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ESTUDIOS

ESTUDIO DEL POTENCIAL DE LOS MODELOS DE INTEGRACION DE LA INFORMACION Y DE LA HIPOTESIS DEL SESGO CONFIRMATORIO EN LA SALA DE JUSTICIA. UN CASO DE ASALTO


ASSESSMENT OF THE POTENTIAL OF INFORMATION INTEGRATION THEORY AND THE CONFIRMATORY BIAS HYPOTHESIS IN THE LAW COURT: A CASE OF ASSAULT

Ramón ARCE 1, Francisca FARIÑA 2 y Mercedes NOVO 1

(1) Dpto. de Psicología Social y Básica. Universidad de Santiago
(2) Area de Psicología Básica. Universidad de Vigo


RESUMEN

PALABRAS CLAVE:

ABSTRACT

KEY WORDS:

INTRODUCCIÓN

MÉTODO

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

DISCUSIÓN: IMPLICACIONES DE LOS RESULTADOS PARA LAS ESTRATEGIAS DE ACTUACIÓN JUDICIAL

REFERENCIAS


RESUMEN

Los «Modelos de Integración de la Información» se han propuesto como un referente válido para la explicación de la formación de juicios legales (p. e., Kaplan, 1975; Ostrom et al., 1978). Si bien el modelo no se ha encontrado que se ajuste a la tarea desarrollada por los jurados, las dimensiones subyacentes al mismo (esto es, fiabilidad validez) podrían dar cuenta de los mecanismos en los que los jurados fundamentan su juicio. Así con jurados simulados y con un caso de asalto, medimos ambas dimensiones encontrando un efecto multivariado significativo en las mismas mediado por el veredicto alcanzado. Además, también observamos que el sesgo confirmatorio no explica el juicio formado. Finalmente, se discuten las implicaciones procesales de los resultados así como para las estrategias de actuación de los abogados en la Sala de Justicia.

PALABRAS CLAVE:

Teoría de la integración de la información, sesgo confirmatorio, toma de decisiones judiciales, tácticas de juicio.

ABSTRACT

Information integration models have been proposed for the understanding of juror and jury decision making (e. g., Kaplan, 1975,- Ostrom et al., 1978). Though the model does not adequately describe the task of jurors and juries, the underlying dimensions (i.e., reliability and validity) may be useful for assessing the mechanism involved in juror and, consequently, jury decision making. A study was undertaken with mock jurors and a case of assault in a trial of GBH and both of the above mentioned dimensions were assessed. A significant multivariate effect mediated by the verdict, was found in both variables. Moreover, the verdict was not explain by the confirmatory bias. Finally, the judicial implications of these findings are discussed in terms of the legal strategies employed by lawyers.

KEY WORDS:

information Integration Theory, Confirmatory Bias, Judicial Decision Making, Trial Techniques.

INTRODUCCIÓN

Diversos autores (Kaplan y Kemmerick, 1974; Kaplan, 1975; Kaplan, 1977; Kaplan et al., 1978; Ostrom et al., 1978) han propuesto la utilidad de los «Modelos de Integración de la Información» para la explicación de la formación de juicios de los jurados. Según estos modelos, un juicio es una evaluación de un objeto en una dimensión. Cualquier juicio puede estar basado en un conjunto de creencias sobre el objeto, que puedan ser relevantes para la dimensión de evaluación, y que sean salientes en el momento del juicio. Ejemplos de creencias serían las inferencias sobre los motivos del acusado, las capacidades, etc. Así, cada creencia tiene un peso que incide en la evaluación del objeto en una dimensión de juicio. Este peso es conocido como el valor escalar de la creencia. Ahora bien, todas las creencias no contribuyen por igual al juicio. En este sentido, el peso de una información estará en relación con la fiabilidad y validez de la misma. La fiabilidad en la sala de Justicia estaría afectada por elementos tales como la credibilidad de los testigos, o la consistencia lógica de la evidencia y probabilidad de ocurrencia de una estructura determinada de eventos; mientras que la validez estaría relacionada con la relevancia de un fragmento particular de conocimiento para el juicio a llevar a cabo. El juicio requiere la integración de estos elementos (Anderson, 1974) y una regla combinatoria. En la mayoría de las ocasiones el juicio es una función de múltiples estímulos informativos y la tarea de decisión sólo permite una respuesta. Si ésta es, además, dicotómica, el modelo de promedio es el que más se ajusta al modo de actuación real de los sujetos (Kaplan, 1982).

