otros cuestionarios de evaluación de los intereses y necesidades de salud de los adolescentes, y los aportados por nosotros mismos. El objetivo era identificar los conceptos erróneos, los lagunas de información sobre los bases biológicas y psicofisiológicas de la conducta sexual y los métodos anticonceptivos, así como el número y tipo de creencias, mitos y tabúes sobre la sexualidad. Una parte importante del cuestionario estaba destinado a registrar las actitudes de los adolescentes en relación a cuatro temas importantes: la anticoncepción, la homosexualidad, la masturbación y el SIDA.

Su formato final quedó condensado en un folio, por los dos caras, por exigencias económicas y de tiempo (impuestos por la propia comunidad escolar) ya que de esta manera se conseguía un ahorro considerable (lo que a su vez conllevó numerosas modificaciones del formato original). Era repartido por el tutor o profesor del aula en cuestión, y una vez rellenados se llevaban al Centro de Promoción de 10 Salud para su corrección y procesado de los datos. El formato final, tal y como aparece en las tablas 2 y 3, lo conformaban 5 grandes apartados: datos personales (4 ítems), experiencias sexual (12 ítems), conocimientos (40 ítems), mitos y tabúes (19 ítems) y actitudes (15 ítems).

En la elaboración del cuestionario, así como en su reproducción y posterior aplicación, fue fundamental la participación de los profesores y de los padres. De nada sirve crear el instrumento técnicamente perfecto, en un despacho, si no tenemos la garantía de que va a ser utilizado para alcanzar los objetivos programados. En concreto, se encargaron de elegir los conceptos y datos que a su juicio consideraban necesarios conocer sobre la conducta sexual humana, en esas edades. Para ello hablaron con los alumnos y les pidieron que por escrito, señalarán lo que más le interesaba conocer sobre estos aspectos del comportamiento humano.

Los datos obtenidos de este cuestionario permitieron establecer los objetivos educativos de la intervención con más precisión y elegir los técnicas y los actividades de Educación para la Salud más idóneas para, por una parte, intentar que los adolescentes obtuvieran más información correcta y, por otra parte, ayudar a que cambiasen aquellas actitudes, creencias y hábitos que pudieran facilitar o inducir comportamientos de riesgo para la salud.

De el conjunto de adolescentes que han pasado por el Programa (más de 700), en diferentes colegios e institutos del distrito, para la evaluación detenida del mismo, se escogió sólo una muestra que pudiera ser representativa.

 

METODO

Sujetos

Los datos que se exponen hacen referencia a un total de 210 sujetos distribuidos en dos grupos, G I (Grupo Experimental) y G II (Grupo control). Los grupos forman conjuntos naturales, alumnos de Formación Profesional y Bachillerato, pertenecientes a diferentes clases y cursos del mismo Instituto. Edad comprendida entre los 14 y los 22 años.

Variables

Durante los horas de tutoría, un equipo formado por un médico-ginecólogo, un psicólogo y el profesor correspondiente (si lo deseaba) realizaban la intervención en el aula donde tenían normalmente las clases.

Independiente: programa de Educación para la Salud.

al: Información clara sobre aquellos temas en los que el grupo había manifestado un gran interés (evaluado de manera anónima, por clases, antes de la intervención).

a2: Información y explicación detallada sobre los siguientes temas (aprovechando la información aportada por el cuestionario):

- anatomofisiología del aparato genital masculino.

- anatomofisiología del aparato genital femenino.

- psicofisiología de la conducta sexual humano.

- fisiología de la fecundación.

- métodos y técnicas anticonceptivas, indicaciones y formas de utilización.

- enfermedades de transmisión sexual.

Todo ello ayudado de gráficas y diapositivas. En el caso de los métodos y técnicas anticonceptivas, se llevaron muestras de los comentados.

a3: Exposición de mensajes persuasivos para fomentar el cambio de actitudes en torno a la conducta sexual. Se comenzaba devolviéndoles la información obtenida en los cuestionarios acerca de los mitos y creencias erróneos frente al sexo, anticipando las consecuencias de actuar de acuerdo a dichas creencias (análisis de consecuencias).

