REFLEXIONES
El (constante) modelo Boulder. El Psicólogo Clínico como Metafísico-Científico-Práctico
The (even) Boulder Model. The Clinical Psychologist as Metaphysician-Scientist-Practitioner
William O'DONOHUE (*)
Traducción de Carlos Rodríguez Sutil
RESUMEN El POSITIVISMO LOGICO: LA METAFISICA COMO ALGO SIN SIGNIFICADO COGNITIVO
LAKATOS: LOS SUPUESTOS METAFISICOS EN EL NUCLEO DURO (HARD CORE) Y LA HEURISTICA POSITIVA
LA METAFISICA Y LA ELECCION DE PROBLEMAS EN LA INVESTIGACION CLINICA
LA METAFISICA Y El DISEÑO DE LA INVESTIGACION
LA METAFISICA Y LAS PROPOSICIONES OBSERVACIONALES
LA METAFISICA Y El PROBLEMA DUHEMIANO
LA METAFISICA Y LA MODIFICACION DE HIPOTESIS REFUTADAS
LA METAFISICA Y LOS PROBLEMAS CLINICOS
LA METAFISICA Y El DISEÑO DE LA TERAPIA
METAFISICA DE LAS PROPOSICIONES OBSERVACIONALES
LA METAFISICA Y El PROBLEMA DUHEMIANO
¿Es adecuado definir al psicólogo clínico como científico-práctico?, ¿o más bien la práctica de la ciencia y de la psicoterapia implican hasta tal punto la metafísica que el psicólogo clínico debe ser considerado como un metafísico-científico-práctico? Para responder a estas cuestiones examinamos el papel que juego la metafísica, sí es que existe, en la ciencia y en la psicoterapia. En este artículo se investiga dicha cuestión a la luz de los puntos de vista del positivismo lógico, de Karl Popper y de Imre Lakatos, y se llega a la conclusión de que la práctica de la ciencia y de la psicoterapia implican la metafísica en: a) la elección de problemas, b) el diseño de la investigación y de lo terapia, c) las proposiciones observacionales, d) la forma de resolver el problema duhemiano y e) la forma de modificar las hipótesis para dar cuenta de resultados anómalos.
Is the clinical psychologist best characterized as a scientist-practitioner? Or does the practice of science and psychotherapy involve metaphysics to such an extent that the clinical psychologist ought to be considered a metaphysician-scientist-practitioner? To answer these questions, the roles, if any, of metaphysics in science and psychotherapy are examined. This article investigates this question by examining the views of the logical positivists., Karl Popper and Imre Lakatos, and concludes that the practice of science and psychotherapy involves metaphysics in: a) problem choice, b) research and therapy design, c) observation statements, d) resolving the Duhemian problem and e) modifying hypotheses to encompass anomalous results.
(*) Publicado originalmente en American Psychologíst, 1989, 44, 12, págs. 1460-1468. Traducido con autorización de la editorial y del autor.
En este artículo se plantea el siguiente problema: ¿cuál es, en caso de existir, el papel que desempeña la metafísica en la psicología clínica? Puesto que el Modelo Boulder prescribe que los psicólogos clínicos deben recibir una formación científico-práctica (Derner, 1965), eso implica, en definitiva, que hay que responder a dos cuestiones: ¿cuál es el papel de la metafísica en la investigación, en especial en la investigación clínica? y ¿cuál es el papel de la metafísica en la práctica clínica?
El asunto del papel que desempeña la metafísica en la investigación y en la práctica clínica es importante por varias razones. En primer lugar, si los psicólogos desean comprender la naturaleza exacta de la investigación y de la práctica clínica necesitan comprender el papel que juega la metafísica en estas áreas. Algunos autores han argumentado que no sólo los hechos sino también los valores (aquellas afirmaciones que se refieren a lo bueno y a lo malo) juegan un papel esencial en lo psicoterapia (Krasner & Houts, 1984- O'Donohue, Fisher y Krasner, 1987). ¿Pero es que una distinción tripartita -hechos, valores y metafísica- da cuenta adecuada de todos los presupuestos implícitos en la investigación y la práctica clínicas? En segundo lugar, si queremos descubrir los puntos de contacto y las implicaciones con otros campos (por ejemplo, la filosofía, la religión y la literatura), entonces no podemos evitar el enfrentarnos a dicha cuestión. En tercer lugar, si la metafísica juega un papel significativo en la psicología clínica, quizá necesitemos un nuevo modelo de formación que lo reconozca de forma explícita e intente formar al psicólogo clínico en los temas pertinentes. En cuarto lugar, este problema tiene implicaciones para nuestra forma de escribir la historia de la psicología clínica: ¿hay que trazarla simplemente como una eliminación progresiva de la metafísica? Y, finalmente, este problema tiene implicaciones directas en la forma en qué, en psicología clínica, evaluamos los programas de investigación y de terapia. ¿Si en una investigación o en un programa terapéutico encontramos contenidos extracientíficos, no factuales, será esa razón suficiente para condenar dicha investigación o programa?
Estas cuestiones pueden ser aclaradas mediante una más precisa comprensión de lo que quiere decir la palabra metafísica. Esta palabra ha tenido varios usos en la historia de la filosofía, partiendo de un interés meramente ontológico (por ejemplo, el estudio de lo que hay y de cómo categorizarlo adecuadamente) hasta una especulación apriorística sobre lo que supuestamente trasciende a la percepción sensorial (por ejemplo, Dios, las formas platónicas o el mundo nouménico kantiano). Nosotros consideraremos aquí como proposición metafísica toda aquella que tiene un particular tipo de relación con la experiencia.
Para comprender esto, primero tenemos que darnos cuenta de que las proposiciones se diferencian en la medida en que la experiencia es relevante para determinar su verdad o falsedad. La experiencia es totalmente irrelevante para determinar el valor de verdades de ciertos tipos de proposiciones debido a que no son ni verdaderas ni falsas. Las frases imperativas, las interrogativas, las exclamaciones y las frases, sintáctica o semánticamente, Incorrectas (por ejemplo, ''Las ideas verdes duermen con furia'') no afirman nada y, por tanto, no alcanzan ningún valor de verdad.
Además, hay proposiciones a las que normalmente se llama "analíticas" -lógicamente verdaderas o falsas- que, a diferencia de los tipos anteriores de proposiciones, son o verdaderas o falsas, pero la experiencia no es directamente relevante para determinar su valor de verdad. ¿Para qué necesitaríamos observaciones empíricas a la hora de decidir razonablemente si "la psicología no es psicología'' en realidad?
