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ESTUDIOS

LA VIOLENCIA JUVENIL EN LOS CENTROS DE REFORMA DE MENORES


JUVENILE VIOLENCE AT R FORMATORIES

Oscar Arroyo Riaño

Educador. Centro de Reforma "Avelino Montero" Pontevedra


RESUMEN

PALABRAS CLAVE:

ABSTRACT

KEY WORDS:

INTRODUCCION

CARACTERISTICAS ESPECIALES DE LA VIOLENCIA JUVENIL EN LOS CENTROS DE REFORMA DE MENORES

CONDUCTAS VIOLENTAS EN LAS INSTITUCIONES DE REFORMA DE MENORES

MANIFESTACIONES DE VIOLENCIA EN EL PROCESO DE INTERNAMIENTO DEL MENOR EN EL CENTRO

ELEMENTOS QUE INFLUYEN EN LA CONDUCTA VIOLENTA DE LOS MENORES

RESOLUCION DE CONFLICTOS VIOLENTOS EN LOS CENTROS DE REFORMA DE MENORES

PROGRAMAS ESPECIFICOS DE INTERVENCION

REFERENCIAS


RESUMEN

El artículo se centra en los nuevos modelos de violencia que se generan en los centros de reforma de menores. Analiza las causas influyentes en dichas conductas violentas, pasando repaso a los modelos de intervenciones específicas.

PALABRAS CLAVE:

Delincuencia. Internamiento. Violencia. Centros de reforma.

ABSTRACT

The paper focuses in the new violence models generated at children reformatories. It analyzes the reasons affecting such violent behaviors, reviewing the specific intervention models.

KEY WORDS:

Delinquency. Internment. Violence. Reformatories.

INTRODUCCION

La violencia juvenil es un fenómeno cada vez de más actualidad, un problema que preocupa tanto como sus posibles soluciones. Del adecuado tratamiento que se le dé dependerá que dicho fenómeno no llegue a adquirir las alarmantes proporciones que vemos diariamente en países de nuestro entorno.

La problemática de la violencia juvenil ha sido elaborada desde diferentes ámbitos de trabajo, se pretende en este artículo intentar explicar algunas ideas de como se ve y, sobre todo, de como se puede abordar desde un centro de reforma de menores dicha problemática.

Es necesario hacer algunas advertencias iniciales, en primer lugar señalar que nos vamos a referir de forma prioritaria a los comportamientos violentos juveniles que se producen en un centro de reforma cerrado para menores infractores. En segundo lugar habrá que tener presente en todo momento el contexto del que estamos hablando, es decir, un centro de reforma cerrado donde ingresan jóvenes que se encuentran en una situación personal y social muy deteriorada con amplio historial delictivo y antisocial. Por último señalar que el modelo expuesto está basado en la experiencia desarrollada a lo largo de los tres últimos años en el centro de reforma de menores "Avelino Montero" de Pontevedra, perteneciente a la Consellería de Familia, Muller e Xuventude de la Xunta de Galicia.

Un centro de reforma es la institución encargada en última instancia de corregir la infracción social y la violencia juvenil cuando ésta es lo suficientemente grave y se produce por debajo de la edad penal 1, una institución a la que se le pide que reforme una conducta de violencia que no ha sido corregida en el núcleo familiar, en la escuela, ni en la sociedad; en definitiva, una violencia juvenil consecuencia del fracaso en el proceso de socialización de éstos jóvenes. Pretender que el internamiento en un centro de reforma solucione los problemas que no han sido capaces de resolver los diferentes agentes de control social a lo largo de años de la vida del menor es un objetivo demasiado ambicioso.

Las deficiencias producidas a lo largo del proceso de socialización de estos adolescentes que permiten conductas no ya de rebeldía propias de la etapa evolutiva que atraviesan, sino auténticas conductas de violencia salvaje y gratuita, no se pueden solucionar de la noche a la mañana desde un reformatorio, por excelentes que sean sus proyectos reeducativos y el personal encargado de llevarlos a cabo. Ante un triple fracaso, familiar, escolar y social, el internamiento en un centro cerrado tiene escasas posibilidades de éxito en sí mismo, y por lo tanto los objetivos de trabajo planteados con los menores que ingresan en estos centros tienen que ser necesariamente modestos, limitados y muy concretos.

Las conductas violentas son abordadas en un centro de reforma teniendo en


1 La mayoría de edad penal se alcanza según el Código Penal de 1995 a los 18 años. No obstante, la Disposición Transitoria duodécima establece que hasta la aprobación de una Ley que establezca la responsabilidad penal del menor quedará en vigor el art. 65 del Código Penal Derogado que establecía la mayoría de edad penal a los 16 años


cuenta que su objeto de trabajo son personas, que además de atravesar un período evolutivo de especial complejidad como es la adolescencia, se encuentran en situación de conflicto social. Estos adolescentes en conflicto social tienen unas características específicas de personalidad, unos déficits cognitivos importantes y una problemática personal y social tan compleja que hacen que el trabajo con ellos sea de especial dificultad.

El trabajo reeducativo que se desarrolla en un centro de reforma cerrado está basado en tres ejes fundamentales:

- El elemento de control-contención.

