INVESTIGACION/FORMACION
RESUMEN RESULTADOS
El presente trabajo se plantea como objetivo principal comparar la eficacia de diversos programas de tratamiento del hábito de fumar: un programa basado en la información, otro basado en estrategias de autocontrol y un tercer programa que era una combinación de los dos anteriores.
Todos los grupos modificaron su conducta de fumar, tanto los grupos asignados al programa experimental que se basaba en el entrenamiento en estrategias de autocontrol como aquellos que utilizaban la información como estrategia de cambio. No se presentan deferencias significativas ni al finalizar las sesiones de tratamiento ni a los seis meses de seguimiento.
Estos resultados sugieren que la información puede ser una estrategia valiosa para modificar la Conducta de fumadores adscritos a un programa de tratamiento de fumar, y que tales sujetos aprenden estrategias de control de dicha Conducta, independientemente dá que éstas se induzcan experimentalmente.
This work is the result of a investigation design with the aim of comparing the efficacy of some smoking programs: the first one is based an information strategies, the second one is based on self-control strategies; and the third one is a combination of both.
The groups that were based in self-control strategies not obtain significant differences in the consumption reduction and other related variables with respect to the groups which used information strategies to produce modifications in smoking bahavior, neither' at the end of the treatment nor at the six month follow-up.
These results show that information strategies can every important to modify smokers behavior, when the subjects are in a smoking treatment program. These subjects learn strategies to control smoking behavior, although these strategies didn't be experimentally induce.
Fumar. Tratamiento del hábito de fumar. Autocontrol. Autoeficacia. Información. Hábitos de salud.
Smoking. Smoking treatment. Self-control. Sell-efficacy. Information. Health behaviors.
El objetivo del presente trabajo es el de presentar los resultados obtenidos al analizar comparativamente la eficacia de diversos programas de tratamiento del hábito de fumar, que se llevaron a cabo en el Servicio de Psicología Aplicado de la Universidad Autónoma de Madrid (Froján, 1993). Los programas desarrollados parten de dos concepciones diferentes: por una parte, la utilización de la información como estrategia de cambio; por otra, el entrenamiento en estrategias de autocontrol y resistencia a la presión social.
La utilización de información para modificar la Conducta de fumar de los sujetos es una estrategia clásica, que nosotros utilizamos de forma sistematizada como medio de cambio de las creencias de los sujetos en dos sentidos: primero, en cuanto a su capacidad para conseguir controlar su consumo de tabaco; y segundo, respecto a las consecuencias beneficiosas que se derivarán de tal control (Flaxman, 1981; Becoña, 1987, 1991; Burton, 1986). De esta formo pretendemos aumentar la autoeficacia de los fumadores para reducir o eliminar su consumo de tabaco (Tipton, 1988; Condiotte y Lichtenstein, 1981: Lawrance y Rubinson, 1986; Wojckik, 1988).
Hasta el momento actual, la validez de la información como principal estrategia de cambio dentro de un programa sistematizado, apenas ha sido analizado. La mayoría de los estudios se centran en el poder de la información para producir cambios de conducta en el marco de programas comunitarios, con los problemas de evaluación generalmente asociados con este tipo de intervenciones (Marston y Bettencourt, 1988; Flay, Gruder, Warnecke, Jason y Peterson, 1989). Nuestra pretensión es comprobar si un programa de tratamiento en grupo basado en la información sistematizada y en el que se lleve un control de los distintas variables implicadas en la Conducta de fumar (variables fisiológicas, indicadores de salud, tasa de consumo), es capaz de inducir cambios en dicha Conducta que se mantengan a lo largo del tiempo. Por otra parte, no podemos olvidarnos que nos estamos refiriendo a una muestra clínica, a sujetos que acuden solicitando una solución a su problema, con lo cual el efecto de la información ha de ser necesariamente distinto del que cause sobre una población que no demanda ningún tipo de ayuda específico.
Por lo que respecto a la utilización del entrenamiento en estrategias de autocontrol, partimos de la importancia que dicho habilidad tiene en el mantenimiento de las conductas adictivas (Santacreu, Froján y Hernández, 1991). Este tipo de conductas se caracterizan porque permiten obtener refuerzo inmediato, de manera que el individuo que, por la razón que sea, quiere renunciar a éste (en nuestro caso concreto, aquel que desea dejar de fumar) ha de hacer uso de estrategias que le faciliten la no ejecución de la Conducta. Por ello, y de acuerdo con otros autores (Ainslie, 1987; Curry y Marlatt, 1985; Carmody, 1990) consideramos que es fundamental introducir entrenamiento en estrategias de autocontrol en los programas de tratamiento del hábito de fumar.