Por otra parte, existen frases como "Juan lloró durante la entrevista de selección' y "Los varones son más agresivos que las mujeres" que obviamente requieren la observación empírica antes de que se pueda determinar si son verdaderas o falsas. De forma más o menos directa, el valor de verdad de estas proposiciones está en función de una "situación que es intersubjetivamente observable, es decir, será el tipo de situación de la que varios testigos, caso de estar presentes, podrían dar testimonio. Más aún, será una situación en la que cada testigo puede dar testimonio del testimonio de los demás'' (Quine y Ullian, 1978, pág. 25).
Entre las proposiciones para las que la experiencia es relevante a la hora de comprobar su valor de verdad, hay algunas que no son contrastadas directamente con la experiencia, pero para las que dicha experiencia aporta cierto valor de evidencia. Por ejemplo, estas proposiciones incluyen "Tanto la fisiología como la conducta humana han sido moldeadas por la selección natural" y "El futuro será igual que el pasado en todo lo que se refiere a la acción de las leyes naturales". Frases como estas no se comprueban en un experimento, pero los resultados empíricos no carecen de importancia en la determinación de sus valores de verdad. En este artículo consideraremos tales proposiciones como metafísicas. A lo largo de la historia de las proposiciones metafísicas también han sido considerados importantes, al menos por los que las enunciaban; es decir, aportan una visión del mundo, o son relevantes de cara a cuestiones importantes de la vida, como las siguientes: ¿Qué es lo que hay? ¿Cuál es la naturaleza fundamental de las cosas? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál es la naturaleza humana? En consecuencia, las proposiciones metafísicas pueden ser caracterizadas, además, como proposiciones que se hallan altamente conectadas con el resto de nuestras creencias, profundamente engranadas con nuestro entramado de creencias. Estas proposiciones aparecerían en el centro del entramado. Es decir, su verdad dependería de la verdad de pocas creencias, pero la verdad o plausibilidad de muchas otras creencias dependerían directa o indirectamente de ellas.
Para lograr una adecuada comprensión de este punto crítico y para situar esta discusión en su correcto contexto histórico, que permita mostrar su desarrollo dialéctico, examinaré a continuación la evolución de los puntos de vista al respecto dentro de la filosofía de la ciencia del presente siglo.
El POSITIVISMO LOGICO: LA METAFISICA COMO ALGO SIN SIGNIFICADO COGNITIVO
Los filósofos han debatido sobre la verdad de proposiciones del tipo de "Una cualidad (por ejemplo, el color rojo) existe independientemente de sus ejemplificaciones (por ejemplo, un rubí)", ''Existen cosas en sí mismas imperceptibles, incognoscibles'' y "Las cosas existen en virtud de que son ideas en la mente de Dios''. Los positivistas lógicos, sin embargo, proclamaron que estas proposiciones no son ni verdaderas ni falsas y considerar que el modo de determinar su valor de verdad es un problema de suma importancia se basa en un desconocimiento del lenguaje o, para usar la brillante frase de Wittgenstein (1958), en ''el encantamiento de nuestra inteligencia por medio del lenguaje'' (pág. 47).
En apariencia estas frases parecen correctas: después de todo, parecen estar sintácticamente bien construidas. No obstante, los positivistas lógicos declaraban que, puesto que en principio es imposible citar una evidencia empírica que pueda dar cuenta o ir en contra de dichas afirmaciones, no es que sean verdaderas o falsas, es que no tienen sentido. Para llegar a esta conclusión, los positivistas lógicos se apoyaban en el criterio de verificación del significado. Aunque nunca fueron capaces de desarrollar una versión del criterio que estuviera libre de problemas lógicos y filosóficos (véase Ashby, 1967; Nakhnikian, 1981). El criterio planteaba, más o menos, que el significado de una frase indicativa consiste en su confirmación por los datos sensoriales pertinentes. Por tanto, si una proposición encajaba con el criterio de verificación (si, como a veces planteaban los positivistas lógicos, hacía una diferenciación con respecto a la experiencia), era considerada significativa.
Si la proposición no alcanzaba el criterio, tenía otra posibilidad de ser considerada significativa pues los positivistas consideraban que las proposiciones analíticas tenían significado. De manera metafórica, una proposición es analítica cuando el predicado ''desempaqueta'' lo que ya está contenido, implícita o explícitamente, en el sujeto, como en: "un cuadrado tiene cuatro lados' (véase Nakhnikian, 1981, págs. 179-184 para una definición más rigurosa). Sin embargo, si la frase no era ni verificable ni analítica, se consideraba carente de significado.
Muchos positivistas posteriores elaboraron otras distinciones. Las proposiciones que no alcanzaban el criterio de verificación y no eran analíticas se consideraba que no poseían un significado cognitivo pero sí emotivo, es decir, que expresaban o evocaban emociones y actitudes. Las proposiciones metafísicas, por tanto, debían ser diferenciadas de meras cadenas de palabras al azar puesto que expresan o evocan emociones. La función de una proposición metafísica como "Dios está en todas partes" consiste en expresar la aprobación del hablante, su gozo, respeto, amor, etc., en relación, pongamos por caso, con su vida, y quizá la de intentar inducir en el oyente actitudes similares. Los positivistas lógicos consideraban que las proposiciones de la poesía y de la ética sólo poseen un significado emotivo. La poesía vincula las actitudes con la experiencia, mientras que la ética vincula las actitudes con la conducta. Ahora bien, es importante también advertir que aunque los positivistas dejan cierto lugar para los significados afectivos, tenían de ellos una opinión muy pobre. Se dice que Carnap, un prominente filósofo de esta escuela, afirmaba que los metafísicos son músicos sin capacidad musical'' (Malcolm, 1967, pág. 334).
Para los positivistas, la ciencia, por tanto, consiste en proposiciones verificadas y en proposiciones analíticas (véase la figura 1). Este punto de vista, como sugería Koertge (1979), posee, prima facie, cierta plausibilidad. Las suposiciones y las hipótesis se pueden encontrar en muchos dominios del discurso, pero lo que deseamos en la ciencia no es ya especulación sino proposiciones verdaderas, verificadas, es decir, conocimiento.