- El modelo de la intervención educativa - La individualización.

El primer eje de trabajo es el control y la contención de elementos que so o pueden asegurar una institución de carácter cerrado. Un centro de reforma trabaja con una población que parte de una situación de no voluntariedad en el internamiento y cuyos principales rasgos identificativos son la armonía y la agresividad. Ambos rasgos tienen que ser asumidos por la institución. La ausencia de normas que presentan estos menores se manifiesta en todos los órdenes de sus vidas, tanto a nivel personal como a nivel familiar, escolar y social, por tanto, para estos menores, el ingreso en un centro cerrado supone un auténtico revulsivo en relación a su estilo de vida anterior. Acostumbrados a que la transgresión de la norma sea su propia norma, se encuentran con un sistema que les marca límites, les impone obligaciones y que es capaz de asumir su conducta violenta; un sistema que valora la importancia de la normativa en la creación de un clima de comunicación positiva.

La contención en una situación de reforma sirve para enfrentar al menor con la necesidad de asumir y respetar unas reglas básicas y necesarias para la convivencia en el centro y ser capaz más adelante de respetar la normativa social.

El segundo eje de trabajo es el modelo de la intervención educativa. Los objetivos de trabajo que nos marcamos con los menores internos son siempre objetivos educativos distribuidos por áreas de trabajo. Todas las intervenciones que se realizan en el centro tienen un carácter educativo, es decir, están centradas fundamentalmente en enseñar cosas. No se sigue en el centro un modelo clínico centrado en la aplicación de terapias destinadas a solucionar conflictos de personalidad o curar patologías psíquicas de los menores, solo en aquellos casos puntuales de menores que necesitan este tipo de tratamiento se utilizan recursos especializados.

Hacemos énfasis en una intervención educativa destinada a que el menor aprenda nuevos modos de percibir la realidad dotándole de recursos personales, habilidades, capacidades, y competencia social suficiente para que tenga nuevas opciones de actuación con las que modificar su ambiente y el sitio que ocupa dentro de éste, teniendo en cuenta que las enormes deficiencias de los delincuentes van a exigir que éstos aprendizajes sean complejos e intensivos.

Tenemos que intervenir educativamente para enseñar, propiciando el aprendizaje de nuevas formas de actuar, de sentir y de pensar, tanto en los menores socialmente incompetentes como en el núcleo cercano que rodea su vida inmediata siguiendo el modelo ecológico social.

La individualización como tercer eje de trabajo, supone la necesidad de establecer programas de acuerdo a lo que cada joven precisa y en función de sus propios recursos. Es imprescindible la adaptación del modelo al tipo de población con la que se pretende intervenir.

A través de estos ejes básicos de trabajo, se pretende que el centro sea capaz de generar en el menor interno la seguridad, confianza, aceptación de reglas básicas de convivencia y afecto, que le permitan hacer una valoración positiva del hecho social y tomar de forma consciente una actitud activa y crítica de integración en la dinámica social.

CARACTERISTICAS ESPECIALES DE LA VIOLENCIA JUVENIL EN LOS CENTROS DE REFORMA DE MENORES

La conducta de violencia juvenil generada por jóvenes infractores vendrá determinada por las características específicas del medio donde se produce. Así pues, esta violencia no se va a manifestar de igual forma en un medio social normalizado como la calle, que en las instituciones de reforma de menores. Para poder analizar las conductas violentas que se producen en un centro de menores hay que tener en cuenta las condiciones ambientales del mismo en comparación con las que se dan en el medio social normalizado.

Centro de reforma cerrado

- Un centro de reforma es una institución total, un sistema cerrado donde se cumplen medidas de privación de libertad impuestas por los Jueces de Menores.

En los centros de reforma cerrados existe un alto grado de control y contención física de los menores internos, por lo cual tienden a minimizarse las conductas violentas.

La normativa de funcionamiento y convivencia del centro es impuesta, de obligado cumplimiento y regulada básicamente por un sistema de refuerzos y castigos. Todos los menores internos son conocedores de la misma y de las consecuencias derivadas de su incumplimiento.

Los jóvenes internos saben que las conductas violentas que se produzcan en el centro tendrán una respuesta institucional cierta e inmediata, estos elementos de certeza e inmediatez disuaden en gran medida de dichas conductas. Al ser predecible la respuesta institucional se evita la conducta violenta.

Existe una intervención personal, directa y coherente en los conflictos violentos por parte del educador como figura de autoridad y como adulto capaz de marcar límites, estableciendo una relación firme pero humana.

Medio social normalizado

Los jóvenes que circulan en el medio social normalizado no tienen privación y en muchos casos ni siquiera mínimas restricciones espaciales ni temporales, van donde y cuando quieren.

El control social ejercido es difuso y la contención física ante los casos de violencia suele ser escasa.

El estilo de vida es autónomo, el núcleo familiar, cuando existe, apenas puede imponer normas.

No hay certeza de que las conductas violentas y antisociales tengan una respuesta. Siempre existe la posibilidad de que no sean penalizadas.