Se analiza la relación entre los pensamientos y creencias y nuestro comportamiento futuro, utilizándolo el refuerzo negativo encubierto y la sensibilización encubierta.

El objetivo educativo consiste en debilitar, cambiar, modificar o hacer desaparecer todas, o el mayor número posible de creencias, tabúes o mitos, que no se correspondiera con el conocimiento científico actual en relación con la biología y la psicofisiología de la conducta sexual.

a4: Grupos de discusión entre profesionales y adolescentes. El objetivo fundamental era fomentar la participación directa de los adolescentes en la actividad, desarrollando no implicación real en la misma. Con la utilización de diversas técnicas de Dinámica de Grupos, refuerzo social y habilidades de comunicación, se intentaba conseguir un espacio en el que los propios adolescentes argumentaran los mitos o creencias que a su juicio eran ciertos o falsos y aportaran razones.

El paso siguiente consistía en desmontar y demostrar la irracionalidad de los mitos reflejados (todos eran falsos) uno por uno, en muchos de los casos por la reducción al absurdo que significaban y aportando, en todos, datos ajustados a la realidad.

a5: Aumento de la accesibilidad a los dispositivos de ayuda profesional que ofrecía el Centro de Promoción de la Salud, para facilitar, en la medida de lo posible, el cambio de conducta.

Se hizo necesario analizar funcionalmente la conducta de demanda de servicios que existía previamente a la intervención en este grupo de adolescentes, tanto en la Unidad de Planificación Familiar como a la de Psicología. Se detectaron variables relevantes que dificultaban dicha conducta: horario de consulta, miedo al reconocimiento, exigencias de identidad. Se les ofreció información acerca de los horarios más adecuados en que menos gente acudía al centro, posibilidad de pedir cita previa, confidencialidad de los datos, dirección del Centro, los profesionales que les iban a recibir (con sus nombres), lo que podían obtener en estos Servicios, la no exigencia de mayoría de edad ni el permiso paterno en su caso (ambas cosas obligadas por la ley), otros centros de interés...

a6: Entrega de material escrito a manera de apoyo y recordatorio de lo hablado y explicado en las sesiones. Se les entregaba a cada alumno/a tres cuadernillos sobre la sexualidad humana:

1. "La sexualidad humana. 35 preguntas sobre la sexualidad para chicos y chicas de 14 a 17 años".

2. "Anatomía y Fisiología de la sexualidad". en los 2 grupos).

3. "21 preguntas sobre métodos anticonceptivos".

Estos tres libros están editados por el Ministerio de Sanidad. También se les comentaban otros libros interesantes. Finalmente se les recordaba, que la educación sexual no era el resultado de una charla o discusión entre amigos o con unos profesionales "entendidos'' en la materia, sino producto de un trabajo continuo dentro de y a lo largo de un proyecto educativo en el que los padres y los profesores podían seguir participando activamente con ellos.

a7: Reunión con los padres y profesores interesados, en la que se aportan los datos más relevantes obtenidos con el cuestionario, así como una explicación de la intervención, respondiendo a los preguntas, dudas o inquietudes planteados. Se les recuerda que la educación es un proceso continuado en el que ellos son los protagonistas directos y, nosotros, profesionales de la salud, un recurso humano dispuestos a ayudarles pero no a ser su sustituto.

Dependiente

Cognitiva: grado de modificación producida en los conocimientos, mitos y actitudes sobre la conducta sexual, medida a través del cuestionario creado (CIAC).

Comportamental: reducción del número de adolescentes que practican relaciones sexuales coitales sin utilizar métodos anticonceptivos y aumento del número de adolescentes que acuden al Centro de Promoción de la Salud.

Contaminadoras.

Diseño

Diseño cuasi experimental (por la imposibilidad de asignar los sujetos aleatoriamente a las condiciones experimentales), unifactorial intergrupo, con un grupo experimental y otro control no equivalente, con medido pre y post.