POPPER: LA METAFISICA COMO UN APOYO PSICOLOGICO
Popper, en la lógica del Descubrimiento Científico, sugería que la afirmación de los positivistas de que la ciencia se compone de proposiciones verificadas y analíticas, da lugar a una serie de dificultades. Lo principal es que las leyes científicas (como, por ejemplo, "todo el cobre es conductor de la electricidad") no permiten ser verificadas por completo debido a que siempre es lógicamente posible que un trozo de cobre, todavía por examinar, no conduzca la electricidad. Por tanto, el criterio verificacionista tiene la consecuencia no deseada de que excluye las generalizaciones universales y, en consecuencia, las leyes de la ciencia. El problema es que como no puede haber una lógica que incremente de manera infalible el contenido, ninguna conjunción de proposiciones fácticas es suficiente para probar por inducción una generalización universal. (Para otros puntos de vista y trabajos sobre el problema de la inducción, véase Salmon, 1979.)
En segundo lugar, Popper sostenía que el criterio de verificación no era capaz de distinguir entre la ciencia válida, como la física moderna, y las (supuestas) pseudociencias, tales como la astrología, el psicoanálisis y la historiografía marxista. Los partidarios de estas doctrinas fácilmente pueden enumerar algunas verificaciones de sus afirmaciones. Ahí está el fallo. Las teorías que pueden asimilar cualquier estado de cosas son inadecuadas precisamente por ser capaces de hacer eso.
Popper (1963) contaba una anécdota de sus experiencias con Alfred Adler que ilustra este punto:
En cuanto a Adler, me impresionó mucho una experiencia personal. Una vez, en 1919, le informé de un caso que para mí no era especialmente adleriano, pero él no tuvo dificultad alguna para analizarlo en términos de su teoría de los sentimientos de inferioridad, aunque ni siquiera había visto al niño. Ligeramente sorprendido, le pregunté cómo podía estar tan seguro. "Debido a mi inmensa experiencia'', contestó. Después de lo cual, no pude evitar decir: "Y supongo que con este nuevo caso su experiencia se ha vuelto un poco más inmensa'' (pág. 35).
Según advertía Popper, Adler claramente estaba planteando los estados de cosas observables que su propia, teoría excluía. Para que una teoría sirva de explicación de algunos estados de cosas tiene que excluir otros.
Popper afirmaba que no era la verificabilidad lo que distingue a la ciencia de la no ciencia, y a la buena ciencia de la mala, sino más bien la falsabilidad. Una teoría, o unas hipótesis, para ser falsables tienen que excluir algunas posibilidades observables en principio. Las teorías y las hipótesis que no son refutables son consideradas por Popper como "metafísicas''. En su opinión, una proposición metafísica es aquella que no se puede falsar, es decir, no excluye ninguna posibilidad observable, Aunque Popper (1961) sugiere que las proposiciones metafísicas son exteriores a la ciencia, plantea que aún así la metafísica podría ser útil a la ciencia.
''Nunca he llegado a afirmar que la metafísica carezca de valor para la ciencia empírica. Pues no puede negarse que junto con las ideas metafísicas que han obstruido el avance de la ciencia, ha habido otras -como el atomismo especulativo que lo han ayudado. Y, al contemplar este asunto desde el punto de vista psicológico, me siento inclinado a pensar que el descubrimiento es imposible sin tener fe en ideas que son de un tipo puramente especulativo, y a veces, incluso, totalmente nebulosas. Una fe que carece por completo de garantía desde el punto de vista científico y que, en esa medida, es "metafísica'' (pág. 38).
Popper, a diferencia de los positivistas lógicos, consideraba que las proposiciones que cumplían su criterio (es decir, que eran falsables) aunque no hubieran sido todavía comprobadas, pertenecían a la ciencia (véase la figura 2). Recuérdese que los positivistas consideraban que entre las proposiciones verificables sólo eran científicas aquellas que habían sido verificadas en la práctica. Popper argumento que la inclusión dentro de la ciencia de proposiciones no contrastadas permite que comprendamos el desarrollo de la ciencia desde una perspectiva interna. A su parecer, las ideas que son "de un tipo puramente especulativo, y a veces, incluso, totalmente nebulosas" pueden jugar dos roles importantes en el desarrollo de la ciencia: a) pueden influir en la elección de experimentos, y b) pueden jugar un papel en la importancia que se conceda a los resultados experimentales (Koertge, 1979).
Primero examinaré la forma en la que las hipótesis no contrastadas influyen en la elección de experimentos. ¿Por qué Watson y Raynor (1920) realizaron su clásico experimento en el que un fuerte sonido se producía cuando un niño se aproximaba a una rata blanca? ¿Estaban simplemente catalogando todas las reacciones del niño a todos los estímulos? No parece plausible. Lo más probable es que su elección del experimento estuviera guiada por una creencia sin comprobar, especulativa, de que todos los miedos eran aprendidos. Además, los filósofos de la ciencia (por ejemplo Agassi, 1975), han mantenido que los científicos escogen experimentos y teorías que son relevantes para su metafísica. Este experimento, por ejemplo, puede considerarse que arroja cierta luz sobre el fondo de creencias especulativas respecto a cómo y en qué medida cambia la gente, la naturaleza del temor y otras emociones, e incluso sobre cuáles son las entidades existentes y cuáles de ellas son pertinentes para entender a los seres humanos.
Examinemos ahora un caso (que fue discutido por Koertge, 1979, por primera vez) en el que los presupuestos no comprobados jugaron un importante papel a la hora de determinar el significado de un resultado experimental. En los años treinta, los investigadores del aprendizaje estaban estudiando lo que ahora llamaríamos los ''programas de reforzamiento". Encontraron que el aprendizaje no sólo tiene lugar en programas de reforzamiento continuo (cada respuesta da lugar a un refuerzo) sino también en programas de reforzamiento intermitente, en los que sólo algunas respuestas (una de cada tres, por ejemplo), eran seguidas de refuerzo. Entonces surgieron las siguientes cuestiones: ¿qué respuesta se extinguirá más fácilmente, la que se aprendió mediante un programa de reforzamiento continuo o la que se aprendió mediante un programa de reforzamiento intermitente?