- No hay intervención educativa sobre el problema ni profesionales directamente implicados en su solución, únicamente cuando se crea gran alarma social se dan respuestas punitivas

CONDUCTAS VIOLENTAS EN LAS INSTITUCIONES DE REFORMA DE MENORES

Las manifestaciones de violencia que con mayor frecuencia se producen en los centros de reforma se pueden clasificar en:

Violencia contra la institución

Serían todas aquellas conductas agresivas dirigidas contra el material, las instalaciones y el personal del centro. Son las que se dan con mayor frecuencia y pueden llegar a provocar situaciones graves de seguridad. Entre este tipo de conductas se encuentran:

Física

Psíquica

Violencia contra los compañeros

Este tipo de conductas violentas se producen en menor número que las anteriores aunque son conductas que requieren una especial atención y seguimiento educativo por cuanto alteran el clima social del grupo y la convivencia entre los menores.

Hay que tener en cuenta que las actitudes de compañerismo y solidaridad entre los miembros del grupo se manifiestan frente a la institución, pero no siempre entre los menores internos:

Física

Física

Violencia contra sí mismo

Fundamentales las autolesiones que, si bien en la mayoría de los casos son meras llamadas de atención de los menores, requieren una intervención educativa serena y especializada.

Física

Psíquica

Hay que tener en cuenta que el Reglamento de Régimen Interior (RRI) del centro 1 contempla que cualquier conducta violenta que se produzcan en el mismo, va a ser sancionada independientemente de contra quien vaya dirigida. Como suele ocurrir que en este tipo de centros en muchas ocasiones el hecho de imponer una sanción a un menor interno es causa de nuevas reacciones violentas, resulta que las conductas de la anterior clasificación que pueden acabar manifestándose como conductas de violencia contra la institución.

MANIFESTACIONES DE VIOLENCIA EN EL PROCESO DE INTERNAMIENTO DEL MENOR EN EL CENTRO

El cumplimiento de una medida de internamiento en régimen cerrado supone para el menor un proceso a lo largo del cual van a destacar tres momentos especialmente significativos en los que la institución debe garantizar unas actuaciones adecuadas. Entendemos por momento significativo o crítico aquella circunstancia en la que el menor se ve

obligado a realizar un esfuerzo extraordinario de adaptación. En un centro de reforma estos momentos localizados en el tiempo son:

- El ingreso en el centro.

- El cumplimiento de la medida.

- La finalización de la medida.

Cada uno de estos momentos significativos coincide con una fase de intervención educativa programada en el Proyecto Educativo Individualizado (PEI)3 que se realiza para cada uno de los menores internados en el centro. Las conductas violentas de los menores en la institución tendrán unas características y unas manifestaciones diferentes dependiendo de la fase de internamiento en la que se encuentre el menor.

ingreso en el centro 4

El momento en el que se produce el ingreso del menor en el centro suele ser especialmente tenso y difícil. Es siempre un momento de ruptura especialmente grave. En la mayoría de los casos este ingreso viene precedido de la detención del menor, su paso por las dependencias policiales o/y judiciales y el traslado al centro por la fuerza pública. La vivencia hostil que el joven tiene ante estos hechos aumenta en el momento del ingreso en el centro, donde deberá permanecer en contra de su voluntad durante un tiempo determinado.

Físicamente los menores suelen encontrarse cansados, con sueño y en muchos casos bajo los efectos de drogas consumidas antes de la detención. Hay que distinguir en esta fase:


2 Véase Reglamento de Régimen Interior del Centro "Avelino Montero",
3 Véase modelo del Proyecto Educativo Individualizado (PEI) del Centro "Avelino Montero".
4 Se corresponde con la 1.2 fase del PEI: Fase de observación y acomodación.


- Menores que ingresan por primera vez en el centro.

- Menores que ya tienen experiencia previa del internamiento.

Menores que ingresan en el centro por primera vez

El menor que ingresa por primera vez suele estar nervioso y con miedo, no conoce la institución o tiene referencias negativas de la misma por lo que puede presentar conductas violentas como insultos, amenazas o intentos de agresión.

En algunos casos de menores con alto grado de ansiedad se pueden producir conductas de autolesión. Ante la ausencia de elementos peligrosos en las habitaciones, la autolesión se producen golpeándose la cabeza y los puños contra las paredes.

Menores que ya tienen experiencia previa de internamiento

Cuando el menor tiene experiencia previa de internamiento en el centro, el hecho de conocer la dinámica de funcionamiento y al personal del mismo , hace el ingreso menos problemático evitándose por lo general conflictos violentos 5

Cumplimiento de la medida 6

Durante esta fase se produce la normalización de la vida diaria del menor en el centro, la incorporación a los hábitos establecidos de convivencia y la integración del mismo en el grupo de iguales. La convivencia diaria y el cumplimiento de una normativa muy exigente, provoca la aparición de conflictos y conductas de violencia.

Durante este período del internamiento es cuando se produce el mayor número de conflictos violentos, y no es únicamente por que temporalmente sea el período más largo del internamiento de los menores, sino por que una vez pasado el impacto inicial del ingreso, el menor va conociendo el sistema de funcionamiento de la institución y sus puntos vulnerables que no duda en aprovechar.

