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ESTUDIOS

 

DATOS ESTADISTICOS DE SEGURIDAD CIUDADANA. UNA VIA DE APROXIMACION EN LA BUSQUEDA DEL CONOCIMIENTO DEL FENOMENO DE LA VIOLENCIA EN LA RED FAMILIAR
STATISTICAL DATA ON PUBLIC SAFETY. AN APPROACH TO SEEK UNDERSTANDING THE VIOLENCE PHENOMENON IN THE FAMILY NET

 

 

Alicia FUERTES PEREZ

Psicóloga. Octubre, 1995

 «La desigualdad es un hecho

psicobiológico y cultural,- la igualdad,

una aspiración ética». Rafael Burgaleta.


RESUMEN

PALABRAS CLAVE

ABSTRACT

KEY WORD

INTRODUCCION

LAS ESTADISTICAS

Población de España

Seguridad ciudadana: evolución de las denuncias con carácter general. 1992-1994 (delitos y faltas)

Delitos y faltas contra las personas

a) El delito de parricidio

b) lesiones dentro ámbito familiar (malos tratos). Delitos-faltas y detenciones

c) Evolución de delitos conocidos contra la libertad sexual

d) Evolución del número de delitos conocidos contra la libertad y seguridad

e) Fugas de menores-adolescentes

SINTESIS Y REFLEXIONES

REFERENCIAS


RESUMEN

Descripción y análisis cuantitativo de hechos crueles/violentos conocidos que se producen en la red familiar, con referencia al sexo de las víctimas y agresores,- tipos de agresiones que se generan en el ámbito familiar y resultados de las mismas,- delitos que atentan contra la libertad sexual y que están o pueden estar conexionados con la vida familiar,- denuncias conocidas relacionadas con las disoluciones de las estructuras familiares, fugas de menores y jóvenes. Trienio 1992-1994.

PALABRAS CLAVE: Red familiar Víctimas. Agresión.

 

ABSTRACT

Description and quantitative analysis about cruel/violent facts known generated in the family net, with reference to the sex of the victims and aggressors,- sort of aggressions commun family circuit and their results,- delicts attempt sexual liberty and they are o can be relationed with family life,- denunciations known conexion with dissolutions of the family structures,- flight of minors and young people. 1992-1994 Triennium.

KEY WORDS: Familiar network. Victims. Aggression.

 


(1) Agradecimientos: A la lima. Sra. Dª Concepción Sáenz Laín, Directora General de Política Interior; a la Secretaría General Técnica y al Centro de Proceso de Datos de Interior, del Ministerio de Justicia e Interior. Indicamos que este trabajo forma parte de estudios más amplios sobre temáticas interconexionadas y que se ha ido realizando bajo el auspicio de la ya mencionada lima. Sra. Dª Concepción Sáenz Laín, en base a una serena convivencia ciudadana y que se iniciaron allá por el año 1987, cuando era entonces Directora General de Política Interior, la lima. Sra. Dª Carmen Briones González. Un compendio del mismo fue presentado en julio de 1995, en el Consejo General de Seguridad Ciudadana, como papeles de trabajo a debatir. Este estudio no implica oficialidad.


INTRODUCCION

La tendencia secular de los humanos es encontrar la verdad. ¿Pero qué tipo de verdad andamos buscando?: la verdad parcial, la relativa, la estadística, la completa, la plena, la absoluta, la ... Cada uno de nosotros, tal vez deseamos la verdad completa; tal vez por cansancio de la mentira y de las falsificaciones; tal vez por no desear más generalizaciones, ni justificaciones, engaños, ni fraudes. Pero también deberíamos saber cuál es el precio de la verdad completa, porque tal vez pudiera ser demasiado elevado, ya que a veces se puede no estar preparado para la misma y aún se necesitan algunas mentiras donde encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarnos con nosotros mismos, porque no necesariamente lo que para uno es beneficioso, lo es también para un otro, amén de ser preciso tener recipientes, o si se quiere decir de otra manera, las estructuras, donde guardar la verdad.

Hemos de señalar que el Ministerio del Interior, por primera vez descorre el velo sobre problemas que suceden en el interior de la familia, al publicar en 1984, las cifras de denuncias por malos tratos, en las comisarías de la Policía Nacional: 16.070 denuncias en total en el año anterior. En este mismo año, el Fiscal General del Estado insta a los Fiscales al seguimiento y rápida tramitación de las causas de malos tratos y a ejercer las acciones legales oportunas.

Pues bien, para la problemática que nos inquieta, varias pueden ser las vías de aproximación a la hora de intentar conocer un fenómeno, y nosotros lo haremos mediante una descripción y análisis cuantitativo y desde una vía relacionada con los hechos materiales ligados a la transgresión de las normas jurídico-penales, es decir, de hecho cometidos por personas que formalmente se encuadran dentro de lo que las leyes contemplan como supuestos de responsabilidad criminal de mayor o menor gravedad, y que en España están definidos y tipificados en el Código Penal.

Así pues, para lograr un acercamiento relativamente concordante con la realidad de lo que hemos venido en denominar «Violencia en la red familiar», una de las fuentes básicas de información la constituyen las Estadísticas Policiales (denuncias o intervenciones registradas por el Cuerpo Nacional de Policía o por la Guardia Civil) a sabiendas de que no todas las víctimas de un hecho delictivo acuden a denunciar lo sucedido, como revelan diversos estudios de victimización que hemos consultado.