La diferencia fundamental entre ambas concepciones es que en la primera de ellas la base del programa de tratamiento la constituye el contenido informativo respecto a cualquier aspecto del hábito de fumar que pueda sensibilizar a los sujetos y facilitar el cambio de Conducta. Por el contrario, la base del programa de autocontrol no es tanto el contenido informativo, que se pretende minimizar, sino la enseñanza de técnicas de enfrentamiento y de control.
Nuestras hipótesis de trabajo fueron los siguientes:
1.ª El programa de tratamiento basado en estrategias de autocontrol obtendrá resultados más estables a lo largo del tiempo que el programa de información.
2.ª El programa mixto, combinación de los programas de información y autocontrol, será más potente al finalizar el tratamiento, pero no presentará diferencias significativas respecto al de autocontrol sólo al finalizar el período de seguimiento.
Para la comprobación de estas hipótesis hemos utilizado un diseño de medidas repetidos con tres condiciones experimentales, que definimos a continuación:
1. Condición experimental 1 (Grupo 1, n = 13): evaluación y programa de información y sensibilización hacia el consumo de tabaco.
2. Condición experimental 2 (Grupo 2, n = 13): evaluación y programa de autocontrol y resistencia a la presión social hacia el consumo de tabaco.
3. Condición experimental 3 (Grupo 3, n = 16): evaluación y programa mixto de información/sensibilización y autocontrol/resistencia a la presión social hacia el consumo de tabaco.
En el programa participaran 42 sujetos, 13 varones y 29 mujeres, con edades comprendidas entre los 19 y los 46 años (x = 24.251 s = 6.31). Los sujetos estaban vinculados en su totalidad a la Universidad Autónoma de Madrid siendo en su mayoría estudiantes de la misma (el 93.5%). El resto estaba constituido por personal docente y administrativo.
La asignación de los sujetos a los grupos se hizo atendiendo a dos criterios. Por una parte, se distribuyeron los sujetos en tres grupos de forma que no había diferencias entre los mismos respecto al nivel de autocontrol, medido a través del autoinforme CAMU (Santacreu, Hernández y Froján, 1990) que cubrían previamente (F=2.77, p >0.5). En otra parte, la tasa media de consumo de cigarrillos era similar en los tres (F=0.20, p >0.5).
Se evaluaron dos grupos de variables, variables relativas a la respuesta problema variables inespecíficas de salud, por medio de tres tipos de instrumentos: autorregistros, autoinformes y diversos aparatos para la evaluación fisiológica. A continuación haremos una breve descripción- de cada uno de ellos:
1. Instrumentos de medida de las variables relativas o la respuesta problema
- Autorregistro de consumo de cigarrillos: número de cigarrillo, hora, placer (de 0 a 5), longitud consumida del cigarrillo, situación y pensamientos asociados.
- Medidor del CO: para la medida del monóxido de carbono (C0) y la carboxihemoglobina (COHb) se utilizó el medidor EC 50 mini smokerlyzer de la casa Techwell Instruments.
2. Instrumentos de medido de los variables inespecíficas de salud
- Autoinforme de autocontrol CAMU (Santacreu, Hernández y Froján, 1990).
- Escala de resistencia a la urgencia de fumar para la evaluación de la autoeficacia (Condiotte y Lichtenstein, 1981; adaptación del Departamento de Psicología Biológica y de la Salud, 1990).
- Autoinforme de hábitos de salud (versión experimental del Departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la UAM).
- Esfingomanómetro digital para la medida de la presión arterial.
- Báscula de precisión para el control del peso.
- Medidor digital de pulsaciones.
El estudio se desarrolló o lo largo de unos ocho meses. Las sesiones de tratamiento se llevaron a cabo durante tres semanas, dirigidas por un monitor/terapeuta y dos ayudantes encargados de la evaluación. Durante las mismos se desarrollaron tres programas de tratamiento diferentes: el programo 1 (asignado al GE1) consistía en un programa de información y sensibilización hacia el consumo de tabaco; el programa 2 (asignado al GE2) era un programa de autocontrol y resistencia a la presión social; el programa 3 (GE3) era una combinación de ambos.
La duración de cada sesión era de hora y media aproximadamente; el número de sesiones por grupo fueron cuatro para los grupos experimentales 1 y 2, y ocho para el grupo experimental 3.