Los menores que pasan por la institución de forma sucesiva debido al cumplimiento de gran número de medidas que van acumulando, y que por lo tanto conocen perfectamente la institución y su funcionamiento, son los que provocan un mayor número de incidentes violentos.

Final del internamiento 7

El período de tiempo próximo a la finalización de la medida de internamiento podría parecer en principio un período altamente conflictivo debido a dos razones específicas:

- Al menor le queda poco tiempo de estancia en el centro, sabe que su medida es improrrogable y podría aprovechar este hecho para plantear graves conflictos sabiendo que más allá del día del externamiento no se le puede retener en el centro.


5 Hay una considerable rebaja en el nivel de ansiedad de los menores cuando en el momento del ingreso, la recepción la realiza un educador conocido por el menor y especialmente cuando lo realiza su tutor.
6 Se corresponde con la 2.2 fase del PEI: Fase de desarrollo del Proyecto.
7 Se corresponde con la 3.1 fase del PEI: Fase de evaluación del PEI y elaboración de propuestas.


- Los menores pueden proferir amenazas de acciones contra la institución y el personal de la misma una vez que se encuentren en la calle al terminar su internamiento.

Lo cierto es que la experiencia de muchos años en este trabajo no indica que ninguna de las posibilidades anteriores se cumple. Agotando el período de internamiento los menores solo piensan en su salida y no suelen plantear excesivos conflictos y una vez en la calle se olvidan rápidamente de las amenazas.

ELEMENTOS QUE INFLUYEN EN LA CONDUCTA VIOLENTA DE LOS MENORES

Las conductas de violencia en una institución cerrada con un alto nivel de control tienden a producirse en unos lugares, en unos momentos y en unas situaciones determinadas donde dicho control es más difuso y la contención es más difícil. Entre los elementos que influyen en la conducta violenta generada en un centro de reforma tenemos:

Elementos espaciales

Los lugares del centro donde significativamente se producen la mayoría de los conflictos que degeneran en situaciones violentas son:

- En cuanto a los hechos violentos contra la institución y el personal de la misma, los lugares más conflictivos suelen ser el comedor y las aulas escolares, debido a que son lugares donde de una forma más clara explícita están presentes las normas.

- Las conductas violentas en relación a los compañeros se manifiestan de forma prioritaria en el patio de recreo, en las salas dedicadas a televisión y ocio así como en el campo de departes. En estos lugares existe una menor reglamentación normativa, un menor control de los menores internos y un mayor contacto personal entre los mismos, lo que propicia discusiones y peleas entre ellos.

- Las autolesiones se producen siempre en las habitaciones individuales de los menores, lugar donde el menor se encuentra solo. La presencia del grupo (contingencia de grupo) suele disuadir de la realización de este tipo de conductas.

Elementos temporales

En cuanto a los tiempos en los que se producen los incidentes violentos, la experiencia nos dice que:

- El mayor número de conflictos violentos en el centro se suelen producir por las tardes siendo escasos los incidentes por las mañanas.

- Se producen un mayor número de incidentes violentos durante los fines de semana y los festivos que durante los días laborables, fenómeno que se debe a la organización del horario del centro. Durante los fines de semana y días festivos el horario de actividades regladas 8 se reduce, mientras aumentan las actividades de ocio dirigido y el tiempo libre que tiene los menores. Durante el tiempo libre la intervención educativa de los profesionales y el control es menor.


8 Son actividades regladas las actividades escolares, los talleres manuales y el departe, todas ellas de asistencia obligatoria para los menores internos.


lo que provoca un mayor número de incidentes.

- Por el motivo anteriormente expuesto se producen más incidentes durante los períodos de vacaciones escolares, y significativamente se producen más incidentes en primavera y verano que en el resto del año.

Existe un gran paralelismo entre espacios y tiempos en cuanto a los conflictos violentos en el centro, debido a que normalmente a lo largo del día cada tiempo se ocupa en una actividad que se desarrolla en un espacio determinado del centro con lo cual cada tiempo tiene su espacio y suelen ser coincidentes en cuanto a los conflictos en ellos producidos.

Elementos situacionales

El internamiento en un centro cerrado supone estar inmerso en un ambiente total en el que toda la vida del menor se encuentra estructurada en torno a la institución. Esto lleva a que situaciones y cosas que en otro ambiente carecerían de importancia, aquí adquieran una gran relevancia para los sujetos que tienen que ver con ellas. Esta es la causa de que acontecimientos que observados desde fuera de la institución no tendrían ninguna importancia, puedan derivar hacia situaciones de conflicto incluso de gran violencia.

Siguiendo a VALVERDE 9, tenemos que tener en cuenta que "A causa de un bajo nivel de resistencia a la frustración y un alto grado de agresividad potencial, características habituales de los inadaptados, éstos suelen manifestar un comportamiento reactivo frecuentemente desproporcionado a la causa desencadenante. De ahí que las situaciones irrelevantes sean susceptibles de convertirse en fuente de una exagerada reacción agresiva por parte del muchacho inadaptado... En ocasiones, una frustración aparentemente insignificante puede provocar graves conductas desadaptadas".

