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ESTUDIOS

 

 

INDICADORES DE LA ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DEL E.M.A.

BENEDI, M

BERNAL, D

JIMENEZ DE BAGÜES, I

JIMENEZ DE BAGÜES, P

BALSA, A

Equipo Educativo de Medio Abierto Equipo de Medio Abierto DGA


RESUMEN

INDICADORES DE LA ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DEL E.M.A.

TIPOLOGIA SOCIO-ECONOMICA Y CULTURAL DE LA POBLACIÓN ASISTIDA Y FACTORES DE RIESGO.

FACTORES DE RIESGO EN LOS MENORES ATENDIDOS

CONCLUSIONES  


RESUMEN

Esta parte del documento constituye la auténtica memoria de los nueve primeros meses del presente año, dado que el E.M.A. se formó en Febrero del 93.

La interpretación tanto de las cifras aquí expuestas, como los resultados de la evaluación, tienen que verse desde la perspectiva de un período de constitución y formación del Equipo y por lo tanto de una actividad en progresión (la ratio menor/educador fue poco a poco aumentando hasta la cifra actual desde los tres primeros meses).

En las páginas que siguen, en primer lugar se evalúa la estructura y funcionamiento del E. M.A. (ratio, distribución territorial, línea pedagógica, etc ... ),-en segundo lugar la tipología socioeconómica y cultural de la población asistida y factores de riesgo,- y en tercer lugar se realiza una valoración de las intervenciones y necesidades del E. MA.

 

INDICADORES DE LA ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DEL E.M.A.

Composición del Equipo: Actualmente el E.M.A. está formado por dos Educadoras y dos Educadores que cuentan con una experiencia profesional entre nueve y doce años en el área de la infancia, protección y reforma-, que intervienen en la ejecución de medidas judiciales en régimen abierto que deriva el Juzgado de Menores de Zaragoza y su provincia. Este Equipo y los Educadores que cubren el resto de provincias aragonesas son dirigidos y coordinados por responsables del Area de Reforma de la Dirección General Bienestar Social del Departamento de Bienestar Social.

Ratio: La ratio menor/educador se ha mantenido en los últimos meses por término medio entre 6 ó 7 menores por educador, cifra que se considera óptima ya que la ratio máxima está en torno a los 8/9 menores y superarla supondría una pérdida notable de eficacia.

Distribución territorial: En el diseño del Equipo se establecía una distribución territorial que designaba un área concreta de la ciudad a cada Educador; pero necesidades de coordinación con los Delegados de Libertad Vigilada del Juzgado y la gran fluctuación existente en el número de casos que se da por barrio, recomendaba la aplicación de un sistema rotativo. Este sistema permite mantener equilibrada siempre la ratio por educador, pero por contra se pierde cierta relación con el entorno próximo al menor y, en consecuencia también se produce un menor conocimiento de los recursos del medio.

Reuniones de coordinación: Se ha establecido una reunión de coordinación semanal con el responsable del Area de Reforma de la Dirección General y en f unción de las circunstancias del trabajo se celebran reuniones internas de los educadores del Equipo; Además se hacen otras reuniones con el Equipo de Apoyo del Juzgado y el Equipo Educativo del Centro "San Jorge", con el fin de determinar criterios de coordinación y recibir información general mutua.

Otras reuniones no periódicas:

Con miembros del Equipo de Apoyo cada vez que se inicia una nueva intervención.

Con otros profesionales que intervienen con el menor (Servicios Sociales, Equipos de Apoyo del MEC, Educadores de Calle o Familiares, profesionales de centros socio-educativos, etc.)

Con el Equipo Educativo del Centro "San Jorge" cuando un menor ha pasado de una medida de medio abierto a una medida de internamiento.

Con responsables y personal del Servicio Provincial del Departamento, cuando se ha derivado algún menor a protección.

Homogeneidad de la línea pedagógica:

La línea pedagógica que se sigue en el E.M.A. esta basada en la teoría del aprendizaje y en un enfoque sistemático, por ello la acción educativa incide tanto en el menor como en su entorno. En la metodología educativa que se aplica se debe realizar un plan educativo individual donde se establecen objetivos específicos por áreas de intervención, de acuerdo con el estudio previo del menor y su medio. Los proyectos educativos tienen como fin fundamental minimizar y evitar la reincidencia de los menores en conductas desadaptadas e insertarlos en proyectos y recursos normalizados dentro de su contexto.

