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EDITORIAL

 


Los lectores más familiarizados con los debates de la Psicología en nuestro país habrán observado que en el título de esta Revista no consta ninguno de los dos términos más frecuentes en nuestro quehacer profesional. Nos referimos a Psicología clínica y a Psicología de la Salud.

Ingenuos actores y observadores de nuestra realidad profesional seríamos si no supiéramos que la preferencia por una u otra denominación indica, en numerosas ocasiones, una definición previa por un modelo teórico determinado. De esa manera algunos compañeros tienden a asociar la Psicología Clínica a enfoques de orientación dinámica vinculados a la práctico asistencial en salud mental pública o a la práctica psicoterapéutica privado y la Psicología de la Salud a enfoques de orientación conductual vinculados o prácticas preventivas y referidas a la salud/enfermedad "física".

Este estereotipo, que hemos podido observar en algunos importantes acontecimientos de nuestra profesión, nos indica un cierto afán de acaparar un campo de intervención (sea la Clínica o la Salud), presentándolo como patrimonio de uno u otra orientación teórica.

Así lo que debería ser un debate abierto, de interés social, de confrontación profesional, do lugar o discusiones estériles que enmascaran, con ropajes pseudocientíficos, lo que no deja de ser una evidente lucha por el protagonismo y el poder (sea académico, profesional, o ambos a la vez).

En CLINICA Y SALUD apostamos por la confrontación de las diferencias y no por la descalificación y/o negación de unos u otros modelos psicológicos.

La coexistencia en la Psicología, y en general en las Ciencias Sociales, de diferentes paradigmas teóricos, posibilita la elaboración de modelos y técnicos psicológicas en numerosos ámbitos del comportamiento humano, enfatizando, según las demandas y el marco institucional, uno u otro de los dos polos del proceso salud-enfermedad.

Será la práctica histórica la que permita elucidar aquellos modelos y técnicas que en mayor medido contribuyan al bienestar psíquico y social.

El juego del poder se dará en el contexto social.

Refirámonos ahora al lugar del psicólogo en el sistema sanitario.

La definición del psicólogo como profesional sanitario ha venido determinado, en bueno medida, por nuestro relación con otras fuerzas sociales (médicos, psiquiatras, políticos, etcétera), por el desarrollo de los instituciones sanitarios y por la imagen que la sociedad tiene de la figura y utilidad del psicólogo.

Teniendo en cuenta esta múltiple complejidad, creemos que ha sido necesario y oportuno defender la denominación de Psicología Clínica para la formación de psicólogos especialistas en el campo de la salud mental en el sistema sanitario. Esta reivindicación es coherente con un modelo sanitario que incluya lo asistencial-terapéutico dentro de una perspectiva de trabajo psicosocial y comunitario. En eso seguimos. la inclusión de psicólogos en los equipos interdisciplinarios de salud mental es ya una conquista incuestionable la progresiva puesta en marcha de los Programas de Psicólogos Internos Residentes en Psicología clínica (PIR) en numerosas Comunidades Autónomos y la inminente regulación del programa o nivel estatal dará un espaldarazo definitivo a la Psicología Clínica como especialidad en el campo sanitario.

Es momento, sin duda, de acelerar aquellos otras reivindicaciones que se refieren a la incorporación del psicólogo a otros niveles de atención, especialmente en Atención Primaria y Hospitalaria y de comenzar a discutir la posible formación de otros especialistas en salud, además de los psicólogos clínicos. La especialidad de Salud Público ha de merecer nuestro atención en los próximos tiempos.

CLINICA Y SALUD dará cuento del campo de la CLINICA en tanto se ocupa de la evaluación/diagnóstico, orientación y tratamiento psicológico.

CLINICA Y SALUD se ocupará del campo de la SALUD tanto en su dimensión amplia referida al bienestar social y calidad de vida, como en las intervenciones que sobre el binomio salud-enfermedad se efectúen desde el sistema sanitario.

En esta línea, asumiendo las aportaciones de la Psicología Social y Comunitaria, dará o conocer trabajos de carácter preventivo, de promoción y de educación para la salud, ya desde la Atención Primaria, con sus implicaciones comunitarias, ya desde el nivel hospitalario, prestando especial interés a patologías de relevancia social (cáncer, SIDA, enfermedades crónicos, etcétera).

ClINICA Y SALUD se preocupará por la profundización teórica y la innovación técnica de los diferentes modelos psicológicos en su aplicación al campo clínico y de la salud con el compromiso de su divulgación y con el desafío de un cuestionamiento permanente.