Es determinante en los conflictos violentos que se producen en el centro la situación personal en que se encuentre un menor en el momento de producirse el incidente. De esta situación personal, de su estado de ánimo y de sus expectativas en cuanto al conflicto, dependerá la mayor o menor gravedad del mismo. Un mismo hecho no provoca siempre la misma reacción.

Las situaciones que provocan conflictos en contra de la institución, suelen ser las derivadas de la exigencia de cumplimiento de la normativa general del centro, especialmente se suelen producir dichos conflictos en la exigencia de cumplimiento de:

- Las normas relativas a la forma de expresarse y dirigirse al personal del centro y a sus compañeros en la comunicación diaria, en el vocabulario y en la utilización de palabras del argot.

- La exigencia en la realización de las actividades escolares (compostura en el aula, atención, rendimiento académico, orden, limpieza, etc.).

- Las normas del comedor (compostura, utilización de cubiertos, comer de todo, etc.).


9 VALVERDE, J. El proceso de inadaptación social. Popular. Madrid, 1988.


- Las normas Sobre la utilización del material de uso común (TV, juegos, libros, etc.).

- La valoración de los profesionales sobre actitudes de los menores durante la convivencia diaria

- Las progresiones semanales con obtención o supresión de refuerzos en el sistema de fases progresivas, etc.

En cuanto a las situaciones que pueden provocar conductas violentas contra los compañeros de internamiento tenemos: La lucha por el liderazgo del grupo, manifestada de forma continua en situaciones de la vida cotidiana del centro:

- Las agresiones verbales entre menores, especialmente las ofensas realizadas a la figura materna.

- Las bromas entre compañeros.

- Las rivalidades entre pandillas establecidas o grupos étnicos 10

- Los celos.11

Cuando estalla un conflicto entre los menores internos, el enfrentamiento verbal es inmediato seguido en muchos casos de conductas de agresión física. Hay que tener en cuenta que estamos ante una población que son predominantes características cognitivas como la inmediatez en la respuesta, las rigidez cognitiva o la escasa capacidad para la resolución de problemas interpersonales. 12. Una respuesta no inmediata o insuficientemente contundente ante un conflicto con un compañero puede poner en riesgo el estatus social poseído en el grupo de iguales.

En cuanto a las situaciones que pueden provocar violencia contra sí mismo, se encuentran:

- La negativa a aceptar la situación de internamiento.

- La asunción de la difícil realidad personal.

- La no aceptación de una sanción impuesta.

- Llamadas de atención.

RESOLUCION DE CONFLICTOS VIOLENTOS EN LOS CENTROS DE REFORMA DE MENORES

Toda conducta se produce en un contexto determinado, y debe responder a las características de ese contexto. En consecuencia, una conducta que sea adaptativa en un determinado ambiente no tiene por que serio en otro diferente. Los


10 Cuando ingresan en el centro varios menores pertenecientes al mismo grupo disocial de origen pueden establecer una conducta de complicidad en contra de otros menores, ocurre con cierta frecuencia en el caso de menores de etnia gitana.
11 Este fenómeno se viene constatando desde que el centro pasó a atender población de ambos sexos.
12 GARRIDO GENOVES, V. (1993). Técnicas de tratamiento para delincuentes. Centro de Estudios Ramón Areces. Madrid.


menores infractores provienen en su mayoría de entornos socialmente deteriorados y criminógenos en los que pautas de conducta que no sean impulsivas y agresivas son ineficaces y peligrosas con lo cual tienden a repetir en la institución dichas pautas. Es importante romper la dinámica mediante la cual el menor se reafirma en su conducta agresiva.

Es fundamental en la prevención de conflictos violentos en un centro de reforma evitar que los menores pasen mucho tiempo sin hacer nada. Los menores deben saber en todo momento que es lo que tienen que hacer, cuando lo tienen que hacer y donde deben hacerlo. El hecho de no hacer nada produce en los menores una enorme sensación de vacío, de pérdida de tiempo, de frustración y deterioro del autoconcepto. Esta sensación de vacío lleva a un estado permanente de ansiedad que incrementa notablemente las conductas violentas, ansiedad aumentada al tener demasiado tiempo para dar obsesivamente vueltas a la misma idea acerca de lo irremediable de su situación de internamiento, que le conduce al fatalismo. El orden y la vida reglamentada regula la dinámica organizativa de la institución y constituye un recurso de contención personal.

La resolución adecuada de los conflictos violentos que se producen en un centro de reforma dependerá de la correcta identificación del tipo de conflicto, del análisis de la situación personal del menor o menores que lo provocan y de los profesionales encargados de resolverlo.

Tipo de conflicto

Es muy importante la identificación correcta del tipo de conflicto planteado, no es lo mismo un conflicto individual protagonizado por un menor en el que hay que intervenir separándolo del resto del grupo (Tiempo-fuera), que un conflicto en el que intervienen varios menores o el grupo en su conjunto.

Hay que distinguir entre los conflictos planteados en contra de la institución, que pueden generar conductas violentas como las descritas anteriormente de los conflictos personales entre los menores.

