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SEMBLANZAS Y RESEÑAS

 

Una entrevista con Irving B. Weiner

Presente y futuro del psicodiagnóstico

 

Carlos RODRIGUEZ SUTIL (*) y Pilar ORTIZ QUINTANA (**)


Los días 14 y 15 de enero de 1993 Irving B. Weiner estuvo en Madrid e impartió, en la Facultad de Psicología de la UCM, un seminario avanzado sobre interpretación en el Test de Rorschach y una conferencia sobre las dificultades en el diagnóstico y conceptualización de las personalidades psicopáticas, conferencia a la que asistió un nutrido público. Cuando hubo terminado aprovechamos la ocasión para entrevistar al profesor Weiner y preguntarle sobre una serie de asuntos relacionados con el campo de investigación en el que lleva trabajando más de treinta años: la psicología clínica, la psicopatología y, en concreto, el psicodiagnóstico.

Weiner ostenta en la actualidad el cargo de Profesor de Psiquiatría y Medicina Conductual en la Universidad de Florida del Sur, en Tampa. Es también editor del famoso Journal of Personality Assessment, cuya Sociedad le concedió en 1983 su máximo galardón, lo "Distinguished Contribution Award". Autor de numerosos trabajos, entre los que podemos destacar Psychodiagnosis in Schizophrenia (1966), Psychological disturbance in adolescence (1970), Principles of Psychotherapy (1975), Clinical Methods in Psychology (1976), y Handbook of Forensic Psychology (1987). A lo largo de la entrevista haremos referencia a otras obras del mismo autor.

P: Usted publicó dos importantes artículos sobre el futuro del psicodiagnóstico. En 1972 "¿Tiene futuro el psicodiagnóstico?", y en 1983 "El futuro del psicodiagnóstico revisado" 1. Ahora, en 1993, ¿Cuál es su opinión sobre la situación, actual y futura, del psicodiagnóstico? ¿Cómo sería la tercera parte de esta serie de artículos?

R- Me agrada mucho hablar de este tema, del que voy a tratar próximamente en Barcelona. Precisamente en 1992 acabo de publicar ese artículo en la revista Independent Practitioner, revista de la que conviene que hable un poco. La APA (American Psychological Association) celebró el año pasado su centésimo aniversario, lo que ha dado lugar o numerosos acontecimientos, como es el surgimiento de importantes publicaciones. Esta revista -el Independent Practitioner- pertenece a una de las divisiones de la APA que ha tenido uno de los desarrollos más rápidos, la número 42, que se denomina "Práctica Privada", y que es ahora la mayor. Sus responsables decidieron editar un número especial para lo que encargaron., entre otros artículos, uno dedicado a analizar el futuro de la psicoterapia, y a mí otro sobre el futuro del psicodiagnóstico. Esto me gustó por cuanto se considera que las dos tareas Principales del psicólogo clínico son el psicodiagnóstico y la psicoterapia.


(*) Profesor Asociado. Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid.
(**)Profesora Asociado. Departamento de Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid.
1 Ambos artículos han sido traducidos al castellano y recogidos en la obra de Alejandro Avila Espada y Carlos Rodríguez Sutil "psicodiagnóstico clínico", Madrid: EUDEMA, 1992.


P: Esto sería una muestra de que el psicodiagnóstico no está perdiendo importancia en la APA.

R. Sí, en especial para este grupo. Así tuve lo oportunidad de actualizar el artículo del año 83 y pude observar que se han producido cambios positivos. El primero se refiere al material disponible en lo que se refiere a tests, con numerosas pruebas nuevas, actualizadas o revisadas. La creación y desarrollo de tests, cuando menos en los Estados Unidos, es un negocio floreciente. También disponemos cada vez de más campos de aplicación. La Psicología Forense, por ejemplo, se está incrementando de uno manera sorprendente, y prácticamente en ninguna de las áreas que abarca se puede trabajar sin realizar evaluación. Lo mismo podemos decir de la Neuropsicología, donde los instrumentos de evaluación psicológica están teniendo un uso creciente. Cosa que también ocurre con la Medicino en general y, más en concreto, con lo Pediatría, donde cada vez se nos solicitan más estudios sobre niños y adolescentes. Tradicionalmente los Facultades de Medicina contaban con psicólogos en sus departamentos de Psiquiatría; actualmente, en cambio, hay una tendencia a que el número de estos psicólogos disminuya y aumente en Pediatría, Neurología, Rehabilitación, Obstetricia y Ginecología e, incluso, en Medicina General, donde ayudan o evaluar los problemas psicológicos de los usuarios que padecen problemas médicos.