organismos colaboradores: Como se ha dicho, entre los fines del proyecto educativo del E.M.A., y dada la limitación en el tiempo de la intervención desde una medida judicial, se encuentra el insertar al menor en proyectos del propio entorno, por lo que se ha colaborado para este fin con los siguientes Centros, Servicios o recursos:

Centro Socio-laboral "Casco Viejo Magdalena", Centro Socio-laboral Oliver, Centro Socio-laboral Almozara, CODEF, Centro Socio-laboral "Topi 1", Aula Compensatoria y de Educación de Adultos del Colegio "Concepción Arenal", Aula Compensatoria del Colegio "Gómez Lafuente", Colegio "Santo Domingo", Colegio "Alférez Rojas", C.P. "Jerónimo Zurita", CP. "Tenerías", C.P. "Ramón y Cajal", C. P. "Ramiro Solans", INSERSO, INEM, DGA (Servicio Provincial -Protección, Prestaciones- e IAI), Centros Municipales de Servicios Sociales del Casco Viejo y Barrio Oliver, Educadores de Calle del Casco Viejo y Barrio Oliver, Centro Gusantina, Casa de Juventud Casco Viejo, Asistencia Social y Voluntariado de Cruz Roja, JOC, Campamentos del MEC y DGA, Equipo Apoyo Zona 1 MEC, Centro de Servicios Sociales de Base de Caspe y Calatayud, Educadoras Familiares del Barrio Oliver, "Gota de leche", Centro de Salud Mental lnfanto-Juvenil "Seminario", Asociación "Solidaridad y Progreso", Cáritas, Centros de Tiempo Libre, etc..

 

TIPOLOGIA SOCIO-ECONOMICA Y CULTURAL DE LA POBLACIÓN ASISTIDA Y FACTORES DE RIESGO.

Datos personales: El grupo sobre el que se ha intervenido desde el EMA está constituido por 34 menores, que tenían en el  momento de la aplicación de la medida entre 12 y 17 años. El límite de la edad de intervención viene dado por la propia L. 0. 4/92 que establece la edad de intervención por los juzgados de menores entre los 12 y 16 años. El límite superior, que la Ley establece, se encuentra superado ya que se considera la edad en la que el menor comete la infracción legal, pudiendo serie impuesta la medida posteriormente con más de 16 años.

Observamos que es a partir de los 14 años cuando hay un mayor número de menores con medida judicial (cuadro l), siendo el subgrupo más importante el de 14 a 15 años (61 %) y el de menor número los de 16 a más años (1 5 %).

Dentro del grupo de menores con intervención socioeducativa (cuadro 2) nos encontramos con una mayoría amplia de chicos (88 %), siendo muy inferior el número de chicas (1 2 %) aunque la edad de éstas se encuentra en la banda más frecuente de 14-15 años.

 

Distribución geográfica de los menores: La mayoría de los menores reside en Zaragoza (cuadro 3). Sólo tres lo hacen fuera de la capital (dos en Caspe y uno en Calatayud). El barrio de Zaragoza en el que reside una proporción significativamente mayor al resto es el Casco Viejo-Magdalena, siendo el barrio más degradado de la ciudad y donde se da un mayor índice de paro, trabajos marginales, tráfico de drogas, viviendas insalubres, analfabetismo o fracaso escolar. El resto de menores se distribuye del siguiente modo entre los barrios: Oliver 3, Picarral 2, Delicias 3, San José 3, Las Fuentes 3, Barrios rurales 2, Almozara 4, Torrero 1 y Actur 1; en estos barrios se da un alto nivel de proletarización y es bajo el porcentaje de residentes que tengan altas categorías socioprofesionales. Sin embargo en zonas con alto nivel socioprofesional como el Centro, la Romareda o Univérsitas sólo se da un único caso (zona Centro).

Tipo de familia: La mayoría de las familias de los menores son familias nucleares, el 62 %, compuestas por padres e hijos (ver cuadro 4) es my destacable el porcentaje de familias monoparentales con ausencia del padre o de la madre, el 29 %, por el vacío funcional, afectivo y los cambios de roles que supone.

Entre las familias monoparentales se sigue la tendencia social general de mayor presencia de la madre, el 66 % (cuadro 4.1).

La práctica totalidad de los menores convive dentro de su familia de origen, 91 %, (cuadro 4.2.) y sólo el 91 % restante lo hace con otros miembros de su familia extensa, todos ellos con abuelos.

Del total de la muestra objeto de nuestro estudio se observa también que, siguiendo la tendencia social habitual, el papel de cabeza de familia en el caso de las madres sólo alcanza el 32 % (cuadro 5), frente al 68 % restante en que este papel es asumido por los padres. Esto no significa que por nuestra parte sea infravalorado el papel de la mayoría de las mujeres en el hogar, pues por el contrario su contacto, proximidad e influencia sobre los menores suele ser mucho mayor.