Hoy en día, desde luego, todos estamos familiarizados con los resultados de dicho experimento: la respuesta aprendida en el programa continuo se extingue con mayor facilidad. Cuando los investigadores se enfrentaron por primera vez con este resultado, sin embargo, lo denominaron "la paradoja de Humphreys" (a partir de Lloyd Humphreys, 1939, que fue el primero en demostrarlo de manera experimental) y trataron mucho del asunto. ¿Porqué fue considerado una "paradoja"? Es razonable inferir que los investigadores se vieron sorprendidos por este resultado, debido a sus presuposiciones especulativas sobre el aprendizaje. Por ejemplo, los investigadores podrían haber mantenido la noción fisiológica de que el aprendizaje consiste en una huella en las conexiones neuronales, huella que un programa de reforzamiento continuo marca de manera más firme o más clara. Una vez más, las creencias especulativas no comprobadas existentes en el fondo conceptual parecen haber jugado un rol importante, no sólo en la formulación de conjeturas e hipótesis sino también para determinar el significado de los resultados experimentales.
Popper también difiere de los positivistas lógicos en lo que respecta a la unidad de las ciencias. Los positivistas mantenían que las ciencias podrían llegara unificarse debido o que no había nada en la materia objeto de las diversas disciplinas que fuera inherentemente refractario a su estudio, usando los métodos experimentales y el lenguaje de la física. Popper, sin embargo, afirmaba que aunque el método de comprobación estricto de conjeturas altamente falsables era una caracterización adecuada de los ciencias "duras'', no lo era como descripción de las Geisteswissenschalten aproximadamente, las ciencias sociales).
En la" Sociedad abierta y sus enemigos" ,Popper (1945) concede o la metafísica un papel central en economía y en psicología, cuando afirma que existe un supuesto metafísico, el principio de racionalidad, en el núcleo de estas ciencias. Popper argumento que las acciones humanas tienen que ser explicadas, en parte, mediante un recurso a la percepción del individuo de su situación problemática. La descripción de esta situación se corresponde con las iniciales condiciones delimitativas de las explicaciones que encontramos en las ciencias naturales. El principio de racionalidad plantea que los individuos siempre actúan de manera apropiada a su situación. Funciona como la premisa nomológica tipo de explicación científica nomológica deductiva, de Hempel (1966). Popper parece considerar que las explicaciones psicológicas poseen la siguiente forma:
1. descripción de la situación del agente. El agente A estaba en una situación de tipo C.
2.Análisis de la situación. En la situación de tipo C, el agente cree que lo adecuado es hacer X.
3. Principio de Racionalidad. Los agentes siempre actúan de acuerdo con lo que piensan que es adecuado a su situación.
4. Explicación. En consecuencia, A hizo X.
En caso de que la predicción fracase, Popper advierte a los psicólogos de que no abandonen nunca el principio de racionalidad, sino más bien que revisen sus modelos sobre la situación del agente. Una implicación de adoptar esta estratagema es que el principio de racionalidad nunca se pone a prueba: los fracasos predictivos nunca van contra él, sino contra la veracidad con que se describió la situación del agente, o contra la veracidad con que se analizó la situación.
Popper pensaba, por tanto, que los supuestos metafísicos eran externos a las ciencias naturales, que consisten en una comprobación estricta de conjeturas altamente falsables, es decir, la búsqueda tenaz de las posibilidades observables que la teoría excluye. Los supuestos metafísicos aún pueden funcionar como un recurso importante para la formación de estas conjeturas. En las ciencias sociales, por otra parte, supuestos metafísicos como el principio de racionalidad son esenciales para la predicción y la explicación psicológica.
LAKATOS: LOS SUPUESTOSMETAFISICOS EN EL NUCLEO DURO (HARD CORE) Y LA HEURISTICAPOSITIVA
Lakatos (1970), discípulo de Popper, estaba de acuerdo con que los supuestos metafísicos tuvieran un lugar en las ciencias sociales. Lakatos argumentaba que los proposiciones metafísicas estaban en el interior de todas las ciencias. La caracterización popperiana como caso especial de las ciencias sociales se convirtió en Lakatos en paradigma normativo para toda la ciencia.
Lakatos abogaba por disolver la demarcación entre ciencia y metafísica, debido a dos consideraciones principales: a) la impregnación teórica (theory-ladenness) del ''hecho", y b) el problema duhemiano, implicado por la cuestión de qué es lo realmente refutado cuando la predicción fracasa.
Lakatos (1970), en primer lugar, sugiere que no existe una demarcación natural entre las proposiciones observacionales y las teóricas. La ''inmaculada percepción'' es un mito puesto que la percepción está influida por expectativas y prejuicios. Los psicólogos sociales y cognitivos han estudiado, desde luego, estos fenómenos de manera extensa. Se piensa que la percepción está influida por "procesos de arriba-abajo'' (top-down processes") en los que las sensaciones son interpretadas inconscientemente a la luz de la experiencia anterior para alcanzar el percepto (Rock, 1983). Warren (1970), pongamos por caso, presentó grabaciones de frases que tenían un breve fragmento de sonido sustituido por un sonido no hablado (por ejemplo, una tos). los que las escucharon afirmaron oír no sólo la tos sino también el sonido hablado. Bruner y Potter (1964) crearon una serie de diapositivas en las que las imágenes aparecían borrosas. A algunos sujetos inicialmente se les mostraban diapositivas borrosas y a otros no. Cuando se daba una diapositiva más enfocada de un mismo objeto, los sujetos que habían visto diapositivas muy borrosas tardaban mucho más tiempo en reconocer lo que estaban viendo. ¿Por qué retardarían las exposiciones borrosas previas el reconocimiento de la imagen? Se pidió a los sujetos que expresaran sus pensamientos en voz alta mientras miraban las diapositivas. Los sujetos tendían a desarrollar hipótesis y a quedar encerrados en éstas (a menudo erróneas) interpretaciones.
Más allá de los prejuicios que actúan en la percepción desasistida, la observación científica, según Lakatos, se halla impregnada de teoría porque los científicos, con frecuencia, realizan sus observación es mediante instrumentos, y estos Instrumentos producen datos que sólo son interpretables haciendo referencia a teorías que explican cómo funcionan dichos instrumentos. Como leemos en Lakatos (1970):
En segundo lugar, Lakatos fue llevado a suposición sobre el papel de la metafísica en la ciencia a causa del problema duhemiano, llamado así a partir del físico y filósofo francés Pierre Duherri (1962).El problema duhemiano tiene que ver con la cuestión de qué es lo que realmente refuta el fracaso de una predicción. Si las teorías (T) implican en sí mismas proposiciones observacionales (D) concretas, entonces una refutación de la proposición observacional, merced al modus tollens, implicaría uno refutación de la teoría. El siguiente es un ejemplo de dicha regla de inferencia: dadas las premisas "si está lloviendo, entonces las calles están mojadas'' y "las calles no están mojadas", se puede inferir por modus tollens que "por tanto, no está lloviendo'. De acuerdo con los falsacionistas, la lógica de la comprobación de teorías o hipótesis también depende del modus tollens, pues, como Popper señaló:
Luego: no T.