Estos estudios explican en parte, el porqué no denunciar los sucesos, y ello depende de muy distintos y diversos factores; por ejemplo: vergüenza; autoinculpación; falta de información, tanto del mundo policial como judicial, así como de los posibles recursos de asistencia; miedo insuperable; confusión y miedo provocado por la agresión; pánico a posteriores agresiones; posibilidad de que la resolución judicial sea finalmente favorable al agresor y no a la víctima desconfianza generalizada en el sistema penal y muy especialmente con la llamada «segunda victimización» a que es sometida la víctima, al momento de tener que relatar en cada una de las instancias la experiencia, -exposición pública de los hechos-; no considerar demasiado lesivo el hecho; alto coste emocional y desequilibrio económico (en muchas ocasiones no se tiene dinero para sobrevivir) y social, sobre todo por parte de las Mujeres que en un muy alto porcentaje carecen de autonomía económica; no contar con los suficientes arrestos y energía, para emprender una nueva vida y un largo etcétera.

Varía también este comportamiento de no denunciar y de forma notable, un tipo de suceso a otro (tipo de infracción), puesto que, por ejemplo, en el tema que nos ocupa, el abandono de familia es casi siempre denunciado, mientras que la violación, hasta estas fechas, no se denuncia con tanta frecuencia.

Difiere asimismo, la inhibición a denunciar, con las personas y con la edad y a veces hay víctimas que toman la decisión de hacerlo, pasado ya un tiempo (en el caso de malos tratos, se prevé una media de unos siete años para denunciarlos, desde que comenzaron) o víctimas que acuden después a retirar su denuncia, porque bien el agresor/ra les convencen, o bien por presiones ejercidas por las propias familias afectadas que, por razones de orden legal, económico (pérdida del proveedor), impiden que se llegue a la ratificación de la denuncia, o de amistades, o bien por presiones sociales.

Sí hemos encontrado consenso en los estudios consultados, al señalar que, fundamentalmente se debe este comportamiento inhibitorio de denuncia, a la falta real de recursos psico-socio-culturales-económicos, sin olvidarnos que una cosa bien distinta es poder o ser capaz de denunciar y otra es querer o activar nuestra capacidad de denuncia.

Retomando el tema Estadístico Policía, tenemos que decir que es a partir del año 1987, cuando entró en fase operativa el Programa Estadístico de Seguridad en toda España, que armonizó los conceptos y los cuestionarios estadísticos que deben de cumplimentar los servicios del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, ajustándolos a criterios, tanto funcionales como a su tipificación penal, y que constantemente está a la escucha de las sucesivas reformas del Código Penal, porque al igual que la sociedad está imbuida en constantes cambios, las leyes van cambiando. Todos sabemos que lo que ayer se consideraba delito, hoy puede variar.

Pues bien, los resultados cuantificados que iremos desgranando durante los años 1992 a 1994 son, pues, aquellos que han salido a la luz pública. Las «cifras en la sombra», para la problemática por la que estamos interesados de violencia, abuso, maltrato y un largo etcétera, dentro del hogar, esas grandes desconocidas e indeterminadas, aquellos sucesos conocidos pero no denunciados, el Ministerio de Justicia e Interior, por su cometido, no las ofrece. Por consiguiente, a lo largo de este estudio podemos ir viendo todas las denuncias conocidas referidas a las agresiones y violencias que se producen en el ámbito familiar, con referencia al sexo de las víctimas y agresores, así como los tipos de agresiones que se repiten en el seno familiar y los resultados de las mismas

Pasamos después a constatar los delitos que atentan contra la libertad sexual y que están o pueden estar relacionados con la vida familiar, así como otros referidos a las disoluciones en las estructuras familiares.

Por último, haremos mención de las fugas de menores y jóvenes, que podían ser indicativas de múltiples hipótesis. Consideramos que las «cifras a la luz» son un instrumento esencial que nos acercan al fenómeno -sabedores, eso sí, de que en ningún caso queda agotado-, puesto que las estadísticas son fiables, máxime si éstas se elaboran de forma estable y con criterios técnicos concretos, como es el caso de nuestro país, independientemente de que cuando lo que uno busca no es la cantidad exacta de «violencia en la red familiar», pero sí con bastante exactitud, la evolución, la extensión y la magnitud de los diferentes tipos de transgresiones del ordenamiento jurídico-penal, dado que los registros estadísticos policiales constituyen un permanente sondeo de la realidad delictiva de España, y nos aproximan a las tendencias generales sobre la misma que se dan en nuestra sociedad, sin olvidarnos en ningún momento que, junto a cada cifra existe un ser humano.

 

LAS ESTADISTICAS

Población de España

La población española de derecho es de 39,143.000 de habitantes, según la estimación realizada por el ICEX, de julio de 1994 y de estas muchas más de 39 millones de personas, el 51% de la población de derecho está compuesto por mujeres, de las que como iremos viendo a continuación fueron víctimas de maltrato en el ámbito familiar, por ejemplo, durante el año 1994, el 0,67 por mil, junto al 0,24 por mil, que fueron hombres.

Figura 1. Población de derecho.

 

Seguridad ciudadana: evolución de las denuncias con carácter general. 1992-1994 (delitos y faltas)

En la re-elaboración de las Tablas se han tomado en cuenta todas las denuncias registradas por la Policía y la Guardia Civil, a nivel nacional -no se han contabilizado las denuncias recibidas por la Policía Autónoma Vasca, la Ertzantza, que ha ampliado sus competencias desde 1992, en gran parte del territorio de la Comunidad del País Vasco-, y que incluyen tanto los hechos tipificados graves en el Artículo 6 del Código Penal, nos referimos a los Delitos, como los penalmente más leves tipificados como Faltas.

