INVESTIGACION / FORMACION
RESUMEN RESULTADOS
- Matriz de correlaciones multirrasgo-multimétodo
- Análisis de Regresión Múltiple
- Análisis de Covarianza
DISCUSION
En el presente estudio se valoro la validez convergente y discriminante de los síndromes clínicos de primer y segundo orden obtenidos con el Youth Self Report (YSR), mediante sus correlaciones con las escalas del EPQ-J, presentados en forma de matriz multirrasgo-multimétodo, y análisis de regresión múltiple. Los resultados demuestran que los síndromes de primer y segundo orden de psicopatología de expresión interna caracterizan un tipo de patología y personalidad distímicos, manifestando una correlación positiva con la escala de neuroticismo y una correlación negativa con la escala de Extroversión. Por el contrario, los síndromes de patología de expresión externa no se relacionan de formo unívoca con ninguna variable de personalidad, mostrando relación con las escalas de Psicoticismo, Conducta Antisocial y Sinceridad de Eysenck. Se confirma también que las agrupaciones sintomáticas del YSR reflejan dos tipos de problemas emocionales vs. conductuales y una marcada polarización hacia una patología internalizada en las niñas frente a una tendencia hacia una patología externalizada en los niños.
This study examined the convergent and discriminant validity of the Youth Self Report (YSR) first order factors and second order syndromes via correlations with EPQJ scales, by the multitrait-multimethod matrix, and multiple regression, analyses. findings revealed that first order and second order Internalizing syndromes represent o dysthymic kind of pathology and personality, showing positive correlations with Neuroticism and negative correlations with Extroversion scales. Conversely, the Externalizing groupings of syndromes fail to show on unanimous association with any personality variable, but revealed positive correlations with Eysenck Psychoticism, Antisocial Behavior, and lie scales. Results also confirm that the YSR subsets of scales involve contrasting kinds of emotional/behavioral problems, and a marked tendency for girls to have higher Internalizing scores, where as boys tended to show more Externalizing pathology.
YSR. Validez. Psicopatología infanto-juvenil.
YSR. Validity. Child and adolescent psychopathology.
Desde una perspectiva multivariada, Achenbach y Edelbrock han construido un grupo de cuestionarios estandarizados, todos ellos modelados sobre el Chil Behavior Cheklist (CBCL) (Achenbach y Edelbrock, 1983), tales como el Teacher's Report Form (TRIF) (Achenbach y Edelbrock, 1986) y el Youth Self Report (YSR) (Achenbach y Edelbrock, 1987), para valorar un amplio rango de manifestaciones psicopatológicas en la infancia y en la adolescencia. Este último es un autoinforme estandarizado desarrollado para valorar las competencias y problemas emocionales y comportamentales de los adolescentes.
Estos instrumentos han sido utilizados primordialmente para valorar la prevalencia de problemas específicos en muestras de niños y adolescentes, extraídos de la población general y de grupos clínicos (Achenbach y Edelbrock, 1987; Verhulst, et al., 1989; Lemos et al., 1991 a). De otro lado, la estandarización de tales instrumentos ha posibilitado el establecimiento de comparaciones interculturales (Achenbach et al., 1987a, 1987b, 1990; Verhulst y Althaus, 1985; Verhulst et al., 1989; Lösel et al., 1989; Lemos et al., 1991 a).
Además de ser utilizados con fines epidemiológicos, se han derivado, mediante la aplicación de Análisis de Componentes Principales de primer y segundo orden, distintas agrupaciones sintomáticas que constituyen síndromes de interés diagnóstico y clínico (Achenbach y Edelbrock, 1987; Achenbach, 1991; Lemos et al., 1991 b). De los análisis factoriales de segundo orden resultan dos agrupaciones sindrómicas amplias, denominadas síndrome Interno y síndrome Externo. Ambos grupos de síndromes reflejan una división psicopatológica de las alteraciones infantojuveniles repetidamente contrastada mediante análisis multivariados, habiendo recibido diversos denominaciones como Problemas de Personalidad vs. Problemas de Conducta (Peterson, 1961), Inhibición vs. Agresión (Miller, 1967) o Hipercontrol vs. Bajo Control (Achenbach y Edelbrock, 1978).