Los incidentes se producen unas veces por una conducta determinada y otras debido al castigo o sanción institucional que se impone por dicha conducta.

El conflicto puede circunscribirse únicamente a un incidente verbal o derivar hacia el enfrentamiento físico.

Todos estos elementos deben ser tenidos en cuenta a la hora de valorar el conflicto que se plantea para darle una correcta solución.

Menor o menores que lo provocan

Hay que tener en cuenta las características específicas del menor que provoca el incidente y su situación personal en el momento de producirse. Hay que tener en cuenta:

- El grado de conflictividad del menor y sus reacciones.

- El nivel de exigencia que se demanda del menor.

- La influencia del menor en el grupo.

- La influencia del grupo en el menor.

- Las consecuencias del incidente para el menor.

En la resolución de conflictos violentos provocados por los menores no debemos repetir situaciones de desprecio, rechazo o agresión a las que están tan acostumbrados, hay que conseguir que no se repitan ni reproduzcan las condiciones que han favorecido la problemática de estos menores, problemática muchas veces potenciada por respuestas inadecuadas o negativas de los adultos con los que se interrelacionan.

Educadores encargados de su resolución

En la resolución de conflictos violentos en un centro de reforma es fundamental la figura del educador. El educador es quien interviene directamente en el conflicto hablando con el menor, haciéndole reflexionar sobre su conducta, recordándole la necesidad de respetar la normativa y afrontando su agresividad. El papel del educador como figura de autoridad, capaz de marcar límites manteniendo una relación de respeto, diálogo y ayuda es fundamental en la resolución de los conflictos planteados en las instituciones de menores.

El educador debe ser un modelo referencial para el menor en cuanto a actitudes y conductas, un ejemplo de comportamiento prosocial, un adulto coherente capaz de actuar con firmeza cuando es necesario.

En la resolución de incidentes violentos, se producen situaciones de gran tensión emocional, con una fuerte implicación personal del educador, lo que hace que cada profesional afronte los incidentes violentos de una determinada manera, dependiendo de sus características personales, su experiencia y su capacidad técnica, pero siempre participando de un mismo esquema de acción y de una estructura coherente y sólida en todas sus etapas.

La mayor parte de los conflictos violentos en un centro de reforma se resuelven por medio del diálogo y el razonamiento con el menor y solamente en casos excepcionales hay que recurrir a la contención física, incluso en estos casos, inmediatamente se reinicia el proceso de diálogo y reflexión incorporando el incidente y sus consecuencias como nuevo material de trabajo.

En la prevención y resolución de conflictos violentos en un centro de reforma se pueden utilizar los siguientes instrumentos y estrategias:

Instrumentos:

- Contratos conductuales.

- Fichas de autocontrol.

- Pautas conductuales.

- Contingencia de grupo.

- Refuerzo social.

- Refuerzo diferencial.

- Reforzamiento de conductas alternativas.

- Costo de la respuesta.

- Sobrecorrección.

- Tiempo-fuera.

- Castigo.

Estrategias:

- Habilidades de comunicación.

- Modelado sencillo en situaciones de convivencia.

- Técnicas de cambio de actitudes.

- Entrenamiento en resolución de problemas interpersonales.

- Desarrollo de pensamiento alternativo.

- Animación socio-cultural

PROGRAMAS ESPECIFICOS DE INTERVENCION

Entendemos que la delincuencia juvenil es una manifestación más de un estilo de vida desajustado e incompetente, como una deficiencia social que puede ser corregida por medio de programas de aprendizaje específicos.

Dentro de la intervención que se realiza en el centro con jóvenes infractores que presentan conductas violentas se están utilizando, en cuanto a la estructuración del centro, un sistema de fases progresivas y dos programas de intervención, uno de entrenamiento en habilidades sociales y otro de competencia social todavía en fase de estudio e implantación.

El sistema de fases progresivas

El centro en cuanto a su estructura organizativa se articula mediante un sistema ambiental de fases progresivas que se ha inspirado en los principios del condicionamiento operante, que se encuentra claramente definido y totalmente individual izado. Los menores deben actuar en base a conseguir mejoras positivas, refuerzos positivos como hace cualquier persona que está socialmente adaptada.

El sistema de fases progresivas se encuentra establecido en el centro mediante tres fases distintas, cada una de las cuales va a determinar una serie de condiciones diferentes de vida y de estancia de los menores en el centro dependiendo de su conducta. Cada fase cuenta con un período mínimo de estancia, siendo de doce semanas la primera y segunda fase y un período que se determina de forma individual para cada menor en la tercera. Transcurrida cada fase se evalúa la evolución de la conducta del menor y el cumplimiento de los objetivos marcados en el PEI, planteándose si es procedente el acceso a la fase inmediatamente superior.

Esta evaluación se basa en los siguientes puntos:

1 . El mantenimiento de una buena calificación de comportamiento y actitud en cada una de las áreas de trabajo que se desarrollan en el centro. Areas definidas con objetivos claros y concretos a cumplir durante la semana.

2. La ausencia de sanciones que tengan la consideración de graves o muy graves según el Reglamento de Régimen Interior del centro.