Así pues, cuantitativamente, y bajo el epígrafe hechos conocidos, figuran los que se han consumado y las tentativas o frustraciones punibles, las cuales se registran y contabilizan de la misma forma que la infracción consumada, significándose que en el caso de concurrir varias infracciones en un mismo hecho, se cumplimenta un impreso por cada infracción

Para el trienio que nos ocupa (1992 -1994) se han registrado los hechos conocidos que figuran en la Tabla n.º 1, al final de este epígrafe, En la misma se puede observar que las denuncias continúan en fase ascendente. Y del análisis específico de los Delitos registrados referentes, por ejemplo, al año 1994, nos permiten exponer los hechos más preponderantes que causan la inseguridad ciudadana en España.

Figura 2, Delitos conocidos según causa. Año 1994.

En primer lugar, tal como sucede en todos los países de nuestro entorno, el principal volumen de delincuencia es el relacionado con los ataques a la Propiedad, que suponen el 85,7% de todos los delitos denunciados y estas conductas transgresoras han sido analizadas por el sociólogo Astorkia (1992) considerándolas que pueden ser asimiladas a prácticas económicas de tipo predatorío rapaz, y su fin es conseguir de forma directa dinero o atrapar objetos para comercializarlos más tarde en la economía sumergida. El resto representa el 14,3%, en 1944.

De este 14,3%, prácticamente la mitad, 6,3%, son los casos relacionados con: las agresiones a las personas (1,6%), agresiones contra la libertad sexual (0,7%), y por último, la libertad/seguridad (3,9%) de las mismas (amenazas, abandonos, impago prestaciones económicas, etc.). Y estos últimos porcentajes son los que nos motivan a emprender el análisis, indicando que en el apartado «Otros» hemos englobado actividades muy diversas y que pueden ir desde el tráfico de estupefacientes, hasta los delitos por contrabando, así como otras figuras contempladas en el Código Penal, que no citamos para no extendernos en nuestro objetivo, relativo a aquellos ítems que inciden o puedan incidir significativamente como consecuencia de interrelaciones violentas de convivencia en la red familiar, porque esta incidencia minoritaria cuantitativa, el 6,3%, de hechos delictivos en torno a la red familiar, con respecto a las cifras globales de Delitos y Faltas denunciadas o conocidas, es a la que somos sensibles.

 

Delitos y faltas contra las personas

Después de los Delitos contra la Propiedad, si bien a muy mucha distancia de éstos -como se puede constatar en la re-elaborada Tabla n.º 2, contabilizamos los casos relacionados con las Agresiones a las personas, los cuales pueden ir desde el asesinato, pasando por los homicidios, los infanticidios, lesiones en el ámbito familiar (malos tratos), hasta las lesiones causadas en riñas y altercados de menor gravedad que acaban siendo objeto de un atestado policial.

El porcentaje de la evolución de las denuncias refiriéndonos a los Delitos contra las personas desciende en el año 1993, respecto al 92, con un ligero repunte en el año 1994, no así las Faltas que continúan incrementándose a lo largo del trienio 92-94. Y observando por separado los porcentajes correspondientes a Delitos y Faltas, se puede constatar que las denuncias por infracciones graves son mucho menos elevadas en número que las denunciadas por casos más leves. Las infracciones, pues, van perdiendo gravedad al bajar los Delitos y subir las Faltas.

 

a) El delito de parricidio

Una vez detectado el número de casos por Delitos y Faltas contra las Personas, y antes de pasar a analizar más detalladamente las denominadas Lesiones en el Ambito Familiar, también conocidas como malos tratos o que tal vez podrían denominarse, en muy numerosas ocasiones, crueldades extraemos el trágico delito de Parricidio (Tabla n.º 3), que presenta oscilaciones porcentuales a lo largo del trienio, en relación con la globalidad de los Delitos contra las Personas, con descenso en el 93 con respecto al año 92 e incremento en el 94 y la media de Hombres y Mujeres detenidos a lo largo de este trienio, por Parricidio, es del 81, 1 % Hombres y el 18,9% Mujeres

 Figura 3. Porcentaje medio de detenciones por sexo, por el delito de parricidio.

 

b) lesiones dentro ámbito familiar (malos tratos). Delitos-faltas y detenciones

Antes de desgranar las lesiones totales que se producen dentro del ámbito familiar, también conocidas como «malos tratos», las relacionamos con respecto al Total del denominado Contra las Personas, y si bien las Faltas son mucho más numerosas que los Delitos, tanto unas como otras, presentan decrementos porcentuales en el trienio 92-94, con respecto al total de denuncias contra las Personas (Tabla n.º 4).

Figura 4, Evolución Delitos y faltas contra las personas y lesiones Ambito familiar.

Examinando singularmente todos los Delitos y Faltas conocidos, que se denunciaron o se tuvieron conocimiento de ellos, denominadas Lesiones Ambito Familiar, también conocidas como «malos tratos», durante los años 199294, (Tabla n.º 5) se comprueba que la evolución de las Lesiones dentro del ámbito Familiar, presentan un decremento de 14,2 puntos, en el año 93, respecto al 92, con una ligera disminución en el 94, en cuanto a los Delitos (infracciones penales más graves). Referente a las Faltas (infracciones penales más leves), un tris de incremento en el 93, para pasar a 9,7 puntos de incremento en el año 1994. Se manifiesta pues, que las denuncias por infracciones graves son mucho menos elevadas que las denuncias por casos más leves. Las infracciones van perdiendo gravedad al bajar los Delitos y subir las Faltas.