En la factorización de la escala, (Lemos et al., 1991 b) los síndromes de primer orden son similares a los referidos por Achenbach (1991), a pesar de haber sido derivados de muestras diferentes (muestra clínica/muestra normal; diferencias socioculturales) y utilizado en los análisis de segundo orden métodos de extracción diferentes (AFP/ACP). En los análisis de primer orden, algunos factores que aparecieron en la muestra americana (problemas de atención y autodestrucción/problemas de Identidad) no aparecieron en la española, e inversamente (conductas de búsqueda de atención). La equivalencia respecto de los síndromes que han tenido pesos altos en los factores Interno/Externo es también muy alta.
Las conductas pertenecientes a los síndromes de depresión/ansiedad, quejas somáticas y problemas de relación constituyen, en consecuencia, un patrón de patología interno o internalizado, mientras que el síndrome de búsqueda de atención, las conductas delictivas y la conductas agresivas representan una patología de expresión externa o Externalizada. La psicopatología de expresión externa refleja conflictos con la gente y en las expectativas del chico; en tanto la psicopatología de expresión interna refleja conflictos internos y tensión psicológica.
El objetivo del presente estudio es la validación de las agrupaciones sindrómicas encontradas en la muestra española, en un intento de clarificación conceptual de las mismas, respecto de constructos psicológicos bien definidos, tal y como recoge el EPQ-J (Eysenck y Eysenck, 1978). Se valorará la validez convergente y discriminante de alguno de estos síndromes, mediante la inspección de sus correlaciones con las escalas del EPQ-J, presentados en forma de matriz multirrasgo-multimétodo. La validez concurrente de estos síndromes será estimada a través de análisis de regresión múltiple, siendo las variables dependientes (VDs) los distintas escalas del EPQ-J. Por último, se analizan las diferencias que existen entre varones, mujeres y grupos de edad, para cada uno de estos síndromes y variables de personalidad, así el grado de acuerdo o discrepancia entre los resultados las expectativas teóricas.
La información relativo a las competencias psicosociales y los problemas emocionales y comportamentales de los adolescentes se ha obtenido mediante el inventario autoaplicado YSR (Youth Self Report de Achenbach y Edelbrock (1987).
El YSR consta de dos partes, la primera, que se compone de 17 ítems, valora diversas competencias psicosociales que incluyen frecuencia y tipo de participación en actividades deportivas, actividades de ocio; participación en organizaciones y trabajos (valorando también el grado de actividad y eficacia en las mismas); relaciones de amistad; tipo de relación con los hermanos, padres y compañeros; grado de autonomía; y nivel de funcionamiento en el estudio.
La segunda parte del YSR, cuya información se ha utilizado en el presente estudio, incluye 112 ítems, de los cuales 103 describen un amplio rango de conductas problema (102 relativos a problemas conductuales específicos y un ítem relativo a problemas físicos sin causas médicas conocidas), y los 16 ítems restantes describen comportamientos socialmente deseables. Todos los ítems de la segunda parte están formulados en primera persona y deben ser contestados eligiendo una única respuesta con relación al presente o a los últimos seis meses, rodeando para ello el 0 cuando su contenido no es verdad, el 1 cuando es algo verdad o le sucede a veces, y el 2 cuando es muy cierto o le sucede frecuentemente.
Se administró también la versión española del test de personalidad EPQ-J de Eysenck y Eysenck (1978), que se compone de cinco escalas: Neuroticismo, Extroversión, Psicoticismo, Sinceridad y Conducta Antisocial. Su valoración se ajustó a los criterios generales expresados por los autores.
Los datos utilizados en el estudio proceden de una muestra representativa de la población incluido entre 11 y 18 años residente en las diversos comarcas del Principado de Asturias; cuya población general supera ligeramente el millón de habitantes. Teniendo en cuenta que lo práctica totalidad de los sujetos incluidos en ese rango de edades están escolarizados, se consideró oportuno realizar los valoraciones en los centros docentes a los que acuden regularmente. Para ello, se solicitó un listado de los colegios existentes en la provincia, tipo y nivel de enseñanzas impartidas, y población, escolar en cada nivel, a la Delegación Provincial del MEC.
Posteriormente, atendiendo a criterios de azar y representación proporcional de la población en las diferentes comarcas de Asturias, se obtuvo una muestra de 1.564 sujetos (706 varones y 858 mujeres), cuyas características, distribución geográfica y nivel social se describen en la tabla 1.
