EXPERIENCIAS

 

La autoevaluación en el desarrollo profesional de la mujer dentro del ámbito empresarial

Charo Huete Sardon


Método

1. Sujetos

2. Material

3. Procedimiento

Resultados

1. Diferencia de sexo

2. Categorías laborales mayoritarias

3. Estado civil

4. Distribución de la población de TVE

5. Formación

6. Número de hijos

Bibliografía


En todas las personas aparece el concepto de "identidad" cuando entran en relación con el medio social a través de su propia experiencia. Así, el individuo se desarrolla en la sociedad y en ella, representa un papel determinado, sintiéndose influido por los objetivos y metas de sus grupos de referencia y por los valores de la sociedad en que vive (Krech, Crutchfield, Ballachey, 1972; Zavalloni y Montuschi, 1977).

Las personas para relacionarse adecuadamente con los demás tienden a formarse un concepto de ellos, a categorizarlos; así, cuando una persona es constantemente tratada de un mismo modo adquiere una determinada Autoimagen, la cual constituirá un rasgo importante y estable de su personalidad. Asimismo, en la medida en que esta persona sea respetada y aceptada por los demás adquirirá un determinado grado de Autoestima (Argyle, 1978).

La mayoría de los autores coinciden en qué el principal origen en la formación de la autoimagen y autoestima es la concepción que los demás tienen de nosotros (Krech, Crutchfield, Ballachey, 1972; Argyle, 1978; Webster y Sobieszek, 1978), llegando a veces a vernos a nosotros mismos como los demás nos categorizan (1).

Otras fuentes de autoimagen y autoestima devienen de la relación con los padres, de la comparación que efectuamos con otras personas, de los roles sociales que desempeñamos y de la identificación con determinados modelos (Bandura y Walters, 1977).


(*) El diseño experimental y tratamiento estadístico de los datos fue llevado a cabo en colaboración con el profesor de Psicología Matemática II, Dr. Orfelio G. León García de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, y agradecemos a la Cátedra de Psicología Experimental de la misma Universidad haber puesto a nuestra disposición los medios y aparatos para la realización de este trabajo. Este artículo fue presentado como comunicación en el I Congreso de Psicología del Trabajo.

1 "Las autovaloraciones correlacionan con las valoraciones hechas por los demás, aunque estas son más favorables" (Argyle, 1978).


Si las personas se Autovaloran en aquellos aspectos y atributos que forman parte de su personalidad, definiendo sus aspiraciones e intereses más importantes, y ésta autovaloración se realiza en base a las comparaciones del individuo respecto de sus grupos de referencia, podemos señalar: a) que las autovaloraciones nos pueden proporcionar información sobre la motivación humana y b) que al obtener la autovaloración de la comparación con los demás, permitirá al individuo conocer sus posibilidades reales (González Rey, 1979).

De este modo, la autovaloración "es fundamental respecto del desarrollo de la propia identidad profesional" (Fogliato y Passera, 1980), ya que el individuo podrá ajustar y dirigir sus intereses y motivaciones en base a sus posibilidades, adquiriendo un rol profesional determinado que le permita adaptarse y desarrollarse adecuadamente a través del ejercicio profesional.

Se ha comprobado que las personas más satisfechas profesionalmente son aquellas para las que su trabajo es coherente con el concepto que tienen de sí mismas, "de valor personal, éxito y estimación" (Dunette, 1976). Así, en la misma medida en que una persona esté de acuerdo con el concepto que tiene de sí misma en su desarrollo profesional, "capacidad para ser competente", en esa medida se considerará satisfecha (Korman, 1978).

Teniendo en cuenta estos presupuestos teóricos estaría justificado suponer que si una persona elige su profesión en base a sus intereses, capacidades y competencias, y ha demostrado esta competencia profesional a través de las continuas comparaciones con su grupo de referencia, no deberían aparecer diferencias significativas en "autoevaluación" entre profesionales con un nivel de responsabilidad y remuneración salarial similares. Nuestro trabajo trata de verificar esta hipótesis general.