Figura 5. Evolución Lesiones Ambito Familiar

Respecto a la medía de los hombres y mujeres detenidos a lo largo de este trienio, por malos tratos, tanto por Delitos como por Faltas, el porcentaje medio de detenciones de varones es del 91,8 % frente al 8,2% de mujeres.

Figura 6. Porcentaje medio de detenciones por sexo, en el ámbito familiar.

Pasamos a continuación a analizar las víctimas de las lesiones registradas en el ámbito familiar (Tabla n.º 6) y en cualesquiera de los años examinados, el porcentaje de mujeres víctimas es muy superior al de hombres, tanto para los Delitos como para las Faltas. No obstante, se puede observar una trayectoria diferente en cada uno de los sexos: mientras que en Mujeres existe un ligero descenso, en Hombres se constata una ligera subida.

Figura 7. Victimas lesiones Ambito Familiar.

En cuanto a las Edades podemos afirmar por las cifras analizadas que el perfil de la Víctima de Lesiones en el ámbito familiares una mujer comprendida entre los 31 y 50 años.

Figura 8. Victimas por edades y sexo, en el Ambito Familiar.

Así, por ejemplo, para el año 1994, considerando el total de los Delitos, siendo las víctimas Mujeres, el 49, 1 % se produce en los intervalos de edades entre 31 y 50 años, le sigue el intervalo de 18 a 30 años, con el 28,2%, después el de mayores de 50 años y más, con el 15,2%, y por último, las menores de 18 años, con el 7,15%.

Respecto a las Faltas, la posición de los intervalos es prácticamente la misma, excepto que el intervalo de 18 a 30 años, que también aparece aquí es segunda posición, pero con el 34,5% de víctimas y las Mujeres de más de 50 años y las Menores de 18 años, decrecen en un 2%.

En lo que se refiere a los Hombres víctimas, del total, y siempre concretándonos al año 1994, también aparece con mayor porcentaje, el intervalo comprendido entre 31 y 50 años. Y en cuanto a los Delitos, el intervalo de 31 a 50 años, son víctimas de malos tratos, el 31,5%, seguido del de 18 a 30 años, con un 24,6%, y aquí destacamos a los Menores de 18 años, que aparecen con un 22,5%, porcentaje muy superior si lo comparamos con el de las jóvenes. Por último, los Mayores de 50 años y más, representan el 21,2%.

Refiriéndonos a las Faltas, existe igual posicionamiento que en las Mujeres. Aparecen en primer lugar los intervalos concernientes a Hombres víctimas, aquellos comprendidos entre los 31 a 50 años, seguidos de los de 18 a 30 años, para pasara los Mayores de 50 años y más, y finalmente los Menores de 18 años, con el 11,95%.

Resumiendo estas comparaciones por sexo, en tramos de edades, nos llama la atención el hecho de que cotejando los dos sexos, la proporción comparativa dentro de las víctimas conocidas, las Mujeres, representan el 77% del total, si bien destacamos a las Víctimas Menores de 18 años y mayores de 50 años, que son proporcionalmente muy superiores en los Hombres.

Para ver la relación existente entre la víctima y el autor, en las Lesiones dentro del Ambito Familiar, examinaremos a continuación quiénes son los Agresores por sexo y su relación personal con la víctima, como era de esperar después de analizar a las Víctimas constatamos que son los Hombres los que en mayor número agreden, ya sea a personas de distinto o igual sexo, tanto en Delitos como por Faltas, si bien la proporción de Agresión es mucho mayor cuando son a distinto sexo.

Contemplamos asimismo, que las Mujeres agresoras a personas de igual sexo, en cuanto a los Delitos, tienen una tendencia alcista, en tanto que las cifras referidas a Hombres agresores se mantienen estables a lo largo del trienio, ya sea contra las personas del mismo o distinto sexo.

Por sexo se detecta que las Mujeres son mayoritariamente agredidas por sus cónyuges, tanto en Delitos como en Faltas, mientras que los Hombres son agredidos en casi todos los casos (Delitos+Faltas) por sus cónyuges pero seguidos muy de cerca por las agresiones de los parientes.

Respecto al tipo de agresiones por sexo de la víctima, (Tabla n.º 7) en cuanto a los Delitos y con respecto a las sufridas por las Mujeres, se reflejan oscilaciones en las Agresiones Psíquicas, casi un 2% menos que en el 93, con respecto al 92, para pasar a un 3,6% más en el 94, con respecto al 92. Las Agresiones Físicas van decreciendo hasta casi un 4% en 1994. En lo concerniente a los Hombres, y siempre refiriéndonos a los Delitos, existen asimismo oscilaciones en cuanto a las Agresiones Psíquicas sufridas por los mismos, si bien tras un incremento de 1,8% en el 93, descienden 2,2% en el 94. Por contra, las Agresiones Físicas se van incrementando en el trienio hasta casi un 4% en 1994.