Las últimos encuestas sobre la utilización de tests en hospitales, clínicos y otros lugares donde los psicólogos atienden pacientes, muestran que en la mayoría de los centros se utiliza una amplia serie de tests psicológicos. las encuestas nos indican que es un campo en desarrollo y que muchos psicólogos "Disfrutan" realizando diagnósticos, y que prefieren este tipo de trabajo a otros. Los psicólogos, al principio de nuestra historia, sólo aplicaban tests pero querían hacer psicoterapia; ahora los psicólogos hacen mucho psicoterapia pues, al menos en los ,Estados Unidos, la mayoría de los psiquiatras tienen una orientación biológica y les falta interés para formarse en psicoterapia. Pero muchos psicólogos han podido comprobar que el trabajo como psicodiagnosticador está bien pagado y que sus informes despiertan gran interés.

P: En el año 83 usted ya hablaba del rol de "consultor diagnóstico experto'' para el psicológico clínico.

R.- Sí, pero en el 83 yo eso lo planteaba como uno situación ideal, mientras que ahora se ha convertido en una realidad.

Muchos psicólogos han pasado por eso experiencia. Incluso se ha modificado la forma de hablar en los hospitales; ya no se envía a nadie para que le hagan "tests psicológicos", como si fuera un "análisis de sangre", sino que se le deriva a "consulta psicológica.

P: ¿Considera usted que el test de Rorschach conserva su puesto en la actualidad?

R.- Sí, los datos de encuesta demuestran que mantiene la mismo posición en frecuencia de uso. La mayoría de los psicólogos que practican el psicodiagnóstico están interesados en el test de Rorschach. En 1983 había todavía cierto alejamiento entre los profesionales interesados en las técnicas proyectivas y las que preferían las técnicas objetivas, como el MMPI. Estos consideraban que los técnicos proyectivos eran poco fiables, mientras que aquellos miraban al MMPI como un instrumento excesivamente empírico y superficial. Pero los tests han tenido una gran evolución posteriormente. Ahora se sabe, por ejemplo, que el Rorschach tiene aspectos proyectivos, pero también posee una importante base empírica que con el Sistema Comprehensivo de Exner ha alcanzado mayor fiabilidad y se han obtenido datos normativos. Con esto los profesionales preocupados por las normas psicométricas le guardan ahora respeto. De la misma forma, los profesionales que utilizan el MMPI han trabajado intensamente para comprender las múltiples implicaciones de los datos, su interrelación, junto con el hecho de que requieren muchos tipos de interpretaciones subjetivas.

Todo esto ha permitido que los profesionales se entiendan con más facilidad y sean capaces de trabajar juntos.

P: ¿Se ha producido la misma aproximación respecto a la evaluación conductual?

R.- No, pero no sé qué ha pasado con la evaluación conductual: Se oye muy poco sobre este tema. Ciertamente existen varios manuales sobre evaluación conductual pero lo que hacen es describir escalas de valoración, entrevistas, etc., pues si quieren tener alguna utilidad necesitan realizar algún tipo de inferencia, para poder realizar generalizaciones. Eso es lo que hace el evaluador conductual, precisamente lo mismo que crítico en la evaluación de la personalidad Pero, en definitiva, no se trota de un área en la que esté habiendo mucha actividad.

Querría hablar, no obstante, de dos problemas que estamos teniendo en la actualidad. El primero se refiere al pago de los gastos del psicodiagnóstico. En muchos casos dicho gasto es cubierto por compañías de seguros y organismos similares. Estas compañías quieren reducir los gastos, por lo que ponen ciertas dificultades. Se puede producir uno conversación telefónica en la que el representante de la compañía me pregunta:

¿Qué tests va usted o utilizar?" A lo que me gustaría responder que no lo sé, que tengo que ver al paciente primero y depende de cómo se desarrolle el proceso. Me pueden decir a continuación: "Bien, pagaremos por el MMPI, pero no pagaremos por el Rorschach ", o "pagaremos por dos horas ". Esto nos está complicando mucho la vida.

Otro problema tiene que ver con la formación universitaria. Muchos Departamentos de Psicología que imparten doctorado no ponen el énfasis necesario en el psicodiagnóstico. Cuando se incluyen cursos sobre psicodiagnóstico no se les da gran importancia o no se encuentran los especialistas adecuados y los imparten los profesores más jóvenes, después de decirles: "Tienes que hacer esto este año " Por tanto, se presta escasa atención al psicodiagnóstico y la enseñanza no es buena. Este es un problema que no ha mejorado en los últimos años. los estudiantes comienzan a aprender las técnicas de diagnóstico durante los períodos de prácticas internas, porque es en las clínicas y en los centros aplicados donde se les presta la debida atención.