Otro elemento a considerar es la impresión inicial, que no es más que el influjo de la experiencia pasada o predisposición en el juicio. A través de las impresiones iniciales, dieron entrada a los sesgos de juicio. Dos serían las fuentes de sesgo: específica y general (es decir, predisposiciones estables y transitorias). Este mismo modelo aporta una solución para la erradicación de sesgos: aumentando el peso de los factores legales, se reduce la importancia de los sesgos. En términos del modelo: si aplicamos una función algebraica de promedio, entonces las tendencias de los dos elementos que constituyen la base de un juicio, información e impresión inicial, estarán inversamente relacionadas, de modo que al aumentar una (información) decrece la importancia de la otra (impresión). La investigación empírica apoya este razonamiento (Vidmar, 1979; Dane y Wrightsman, 1982).

Pues bien, estos modelos no han estado exentos de críticas; de hecho, nunca se ha demostrado que las personas actuemos como calculadoras sociales (véanse por ejemplo las revisiones de Pennington y Hastie, 1981 ; Leyens y Codol, 1990), y tampoco se ha encontrado ninguna relación cuantitativa entre el juicio de los jurados y la evidencia presentada (Pennington y Hastie, 1986). Aún es más, los jurados parecen no seguir, en su totalidad, las más mínimas reglas estadísticas. Así, Dane (1985) sólo halló una concordancia del 77% entre las estimaciones de la probabilidad de culpabilidad que superaban la carga de la prueba, y el consiguiente veredicto de culpabilidad de los jurados. No obstante esta falta de ajuste global del modelo en términos de formación de juicios, diversos trabajos han advertido que las dimensiones postuladas por el modelo como antecedentes al mismo (fiabilidad y validez) pueden ser los mecanismos subyacentes a la formación de juicios (p.e., Hastie et al., 1983: Cowan et al., 1984).

Es nuestro objetivo central estudiar el valor y la posible utilidad en la Sala de Justicia de las dimensiones subyacentes al juicio. Esto es, según el modelo, el juicio de los jurados, en términos de culpabilidad o inocencia, deberá predecir diferencias en la evaluación de la fiabilidad y validez de la evidencia. Además, también es de interés resolver el peso de una hipótesis de trabajo que, aun teniendo cabida en los modelos de integración de la información a través de las diferencias individuales en el procesamiento de la información (Kaplan, 1975), de confirmarse ajustaría más el modelo. Nos estamos refiriendo a la formulación del sesgo confirmatorio o hipótesis confirmatoria (Snyder y Swann, 1978) que, en la formación de juicios legales, fue sostenida por Pennington (1981) y Diamond (1993). En este contexto específico, se imputa a los decisores legales una intencionalidad en la comisión de errores en el recuerdo de las pruebas e interpretación de las instrucciones judiciales, de modo que favorezcan la hipótesis final alcanzada.

MÉTODO

Sujetos

Se tomaron un total de 340 sujetos, todos ellos incluidos en las listas del censo electoral, y capacitados para ejercer la función de jurados, que participaran en el estudio de forma voluntaria. Además, se controló que las variables sociodemográficas más representativas; esto es, edad, género, nivel de estudios, y profesión, estuvieran saturadas en una proporción cercana a la distribución real del conjunto de la población gallega

Procedimiento

A todos los sujetos se les explicó lo que es un Jurado y cuál era la tarea a desarrollar. A continuación se les presentaba un caso real recreado y grabado en vídeo, con nombres y situaciones ficticias. Tras la visión del caso completaban un cuestionario pre-deliberación en el que, para este estudio concreto, consideramos la formación de juicios individual en términos de veredicto y sentencia; una medición del recuerdo/reconocimiento de hechos del caso e instrucciones judiciales; y un análisis de los substractos al proceso de formación de juicios. El cuestionario de medición del recuerdo constaba de cuatro alternativas a cada pregunta: una correcta, una incorrecta pro-acusado, una incorrecta contra-acusado, y una incorrecta neutra. La creación de las respuestas siguió un procedimiento de torbellino de ideas entre los experimentadores de modo que todas ellas fueran factibles. De hecho, todas las alternativas posibles fueron señaladas por los jurados. Para el estudio de los componentes del modelo de integración de la información se construyó el siguiente cuestionario, con un formato de respuesta de 5 puntos tipo Likert (este cuestionario está basado en las creaciones de Cowan et al., (1984):

Credibilidad de los diversos testigos y abogados.