3. El cumplimiento de forma aceptable de los objetivos marcados en el Proyecto Educativo Individual de cada menor 13.

Semanalmente en las reuniones del equipo educativo del centro se realiza la evaluación de los menores a lo largo de esa semana y en función de los parámetros anteriormente señalados. El sistema de fases progresivas permite tanto el avance como el retroceso de fase.

Las diferentes fases del sistema progresivo establecen diferentes condiciones de estancia en el centro haciendo éstas referencia concreta a los siguientes ámbitos:

- Tiempos dedicados a realización de actividades.

- Tiempos dedicados a ocio y tiempo libre.

- Salidas de fin de semana y especiales.

- Privilegios institucionales.

- Programas normalizados en el exterior del centro.


13 Las diferentes áreas de intervención del PEI son: Area familiar y de relación, área escolar-laboral, área pedagógico-institucional, área higiénico-sanitaria, área psicológica y área de actividades extraescolares.


El sistema de fases progresivas permite eliminar en gran medida la arbitrariedad en la evaluación comportamental de los menores que tienen los sistemas clásicos de funcionamiento de este tipo de centros, donde las reglas pocas veces se hacen explícitas y los objetivos educativos quedaban a la voluntad de los educadores responsables de cada menor, Con este sistema los aspectos en los que los menores tienen que progresar son claros y explícitos, guardando una relación estrecha con sus necesidades, y planteados de forma tal que se sientan comprometidos en su realización.

Programa de entrenamiento en habilidades sociales

Cualquier programa de entrenamiento en habilidades sociales (EHS) que se quiera poner en marcha en un centro de menores tiene que tener en cuenta el contexto institucional en el que se va a desarrollar y que en muchos casos va a delimitar la ejecución del mismo. Entre los condicionantes que han surgido en el diseño, organización y ejecución del programa conviene señalar:

- La iniciativa de desarrollar un programa de estas características, parte de algunos miembros del equipo educativo con conocimientos específicos sobre habilidades sociales que proponen el diseño del programa, siendo asumido por el resto del equipo y contando con pleno apoyo de la dirección del centro.

- Se establecieron dos grupos iniciales de trabajo formados por cuatro menores cada uno y agrupados de forma homogénea en función de sus habilidades. Aunque el planteamiento inicial preveía la utilización de dos educadores para cada grupo de trabajo, la situación del centro ha impuesto en muchas ocasiones sesiones de trabajo dirigidas por un solo educador en cada grupo.

El programa se ha venido realizando en dos sesiones semanales de una hora de duración cada sesión. El tiempo de duración del programa se estableció en tres meses.

En las sesiones se ha utilizado de forma prácticamente única el modelo vivo competente. Se intentó en algunos casos la utilización de grabaciones en vídeo, pero no resultaron operativas pues se distorsionaba mucho la sesión y se prefirió retirarlos.

- La agrupación de los menores que participaran en el programa se realizó en base a criterios de homogeneidad en los déficits de habilidades a entrenar.

- La asistencia al programa EHS en el centro tiene carácter obligatorio. En las primeras sesiones algunos menores manifiestan rechazo por considerarlo una tontería y tener sensación de ridículo, se ofreció como alternativa que el menor que no quisiera asistir al entrenamiento, durante el tiempo de duración del mismo pasaría al aula a realizar tareas de refuerzo escolar, en alguna sesión del principio algún menor dejó el entrenamiento, aunque este caso no fue significativo, volviendo al programa en las siguientes sesiones.

El programa de entrenamiento en habilidades sociales según el modelo que se ha aplicado en el centro consta de tres fases:

Evaluación de las habilidades sociales de los menores:

Habilidades sociales que se entrenan

Los contenidos del entrenamiento se basan en el currículo de aprendizaje social destinado a adolescentes de Goldstein 14. El currículo está dividido en seis fases cada una de las cuales plantea un objetivo general que a su vez está dividido en objetivos específicos:

1.- Primeras habilidades sociales:

- Escuchar - Iniciar una conversación - Mantener una conversación - Formular una pregunta - Dar las gracias - Presentarse - Presentar a otras personas - Hacer un cumplido

2.- Habilidades sociales avanzadas:

- Pedir ayuda - Participar - Dar instrucciones - Seguir instrucciones - Disculparse - Convencer a los demás

3.- Habilidades relacionadas con los sentimientos:

- Conocer los propios sentimientos - Expresar los sentimientos - Comprender los sentimientos de los demás - Enfrentarse con el enfado de otro - Expresar afecto - Resolver el miedo - Autorrecompensarse

4.- Habilidades alternativas a la agresión:

- Pedir permiso - Compartir algo - Ayudar a los demás - Negociar - Emplear el autocontrol - Defender los propios derechos - Responder a las bromas - Evitar los problemas con los demás - No entrar en Peleas

5.- Habilidades para hacer frente al estrés:

- Formular una queja - Responde a una queja - Demostrar deportividad después de un juego - Resolver la vergüenza - Arreglárselas cuando le dejan de lado - Defender a un amigo - Responde a la persuasión - Responder al fracaso - Enfrentarse a los mensajes contradictorios - Responder a una acusación - Prepararse para una conversación difícil - Hacer frente a las presiones de grupo