Desgraciadamente, como Duhem (1962) y Quine (1961)han advertido, las teorías en general no implican consecuencias observacionales en sí mismas. Para obtener proposiciones observacionales específicas se necesitan una serie de hipótesis (H) auxiliares pertenecientes a factores tales como las formas de operacionalizar los términos teóricos, el grado en que la prueba se halla aislada de factores extraños y la validez de ciertas medidas. Entonces tenemos:
Luego: no (T y H1 y H2... y Hn)
Luego: no T o no HI o no H2... o no Hn.
En estos casos, la lógica no nos dice a quién acusar del fracaso en la predicción. Podría ser que T fuera falsa, o que lo fuera H1, o H2, o Hn o alguna combinación de ellas.
Lo lógica no nos indica cuál es la proposición falsa. Si nuestras deducciones han sido válidas, la lógica sólo nos dice que tenemos un conjunto de creencias contradictorias. No nos dice, sin embargo, qué creencias se hallan implicadas en la contradicción. En realidad somos libres, desde el punto de vista lógico, para atribuir la culpabilidad a cualquier creencia de las que componen nuestro sistema. Puesto que la lógica de la investigación no indica de forma decisiva que una creencia particular es falsa, y como, en consecuencia, somos lógicamente libres para culpar a cualquiera de ellas, nuestro sistema de creencias se enfrenta o la prueba de la experiencia como un conjunto, más que como proposiciones individuales.
Las proposiciones, no obstante, se diferencian entre sí en la distancia que las separa de la experiencia. Algunas proposiciones (por ejemplo, "el gato se encuentra en la estera") están en el límite de nuestro entramado de creencias que entra en contacto con la experiencia. Sin embargo, una implicación del problema duhemiano es que la experiencia no es decisiva ni siquiera en la determinación del valor de verdad de las proposiciones observacionales: podemos hacer que las flechas del modus tollens apunten dentro o fuera de estas proposiciones con sólo decidir que había algún error en nuestras observaciones.
Lakatos (1970) recomienda, en respuesta a estas consideraciones, que evaluemos series de teorías en lugar de teorías aisladas. Nos interesa saber qué tipo de cambio se produce en una teoría a la luz de hallazgos nuevos y anómalos. La unidad básica de análisis para Lakatos es una serie de teorías (TI, T2, T3, etc.), en la que cada teoría subsecuente es una revisión de la teoría anterior o la que se han añadido cláusulas adicionales para acomodar alguna anomalía. Una serie de teorías debe considerarse científica y progresivo si las teorías posteriores de la serie tienen mayor contenido empírico (por ejemplo si predicen algunos hechos nuevos) y si alguno de estos nuevos hechos son corroborados. Si ninguno de estos criterios se cumple, Lakatos<FONTSIZE="+1" sugiere que la serie de teorías debe ser considerada degenerativa.
De acuerdo con Lakatos, los programas de investigación consisten en una heurística negativa, una heurística positiva y un núcleo duro. La heurística negativa prohibe lanzar las flechas del modus tollens hacia el núcleo duro. En lugar de ello, los científicos inventan o proponen hipótesis auxiliares que deben hacerse cargo de los hallazgos anómalos. La heurística negativa y las hipótesis auxiliares forman un escudo protector alrededor del núcleo duro. En el programa de investigación newtoniano, por ejemplo, la heurística negativa lanzaba las flechas del modus tollens lejos de las leyes de la dinámica y de la gravitación (el núcleo duro) hacia las hipótesis auxiliares.
El núcleo duro está construido para ser irrefutable merced a una decisión metodológica(quizá tácita) de sus proponentes. Los resultados anómalos llevan a la modificación del escudo protector de hipótesis auxiliares, hipótesis observacionales o condiciones iniciales. Lakatos mantenía que esto era razonable mientras que el contenido empírico corroborado del escudo protector aumentara con cada cambio.
El proyecto de investigación es explicitado en la heurística positiva del programa de investigación. La heurística positiva consiste en un conjunto de sugerencias semi-articuladas sobre cómo cambiar y desarrollar el núcleo duro y sobre cómo modificar el escudo protector refutable. La heurística positiva también contiene supuestos metafísicos en lo quesería una heurística metafísica para la formación de hipótesis científicas. Por ejemplo, en el programa de investigación newtoniano parte de la heurística positiva podría estar dada con "los planetas son esencialmente de una forma aproximadamente esférica".
Ilustraremos de forma breve y aproximada las ideas de Lakatos con un ejemplo tomado de la psicología clínica conductual. La ley del efecto, entre otros principios del condicionamiento, está contenida en el núcleo duro del programa de investigación conductual. La heurística negativa dirige las flechas del modus tollens lejos de la ley del efecto hacia las hipótesis auxiliares o hacia las condiciones iniciales. la heurística positiva podría estar dada del a siguiente manera: "los acontecimientos que son contingentes acierta conducta influyen en la probabilidad de la conducta posterior".
Más en concreto, supongamos que un psicólogo clínico conductual, después de recabarla información sobre la línea base, cambia las contingencias de refuerzo existentes en un intento por incrementar la cantidad de deberes para casa que un niño realiza. A partir de ese momento, cuando el niño completa una página de deberes recibe una galleta. Supongamos, sin embargo, que la cantidad de páginas no aumenta. ¿Será falsada , por tanto, la ley del efecto por este estado de cosas? No, las flechas del modus tollens pueden ser enviadas por lo heurística negativa hacia las hipótesis auxiliares. Se puede mantener, pongamos por caso, que las galletas no son reforzadoras para este niño en este momento, o que los galletas son reforzadoras pero que no han sido administradas de manera adecuada (por ejemplo, no lo suficientemente deprisa), o que había otras fuentes de refuerzo de mayor magnitud que mantenían la conducta. La heurística positiva sugeriría que quizá el investigador podría modificar la teoría relevante en ciertas líneas -probablemente en las líneas del aprendizaje experimental o de la psicología cognitiva- si se siente inclinado a ello.