Figura 9. tipos de agresiones por sexo + Faltas. Año 1994

En cuanto a las Faltas, los tipos de Agresiones tanto Físicas como Psíquicas, sufridas por ambos sexos, se mantienen sin grandes oscilaciones a lo largo de los tres años, si bien las Agresiones Físicas presentan un ligero decremento para las Mujeres y ligero incremento para los Hombres. Asimismo, como ya hemos señalado al referirnos a las Víctimas, son las Mujeres quienes sufren las tres cuartas partes de las Agresiones, tanto Físicas como Psíquicas, si bien son Agresiones Físicas las que están muy mucho por encima con respecto a las Agresiones Psíquicas (en Delitos vienen a ser casi el doble), y el lugar donde se produce este tipo de maltrato, como es obvio, tanto en Delitos como en Faltas, se realiza en el domicilio particular.

Como Resultado de la Agresión (Tablas n.º, 8 y 9) se pueden o no producir Lesiones y son las de Carácter Leve, las del porcentaje más elevado: más de la mitad en Delitos, y en Faltas, llegan a superar las tres cuartas partes del Total de Agresiones. Por otro lado, comparativamente dentro del trienio, las Lesiones Leves decrecen en Delitos, y se incrementan en las Faltas. Analizado el mismo por sexos, nuevamente podemos constatar, tanto en Delitos como con las Faltas, un porcentaje muy superior de Mujeres con respecto a los Hombres, que como Resultado de las agresiones, unas veces no padecen lesiones, y otras, por el contrario, sufren Lesiones de carácter Leve y otras Graves.

Figura 10. Resultado de la agresión, según sexo. Delitos, 1994. 

 

c) Evolución de delitos conocidos contra la libertad sexual

Para los Delitos contra la Libertad Sexual, hemos elaborado la tabla n.º 10 en la que podemos observar la proporción de estos Delitos, con referencia al global de los Delitos en el trienio 1992-94, y agrupados en la Tabla n.º 11, los relacionados con este epígrafe.

Figura 11. Evolución delitos contra la libertad sexual. 1992-94.

Comenzamos por analizar la Agresión Sexual, puesto que del Delito de Violación, lo haremos más ampliamente. Vemos, pues, que el Delito por Agresión Sexual, se incremento en más de 7 puntos en el bienio 92/93, y más de 4 en el 93/94. También acapara el porcentaje más elevado del total de los Delitos contra la Libertad Sexual (41,2% en 1944).

Respecto a la Exhibición y Provocación Sexual, en el que se incluye los que se vienen denominando Acoso Sexual, manifiesta un fuerte incremento, más de 21 puntos en el bienio 92/93, pasando a 1,4 de incremento en el 93/94, y es el tercer delito con mayor porcentaje dentro de los de Libertad Sexual.

De los Delitos por Violación, Agresión Sexual y Exhibición y Provocación, los tres juntos suman más del 89% de todos los Delitos contemplados contra la Libertad Sexual.

En cuanto al Estupro, presenta un fuerte incremento en el bienio 92/93 (22,8), por contra del Incesto, que presenta decrementos.

Por último, antes de pasar al Delito de Violación, nos referiremos a la Corrupción de Menores, que sufre oscilaciones a lo largo del trienio. Decremento en el 92/93, para incrementarse en 24,1 en el bienio 93/94.

En cuanto al número de Detenidos por sexo (Tabla n.º 12), el porcentaje mayor por estos tipos de Delitos, casi todos cercanos a más del 98%, corresponde a Hombres, a excepción del Delito de Incesto que son Detenidos los Hombres, en un 99%, en el año 1992, y el 1 00%, en los otros dos años estudiados.

Pasamos a continuación a analizar el Delito de Violación, y ello es debido a que en las estadísticas que se recogen de las Víctimas se anotan asimismo las relaciones con los presuntos autores de este Delito. Y con fin de tener una visión significativa del Delito de Violación, elaboramos la Tabla n.º 13, constatándose que el total de víctimas por este delito oscila a lo largo del trienio que nos ocupa con casi un incremento de 3 puntos del 92 al 93 y un ligero decremento del 93 al 94.

Figura 12. Victimas de violación. 1992-1994

Las víctimas por violación contempladas por separado, según sexo son en más del 90% de los casos, las Mujeres, con oscilaciones a lo largo de los tres años. Se constata asimismo, el incremento de víctimas por violación sufrida por los Hombres, durante el bienio 1993-94 (12,6 con respecto al bienio anterior).

En cuanto a las edades de las víctimas por Delito de Violación (Tabla n.º 14), según intervalos existen oscilaciones a lo largo del trienio contemplado, a excepción del de 40 a 60 años, cuyo incremento se manifiesta progresivo.

Figura 13. Victimas de violación por edades. 1992-1994.

Con los datos que tenemos, podemos afirmar que el perfil tipo de persona violada, corresponde a una mujer entre los 25 a 40 años, muy a la zaga de entre los 18 a 25 años. Por otra parte, cabe destacar que si sumamos los porcentajes de las edades inferiores a 18 años, éstos nos dan el 27,3% en 1992, para pasar al 27,6 en el 93 y ser, por último, el 26,9% de las víctimas violadas en el año 1994. No queremos dejar pasar por alto, el comentar que, el número de víctimas no coincide con el número de hechos denunciados, ya que en un Delito de este tipo, puede darse la violación de más de una persona.

Respecto a la relación con los autores de las violaciones (Tabla n.º 15), son en un muy superior porcentaje, de fuera del entorno familiar.- Así, en 1992, el 89, 1 %, para pasar a ser en el 93 el 85,9% y, por último, en el 94, el 84%. Vemos, pues, que han ido disminuyendo, y, por contra, se han incrementado los violadores dentro de la red familiar que, del conjunto de agresores que hemos recogido (padre/madre, hijo, cónyuge y pariente) han pasado de ser en 1992 el 11%, al 14, 1 % en el 93 y, por último, el 16% en el año 1994.