 

Método

1. Sujetos

Se seleccionaron aleatoriamente 46 hombres y 46 mujeres, profesionales de TVE, S.A. de una población de 790 en base a unas categorías laborales determinadas, correspondientes a unos niveles altos de responsabilidad relacionados con la pirámide salarial establecida en TVE.

Las categorías laborales estudiadas son: 1) Profesional superior complementario, 2) Profesional medio complementario, 3) Profesional técnico superior, 4) Profesional técnico grado medio, 5) Jefe de administración, 6) Redactor, 7) Productor, 8) Realizador, 9) Programador y 10) Técnico de archivo y documentación.

Los 92 sujetos de la muestra son españoles, con edades comprendidas entre 24 y 60 años, un nivel de titulación mínimo de Bachiller Elemental, una experiencia en la Empresa de 3 a 40 años, y una remuneración salarial entre 92.000 y 96.000 pesetas mensuales.

2. Material

Se utilizó un cuestionario de autoevaluación y una ficha que contenía datos personales, familiares y profesionales. El cuestionario EAE-Escala de Autoevaluación, es de origen francés (París), su autor es M.S. Lavoegie, y lo distribuye MEPSA (2). Se presenta bajo la forma de un cuadro de doble entrada formado por 9 columnas y 9 líneas, haciendo un total de 81 casillas. Cada item del test, está constituido por una pareja de adjetivos designados con el número 1 ó 2, debiendo el sujeto indicar cual de los dos adjetivos cree él que le caracteriza mejor, rodeando con un círculo el número 1 ó 2 correspondiente a ese adjetivo.

La prueba está formada por 9 escalas o rasgos de comportamiento y evalúa: I.- Energía - Dinamismo, II.- Sociabilidad, III.- Tenacidad, IV.- Inteligencia Social, V.- Ambición y confianza en sí mismo, VI.- Reflexión y Circunspección, VII.- Optimismo, VIII.- Sinceridad (esta escala se utiliza para valorar las respuestas dadas en las otras escalas), IX.- Ponderación.

La duración aproximada de la prueba es de 10 minutos. La puntuación mínima en cada una de las escalas es cero y la máxima 17, entendiendo que cuanto mayor es la puntuación de un sujeto en una escala, más acentuado será ese rasgo de autovaloración en ese sujeto.

3. Procedimiento

Se enviaron por correo a 200 personas (100 hombres y 100 mujeres), seleccionados aleatoriamente y que ostentaban las categorías laborales señaladas anteriormente, un cuestionario, una ficha de datos y una circular en la que se explicaba el contenido y finalidad del estudio. De estos 200 cuestionarios, tan sólo fueron devueltos 92.

 

Resultados

La hipótesis general de trabajo fue tratada en seis apartados jerarquizados correspondientes a las seis variables más relevantes para una mejor determinación de los resultados. A saber: diferencias de sexo, categorías laborales mayoritarias, estado civil, distribución de la población, formación y número de hijos. En realidad la hipótesis de trabajo está contenida básicamente en los dos primeros apartados, los restantes pueden considerarse como un intento por extraer el máximo de información de los datos recogidos.

1. Diferencia de sexo

Establecimos la hipótesis de trabajo de que no existen diferencias en las autovaloraciones entre sexos en cada una de las nueve escalas del cuestionario. Considerando las puntuaciones de las escalas con un nivel de medida de rangos, utilizamos la prueba no paramétrica "U" de Mann-Withney en base a que son dos muestras independientes, y estableciendo la siguiente hipótesis estadística, "la medida de rangos en la población de varones es igual a la media de rangos en la población de mujeres para un nivel de contraste de a = 0,05 y a = 0,01". Los resultados aparecen en la Tabla 1.

Sólo aparecieron diferencias significativas en los factores VI, VII y IX, resultando que los hombres se autovaloran más reflexivos, circunspectos y ponderados que las mujeres, y estas a su vez se autovaloran más optimistas que los hombres.


(2) En la edición española no consta fecha de edición original.