Resulta ilustrativo este gráfico (cuadro 6) sobre el número de miembros en el mismo hogar porque evidencia la existencia de núcleos familiares numerosos con porcentajes del 50 % y 44 % para 3-5 y 6-8 miembros por hogar.

Matizando aún más la información del anterior cuadro, en cuanto a la composición numérica (cuadro 7), predominan las familias con tres o más hijos, dando porcentajes del 38 % para los intervalos de 2-3 y 4-6 hijos y el 17 % para 7 o más hijos.

La edad de los cabezas de familia se encuentra mayoritariamente por encima de los 35 años (cuadro 8). Siendo la más frecuente, con el 44 %, la edad comprendida entre 35 y 44 años, destaca también el gran número de cabezas de familia con edades superiores a 55 años, un 20%, con el presumible desfase generacional que puede producirse en estos casos, entre padres mayores con hijos menores de 16 años.

El nivel de estudios de los padres es tremendamente bajo (cuadro 9), pues sorprende en nuestra muestra que ninguno ha alcanzado un nivel superior a la escuela primaria, y se da además una cifra realmente importante de analfabetos, nada menos que el 30 %. Sobra decir que el escaso interés de los menores por los estudios y las altas cifras de retraso y fracaso escolar, que veremos más adelante, está directamente relacionado con el bajo nivel cultural de los padres que evidencian estos datos.

Respecto a la situación laboral del cabeza de familia sólo un 32% tiene trabajo fijo (cuadro 10) y la cifra desciende mucho cuando no se trata del cabeza de familia, dando sólo un 9 % (cuadro 11). Si un 17% mantiene un trabajo eventual o temporero, esta cifra también baja al 9% en no cabezas de familia; otro tanto sucede con los pensionistas; es un 17% el porcentaje de los cabezas de familia que viven de una pensión, bajando a un 4% en no cabezas de familia.

Son un 11 % los que no trabajan o están en situación de desempleo, mientras en no cabezas de familia y dentro de la normalidad sube este porcentaje al 68%. Es notoriamente importante el número de padres que se dedican a trabajos marginales o ilícitos, el 19% de los cabezas de familia y 13% en los que no lo son.

En conclusión resultan destacables los bajos índices de trabajo estable y los altos de trabajos marginales, temporeros o eventuales y pensionistas.

Nivel económico familiar: La mayor parte de las familias de los menores en intervención tienen un nivel económico situado entre los percentiles 60.000 ptas./mes y 150.000 ptas./mes (tantos por ciento del 20, 17 y 17 para los intervalos 60-80 mil, 80-100 mil y 100-150 mil ptas./mes, (cuadro 12). Estos resultados que a simple vista pudieran dar la impresión de situar a la mayoría de las familias por encima del umbral de pobreza, deben ser contrastados con el número de miembros de la unidad familiar, situada entre 3 y 8 miembros (cuadro 6), comparación que nos da un nivel económico bajo o medio-bajo en el límite del umbral de pobreza. También hay que destacar que la mayoría de las familias, el 62% no recibe ningún tipo de ayuda institucional (cuadro 13).

Características de la vivienda familiar: la mayor parte de las familias de los menores residen en una vivienda que, aunque modesto en la mayoría de los casos, reúne unas condiciones aceptables de habitabilidad el 73%, (cuadro 14), siendo menoría proporción de viviendas degradadas o en deficiente estado, 23%, y prácticamente nula la de chabolas o viviendas sumamente degradadas con el 3%.

No obstante, sí que hay que señalar que el índice de personas por habitación se eleva a 1,9 de media, lo que viene a significar cierto grado de hacinamiento en las viviendas; podría parecernos normal el que casi dos personas compartieran un mismo dormitorio, pero en realidad significa que la misma proporción se daría a la vez en el cuarto de estar, en el cuarto de estudio o el de juegos y otros si los hubiera; ya sí es que algunas de estas familias se ven obligadas a utilizar al llegar la noche el mismo comedor o cuarto de estar como dormitorio, o más frecuentemente a compartir el dormitorio matrimonial con los hijos más pequeños.

La falta, por tanto, de lugares independientes para el estudio en buena lógica dificulta notablemente que este pueda ser realizado por los menores en las mejores condiciones; carecer de espacios propios para la vida familiar en estos hogares, suele llevar a estos menores a permanecer hasta altas horas ante la televisión, con sus inevitables consecuencias.