En todas las sesiones de tratamiento de los grupos se entregaba o los sujetos un manual donde se incluía el contenido informativo de la sesión y las tareas que debían realizar hasta la sesión siguiente. La evaluación completa de las variables fisiológicas (monóxido de carbono, carboxihemoglobina, tensión arterial, pulsaciones y peso) se realizaba en las sesiones primera y tercera en los grupos experimentales 1 y 2, y en las sesiones primera y quinta en el grupo experimental 3. Además, las medidas de monóxido de carbono y carboxihemoglobina se tomaban en todas las sesiones con el objetivo de que los sujetos pudiesen apreciar la reducción de los elementos nocivos del tabaco en el organismo paralelamente a la reducción del consumo.
El período de seguimiento se prolongó a lo largo de seis meses, con una sesión en cada mes.
El objetivo final de los programas de tratamiento no era tanto conseguir la abstinencia como que aprendieran a no fumar, a controlar esa Conducta e hicieran uso de este aprendizaje en la forma que ellos mismos consideraran conveniente. Se trataba de crear un programa personalizado que se pudiera adaptar a las características individuales de los participantes (Santacreu, 1987, Pomerleau, Adkins y Pertschuk, 1978; Wilcox, Prochaska, Velicer y Diclemente, 1985); en las sesiones se proporcionaban diversas reglas y estrategias de control, entre las cuales cada sujeto elegía aquellas que percibieran como más efectivos.
Un aspecto importante del programa lo constituye la minimización de los efectos farmacológicos de la nicotina en el mantenimiento del hábito y en la ocurrencia de recaídas. Consideramos que es más importante el control de los estímulos asociados o la Conducta de fumar que las características adictivas de esta sustancia. Por ello en ningún momento se sugirió la utilización de chicle con nicotina o de cualquier otro sustituto farmacológico del tabaco. Presentamos a continuación un breve resumen del contenido de las sesiones de los programas de tratamiento, remitiendo al lector interesado a otros trabajos donde se describen más extensamente (Froján, 1991; Froján y Santacreu, 1993).
1. Programa de información y sensibilización hacía el consumo de tabaco:
1.ª sesión: Introducción. ¿Qué es el tabaco? Componentes. 2.ª sesión: Desarrollo del hábito de fumar.
3.ª sesión: Efectos de fumar sobre el organismo y la salud.
4.ª sesión: Fumar y calidad de vida: hacia la adquisición de unos estilos de vida sanos.
2 Programa de autocontrol y resistencia a la presión social:
1.ª sesión: Control del automatismo de lo Conducta de fumar. 2.ª sesión: Control de estímulos externos.
3.ª sesión: Modificación de los hábitos de vida.
4.ª sesión: Afrontamiento de la presión social y prevención de la recaída.
3. Programa mixto de información/sensibilización y autocontrol/resistencia a la presión social.
1.ª sesión: Control del automatismo de la Conducta de fumar.
2.ª sesión: Introducción. ¿Qué es el tabaco? Componentes.
3.ª sesión: Control de estímulos externos.
4.ª sesión: Desarrollo del hábito de fumar.
5.ª sesión: Modificación de los hábitos de vida.
6.ª sesión: Efectos de fumar sobre el organismo y la salud.
7.ª sesión: Afrontamiento a la presión social y prevención de la recaída.
8.ª sesión: Fumar y calidad de vida: hacia la adquisición de unos estilos de vida sanos.
A continuación vamos a explicar la tecnología que subyace a cada uno de los programas desarrollados.
En el programa que hemos denominado de "información y sensibilización" pretendíamos inducir modificaciones en la Conducta de los sujetos por medio de la información proporcionada por el terapeuta y el material de apoyo utilizado (diapositivas, transparencias, manual) en torno al hábito de fumar y los aspectos relacionados con éste.
En el programa de "autocontrol y resistencia a la presión social" nuestro objetivo era enseñar a los sujetos diversas estrategias que le facilitaran el control sobre su Conducta y los estímulos antecedentes y consecuentes que la determinan, a partir del análisis funcional de la misma.
Una tercera condición experimental era producto de la combinación de ambas.
La diferencia fundamental entre uno y otro programa es que en el primero de ellos la base era el contenido informativo sobre cualquier aspecto del hábito de fumar que pudiera sensibilizar a los sujetos y facilitar el cambio de Conducta. Por el contrario, la base del programa de autocontrol no era tanto el contenido informativo, que se pretendió minimizar, sino la enseñanza de técnicas de enfrentamiento y de control. En este sentido, la forma de afrontar las recaídas, por ejemplo, en un programa y en otro diferían considerablemente: mientras que en el primero se explicaba a los sujetos por qué se producían, cuáles eran los estímulos potencialmente asociados con ellas, la diferencia entre caída y recaída, etc., en el programa de autocontrol se enseñaban las estrategias que podían utilizar en caso de que se enfrentasen a una situación de riesgo. Este aprendizaje era tanto de tipo instruccional, a través de las instrucciones dadas a lo largo de las sesiones como aprendizaje por condicionamiento y modelado en la propia sesión.