- Habilidad defensa (interrogatorio).

- Habilidad fiscal (interrogatorio).

- Alegatos defensa (consistencia).

- Alegatos fiscal (consistencia).

- Importancia de los diversos testimonios y del trabajo de los abogados para la toma de decisiones.

Mediante la evaluación de la importancia de los distintos testimonios y del papel desempeñado por los abogados para la toma de decisiones, medimos la dimensión «validez». Por su parte, los ítems sobre credibilidad, habilidad de los abogados (en el interrogatorio de los testigos para reforzar un testimonio o deslegitimarlo), y los alegatos de la defensa y acusación (donde los abogados presentan un evento narrativo de los hechos consistente y lógico), constituyen el instrumento de medida de la «fiabilidad»1. A través de los alegatos iniciales, los abogados proporcionan un esquema cognitivo que incide en el procesamiento e interpretación de la evidencia por parte de los jurados (Lingle y Ostrom, 1980) a la vez que en el juicio formado (Pyszczynski et al., 1981 ), en tanto que de los alegatos finales se sirven para crear un evento narrativo de los hechos consistente y lógico, y que de no suministrarse suelen implicar un veredicto contrario (p.e., Carson, 1984).

Material

Un caso judicial recreado en el Palacio de Justicia de Santiago y grabado en vídeo. Éste, Caso Adanero, encierra una supuesta agresión con lesiones del Sr. Adanero al Sr Zarra. La cuestión central consiste en establecer si se trata de legítima defensa o de una agresión con lesiones. Los hechos son admitidos por ambas partes y se dan por demostrados.


1 El ítem de información es central para los modelos de integración de la información y se ha definido de tantas forma como aplicaciones hay del modelo a la toma de decisiones del jurado: como una única pieza de evidencia (Ostrom et al., 1978); un conjunto de información tales como las declaraciones que forman la evidencia como las que son no-evidencia -factores extralegales- (Kaplan y Kemmerick, 11974); o el conjunto de declaraciones que se relacionan con un componente molar del caso; por ejemplo, la habilidad del acusado para cometer el crimen (Kaplan, 1977). También puede ser una inferencia construida en el proceso de integración; por ejemplo, una inferencia basada en un conjunto de declaraciones (Kaplan, 1975). En suma, los ítems de información se ajustan a la definición del investigador. Nosotros hemos tomado los diversos testimonios y actuación de los abogados, basándonos en análisis de deliberaciones de jurados con este mismo caso (Arce, Fariña, Now y Vila, 1996). Así, todas las intervenciones con connotaciones referidas al ¿aso estaban fundadas en algunos de estos ítems de evidencia.


La recreación del caso incluía alegatos iniciales y finales de los abogados, testimonios presenciales (unos llamados por la defensa -Sr. Ginés-, y otros por la acusación -Sres. Redondo y Simón), testimonio del acusado y víctima, testimonios de expertos -Dr. Prieto-, policial, e instrucciones judiciales. Además, todos los testigos se ven sometidos a un interrogatorio cruzado.

RESULTADOS Y CONCLUSIONES

a. Recuerdo.