Situación escolar: La mayoría de los menores, el 77% (cuadro 15), se encuentran escolarizados en algún tipo de enseñanza, fundamentalmente en E.G.B. con el 38% y en Talleres ocupacionales o Aulas Compensatorias de Educación de Adultos con el 26%, cursando sólo un 11% B.U.P. o F.P.I. Existe un nivel de desescolarización bastante alto en torno al 23% de los casos, pero hay que tener en cuenta que al tratarse de menores que pueden superar la edad obligatoria de escolarización y por lo tanto pueden encontrarse trabajando o en situación de expectantes del primer empleo.

Titulación académica: Más significativo todavía resulta el que tres de cada cuatro menores, el 73% (cuadro 16), no tenga ni siquiera el Certificado de Estudios Primarios y tan sólo el 3% haya conseguido el Graduado Escolar. No obstante, atendiendo al cuadro anterior sobre la situación actual de estos menores, es de prever que tanto los que están actualmente escolarizados, como los que acuden a Talleres Ocupacionales o Educación de Adultos hagan aumentar estos bajos niveles de titulación en el futuro.

De entre los menores escolarizados es preocupante la gran cantidad de problemas escolares que presentan: si la mitad aproximada de los menores tienen retraso escolar (cuadro 17), mayor es el absentismo con unos porcentajes situados en torno al 38% de los menores. Estos datos denotan en primer lugar un alto grado de desinterés por el aprendizaje escolar y en segundo lugar un escaso control familiar sobre la actividad educativa de los menores. igualmente es significativo el que el 40% de los menores abandonó la escuela o estuvo desescolarizado en algún momento.

De los menores escolarizados sólo un 23% (cuadro 18) presenta un rendimiento escolar adecuado, mientras que en el 64% el rendimiento es malo y en el 12% es nulo.

Delitos y medidas: Como puede apreciarse en el siguiente cuadro (cuadro 19) la mayoría de los delitos imputados a los menores derivados a nuestro Equipo son contra la propiedad (66%), alcanzando el mayor porcentaje entre éstos los robos, con el 36% (cuadro 19.1), continuando con los robos con uso de la fuerza, el 24%, y en menor medida los robos con violencia, con el 12%, o los hurtos con el 16%.

Más preocupantes, a pesar de su menor incidencia (34%), resultan los delitos cometidos contra las personas (cuadro 19.2) por la mayor trascendencia y alarma social que producen los mismos, ya sean lesiones (8%), amenazas (23%), o robos con intimidación, que con un 38% ocupan el lugar predominante de la tabla.

Se han incluido también en esta categoría los delitos contra la salud o de tráfico de drogas, que ocupan el 31 % del total y que resultan inquietantes por lo que en sí mismo entrañan: la posible utilización de los menores por parte de adultos, generalmente de su propia familia, para realizar este tipo de actividades delictivas; que aunque inicialmente vayan orientadas al lucro personal, exponen irremediablemente a los menores al contacto y consumo de sustancias tóxicas.

En cuanto a la forma en que se cometen los delitos destacan en nuestra muestra los realizados por grupos de menores, que alcanzan el 38,5% del total (cuadro 20); hemos de afinar en la interpretación diciendo que cuando un grupo de menores participa en un delito aumenta esta cifra por el número de implicados y no de delitos.

Mientras tanto seguimos percibiendo la utilización de los menores, ya sea solos (20,5%) o en grupo (20,5%), por otros compañeros más mayores que naturalmente lideran y sobre los que influyen negativamente, quedando al margen de nuestra intervención.

Respecto a las medidas adoptadas con los menores objeto de nuestra intervención en medio abierto, lógicamente predominan las de Libertad Vigilada, con casi el 90%, (cuadro 21), porque en este sentido se reciben las demandas de intervención de la Fiscalía y el Juzgado de Menores. Desde la creación del EMA no se ha llegado todavía a aplicar ninguna otra de las medidas que competen a este Equipo y venían contempladas en la L.0. 4/92; además aún no se han creado los cauces necesarios para desarrollarlas.

El 4% de Absoluciones y el 7% de internamientos del cuadro son consecuencia de sentencias posteriores a nuestro seguimiento en Libertad Vigilada, y este bajo porcentaje de menores internados puede dar cuenta de la efectividad de la intervención del Equipo y del cumplimiento de los menores, máxime cuando en buena parte de las sentencias se establece una alternativa de internamiento en caso de incumplimiento.