Procedimiento

El desarrollo de la intervención consta de 5 fases: evaluación de necesidades, medido pre, intervención (desarrollado al explicar la variable independiente), medido post y seguimiento (a los 19 meses de la intervención).

 

RESULTADOS

El cúmulo total de datos aportados por el cuestionario potencialmente analizables, no lo están en la actualidad, si han sido analizados los que presentamos en este artículo.

La tabla 1 aporta información relevante acerca de la experiencia sexual de los adolescentes, considerados en su conjunto (N: 210). En ella podemos observar cómo un 35% de los jóvenes han tenido relaciones sexuales a una media de edad de 15 años. De estos, un 35% de la muestra analizado, no han utilizado ningún tipo de anticonceptivo. Del resto que sí han utilizado alguno, el preservativo lo es en el 47% de los casos y el retirarse antes de eyacular en un 14%. Ante la pregunta sobre el motivo de la primera relación sexual, destaca un 54% de jóvenes que contesta por deseo, un 39 % por amor, un 18,3 % por aventura y un 12 % por curiosidad. En la frecuencia de las relaciones se impone la contestación: esporádicamente, con un 63,8 % de los casos, aunque no deja de ser relevante el dato de un 19 % de jóvenes entre 14 y 22 años que responden: más de dos veces a la semana.

Estos datos son congruentes con los obtenidos por otros estudios, entre ellos los que ofrece el Ministerio de Sanidad y Consumo, el cual informa que un 50 % de jóvenes de entre 15 y 20 años, que acude a los Centros de Planificación Familiar ha tenido relaciones sexuales con coito. Así mismo la frecuencia de relaciones sin ningún método anticonceptivo, en menores de 15 años, es de un 60 %. Siguiendo con los datos aportados por el Ministerio, el 40 % de jóvenes que abortaron de 1988 (datos IVE), no utilizaron ningún método anticonceptivo.

En la tabla 2 aparecen datos relevantes sobre Conocimientos. Podemos observar el grado de desconocimiento sobre la conducta sexual y la anticoncepción puesto en manifiesto en algunos de los Ítems, sólo un 5,2 % de los jóvenes responden correctamente que la fecundación se produce en la trompa.. o los datos escalofriantes acerca del sida (ítems 19, 20, 21, 22, 23). En lo que se refiere al grado de modificación producido en los mitos sexuales después de la intervención, tal y como se puede ver gráficamente en las tablas 3 y 4, se observan diferencias significativas (prueba T= 8,16,a:0,05) en el grupo experimental antes y después del programa, no existiendo en el grupo control.

En la tabla 5 y 6 aparecen registrados los porcentajes de acierto y error referidos a los mitos y falacias sexuales. La totalidad de los 19 ítems son falsos, sin embargo las respuestas dadas parecen no estar de acuerdo con ello. Destacan datos como los siguientes: el 61 % de la población estudiada afirma que lavar la vagina por dentro es una buena medida de higiene, un 58% afirma no saber si lavarse la vagina por dentro después del acto sexual se previene el embarazo. Otros datos de interés, un 18% de los jóvenes encuestados afirma que sólo puede haber embarazo si se disfruta con las relaciones sexuales, el 43% desconoce si la "marcha atrás" es o no un buen método anticonceptivo (un 14 % afirma que si), amén de otros datos que revelan cierta ironía machista: el 35 % de los encuestados afirma que el chico es más experto en el sexo que la chica.

En lo que se refiere a la variable dependiente comportamental, están a disposición los datos relativos a la frecuencia de uso de los diferentes anticonceptivos antes y después de la intervención Tabla 7. Se puede observar un incremento significativo en el uso del preservativo y la píldora y un descenso significativo en el % de sujetos que no utilizan ningún método anticonceptivo, después de la intervención. Paradójicamente el número de sujetos que practicaban el coito interrumpido aumenta un tanto por ciento. Aunque este fenómeno ha sido ya observado en otros estudios, no se dispone de una explicación clara de cuáles son los determinantes del mismo y cómo actúan. Nuestra opinión es que las variables cognitivas pueden estar desempeñando un papel muy importante en la explicación de estos comportamientos, pero habrá que seguir investigando.