Seleccionados los centros en los que deberían realizarse las pruebas, se solicitó a la dirección de los mismos su colaboración para su aplicación en unidades docentes naturales, también elegidas al azar entre los diferentes niveles educativos.
La administración de dichas pruebas ha sido siempre colectiva y anónima, en una única sesión, y dirigida por los investigadores principales, contando eventualmente con algún psicólogo colaborador.
Los datos fueron obtenidos durante el curso 1990-91 y proceden de 61 clases o unidades docentes, de un total de 20 centros escolares.
En los análisis de regresión múltiple (ARM) realizados, se toman en consideración, primeramente, todos las variables independientes VIs formadas por los síndromes de segundo orden. Las VDs fueron las escalas del EPQ-J. Para seleccionar el número óptimo de variables a incluir en los ecuaciones de regresión hemos elegido el método stepwise; es decir, procedimiento que va incluyendo los variables con mayor significación, al tiempo que excluye las que ven transformado su poder explicativo hasta no alcanzar la significación mínima.
En los análisis se implementaron, además, las pruebas necesarias para determinar si se cumplen los supuestos paramétricos de normalidad (mediante un plot entre los residuales observados y los esperados según la ley normal), independencia serial (test de Durbin-Watson) y linealidad (representando gráficamente los residuales y los valores predichos estandarizados)
También se realizaron Análisis de Covarianza (ANCOVA) con un diseño factorial de 2X4 (sexo X grupos de edad: 11-12, 13-14, 15-16, 17-18), siendo el covariante el nivel profesional de los padres.
Todos estos análisis se llevaron a cabo mediante el paquete estadístíco SPSS/PC+.
Correlaciones entre las variables
En los Tablas 2 y 3 se describen las variables independientes utilizados en el análisis, así como los ítems que componen dichos factores de primer orden comunes para ambos sexos, y los conjuntos sindrómicos de segundo orden. Las correlaciones existentes entre las VDs y las VIs figuran en la Tabla 4.
El síndrome Interno demuestra una correlación moderadamente alta con la escala de Neuroticismo (0,641), a la vez que muestra bajas correlaciones con el resto de los factores de personalidad. Por su parte, el síndrome Externo muestra correlaciones moderadas con todas las escalas salvo con Extraversión.
Respecto de los síndromes de primer orden, puede observarse como aquellos que definen la patología internalizada (Depresión/ansiedad, Quejas somáticas y Problemas de Relación) presentan correlaciones mayores que los restantes con el factor neuroticismo y correlaciones muy bajas con el resto de las escalas. Por contra, aquellos síndromes de primer orden que definen la patología de tipo externo (Conducta Delictivo, Conducto agresiva y Búsqueda de atención) presentan mayores correlaciones con el resto de los escalas, excepto extroversión, y con todas ellas.
Los correlaciones entre VIs se muestran en el primer cuadrante de la Tabla 5. En general, puede apreciarse que los correlaciones entre las VIs son moderadamente bajas, oscilando entre 0,024 para el valor más bajo, y 0,392 para el mayor. Valores algo menores, por término medio, se encuentran entre las VDs, aunque son de destacar las moderadamente altas correlaciones existentes entre la escala de Conducta Antisocial y todas las restantes.
Validez convergente
Sólo se observan valores significativamente diferentes de cero para las correlaciones entre Depresión/ansiedad y Neuroticismo (0,613), y entre Conducta Delictiva y Conducta Antisocial (0,400), (Tabla 5).
Validez discriminante
1. El valor de la diagonal de validez es mayor que las de su columna y fila en los triángulos heterorrasgo-heterométodo. Esta condición sólo se cumple para las variables Neuroticismo-Depresión/ansiedad. Como se puede observar, la correlación entre Conducta delictiva y Psicoticismo es mayor que la existente entre Conducta delictivo y Conducta Antisocial (0,481 y 0,400, respectivamente).
2. La variable se correlaciona en mayor grado con un esfuerzo independiente de medir el mismo rasgo que con mediciones de diferentes rasgos que emplean el mismo método. Los valores para Depresión/ansiedad y Conducta delictiva en la diagonal monorrasgo- heterométodo son superiores a los existentes en los triángulos heterorrasgo-monométodo. No ocurre lo mismo para Conducta Antisocial, y en Neuroticismo, aunque no se supera el valor, se aproxima (0,613/0,519).