2. Categorías laborales mayoritarias

Teniendo en cuenta aquellas categorías laborales en las que se distribuía mayor número de sujetos de la muestra: redactores y jefes de administración, establecimos la hipótesis experimental de que no existen diferencias en las autovaloraciones entre sexos en cada una de las nueve escalas para estas categorías. La prueba estadística utilizada fue la "U" de Mann-Withney en base a las siguientes hipótesis estadísticas: a) la media de rangos de redactores en la población de varones es igual a la media de rangos en la población de mujeres y b) la media de rangos de jefes de administración en la población de, varones es igual a la media de rangos en la población de mujeres. Los resultados aparecen en la Tabla 2.

En la "submuestra" de redactores aparecieron diferencias significativas en el factor VI, lo que significa que los redactores varones se autovaloran más reflexivos y circunspectos que las mujeres. En la "submuestra" de jefes de administración no resultó significativo ningún factor, concluyendo que los jefes de administración varones y mujeres se autovaloran de igual forma.

3. Estado civil

Agrupamos a las mujeres en base a su estado civil en: a) Solteras y Casadas, b) Separadas y c) Viudas, con el objeto de ver si sus diferencias de estado modifican sus autovaloraciones en los factores I, V y VII (Energía-Dinamismo, Ambición-Confianza en sí mismo y Optimismo, respectivamente). Seleccionamos estos factores considerando en principio que podrían verse afectados por el estado civil.

Establecimos la siguiente hipótesis de trabajo: no existen diferencias en autovaloración en base al estado civil en los factores I, V y VII. Aplicamos la prueba de análisis de varianza no paramétrica de Kruskall Wallis utilizando igualmente los niveles de contraste de 0,05 y 0,01, siendo significativa "H" a partir del valor 5,99 y 9,21 respectivamente. Los resultados se indican en la Tabla 3.

No aparecieron diferencias significativas en ninguno de los tres factores.

4. Distribución de la población de TVE

Estudiamos en base a las categorías profesionales seleccionadas en la muestra, la distribución de la población de TVE; para lo cual aplicamos la prueba de Kolmogoroff-Smirnov para dos muestras independientes, siendo significativa para un nivel de contraste de a = 0,05 a partir del valor 1,367 y para un nivel de contraste de a = 0,0 1 a partir del valor 0, 1638. Los resultados vienen indicados en la Tabla 4.

Encontramos que dentro de la población de TVE, son categorías profesionales típicamente masculinas: Redactor, Productor y Realizador.

5. Formación

Observamos con arreglo a la siguiente escala: Bachiller Elemental, Bachiller Superior, Graduado Social, Licenciatura Grado Medio Letras, Licenciatura Grado Medio Ciencias, Licenciatura en Letras y Licenciatura en Ciencias, la distribución de frecuencias que se daban dentro de los hombres y mujeres, dando un valor de rangos (1 punto para la formación más baja y 7 puntos para la más alta) con arreglo a la jerarquía arriba detallada, para contrastar si aparecían diferencias en el nivel de estudios entre hombres y mujeres. Aplicamos la prueba de rangos "U- de Mann-Withney estableciendo la hipótesis estadística de que la media de rangos en la población de varones es igual a la media de rangos en la población de mujeres. Los resultados aparecen en la Tabla 5.

No aparecieron diferencias significativas.

6. Número de hijos

Para comprobar si había diferencias entre el número de hijos en las familias de los hombres y las familias de mujeres, aplicamos la prueba de rangos "U" de Mann-Withney, asignando un punto por cada hijo y establecimos la hipótesis estadística de que la media de rangos en las familias de hombres es igual a la media de rangos en las familias de mujeres. Resultados Tabla 6. No aparecieron diferencias significativas.

Globalizando los resultados podemos decir que los hombres se autovaloran más reflexivos, circunspectos y ponderados que las mujeres, y estas a su vez se autovaloran más optimistas que los hombres. En este sentido destacamos que en la submuestra de redactores, los varones se autovaloran igualmente más reflexivos y circunspectos que las mujeres.

Asimismo, señalamos que el estado civil en las mujeres no afecta a su autovaloración, y que en la formación y el número de hijos no se apreciaron diferencias significativas.

Por último comprobamos que dentro de Televisión Española, tres categorías profesionales son desempeñadas fundamentalmente por hombres: redactores, productores y realizadores.

Bibliografía