Con un diseño 2(veredicto: inocente v. culpable) X 2(errores: pro-inocencia v. pro-culpabilidad), no hallamos que el veredicto esté mediatizado por el recuerdo y la consiguiente comisión de errores «interesados» [C2(1)=0,52; NS]. Sin embargo con un diseño 2(veredicto: inocencia v. culpabilidad) X 2(aciertos v. errores), hemos encontrado que los jurados pro-culpabilidad recuerdan más hechos o pruebas correctamente [C2(1)=100,63; p<,01] que los jurados pro-inocencia, mientras que estos últimos incurren en más errores 2. En suma, consideramos que la culpabilidad necesita de una mayor y mejor actividad cognitiva que la inocencia. Igualmente, la decisión finar de los jurados no se sustenta en un sesgo confirmatorio, esto es, deformación cognitiva de la información. Pudiera ser que el jurado realizase un procesamiento automático de la información. No obstante, tal y como afirma Reason (1979), las actividades que se llevan a cabo automáticamente necesitan ser verificadas conscientemente en puntos claves para impedir que se produzca algún tipo de error que encierre consecuencias no deseables para el sujeto. Deductivamente, a nivel explicativo creemos que, dada la relevancia que puede tener para el encausado y para el propio jurado procesar la información, debemos entender aquí cualquier tipo de indicio o prueba que sea presentada en el juicio en contra del acusado, el jurado necesitará «verificar» esa información procesada y la forma en que lo realiza, como ya apuntamos es verificándola conscientemente, lo que implica una mayor actividad cognitiva. Esta, a su vez, conduciría a un mejor almacenamiento de la información, redundando en un mejor recuerdo. Queremos señalar, no obstante, que estas afirmaciones no significan que nosotros asumamos que los jurados cuando procesan un indicio o una prueba, como una señal de inocencia, no la verifiquen conscientemente, dado que este hecho está modulado por la importancia que le otorguen a dicha prueba. Lo que nosotros presumimos que puede suceder es que exista una mayor tendencia a verificar conscientemente las pruebas interpretadas pro-culpabilidad que las interpretadas pro-inocencia, como ya indicamos, por las implicaciones materiales y emocionales que acarrean.


(2) A fin de comprobar el verdadero valor de estos resultados, repetimos el mismo procedimiento con un caso de violación y asesinato, comprobando una consistencia inter-contexto. Así, estamos en condiciones de otorgar a los mismos un alto grado de fiabilidad (Wicker, 1975).


Por su parte, la ejecución promedio de los jurados no es muy elevada. Así, por término medio los jurados reconocen correctamente entre el 59% de las pruebas y hechos, y el 53% de las instrucciones. Estos resultados son consistentes a lo largo de la literatura (p.e., Panter, Graciano y Tanaka, 1990).

En el campo aplicado, las inferencias son evidentes. Si los jurados individualmente no ejecutan de un modo correcto, la efectividad de las decisiones recae en la tarea de grupo. En esta línea, se ha encontrado que la memoria de grupo (esto es, la suma de las memorias individuales) se puede considerar buena (Hastie et al., 1983; Arce y otros, 1996). No obstante, para tener la certeza de que la memoria de grupo se imponga es necesario una discusión grupal (Hans y Vidmar, 1986). En resumen, jurados regidos en su decisión grupal por reglas no deliberativas dejan un amplio margen a la comisión de errores judiciales (por el amplio número de errores de recuerdo de pruebas que cometen los jurados individualmente), especialmente en veredictos de inocencia (por mor de que los jurados incurren en más errores cuando sostienen un veredicto de inocencia que cuando es de culpabilidad).

b. Fiabilidad.

La dimensión fiabilidad está mediada, en su conjunto, por el juicio alcanzado por los jurados [F multivariada (13,322)=20,43; p<,001; T.E.=,452)]. Por su parte, los resultados univariados evidencian que buena parte de las distintas evaluaciones de la fiabilidad de las pruebas están modulados por el juicio formado de inocencia o culpabilidad (véase la Tabla l). En otras palabras, los juicios de culpabilidad o inocencia se sustentan en la asignación diferencial de fiabilidad a las distintas pruebas. Así, los jurados pro-inocencia confieren mayor credibilidad al testimonio del acusado y al abogado de la defensa, así como mayor la habilidad en el interrogatorio y la exposición de alegatos más firmes a la defensa. Por su parte, los jurados pro-culpabilidad asignan mayor credibilidad al testigo de la acusación Sr Redondo y a la víctima, a la vez que evalúan al fiscal con una mayor habilidad en el interrogatorio y alegatos más firmes. Los testimonios de peritos (Dr. Prieto) y testigos cualificados (policía), no están sujetos a evaluaciones de credibilidad diferenciadas porque, creemos que precisamente por ser testimonios especiales, se les otorga una alta credibilidad (véanse las altas puntuaciones medias). En suma, la dimensión fiabilidad modula el veredicto alcanzado, creando un conjunto pro-culpabilidad o pro-inocencia, mientras a los testimonios especiales se les concede una credibilidad muy elevada.

c. Validez.