En la Tabla 6, se presentan las variables incluidas en cada ecuación de regresión junto con sus coeficientes de regresión estandarizados (pesos 0), el coeficiente de determinación múltiple (R2) y finalmente, los coeficientes de contribución de cada variable independiente (C).
Los plot realizados sobre los residuales estandarizados indican que las distribuciones de los datos son aproximadamente normales. Asimismo, la apariencia aleatoria de las gráficas que muestran los residuales y los valores predichos estandarizados, de forma que no se entrevé ninguna relación entre las variables representadas, sugiere que el supuesto de linealidad también se cumple. Por último, las puntuaciones en el test de Durbin-Watson varían entre 1,81 y 1,96, y como quiera que los valores ideales rondan el 2, estas puntuaciones nos indican un índice de independencia serial significativo sobremanera.
El conjunto de variables predictoras explican, para los síndromes de primer orden, un 43,8% y un 42,6%, para los síndromes de segundo orden, de la varianza de la variable Neuroticismo. En la contribución relativa de cada variable en la predicción del criterio destacan Depresión/ansiedad (27,7%), para los síndromes de primer orden, y el síndrome Interno (38,5% del 43,8% de la totalidad de varianza explicada). Para el resto de las variables dependientes los porcentajes de varianza explicada son menores, entre 13,7% (Extroversión) y el 26,3% (Psicoticismo). De las variables predictoras, las que más importancia demuestran en la predicción de que representan una patología Interna. Para Psicoticismo, Sinceridad y Conducta Antisocial los síndromes que mayor porcentaje de varianza explican son, sin embargo, las que caracterizan a una patología de tipo Externo.(Tabla 6)
El resultado del efecto de los variables edad y sexo en el Análisis de covarianza para cada uno de los síndromes y las variables de personalidad se exponen en la Tabla 7.
Diferencias entre sexos: Se han obtenido efectos estadísticamente significativos (p<0,01) en la variable sexo en todos los síndromes de primer y segundo orden, con excepción de Problemas de relación y Problemas de Neuroticismo y Extraversión son los síndromes pensamiento. Como puede observarse en la Tabla 8, los mujeres han obtenido mayores puntuaciones que los varones en la patología interna, e inversamente para la externa.
Asimismo, las mujeres obtienen puntuaciones más altas en los factores de primer orden (Tabla 6). que definen el síndrome Interno, y los varones en los que componen los problemas externalizados, exceptuando Conducta agresiva en que también presentan una puntuación mayor las mujeres.
Diferencia entre edades: Se han obtenido efectos significativos con una probabilidad igual o inferior a 0,01 en los dos síndromes de segundo orden, y en cuatro (Conducta delictiva, Conducta agresiva, Problemas de relación y Problemas de pensamiento) de los siete síndromes de primer orden. En todos los casos siempre se produce un incremento de las puntuaciones (número de conductas problema) con la edad.
Es clásica la distinción entre validez empírica u orientada por criterios, validez de contenido y validez de constructo (Cronbach y Meehl, 1955; Cronbach, 1971; Carmines y Zeller, 1979). En la validez empírica, bien predictiva, bien concurrente, se intenta validar el instrumento de medida respecto de un criterio claramente definido. El grado de correspondencia entre el test y el criterio, generalmente estimado por el tamaño de su correlación, se convierte en el indicador operacional de esta validez. La validez de contenidos es una validez muestral, consistente en demostrar que los ítems que componen el test son una muestra imparcial y suficiente del campo que representa. Finalmente, mediante la validación de constructo o conceptual se trata de interpretar el test como medida de algún tributo que no está definido operacionalmente. Se intenta que el concepto subyacente a la variable a validar ofrezca suficiente consistencia lógica dentro del sistema teórico de la psicología y abundante corroboración experimental de las hipótesis que se derivan teóricamente.
Como fácilmente se puede deducir, el último tipo de validez es más amplio, complejo y, en cierta medida, supone y presupone a los anteriores. A su vez, la validez empírica puede no ser meramente validez práctica y ateórica, sino que puede servir como primer paso en el intento de clarificación conceptual de las variables a validar. Precisamente ésta ha sido la intención de los autores al tratar de determinar la validez concurrente que presentan los síndromes derivados del YSR respecto de los variables de personalidad medidas por el EPQ-J.