6.- Habilidades de planificación:

- Tomar iniciativas - Discernir sobre la causa de un problema - Establecer un objetivo - Determinar las propias habilidades- Recoger información - Resolver los problemas según su importancia - Tomar una decisión - Concentrarse en una tarea


14 GOLDSTEIN, A.P et al. (1989). Habilidades sociales y autocontrol en la adolescencia: un programa de enseñanza Martínez Roca Barcelona


Procedimientos de entrenamiento utilizado. 15

Sensibilización

Es la parte del programa en la que hemos encontrado una mayor dificultad, especialmente en el intento de hacer entender a los menores internos por que es importante el manejo correcto de la habilidad que se va a enseñar y la conveniencia de aprenderla. Esta explicación se enmarca dentro del pensamiento medios-fines, explicando como una habilidad determinada nos puede servir para alcanzar de una forma satisfactoria un fin que nos hemos propuesto mientras el déficit de la misma no permitirá la consecución de dicho fin

Modelado

La presentación del modelo a los menores la hacen siempre los educadores que dirigen la sesión. Dependiendo de la habilidad a entrenar, en muchos casos se inicia la presentación con un modelo deficiente de la habilidad para que los menores expresen opiniones negativas sobre la competencia del modelo y centrar de esta manera su atención, motivándolos a la vez para la presentación del modelo competente.

Ensayo de conducta

Dependiendo de la dificultad, el primer ensayo de conducta suelen hacerlo los miembros más competentes del grupo


15 GOLDSTEIN, op. cit. y Garrido op. cit..


de menores, así, al haber visto más ensayos se da una mayor oportunidad de aprendizaje a los menores competentes del grupo.

El ensayo no tiene que ser una imitación completa de la conducta modelada sino que se le permite al menor que la represente a su modo teniendo cuidado pues los menores tienden con mucha facilidad a salirse del papel que se pretende enseñar. Se repetirá el ensayo las veces que el educador crea conveniente hasta que se considere alcanzado el nivel adecuado.

Refuerzo/feed-back

El educador corrige los aspectos mejorables del ensayo y refuerza al menor o menores que lo realizan, propiciando también el refuerzo del grupo para el ensayante.

Generalización

Los procedimientos de generalización en situaciones reales se encuentran seriamente limitados por el contexto institucional de un centro cerrado, únicamente en las fases en las que el menor puede salir al medio social normalizado se puede trabajar ensayos en la vida real.

Problemas encontrados en la ejecución del programa

Problemas de colaboración de los menores

Se han encontrado problemas derivados de la subcultura delincuente de los menores que tienden a considerar las situaciones que se Pretenden enseñar en muchos casos ridículas, faltas de interés y sin ninguna utilidad. El grupo en muchos casos refuerza de forma negativa la utilización, en las situaciones de vida cotidiana del centro, de las habilidades aprendidas.

Así mismo, la falta de motivación y sobre todo la falta de atención necesaria para el aprendizaje, dificulta enormemente la tarea ya que el modelado se aprende vicariamente por medio de la observación y la escucha.

Limitaciones del contexto institucional en la generalización de la conducta

El internamiento en un centro cerrado impone en muchos casos la imposibilidad de que las conductas aprendidas en el entrenamiento puedan ser ensayadas en el medio social normalizado. Durante las salidas al medio familiar y social próximo del menor nos resulta difícil obtener información sobre la generalización de las habilidades que se han trabajado.

Alteraciones del programa por imprevistos

El funcionamiento a nivel organizativo y laboral del centro ha influido en muchas ocasiones en el desarrollo del programa, cambios en los profesionales que lo llevan a cabo, eliminación de sesiones programadas, etc. Las circunstancias imprevisibles que se dan en todos los centros de reforma también han influido en el desarrollo del programa, el cambio de situación de los menores por razones Judiciales, alteración de horarios y actividades, situaciones de grave alteración del clima social del centro, etcétera.

Programa de competencia social

El programa de competencia social se encuentra en estos momentos en fase de estudio e implantación.

Dicho programa está pensado en un principio para mejorar habilidades cognitivas básicas en las que muchos jóvenes delincuentes son deficitarios. Las habilidades básicas a trabajar son:

El pensamiento alternativo

Habilidad para dar soluciones diferentes a un problema dado, entendiendo que existe más de una manera para afrontar la solución de un problema dado.

El pensamiento causal

Habilidad para comprender las causas subyacentes a un problema dado.

El pensamiento consecuencial

Que supone prever las consecuencias que acarreará una determinada solución y evaluarla, en esos términos, para decidir su conveniencia o en su caso elegir otra mejor.

La sensibilidad interpersonal

Tendencia espontánea a percibir un problema interpersonal.

El pensamiento medios-fines

Capacidad de planificación de pasos secuenciados para alcanzar un objetivo propuesto. Dentro de esta tenemos la habilidad para anticipar posibles obstáculos, darse cuenta de que puede existir momentos más oportunos que otros para lograr una meta, y que todo ello puede llevar tiempo antes de conseguir la meta

REFERENCIAS