Para Lakatos, pues, a diferencia de los positivistas lógicos y de Popper, las proposiciones metafísicas se hallan en el interior de todas las ciencias dado que están contenidas en el núcleo duro y en la heurística positivo de todo programa de investigación científica. En consecuencia, no puede haber una demarcación rígida entre la ciencia y la metafísica. A continuación revisaremos el papel que juega la metafísica dentro de la ciencia, y lo ilustraremos con ejemplos pertinentes para la Investigación clínica.
LA METAFISICA Y LA ELECCIONDE PROBLEMAS EN LA INVESTIGACION CLINICA
La metafísica influye en la elección de problemas a investigar de diversas maneras. En primer lugar, el planteamiento de los problemas presupone una ontología en laque éstos hacen referencia a ciertos tipos de entidades(dioses, brujas, percepción extrasensorial, inconsciente cósmico, entidades mentales, objetos físicos, etc.).Metafísicas diferentes tienen como resultado la formulación de diferentes tipos de problemas: "¿qué pecado o posesión demoníaca está hablando por su boca, y qué penitencia o plegaria pueden remediarlo?'', frente a -¿qué problema fisiológico ha causado este delirio y qué intervención físico-química puede remediarlo?".
En segundo lugar, incluso si dos sistemas metafísicos están de acuerdo en los tipos de entidades existentes, todavía pueden variar en la forma de relacionar dichas entidades entre sí. Las creencias que tienen el alejamiento de lo experiencia requerida, que hemos caracterizado como metafísicas, pueden dar como resultado la formulación de cuestiones que tienen las mismas implicaciones ontológicas pero que se diferencian en las relaciones que se establecen entre las entidades. Consideremos, por ejemplo, lo siguiente:
Problema: ¿qué es lo que funciona mal en la situación de prueba (tests sesgados culturalmente, la interacción examinador-sujeto) que hace que los blancos obtengan puntuaciones superiores en el WAIS-R?
Creencia Metafísica: negros y blancos son, por naturaleza, diferentes en inteligencia.
Problema: ¿cómo se diferencian las estructuras o mecanismos cerebrales entre blancos y negros?
Finalmente, como yo vimos, la propia decisión de qué problemas son significativos, dentro de un grupo de posibles problemas, está influida por la relevancia que tienen los problemas en nuestras creencias metafísicas. Agassi (1975) ha sugerido que muchas teorías científicas han sido diseñadas para ser respuestas parciales, tentativas, a cuestiones metafísicas. Los problemas se hacen evidentes cuando tienen que ver con creencias que están conectadas de forma más o menos directa con muchos otros elementos de nuestra trama de creencias. El problema naturaleza versus cultura'' es importante debido a sus múltiples relaciones con creencias totalmente centrales. El problema de cuál es la causa de que algunos individuos mastiquen chicle es mucho menos importante porque no ocupa un lugar central y sus implicaciones con creencias centrales son escasas. Como ha señalado Koertge (1980);
Los problemas científicos surgen cuando nuestras expectativas se ven frustradas, cuando lo que tenemos por regularidades reclama una explicación más profunda, cuando dos campos, anteriormente dispares, parece como si pudieran unificarse, o cuando una buena teoría científica choca contra nuestro marco habitual de referencias metafísicas. Las experiencias que el científico ha ido acumulando y su visión preferida del mundo entran, en cada caso, en el proceso para evaluar qué cosas son problemáticas y requieren ser investigadas (pág. 3471)
LA METAFISICA Y EL DISEÑO DE LA INVESTIGACION
Una vez que el problema ha sido seleccionado y definido, la metafísica influye en el diseño de los experimentos relevantes. De entrada, la elección de las hipótesis que ponemos a prueba en el diseño experimental está influida por nuestras creencias metafísicas. La metafísica confiere plausibilidad previa a una conjetura que todavía no se ha comprobado. Creemos que la hipótesis bajo prueba es plausible porque creemos que otras hipótesis relacionadas son verdaderas, muchas de ellas no observacionales.
En segundo lugar, el principal objetivo del diseño de la investigación es estructurar la experiencia de modo que podamos alcanzar cierta inferencia con la máxima validez. Para hacer esto hay que comprobar y descartar hipótesis rivales plausibles. Pero aquello que consideramos hipótesis rivales plausibles está influido, de nuevo, por nuestras creencias metafísicas, pues ellas determinan qué puede ser tomado como posibilidades serias. Los psicólogos, normalmente, no intentan descartar hipótesis que tengan que ver con factores astrológicos, o con la historia de pecados del individuo, debido a que nuestras creencias metafísicas no confieren el manto de "hipótesis rival plausible'' a proposiciones que contengan este tipo de entidades.
LA METAFISICA Y LAS PROPOSICIONES OBSERVACIONALES
La forma en que, en la práctica, comenzamos cada observación hace que la metafísica tenga una menor influencia, ya que los científicos intentan que las proposiciones observacionales sean lo más intersubjetivas posible, con lo que se vuelven menos vulnerables. Pero, como han descubierto los psicólogos cognitivos, nuestras observaciones también pueden estar influidas por expectativas, esquemas, etc. La interpretación de las observaciones a partir de instrumentos científicos está basada en la aceptación de ciertas creencias previas, y el problema duhemiano puede ser resuelto, como a veces ocurre, con el rechazo de las proposiciones observacionales.
Para ilustrar cómo pueden influir las expectativas en lo que se observa, consideremos el siguiente problema. ¿Qué número viene después de la secuencia: 5, 4, 9, 8, 6, 7, 3?
Percibir esta serie como entidades matemáticas, en lugar de semánticas, hace improbable que advirtamos que se trata de numerales en orden alfabético y que el siguiente, por tanto, es el 1.
LA METAFISICA Y El PROBLEMA DUHEMIANO
En el caso de que una predicción fracase, la lógica no dicta qué proposición es falsa.
Una hipótesis auxiliar puede ser falsa, ola hipótesis a prueba, o ambas. Al estudiar los resultados de la terapia conductual los psicoanalistas, ante la falta de sustitución de síntomas, por ejemplo, pueden responder buscando síntomas más sutiles o difusos, o que toman más tiempo para manifestarse. La lógica de la situación permite que ocurra lo que sugería Lakatos: que en caso de que fracase la predicción podemos proteger ciertas creencias centrales -nuestro núcleo duro metafísico- dirigiendo las flechas del modus tollens hacia hipótesis auxiliares.