Figura 14. Autores de violaciones en la familia.

Y dentro del conjunto de violadores en el ámbito familiar son los Cónyuges el mayor porcentaje de autores de las violaciones, produciéndose incrementos de 17,5% en el bienio 92/93 y de 26,3% en el 93/94. Les siguen el de los Parientes, que tuvieron un incremento de más de 46 puntos, en el 92/93 y de 3,4 en el 93/94. Los Hijos, como autores de violación presentan oscilaciones, con un incremento de casi 26 puntos, en 1992/93, y un decremento de casi 4 en el 93/94.

Cuando los violadores son el Padre/Madre, es el porcentaje menor de los contemplados. Sin embargo, el incremento del 92/93, es del más del doble, y se sigue incrementando en el bienio 93/94.

Contrasta, pues, el aumento de las violaciones por autores dentro de la red familiar con el decremento de casi un punto en el año 1992/93 y un ligero trís de decremento, 0,23 en el bienio 93/94, de los violadores fuera del ámbito familiar

 

d) Evolución del número de delitos conocidos contra la libertad y seguridad

Con respecto al total de Delitos conocidos, los denominados contra la Libertad y Seguridad, aparecen en la Tabla n.º 16. Dentro de este epígrafe, elaboramos la Tabla 17 y el conjunto de Delitos de Libertad/Seguridad se van incrementando a lo largo del trienio en estudio.

En cuanto al denominado Abandono de Familia, éste sufre oscilaciones, Incremento en 7,3 en el bienio 92/93, y Decremento de 1,5 en el 93/94. Con respecto al Impago de Prestación Económica, Delito recientemente recogido, el Incremento en el bienio 92/93, es de un 32,8, pasando al 93/94, a Incrementarse de nuevo, con 45,6 puntos. Y en cuanto al Delito de Abandono de Niños, se observan asimismo incrementos a lo largo del trienio.

Sin embargo, respecto a la Sustracción de Menores, si bien sufre un Incremento de más de 1 0 puntos, en el bienio 92/93, en el 93/94, se produce u n Decremento de 14, 1. Y el último epígrafe contemplado, el referente a la Explotación de la Mendicidad, se observa que durante el bienio 92/93, se duplicó la misma, para Decrecer 13 puntos en el 93/94.

Veremos a continuación, el número de Detenidos (Tabla n.º 18) por este tipo de Delitos y con los datos podemos constatar que son los Hombres, los que tienen el doble de porcentaje de Detenciones, con respecto al Abandono de Familia. En cuanto al Impago de Prestaciones Económicas, en el año 1993, fueron los Hombres, el 100% de los Detenidos, para pasar al 93 y94, con casi detenciones del 97%.

Con respecto al Abandono de Niños, son las Mujeres quienes en más del doble lo hacen y son Detenidas por ello. Y en la Sustracción de Menores, alrededor de una media de un 70%, son Detenidos los Hombres por este Delito. Y en cuanto a la Detención por Explotación de la Mendicidad, durante el año 92, el 50% para Hombres y el 50% para Mujeres, pero en los dos últimos años contemplados, las Detenciones por este motivo, son superiores en las Mujeres (64,8% en 1994).

 

e) Fugas de menores-adolescentes

Terminamos este trabajo haciendo especial referencia al número de denuncias que se produjeron de fugas de Menores-Jóvenes que abandonan su hogar y para las que elaboramos las Tablas nº: 19, 20, 21, 22 y 23.

En el trienio 92 a 94 se van incrementando las denuncias por fugas. Y de ese total de fugas del hogar conocidas o denunciadas, es el intervalo de edades entre los 14 y 15 años, el porcentaje mayor, tanto de chicas como de chicos. Del total de fugas conocidas, una media de un 65,5% corresponden a menores de 16 años. El restante 34,5% fueron las realizadas por jóvenes entre los 16 y 17 años.

Analizaremos a continuación los distintos tramos de edades, en función del sexo y son los Menores de 14 años el porcentaje mayor de fugas denunciadas, correspondiendo una media del 59% a los niños, si bien el incremento de las niñas es superior en el trienio en estudio. En cuanto a Menores entre los 14 y 15 años, son las Menores las que presentan mayor porcentaje sobre el total de denuncias producidas por abandono de hogar, con un porcentaje medio del 52%, presentando asimismo incrementos superiores a lo largo de los tres años.

Figura 15. Fugas menores/jovenes por sexo. 1992-1994.

Por último, nos referimos a Jóvenes entre los 16 y 17 años, donde el porcentaje mayor del total, corresponde nuevamente a las Jóvenes, una media del 60,4%. Ahora bien, respecto a los incrementos del trienio, son los Jóvenes los que presentan los mismos en mayor cuantía.

 

SINTESIS Y REFLEXIONES

Estas son las cifras, los datos «a la luz», el lado oscuro, opaco y frecuentemente sórdido y trágico que ha sido denunciado y que nos pueden aproximar a la realidad esperando que tras su lectura y escucha, se reflexione, y ya no sea el mismo o la misma, que al inicio de ellos, sin que por ello, los datos que hemos analizado, nos impidan olvidar «las cifras ocultas», esas que no se denuncian o que no encuentran otros cauces donde poder verter su realidad.