Hace poco un colega presentó un estudio o la Society for Personality Assessment en el que recogía los ofertas de trabajo aparecidas en el periódico de la APA (The APA Monitor) en las que se describía los perfiles requeridos. Dividió las ofertas para psicólogos clínicos en tres grupos: puestos universitarios, puestos en clínicos y hospitales, y ofertas para unirse o grupos en la práctica privada. Examinó los requisitos solicitados en codo una de estas tres áreas y la frecuencia con que pedían conocimientos en psicodiagnóstico. En los anuncios para puestos universitarios se pedía muy pocas veces, en clínicos y hospitales, en cambio, se solicitaba muy o menudo, pero en los anuncios para la práctica privado casi siempre aparecía el requisito de tener buen dominio del psicodiagnóstico. Esta prueba hasta qué punto es valorado el psicodiagnóstico en la práctica.

P: Usted ha estudiado con frecuencia cuestiones relacionadas con la validez y fiabilidad del test de Rorschach. En cuanto a la validación distingue entre un enfoque empírico y otro conceptual, y parece decantarse por el segundo. ¿Qué añadiría a este respecto?

R. Creo que los enfoques empírico y conceptual son necesarios y que si no los utilizamos en combinación realizamos la tarea a medias. Es fácil identificar el problema de un enfoque empírico estricto, puedes saber que algo funciona pero no sabes por qué. El enfoque conceptual, en cambio, proporciona la explicación, pero si no tienes datos empíricos para apoyar los conceptos no tienes idea de la fiabilidad de los instrumentos que estás utilizando, simplemente "crees" en ellos. Este es el problema de un enfoque psicoanalítico estricto. Cuando en el Rorschach se dice "esto significo tal y cual" y la justificación que se da es porque así lo dice la teoría, entramos en el terreno de las explicaciones circulares. Como cuando se afirma que la personalidad límite es causada por dificultades en las relaciones objetales, cuando un sujeto con dicha personalidad no presenta tales dificultades es porque se trata de otra personalidad la intervención de los psicólogos en los Tribunales ha permitido aclarar mucho estas cuestiones. Una experiencia útil para el psicólogo que realiza informes forenses consiste en que un abogado le pregunte: "¿Cómo sabe usted eso? Como se comprenderá, no es posible responder: "lo siento en el fondo de mí corazón".

P: Al tratar los problemas de validación, M. D. Ainsworth, en 1954 2, comentaba que el Rorschach no es propiamente un test, que no fue construido de acuerdo con los criterios psicométricos, y que su validación debe seguir el proceso general científico de confirmación de hipótesis. ¿No considera que esta estrategia es lo que después se denominó "validación de constructo''?

R. Sí, así es. Pero lo que yo nunca diría es que no es un test Hace tiempo que los usuarios del Rorschach dijeron eso, pero fue para apartarse de la línea de tiro, y quienes estaban disparando eran los psicometristas -Cronbach y Meehl-, entre otros- y ellos no tenían armas para responder. Esta actitud fue desafortunado, porque aisló al Rorschach, sólo podía ser usado por quien creyera en él. Pero hemos recorrido un largo camino: todo lo que existe, existe en cierta medida, de más o menos, y todo lo que existe puede ser medido. El Rorschach se puede medir, hay profesionales en el área con buena formación psicométrica que lo afirman. Como en cualquier otro test, su validez puede ser estudiada. En la actualidad yo no siento ninguna necesidad de intercambiar disparos, porque ante sus rifles yo poseo un cañón: existe una gran cantidad de datos sobre la adecuación psicométrica del instrumento. John Exner está compilando un libro sobre métodos de investigación con el test de Rorschach, yo he escrito un capítulo donde, entre otras cosas, señalo que todo aquel que diga que no es un instrumento psicométricamente adecuado no ha leído la literatura de los últimos quince años.


2 Ainsworth, M. D. (1954): Problems of Validation. En B. Klopfer; M. D. Ainsworth; W. G. Klopfer, y R. R. Holt (eds.) Developments in the Rorschach Technique (Vol. l). Nueva York: World Books


P: Uno pregunto pensando en los estudiantes de psicología. ¿Cuál es la batería mínimo que, según usted, todo psicólogo clínico debería dominar?

R.- En primer lugar considero que no todos los psicólogos tienen por qué conocer los métodos para el diagnóstico de la personalidad, hay muchos otras cosas que se pueden hacer. En una batería es importante incluir medidos indirectas o proyectivas junto con otras más objetivas. Para mí las mejores son el Rorschach y el MMPI, sí alguien tiene otras preferencias puede estar bien siempre que se usen conjuntamente ambos tipos de medidas, pues dan resultados diferentes pero complementarios. En cuanto a la evaluación intelectual, suelo recurrir a las diferentes escalas de Wechsler. Otras medidas indirectas de la personalidad que suelo utilizar son el dibujo de la figura humano y las frases incompletas.