LA METAFISICA Y LAMODIFICACION DE HIPOTESIS REFUTADAS
Sin embargo, si alguna anomalía o cierta cantidad de fracasos en la predicción parecen pesar demasiado sobre nuestras creencias centrales y decidimos considerarlas falsas podemos modificarlas conservando, todavía, gran parte de su contenido central. En términos de Lakatos, nuestra heurística positivo metafísica sugeriría variantes que conserven la esencia de nociones centrales: las nuevas hipótesis surgen del mismo programa metafísico de investigación. Tomemos el ejemplo de un investigador conductual que inicialmente intenta explicar las fobias como una forma de condicionamiento clásico, y que puede intentar, tras numerosos fracasos predictivos, explicarlas utilizando un análisis operante. Será mucho más improbable que este investigador comience a investigar hipótesis basadas la ansiedad que recubre los impulsos del ello.
Ahora nos dedicaremos a examinar el papel jugado por la metafísica en la practica de la psicoterapia. Ante todo debo plantear el principio general de que si se aceptan las conclusiones precedentes respecto al papel de la metafísica en la investigación clínica, y si esta investigación influye en la práctica Clínica, entonces la metafísica influye en la práctica a través de su influencia en la investigación. Pero, aparte de esta cuestión de principio, existen otros papeles más específicos jugados por la metafísica en la práctica clínica.
Los diferentes enfoques psicoterapéuticos (por ejemplo, la terapia de conducta, el análisis freudiano, ola psicoterapia centrada en el cliente) funcionan y están estructurados de la misma manera que los programas de investigación según Lakatos. A continuación consideraré estos enfoques en psicoterapia como programas terapéuticos y describiré su íntima analogía con los programas de investigación lakatosianos.
Advirtamos, primero, que para la psicoterapia sirven las mismas consideraciones epistemológicas: no hay una separación clara entre las proposiciones observacionales y teóricas, y el problema duhemiano es igualmente relevante. Discutiré estos aspectos mientras intento comprender la estructura de los programas terapéuticos.
Los programas terapéuticos, como los programas de investigación, se componen de un núcleo duro, una heurística negativa y una heurística positiva. En el núcleo duro se incluyen las creencias centrales que no son falsables, también a causa de una decisión metodológica tácita. Por ejemplo, en el núcleo de la terapia de conducta aparecen proposiciones como las siguientes: ''lo que hay que intentar modificar es la conducta indeseable, más que cualquier supuesta causa subyacente", "la conducta indeseable se aprende a través de los mismos procesos que cualquier otra conducta" y ''la conducta indeseable puede ser modificada utilizando principios psicológicos, especialmente principios de condicionamiento". Estas proposiciones también deben ser consideradas metafísicas porque si bien la experiencia sería importante a la hora de establecer su valor de verdad, se encuentran protegidas contra la refutación.
La heurística negativa de un programa terapéutico envía las flechas del modus tollens fuera del núcleo duro. Los terapeutas no abandonan sus creencias centrales cuando se encuentran con un fracaso. La lógica de la psicoterapia esencialmente es así:
Si la terapia aplicada es apropiada, se produce el cambio.
No se ha producido el cambio.
Luego la terapia no era la apropiada.
Pero, de nuevo, la lógica real de la situación es mucho más compleja:
Si la terapia aplicada era la apropiada y H1 ...Hn, entonces se produce el cambio.
No se ha producido el cambio.
Luego: negación de (terapia y H1 ... Hn).
Luego negamos la terapia o negamos H 1... o negamos Hn.
De nuevo ocurre que nos hallamos tan comprometidos con el núcleo duro del programa terapéutico que, en caso de fracaso, consideraremos a las otras creencias como sospechosas. 'El cliente no -estaba lo bastante motivado o no colaboró" (lo que esencialmente es el planteamiento de una condición límite) parece ser una frase particularmente aceptada, o "la terapia no fue lo suficientemente prolongada o no se administró adecuadamente", etc.
La heurística positiva suministra una norma general para las nuevas variantes. En psicología clínica conductual, la heurística positiva podría ser expresada como: "la conducta humana es aprendida ",y así cuando surjan nuevos paradigmas de aprendizaje, o se modifiquen los tradicionales, pueden ser utilizados para sugerir alteraciones en el programa terapéutico. Esto quizá es lo que se ha hecho, en cierta medida, en la llamada "revolución cognitiva'', cuando el aprendizaje simbólico y otros hallazgos de la psicología cognitiva han alterado la modificación de conducta. En el análisis freudiano la heurística positiva podría ser expresada como "la conducta observable es resultado de procesos intrapsíquicos que implican fuerzas motivacionales básicas", y las variantes pueden verse en las diferentes teorías neofreudianas.
LAMETAFISICA Y LOS PROBLEMAS CLINICOS
La psicoterapia, en general, en un intento para remediar algunos trastornos cognitivos, afectivos o conductuales, según los define el paciente, las otras personas significativas o la sociedad. El planteamiento de dichos problemas implica un compromiso ontológico en el que, si uno las acepta como proposiciones auténticas, se compromete con la existencia de ciertos tipos de entidades. Los programas terapéuticos influyen en el planteamiento de problemas y, por tanto, en los compromisos ontológicos. El que un problema dado sea descrito en términos de entidades médicas, excesos o defectos conductuales, conflictos inconscientes o problemas vitales viene determinado por el programa terapéutico. En segundo lugar, el que los psicólogos consideren cierto estado de cosas como problemático está influido por nuestras concepciones metafísicas respecto a asuntos tales como qué es lo que constituye la buena vida, la naturaleza humana y la moralidad(O'Donohue et al., 1987). El que proporcionemos tratamiento parece, al menos, estar relacionado con nuestras nociones sobre la plasticidad de la conducta humana y la creencia de que el estado de cosas actual es (relativamente) indeseable.
LAMETAFISICA Y El DISEÑO DE LA TERAPIA
El núcleo duro del programa terapéutico influye en la elección de las técnicas terapéuticas a utilizar. Nuestro mapa sobre la estructura causal del mundo o, incluso, sobre si el mundo propiamente posee una estructura causal, viene dado, en parte, por nuestra metafísica. Es más, algunas técnicas terapéuticas están comprometidas de forma patente con la propia metafísica del cliente. Su objetivo es lograr la "reestructuración cognitiva" que, a menudo, implica un cambio en las creencias metafísicas.