El cuadro siguiente (cuadro 21.1) da cuenta de la amplia demanda de seguimientos en Libertad Vigilada Cautelar que se nos ha hecho desde la creación del EMA, por haberse valorado positivamente la inmediatez de la respuesta, penal y educativa, y su mayor eficacia para afrontar la problemática personal y social de los menores. 

Por lo que respecta a la duración de las medidas entre los menores que llevamos en seguimiento (cuadro 22), se observa un total predominio de las de menor duración, de 0 a 3 y de 3 a 6 meses, con el 39% en ambos tramos. 

Finalmente resulta bastante significativo el cuadro que refleja las reincidencias de los menores (cuadro 23), porque en él se aprecia que sólo un número muy pequeño de menores no había delinquido antes de pasar a nuestro seguimiento (1 4%), que la gran mayoría de ellos presenta un alto porcentaje de reincidencias, el 62%, (tratándose de menores que ofrecen una mayor dificultad en la intervención por estar ya plenamente instalados en una dinámica delictiva y presentar una mayor conflictividad social y deterioro personal uno sólo de nuestros menores acumula ya 15 expedientes-); se aprecia también que un 12 % había reincidido durante el presente año, antes de que se iniciara nuestro seguimiento, y finalmente, y lo que es más importante, que sólo un 12% del total ha vuelto a reincidir desde el inicio de nuestro trabajo, quedando así patente la eficacia de esta intervención.

Actuaciones realizadas: Por dejar constancia de cuales han sido las actuaciones y recursos más utilizados por nuestro Equipo, señalaremos las más importantes:

 

Siendo las actuaciones anteriores las más frecuentes se han realizado también otras, como por ejemplo las gestiones para obtención del DNI, la cartilla de demanda de empleo en el INEM, o la solicitud de cursos de formación o colocación (para mayores de 16 años); gestiones similares se han hecho también para apoyar a los menores en la obtención de certificados en el Ayuntamiento, inscripciones en el Registro Civil, solicitudes de apoyos económicos o diversas prestaciones sociales, y finalmente solicitudes de atención por servicios o Equipos de Educadores Familiares, Asistentes Sociales municipales o del Ingreso Aragonés de Inserción, ante abogados defensores o diferentes recursos educativos o materiales a Cruz Roja, Cáritas o Centros de Menores del Departamento.

Dentro de las solicitudes de actividades de Tiempo Libre, que ocupan el mayor número, se incluyen tanto las de Campamentos y Colonias de Verano, como las de inserción de menores en Centros de Tiempo Libre.

 

FACTORES DE RIESGO EN LOS MENORES ATENDIDOS

Factores de riesgo: En este apartado exponemos una relación de aquellos factores con mayor incidencia sobre la población estudiada, que pueden incrementar el riesgo de reincidencia de los menores en intervención educativa y que por lo tanto son objetivos a minimizar o eliminar dentro de los proyectos educativos de cada menor; a cada factor le acompaña el tanto por ciento de incidencia en la población a estudio:

Factores de situación en los menores:

 

Factores de situación en las familias:

 

Factores de situación en el entorno próximo:

 

CONCLUSIONES

Como conclusión de los resultados estadísticos de la muestra anterior podemos definir una serie de rasgos que caracterizarían el perfil tipo del individuo con el que realizamos nuestra intervención socioeducativa:

Se trata de un chico de 14 ó 15 años, que vive en un barrio obrero y/o deprimido de la capital.

Convive habitualmente con su familia de origen, familia nuclear en la que su padre es el cabeza de familia, y con un número de miembros entre 3 y 8.

Sus padres tienen entre 35 y 44 años y un bajo nivel cultural; mientras el padre tiene un trabajo estable, su madre no trabaja fuera de casa, y su nivel económico se encuentra en el límite del umbral de pobreza, sin recibir ningún tipo de ayuda institucional.

Su vivienda, aunque modesta, resulta habitable pero pequeña porque casi tienen que dormir dos personas por habitación, incluyendo el comedor.

Es un menor que actualmente está escolarizado en EGB o acude a un Taller Ocupacional, seguramente por haber sido orientado en este sentido por los Equipos del Juzgado o Medio Abierto; que carece de cualquier titulo hasta la fecha y ha tenido bastantes problemas escolares: absentismo, retraso de 2 6 3 años y un mal rendimiento escolar.

Ha llegado al Juzgado de Menores por haber cometido un delito contra la propiedad (robo), en compañía de otros y se le ha impuesto una medida de Libertada Vigilada Cautelar, de menos de 6 meses, porque ya tiene algunas reincidencias anteriores.

Asistió a alguna actividad de Tiempo Libre con otros muchachos de su edad, por ejemplo a un campamento.