Voces surgen que claman que la Violencia en la Familia es el crimen a nivel mundial más oculto de toda la Historia. La forma y el contexto en que ésta se ejerce puede variar de una sociedad a otra, pero la problemática es universal y la peor parte se la ha llevado casi siempre la mujer y los menores avalada con la legalidad correspondiente. Esa violencia en el hogar que el Consejo de Europa define como «toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno de sus miembros, que menoscaba la vida o la integridad física o psicológica, o incluso la libertad de otro de los miembros de la familia y que causan un serio daño al desarrollo de su personalidad» y la reacción del entramado social para hacerla frente sigue siendo aún insuficiente.

Estudiosos de la problemática consideran que, entre otros muchos de los factores que favorecen que la violencia continúe oculta en ciertos hogares, se debe en parte a que a la familia se la ha venido considerando como una «célula privada» y sólo en contadas ocasiones, como cuando ocurren sucesos muy dramáticos o crueles, sale a la luz, se convierte en noticia y es entonces cuando nos conmueven a casi todos, nos sensibilizamos, pero los mismos se volatizan rápidamente de nuestra mente.

Pues bien, en España, como hemos expuesto, el principal volumen de denuncias a lo largo del trienio 1992 a 1994 son aquellas relacionadas con los ataques a la Propiedad y una incidencia minoritaria cuantitativa, los hechos que están o pueden estar relacionados con la violencia dentro de la familia y a los que somos sensibles. Y dentro de esta incidencia minoritaria cuantitativa, algunas de las denuncias resultan microestadísticas, pero a las que asimismo no queremos restarles un ápice de importancia, por lo que haremos una síntesis de todas ellas, ya que muchas de las mismas son sucesos dramáticos, como sucede con el Delito de Parricidio, y que en la globalidad del trienio presenta cierta estanqueidad destacando que la media de detenidos corresponde el 81,1 % a Hombres.

Continuando con el total de denuncias conocidas en nuestro país por Lesiones dentro del Ámbito Familiar, o si se quiere, malos tratos, y que atentan contra la dignidad de la parte más débil de los que forman un hogar, constatamos un decremento en lo que respecta a los Delitos y un aumento en cuanto a las Faltas, en el lapso de los años 1992 a 1994, perdiendo gravedad las infracciones al bajar los Delitos y subir las Faltas y el mayor peso porcentual de Víctimas de lesiones por malos tratos corresponde a Mujeres, cuyo perfil de Víctima es una mujer comprendida entre los 31 y 50 siendo el principal detonante de concreción de la violencia manifestada de forma Física con resultados porcentuales más elevados de Lesiones de Carácter Leve.

Aquí volvemos a hacer un alto en el camino, para indicar que los malos tratos, según hemos constatado en otros estudios, no se circunscriben exclusivamente a las familias consideradas clásicamente como desestructuradas, sino que se producen en todo tipo de hogares, Asimismo, exponer la dificultad que conlleva el denunciar y luego probar las coacciones psicológicas, bien sea en forma de amenazas, o más sibilinamente, como cuando por ejemplo, día tras día se repite en el hogar «tú no vales nada», «estás hecho un viejo» y otras lindezas por el estilo, o cuando los gritos y palabras malsonantes son constantes y que en la mayoría de los casos son considerados como simples «riñas familiares», y sí ser más fácil probar y denunciar las agresiones de tipo físico, sobre todo si dejan huellas bien visibles en el cuerpo olvidándose que cualquier tipo de maltrato conlleva secuelas profundas.

Respecto a que el mayor peso porcentual de Víctimas de lesiones por malos tratos corresponda a Mujeres no podemos cerrar los ojos, entre otras, a esas conductas de dominio, de privilegios, de superioridad que determinados hombres siguen ejerciendo sobre las mujeres en sus hogares y que desde la sociedad aún se siguen justificando falazmente como «por su propio bien». Esas víctimas, ya sean hombres o mujeres, que por primera vez en nuestro país se miran por ellas y están pendientes de ser respaldadas por un proyecto de ley que con fecha 21 de septiembre ha sido aprobado. Además, el ministerio Fiscal tendrá la obligación de preservar a las víctimas de toda publicidad no deseada. Nos estamos refiriendo a la que posiblemente se llame Ley de Ayudas y Asistencia a las Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual. Habrá que estar a la espera de su publicación.

Respecto a las denuncias por los Delitos contra la Libertad Sexual, el denominado Agresión Sexual es el de mayor peso porcentual y en incremento a lo largo del trienio estudiado. Hay que tener en cuenta que en este epígrafe se ha empezado a Incluir el que se viene en denominar Acoso Sexual. Le siguen, en su orden, el de Exhibición y Provocación Sexual, que manifiesta un acelerado aumento seguido por el de Violación, que presenta incremento en el bienio 92/93 y ligero decremento en el 93/94. Los tres Delitos juntos suman una media de más del 89%, de todos los contemplados contra la Libertad Sexual. Asentimos con Echeburúa (1992) al considerar que si bien «existe distinción jurídica entre violación y los delitos contra la libertad sexual», desde el punto de vista psicológico es irrelevante ya que, lo que importa en las repercusiones psicológicas posteriores es el grado en que se percibe la persona que ha sido objeto de agresión sexual.

