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LIBROS, REVISTAS Y OTRAS NOVEDADES

 

 

EMILCE DIO BLEICHMAR

(autora):

La depresión en la mujer

Temas de Hoy. Madrid, 1991


Este nuevo libro de la Dra. Emilce Dio Bleichmar se enmarca dentro de la continua investigación que viene desarrollando durante los últimos años, en la búsqueda de nuevos aportes para la comprensión de la subjetividad femenina desde una perspectiva de género, lo que la convierte inevitablemente en punto de referencia indiscutible para todos/as los profesionales interesados en este tema.

No obstante, la autora hace un tremendo esfuerzo para que sus aportaciones resulten claras y estén al alcance de una gran cantidad de personas, haciendo posible que muchas mujeres se puedan reconocer a lo largo de las páginas de su trabajo y encuentren una vía para legitimar sus propios reclamos.

El eje vertebral del libro busca poner de manifiesto la relación que existe entre la depresión y las mujeres, como consecuencia de la forma en que éstas deben vivir su feminidad, lo cual hace necesario comprender y legitimar la queja que encierra el malestar femenino si es que este se quiere modificar. El libro consta de cuatro partes, a través de las cuales la autora hace un recorrido desde lo que es la depresión y sus características generales, para ir adentrándose en la especificidad que ésta toma en las mujeres, lo cual requiere entrar de lleno en la subjetividad femenina y en la tipificación de la feminidad.

En la primera parte, nos habla de la depresión y sus tipos, la sintomatología que puede presentar, y un aspecto que en las mujeres adquiere especial relevancia: las depresiones encubiertas, enmascaradas bajo síntomas como el comer compulsivo, problemas en las relaciones interpersonales, síntomas físicos o problemas en la vida de pareja, que pueden conllevar -como consecuencia y no como causa-, dificultades sexuales, irritación, desánimo.

Una de las tesis que el libro rebate es la del supuesto paralelismo existente con la biología, que suele ser el primer argumento esgrimido para explicar la diferente proporción de la depresión en hombres y mujeres. Acudiendo a los estadísticas realizadas sobre el tema, se observa que la proporción es de dos mujeres deprimidas por cada hombre, pero esta relación la encontramos en las neurosis depresivas, es decir, en aquellas donde los mecanismos psicológicos ocupan un papel fundamental y no las causas biológicas: en el caso de las depresiones bipolares no se presentan diferencias estadísticas entre hombres y mujeres.

La segunda parte nos lleva a buscar la mayor incidencia de depresión en las mujeres en las condiciones de vida y en las características de la subjetividad.

Si atendemos a las quejas de las mujeres y reparamos atentamente en los motivos de consulta que las llevan a buscar una ayuda profesional, nos encontraremos con problemas de relación en la pareja, la amenaza de una ruptura amorosa, el temor al abandono y la soledad o problemas en los relaciones familiares, es decir, todo aquello que gira en torno a la intimidad y a la vulnerabilidad a la pérdida, vulnerabilidad que se instala con fuerza en aquellos personas que dependen del juicio de otro para el mantenimiento de la autoestima, y en aquellos que desempeñan un sólo rol y tienen una participación social restringida, como ocurre en el caso de la mayoría de las mujeres.

Así, los factores psicosociales que predisponen a la depresión se encuentran en el mismo estereotipo de la feminidad, en el propio rol de la mujer, constituyéndose el modelo de feminidad vigente en nuestra cultura, en el factor de mayor riesgo para la depresión.

En la tercera parte, la autora analiza el concepto de yo-en-relación para señalar que la subjetividad de las mujeres adquiere su mayor organización en la medida en que pueden crear y mantener filiaciones y relaciones, es decir, que sólo por medio del establecimiento de un vínculo se adquiere el sentimiento de identidad.

De esta afirmación se desprende que no es el cuerpo el que gobierna el destino de la mujer, que ser mujer no pasa exclusivamente por la sexualidad, el encanto o la seducción, considerados como los valores que definen a la mujer en nuestra cultura. Emilce Dio sustenta esta conclusión en su propia experiencia clínica según la cual, generalmente no son los problemas referidos a la sexualidad lo que lleva a las mujeres a consultar, y cuando lo hacen, es por temor a que estos problemas pongan en riesgo su relación amorosa, la pareja.

En la cuarta y última parte del libro nos va mostrando, por medio de ejemplos extraídos de la clínica, todos aquellos aspectos de la feminidad que predisponen en mayor o menor medida a la depresión y cómo éstos son vividos por diferentes tipos de mujeres: desde la "mujer tradicional , que reproduce el modelo de feminidad vigente, hasta el sector que denomina "la mujer emancipada'', en tanto que rompe con el modelo, pasando por la "mujer moderna", que está en desacuerdo con su rol y manifiesta conflictos y síntomas diversos.

La pasividad que convierte a la mujer en una adulta-niña y la mantiene en la impotencia, el sacrificio y el sufrimiento no como fin sino como medio para conseguir amor, el ideal maternal que modelo la identidad femenina en función de la renuncia y el cumplimiento de normas sociales y morales que exigen a la mujer una restricción mayor de actividades hedónicas y sexuales, son algunos de los componentes que, por diversos caminos, van configurando la autoestima, los sentimientos de culpa, la vergüenza, sin olvidar el importante papel que juega la prohibición social de la percepción y expresión de la rabia.

Pero el libro de Emilce Dio Bleichmar no se queda en el nivel de la denuncia o del lamento, sino que abre grandes expectativas y alternativas terapéuticas, ya que, así como nos va mostrando los múltiples caminos que conducen a la depresión, va abriendo las puertas a otros tantos caminos para la recuperación, partiendo de la consideración de que la feminidad está dotada de grandes recursos para hacer frente a la depresión: el objetivo es invertir la tendencia existente, que la responsabilidad en el cuidado de los otros no se plantee en oposición a un esmerado autocuidado y respeto por nosotras mismas.

 

Isabel ARAGON ABELLAN