En la misma línea que la fiabilidad, la dimensión validez está modulada, en su conjunto, por el veredicto conformado por los sujetos [F multivariada(9,329)=7,68; p<,001; TE.=,274]. Asimismo, los efectos univariados confirman que los jurados confieren, en su caso, una importancia significativamente distinta a las pruebas en la dirección confirmatoria de la opción de veredicto manifestada (véase la Tabla 2). De nuevo, la importancia concedida a las diversas pruebas se constituye en dos conjuntos: bien tendente a la inocencia (Ginés, acusado y defensa) bien a la culpabilidad (Redondo; Prieto, víctima y fiscal). Mención especial merece el testimonio del perito, Dr. Prieto, que gozando de igual credibilidad para ambos grupos de jurados, es de mayor transcendencia para el juicio de culpabilidad. Esto es, los testimonios de peritos o expertos parecen disfrutar de una credibilidad generalizada, lo que le convierte en testigos clave si su testimonio es relevante para el caso 3.


(3) La creación de dos constelaciones, pro-inocencia y pro-culpabilidad, tanto en la dimensión fiabilidad como validez, se ha mostrado consistente con otros casos (p.e., Arce. Fariña y Novo. 1997).


DISCUSIÓN: IMPLICACIONES DE LOS RESULTADOS PARA LAS ESTRATEGIAS DE ACTUACIÓN JUDICIAL

En suma, los modelos de integración no ofrecen una explicación de por qué los jurados cometen gran cantidad de errores de reconocimiento de las pruebas, ni cual es la causa de la desigual profundidad de procesamiento, para las dos opciones de veredicto. Estos modelos requieren, cuando menos, una reformulación que permita explicar estos dos fenómenos.

No obstante, las dos dimensiones de la formación de juicios, basadas en la evaluación de la información, que propone el modelo general, aparecen como predictores significativos del juicio formado, bien sea como causas o consecuencias. Estos resultados tienen unas claras implicaciones cara a la planificación de estrategias por parte de los abogados en un juicio.

Antes de una vista oral, los abogados, como conocen el caso, pueden predecir las diferentes pruebas que se van a aportar, la información que va a introducir cada testigo, etc. Es decir, están en condiciones de proporcionar, al científico social, un material en el que basarse para llevar a cabo una simulación previa de la vista. Todo lo cual permite realizar una posible recreación de lo que sucederá en el juicio, que puede ser grabada, para que jurados simulados evalúen la fiabilidad y validez de cada bit de información.

Con los resultados, el experto se encuentra, en condiciones adecuadas, de establecer cuál es la posible información válida, para la formación del juicio, al que el abogado quiere que llegue el jurado, así como la fiabilidad de la misma. El material sirve, por un lado, para entrenar a los testigos y abogados para conseguir mejorar e incrementar la fiabilidad; y, por otro, para conocer cuáles son los pilares en que se sustenta la otra parte y poder atacarlos, bien poniendo en duda su fiabilidad (p.e., credibilidad de los testigos), o restando validez a las pruebas, tal como crear un ambiente en el que la prueba aparezca como inadmisible. Dicho esto, debemos señalar, que previsiblemente si se logra reducir la fiabilidad de una prueba, también, y como consecuencia, se aminora su validez. A su vez, se puede conocer el valor real de cada prueba para la formación de cada juicio, con lo que se tiene una anticipación de cuáles son las pruebas a las que se deben intentar restar credibilidad.

Una variable que puede determinar en gran medida el veredicto de los jurados, y también de los jueces, es la credibilidad que se le otorga a los testigos. No debemos olvidar que podemos encontrar juicios donde la única prueba inculpatoria es el testimonio de los testigos que, en algunas ocasiones, se reduce a un único testigo. Se sabe que las personas legas en derecho, para establecer credibilidad utilizan unos criterios específicos, que son susceptibles de modificación y, por- tanto, de entrenamiento. Entre estos encontramos descriptores tanto de tipo verbal (p.e., Mauet, Casswell y McDonald, 1995) como no verbal (p.e., Mehrabian y Weiner, 1967; Miller y Burgoon, 1982). Obviamente, con este método de trabajo, se pueden perfilar estrategias para mejorar la credibilidad de los testigos. Los jurados simulados evaluarían las modificaciones realizadas en la presentación de cada testimonio, proporcionando un índice directo del valor de las manipulaciones, así como la posibilidad de ir delimitando, por aproximaciones sucesivas, cuál es la mejor estrategia a llevar a cabo, para lograr el veredicto más favorable.

REFERENCIAS