Se llevaron a cabo una serie de análisis estadísticos mediante el programa SPSS PC+.
Hemos utilizado diversas pruebas (análisis descriptivo y de frecuencias, análisis de varianza, la prueba de Scheffe, la prueba t de Student, la prueba de Wilcoxon y la Chi-cuadrado) en función de las características de las variables analizadas. Los resultados de dichos análisis se presentan en las tablas 1 a 6: consumo de cigarrillos, porcentaje de abstinencia, autocontrol, autoeficacia y hábitos de salud.
Respecto al consumo de cigarrillos, el análisis de varianza realizado mostró que no hay diferencias significativas entre los grupos como efecto del tratamiento aplicado, y sí la hay como efecto del tiempo (pre-post-seguimiento): la reducción del consumo es significativa a lo largo del programa de tratamiento y el seguimiento en todos los grupos (F = 159.08, p <.001). En la tabla 2 se presentan los resultados del análisis de tales deferencias.
Las diferencias (prueba Chi-cuadrado) en el porcentaje de sujetos abstinentes no son significativas entre los distintos grupos de tratamiento en ninguno de los momentos de comparación (tabla 3).
En cuanto al nivel de autocontrol, no aparecen diferencias significativas por efecto del tratamiento entre ninguno de los grupos (prueba de Scheffe). Por lo que respecta a la comparación entre momentos temporales (tabla 4), las diferencias son significativas en el grupo 2 y en el grupo 3 entre pretratamiento y postratamiento y pretratamiento y seguimiento.
Por lo que se refiere a la autoeficacia, no se encuentran diferencias significativas entre los grupos en cada momento de evaluación. En la tabla siguiente (tabla 5) se muestran los resultados del análisis de las diferencias intragrupos (prueba de Wilcoxon): podemos comprobar que tales diferencias no son significativas entre los distintos grupos de tratamiento en cada momento del mismo respecto al nivel de autoeficacia (en todos ellos aumenta de forma significativa).
Por lo que respecto a la variable hábitos de salud, el análisis de Varianza muestra que no hay diferencias por efecto del tratamiento; en el análisis intragrupo, únicamente aparecen diferencias significativas en el grupo 2 (W=1.95, p <.05) y en el grupo 3 (W=-2.63, p <.05) entre el pretratamiento y el postratamiento, diferencias que no se mantienen en el seguimiento (tabla 6).
El análisis de las variables de consumo (tasa y abstinencia), reflejados en las tablas 2 y 3, nos permiten concluir lo siguiente: las tres condiciones experimentales comparadas no difieren significativamente entre sí en cuanto a su capacidad para modificar la conducta de fumar de los sujetos. Por el contrario, todas ellas se muestran potencialmente efectivas para conseguir una importante reducción en el consumo de cigarrillos de los sujetos participantes en el estudio y, en algunos casos, mantener la abstinencia de fumar. A continuación discutiremos cada uno de los resultados encontrados en los análisis anteriormente expuestos.
Un dato a destacar en este análisis del porcentaje de abstinencia es que los grupos que recibieron información, exclusivamente (grupo 1) o combinada con entrenamiento en autocontrol (grupo 3) muestran una proporción de sujetos abstinentes más elevada que el grupo que recibió únicamente entrenamiento en autocontrol (grupo 2). La efectividad de la información como inductora de cambios en la conducta de fumar es una constante que se refleja en el análisis de todos los resultados que hemos obtenido. Por lo que respecta al porcentaje de abstinentes, el grupo 1 es el que lo presenta más elevado seis meses después de finalizadas las sesiones de tratamiento. La explicación de este hecho puede encontrarse en que el programa de información se focalizaba más en la modificación de la Conducta de fumar que en cualquier otra Conducta. Si bien nuestro objetivo era inducir cambios en el estilo general de vida, las estrategias que se proporcionaban a los sujetos se limitaban a ser simples indicaciones acerca de la conveniencia de aumentar la frecuencia de unas conductas (por ejemplo, hacer deporte) o de reducir otras (por ejemplo, el consumo de alcohol o café). Se informaba, pero no se enseñaba como hacerlo. Puede haber ocurrido que los sujetos optasen por centrar sus esfuerzos en la Conducta de fumar, que era la que más fácilmente podían controlar gracias a los autorregistros y la evaluación de las distintas variables durante las sesiones y de la que recibían una información exhaustiva, y de esta manera producir un aumento de su autoeficacia que les permitía sentirse capaces de mantenerse abstinentes.