Dentro del Delito por Violación, el número de Víctimas se incremento y más del 90% son Mujeres, si bien se observa aumento de víctimas Hombres. Y este último dato podría ayudarnos a aventurar un posible cambio de actitudes de los hombres a afrontar esta problemática que muchos de ellos padecen y callan, pues sigue siendo típica la respuesta por su parte cuando sale a colación el tema de que «un hombre si no quiere, no se le puede violar». Respuesta que consideramos debería reflexionarse más profundamente, si se tuviera en cuenta, como dice Raquel Osborne (1991) que la conducta del agresor, entre otras, suele estar orientada a un afán de dominación, de imposición brutal de la propia voluntad sobre la otra persona.

En cuanto a los violadores son los de fuera del ámbito familiar los que tienen mucha mayor prevalencia que los intrafamiliares, si bien se han incrementado estos últimos en el seno de la familia, presentando los Cónyuges el mayor porcentaje de autores de las violaciones, y el menor porcentaje, el Padre/Madre, pero que a su vez se duplica. Una vez más tenemos que remitirnos en este punto al respaldo legal y en concreto nos referimos al nuevo Código Penal en el que está apunto de aprobarse una norma complementaria en la que el delito de violación será perseguible de oficio; ese delito de gran incidencia en España, pero que no se denuncia o se denuncia con poca frecuencia, dado que la mayor parte de las veces se sufre precisamente en el opaco entorno familiar.

De los contemplados contra la Libertad y Seguridad, el de mayor peso porcentual -de los que hemos considerado que implican o pueden implicar a la red familiar- corresponde al Abandono de Familia y el porcentaje de detenciones atañe más del doble a Hombres. Le sigue, muy de lejos, el Delito por el de Impago de Prestaciones, que presenta acelerados incrementos, y nuevamente hemos de indicar que el mismo ha sido recogido recientemente bajo este epígrafe, y aquí las detenciones de hombres se acercan a un 98%, por lo que se deduce una vez más, que las víctimas siguen siendo mayoritariamente las mujeres.

En cuanto a las fugas de sus hogares de menores-adolescentes, éstas se han ido incrementando y el mayor porcentaje afecta a edades entre los 14 y 1 5 años, tanto de chicas como de chicos, y del total de fugas conocidas, una media de más del 65,5% corresponde a menores de 16 años. ¿Por qué nuestros menores dejan el hogar? Tal vez no sea sólo porque no se encuentren «a gusto», o porque sufran violencia, o porque huyan de un hogar harto difícil, pues tal vez en ese hogar no hay «gritos», ni malos tratos, tal vez solo existe silencio, falta de comunicación, o cuotas de exigencias más elevadas de las que nos ponemos a nosotros, los adultos, y desean caminar hacia una vida mejor y más libre. Las investigaciones y respuestas son múltiples, pero en muchas de ellas existe un trasfondo común, el que estos menores se encuentran mejor en cualquier sitio que en su propio hogar.

No queremos dejar sin referenciar el vídeo titulado Defendiendo nuestras vidas. Malos tratos en EE.UU. Oscar en 1994 al mejor documental corto. En él se expone la magnitud de la violencia doméstica en Estados Unidos, la principal causa de malos tratos a mujeres en edades comprendidas entre los 1 5 y 45 años, en el que se pone de relieve que una mujer corre nueve veces más peligro en su casa que en la calle. Según las estadísticas del Ministerio de Justicia norteamericano, los maridos abusan de sus mujeres en un porcentaje de 2,5 por cada 1 .000 parejas. Cada una de las mujeres que aparece en el programa cuenta sus experiencias tras sufrir palizas, violaciones y torturas a manos de sus respectivos novios o esposos.

Se pide una mayor apertura para abrir horizontes a la «intimidad» tras la que se puede esconder la violencia en la familia considerándola como un fenómeno resoluble y no como un estado de conflicto permanente y sin salida, donde haya una conciliación y conjunción entre los derechos a la intimidad y los humanos, ya que los hombres y mujeres que formamos las redes familiares caminamos juntos, porque somos iguales. Asimismo, se incide en la necesidad de una mayor prevención para que cuando en un hogar se empieza a sentir que la sintonía comienza a fallar, se encuentren las suficientes estructuras a las que poder acudir para que la misma se encauce y no hablemos de la necesidad ya acuciante cuando la sintonía se ha resquebrajado totalmente, sin «echar en saco roto» lo que la experiencia constata que es que en general, aquellas personas y segmentos sociales que más necesitan una ayuda o prestación existente, son los que menos probabilidad tienen de recibirla.

«En términos generales, puede decirse que la Comunidad se siente tranquila cuando la 'justicia' hace su trabajo... Es mucho más fácil vivir cuando el mundo se divide en "buenos" y "malos". Los "buenos" son los que se apoltronan en el sofá a leer lo que los periódicos publican sobre lo que hacen los "malos"» (Victoria Palant).

Con esta cita, Jesús Valverde iniciaba su ponencia allá por el año 1978, y en la que hacía hincapié en que la violencia hacia los menores no sólo se da en las familias de niños inadaptados, sino que, a menudo con racionalizaciones muy sutiles, se da también entre nosotros, entre los que nos llamamos «normales», y con ella se desea finalizar, por su plena vigencia, ampliándola a otros componentes vulnerables de la red familiar, sin distinción de sexo y edad esperanzados de que los años no pasen por nosotros, sino que nosotros pasemos por ellos de forma activa y positiva.

Asentimos con Javier Marías: «A finales del milenio que hable la realidad, porque las estadísticas ya lo han hecho», enviando a todos los seres que sufren crueldad nuestro más entrañable abrazo.

 

REFERENCIAS