Los correlaciones entre algunos síndromes de primer orden y algunas variables de personalidad, tales como Depresión/ansiedad-Neuroticismo, Problemas de relación-Extroversión, Problemas de pensamiento-Psicoticismo y Conducta delictivo-Conducta Antisocial, que, a priori, podrían estar relacionadas, se han presentado en forma de matriz multirrasgo-multimétodo. Es éste un instrumento heurístico utilizado primordialmente para examinar la validez discriminante y estimar las contribuciones relativas de la varianza del método y del rasgo, mediante la inspección de las intercorrelaciones resultantes cuando cada uno de los diferentes métodos (Campbell y Fiske, 1959).
La inspección de las correlaciones entre los diversos síndromes y las escalas de personalidad muestran una clara y diferenciada relación entre los síndromes de primer orden que definen los problemas de tipo Interno y el factor de personalidad Neuroticismo. Ello es especialmente cierto para el síndrome Depresión/ansiedad, que presenta una correlación con Neuroticismo de 0,613. los síndromes de primer orden que definen la patología externalizada muestran las mayores correlaciones con las escalas de Psicoticismo, Sinceridad y Conducta Antisocial, y con todas ellas.
El examen de la matriz multirrasgo-multimétodo confirma lo dicho anteriormente. La única variable con suficiente validez convergente y discriminante es Depresión/ansiedad respecto de Neuroticismo. Conducta del delictiva aunque muestra una aceptable validez convergente con Conducta Antisocial (0,400), sin embargo carece de validez discriminante al presentar mayor correlación con una variable (Psicoticismo) que no tiene en común con ella, en el plano teórico ni el mismo rasgo ni el mismo método. Asimismo, Conducta Antisocial se correlaciona en mayor grado con mediciones de distintos rasgos que emplean el mismo método, que con el esfuerzo independiente de medir el mismo rasgo (Conducta delictivo) por diferentes métodos. Problemas de relación -Extroversión y Problemas de pensamiento- Psicoticismo presentan escasa validez convergente y nula validez discriminante. Respecto a Problemas de relación y Psicoticismo, cabría esperar escasa relación, ya que esta dimensión, tal y como la formula Eysenck, tiene más que ver con dureza emocional, trastornos conductuales de tipo delictivo y conductas de bajo o nula socialización. De hecho, Psicoticismo presenta una alta correlación con el síndrome etiquetado como Conducta delictiva.
En los síndromes de segundo orden también se observa el mismo patrón de correlaciones mostrado por los factores de primer orden que los definen. Así, el síndrome Interno correlaciona en gran medida con Neuroticismo (0,641) y escasamente con el resto de las escalas. Por contra, el síndrome Externo presenta moderadas correlaciones con todas las escalas salvo Extroversión, y principalmente con Psicoticismo, Sinceridad y Conducta Antisocial.
Los ARM realizados tomando como VDs las escalas del EPQ-J, confirman la diferente naturaleza de los problemas que abarcan el síndrome Interno y Externo. Para las variables Neuroticismo y Extroversión el síndrome Interno y sus factores componentes son los que influyen de una forma más decisiva en su explicación. Para las escalas Psicoticismo, Sinceridad y Conducta Antisocial, son los factores de primer orden que conforman el síndrome problemas externos, y este mismo, las variables que muestran mayor potencia predictiva.
Parece pues, y todo la evidencia hasta aquí manifestada así lo confirma, que los problemas que definen la patología interna caracterizan un tipo de comportamiento y personalidad neurótico. la patología externalizada no se relaciona de forma unívoca con ninguna variable de personalidad, recogiendo problemas de muy diversa índole desde el punto de vista clínico.
Los análisis de covarianza, por otra parte, muestran que los varones ofrecen una marcada polarización hacia el espectro de los trastornos de Conducta y los mujeres hacia las alteraciones emocionales.
Finalmente, y a tenor de los resultados del estudio, se destaca el hecho de que el inventario YSR constituye un procedimiento taxonómico válido y útil, aplicable tanto a la valoración clínica como a la investigación.