También es preciso que nos percatemos de que se pierde mucha información empírica durante la psicoterapia. No hemos investigado sobre todas las cuestiones implicadas en la psicoterapia (por ejemplo, ¿cuál es la mejor forma de presentarse ante el cliente, o ante este tipo particular de cliente?, ¿qué influencia tiene el estilo de vestir del terapeuta en tipos particulares de clientes?). Cuando carecemos de información sobre cuestiones concretas nos tenemos que fiar de la "experiencia clínica'' compartida. Experiencia que se halla influido por la metafísica. Por ejemplo, Chapman y Chaoman (1969) encontraron que había gran consenso entre los clínicos en que ciertas respuestas del Rorschach (por ejemplo, traseros, ropas femeninas) eran indicadores de homosexualidad masculina, a pesar del hecho de que no se mostraron como signos válidos. Quizá los clínicos se estaban fiando de sus representaciones del mundo (representaciones con un alto grado de solapamiento debido a que estos clínicos tenían una formación similar) para completar la información que faltaba respecto a los signos diagnósticos. Dado que la investigación proporciona sólo una pequeña parte de la información necesaria para comprender plenamente el proceso psicoterapéutico, a menudo nos vemos obligados a confiar en nuestro fondo implícito de nociones metafísicas.
METAFISICA DE LASPROPOSICIONES OBSERVACIONALES
Como ocurre con la investigación, las expectativas y los experiencias anteriores influyen en lo que se observa durante la psicoterapia. La observación es selectiva; lo que se considera significativo desde el punto de vista clínico viene determinado en gran medida por el programa terapéutico. Esto se hace especialmente evidente en la recogida de una historia clínica. El terapeuta no se siente interesado por todos los acontecimientos de la vida del paciente, sino sólo por aquellos que son significativos, y lo que es "significativo"- está determinado, al menos en parte, por consideraciones metafísicas. Tal como ha sugerido Popper(1957), los esquemas de referencia interpretativos son utilizados para seleccionar y estructurar lo que está contenido en una historia.
Además, los psicólogos, como los físicos, observan a través de sus instrumentos. Estos instrumentos pueden estar fundados y justificados en dominios metafísicos. Pongamos por caso, en un estudio de validación concurrente del WAIS-R, ¿qué implicaciones posee el hecho de que grupos tales como blancos y negros, y hombres y mujeres, alcancen cocientes intelectuales significativamente diferentes en la escala total? la cuestión parece depender de los propios criterios de validez, que a su vez dependen de la propia metafísica. En una representación del mundo, en la que los grupos puedan diferir en sus rasgos, y en laque ocurre que hombres y blancos poseen mayor proporción de un rasgo, la inteligencia -a fin de cuentas, fijémonos en los éxitos que consiguen éste sería un resultado que apoyaría la validez del test. En otro sistema de creencias metafísicas, en el que todos los grupos son creados con la misma inteligencia (pero que están sometidos a entornos favorecedores o destructores) la conclusión que se alcanza es diferente. la cuestión general es que el llamado "problema del criterio" en la construcción de tests nos obliga a realizar ciertas presuposiciones previas, y estas presuposiciones están determinadas por la metafísica. Por tanto, debatir sobre la validez del WAIS-R sería debatir tanto sobre cuestiones metafísicas como sobre las características psicométricas del test.
LA METAFISICA Y El PROBLEMADUHEMIANO
Como ya hemos advertido, cuando el psicoterapeuta se encuentra con un fracaso en el tratamiento, desde la lógica es libre para elegir como culpable a cualquier creencia implicada en la predicción del éxito. Esto permite que ciertas creencias preciadas dentro del núcleo duro del programa terapéutico eviten las flechas. El terapeuta puede decidir señalar como falsa cualquiera de las numerosas hipótesis auxiliares. Más aún, como ocurre con el programa de investigación, incluso cuando el terapeuta decide modificar una creencia central, puede mantener su espíritu al modificarla dentro de las líneas sugeridas por la heurística positiva. Consideremos, pongamos por caso, el conductista que, en un esfuerzo por mejorar la depresión de un cliente, ha aumentado la frecuencia del supuesto refuerzo positivo contingente a la respuesta. Si el cliente da una respuesta escasa, el conductista es lógicamente libre para señalar a las hipótesis auxiliares y decir, por ejemplo, que los reforzadores no eran apropiados para influir en el estado de ánimo, en este cliente particular.
MODIFICANDO LAS HIPOTESISPARA ABARCAR RESULTADOS ANOMALOS
Incluso si el terapeuta de conducta abandonar a este punto de vista sobre la depresión del cliente, lo más probable es que adopte otro punto de vista conductual (lo relevante es la cantidad de castigos que ha recibido el cliente en su vida) o quizá un punto de visto cognitivo (su estilo atribucional es problemático), más que una alternativo a partir de un marco de referencia metafísico diferente.
En suma, si las consideraciones que hemos presentado son correctas, la metafísica posee un papel significativo en la investigación y la práctica clínicas. A partir de la influencia de la metafísica en la investigación clínica, la definición de problemas, el diseño de terapias, las creencias informal es utilizadas en la terapia, las observaciones (especialmente las que se basan en tests), los intentos por resolver el problema duhemiano, y los esfuerzos por modificar los hipótesis para abarcar los resultados anómalos, debemos concluir que la psicoterapia científico yace sobre una infraestructura metafísica. En la descripción de la búsqueda racional aquí presentada los programas de proposiciones metafísicas y empíricas compiten con otros programas de proposiciones metafísicas y empíricas en su capacidad para resolver problemas conceptuales y empíricos. Esto no debería ser causa de una gran desesperación. Después de todo, ésta no sólo es la situación epistemológica en todas partes sino que la investigación clínica y la psicoterapia, para ser verdaderamente significativas, necesitan ser relevantes para las creencias centrales. Las investigaciones de los psicólogos y sus esfuerzos terapéuticos no implican meramente un conjunto circunscrito de creencias aisladas relacionadas con la ''psicología clínica''. No existe una barrera firme que separe nuestras creencias como psicólogos clínicos de todas nuestras otras creencias. Los resultados de nuestros esfuerzos por comprender y ayudar a los otros seres humanos están en función de toda nuestra trama de creencias. Esta trama, y en especial las creencias centrales, necesitan en ocasiones ser consideradas como cuestiones abiertas -en realidad, cuestiones metafísicas abiertas- y sometidas al mejor criticismo que como psicólogos podemos aplicar.
REFERENCIAS