 

CONCLUSIONES

Los resultados obtenidos hasta la fecha permiten confirmar la hipótesis de partida en cuanto a la reducción significativa de los mitos y falacias sexuales, así como en el aumento significativo del número de adolescentes que utilizan métodos anticonceptivos en sus relaciones sexuales, después de la intervención. Quedan aún por determinar otros datos relevantes como son: el aumento del grado de conocimiento objetivo sobre el comportamiento sexual, las variaciones producidas en las actitudes hacia el sexo, así como el aumento en el uso de los servicios de salud por parte de esta población, que están en proceso de análisis.

El objetivo por el cual nos propusimos llevar a delante la investigación, inicialmente era doble. Por una parte se querría resaltar la importancia de utilizar una metodología de trabajo e investigación, tan ampliamente olvidada en los actividades cotidianas de tipo comunitario, que nos permitiera evaluar, repetir y validar los resultados de un programa de Salud. Por otra parte interesaba resaltar la prudencia de las generalizaciones en este tipo de intervenciones, así como los obstáculos encontrados. Gracias a poseer uno metodología clara, podemos conocer que hay un tanto por ciento de la varianza que no viene explicado por la intervención en sí. Aún así muchos de los datos que presentamos se corresponden con otras investigaciones realizadas en este campo.

Desde el primer momento había una idea clara, la intervención no podía ser ambiciosa. La clave era definir criterios objetivos y metas a conseguir a corto plazo, todos ellos manejables. La utilidad de seguir los pasos lógicos de planificación e implantación de un programa de Salud dentro de la Comunidad, permite conocer en qué momento colea el programa y qué es necesario modificar y dónde.

No conviene olvidar que la mera adquisición de conocimientos sobre la sexualidad no es suficiente para el cambio comportamental en la dirección elegida.

Incluso siguiendo todos esas premisas y manejando técnicas para el cambio de actitudes y los instrumentos ofrecidos por la Modificación de Conducta y el modelo del Aprendizaje Social, no se ha conseguido eliminar por completo ninguno de los mitos identificados, lo cual nos hace cuestionarnos algunos respectos: acerca de lo reducido en el tiempo de la intervención (en total 9 horas), la necesidad de aumentar aún más la participación e implicación de la comunidad escolar, la introducción dentro del programa de otras técnicas no utilizadas para el cambio de conducta como puede ser el modelado, los ensayos de conducta o las habilidades sociales y de comunicación para facilitar la adquisición de los hábitos saludables elegidos como meta.

Hay autores como SCHINKE, en el 84, que argumentan que las relaciones sexuales no protegidas con métodos anticonceptivos pueden estar directamente relacionadas en un déficit en habilidades sociales y de comunicación. La falta de competencias para la relación interpersonal en los adolescentes es una variable moduladora, sino causal, que explica el comportamiento de no hablar o proponer la adopción de un método anticonceptivo aunque se conozca a la perfección su uso, y esté disponible en ese momento.

Hay autores como Schinke, en el 84, tar, y es el grado de aceptación de la experiencia por los padres y profesores y la ausencia de conflictos ante la misma. El hecho de que hayan sido ellos los que participaron en la toma de decisiones de las diferentes tareas que se realizaron con los alumnos, han demostrado ser junto con la no obligatoriedad, aspectos claves de la intervención.

Queda por comprobar en futuros estudios (ya iniciados por nosotros) la validez del programa en otras muestras de adolescentes y el seguimiento de los cambios aparecidos.

Los problemas de salud de la Comunidad requieren un esfuerzo interdisciplinar, trabajo en equipo y continuidad en las acciones, pero sin olvidar que estos están determinados y tienen su origen y posible solución más allá de los propios individuos y de los técnicos. Parece necesario entrenar a los sujetos implicados en el conocimiento de todos las variables que determinan su comportamiento, porque sólo así podrán hacer frente a muchos problemas de Salud.

La investigación y la intervención aplicado en los contextos comunitarios dentro de la Psicología pueden caminar unidas.

 

REFERENCIAS