Por el contrario, en el grupo 2 el entrenamiento en habilidades de autocontrol podía inducir a los sujetos a que su objetivo no fuera la abstinencia sino el fumar controlado. De esta manera algunos de los sujetos optaron por mantener su conducta de fumar en unos límites que ellos mismos consideraban adecuados; de hecho la media de autoeficacia aumento a medida que pasa el tiempo, y es la máxima de todos los grupos. Los sujetos no eran abstinentes, pero se percibían eficaces en controlar su conducta de fumar.
En cuanto al grupo 3, que recibía el programa mixto, presento unos resultados en los que se perciben los efectos de la combinación de ambas estrategias: por una parte, al finalizar el tratamiento, el porcentaje de abstinentes es el más elevado, el 75%, probablemente como efecto de la información sobre el tabaco y la focalización en este tema, como había ocurrido en el grupo 1. Pero por otra, a medida que pasa el tiempo el efecto inmediatamente modificador de la información se ve sustituido por el asentamiento de las habilidades de autocontrol aprendidas durante el programa y que los sujetos pueden empezar a utilizar espontáneamente una vez que han sido entrenados. De esta forma ocurre lo que en el grupo 2: los participantes del grupo 3 se sienten lo suficientemente hábiles para controlar su consumo de tabaco y mantenerlo dentro de unos límites ajustados. Podemos decir que la Conducta de fumar recupera en alguna medida su funcionalidad, los sujetos perciben que la dominan y que la pueden utilizar en su vida diaria. De hecho este grupo es el que se mantiene en los límites más bajos de consumo durante todo el seguimiento.
La explicación, tal como la hemos discutido, está en esa recuperación de la funcionalidad de la conducta de fumar que ocurre en estos grupos por efecto del entrenamiento en estrategias de autocontrol. Cabría plantearse entonces si los sujetos perciben esta vuelta al consumo como una recaída, con lo cual tendríamos que cuestionarnos la eficacia del entrenamiento en técnicas para resistir la presión social hacia el consumo y la utilización de la tarjeta de recaídas, o si por el contrario, de acuerdo con nuestros planteamientos, la vuelta al consumo ha sido voluntaria y controlada y los sujetos están satisfechos con su actual estatus de fumadores. Durante el período de seguimiento era frecuente que los sujetos de los grupos 2 y 3 hiciesen referencia a su consumo voluntario de tabaco y al control que tenían para utilizarlo en determinadas situaciones. Estaban satisfechos con su estatus de fumador actual: los niveles de consumo en los que se mantenían eran lo suficientemente bajos para que no sintieran los efectos inmediatamente negativos del consumo. No es posible saber si este estado de conformidad se mantendrá a lo largo del tiempo o los sujetos experimentarán una recaída que les hago percibir la disfuncionalidad de su hábito e intentar nuevamente dejar de fumar. Habría que desarrollar investigaciones posteriores para poder confirmar estas hipótesis.
Respecto a lo variable autocontrol, los resultados (tabla 4) resultan sorprendentes: cabría pensar que todos los sujetos aprenden autocontrol con su experiencia de reducir el consumo (aprendizaje por condicionamiento), con independencia de que se conozcan las reglas o instrucciones que rigen el autocontrol (aprenden por instrucciones). Una explicación que parece plausible es que el éxito que han obtenido los sujetos de todos los grupos en su objetivo de controlar el consumo de cigarrillos y/o dejar de fumar puede haber incidido en sus estrategias de control general y elevar su nivel de autocontrol, de forma que no se aprecien diferencias significativas respecto a aquellos grupos que recibieron un entrenamiento específico. Podemos decir que los sujetos aprenden a usar estrategias de control como resultado de su éxito en controlar su consumo particular de cigarrillos, independientemente de que tales estrategias se generen de forma espontánea o se induzcan experimentalmente. En los grupos 2 y 3 los diferencias se hacen más patentes entre el pretratamiento y el seguimiento, momento este último en el cual se mantienen e incluso aumentan los diferencias conseguidas al finalizar el tratamiento.
Por lo que se refiere a la variable autoeficacia, los resultados (tabla 5) están de acuerdo con los que hemos ido comentando hasta el momento: no se presentan diferencias significativas entre los grupos en cada momento de evaluación porque la autoeficacia ha variado en todos ellos en la misma proporción y sentido, acorde con la reducción en el consumo y la consecución y mantenimiento de la abstinencia. A lo largo del tratamiento y durante el seguimiento las diferencias son significativas en todos los grupos, y entre todos los momentos. Nuestra hipótesis inicial era, de acuerdo con la mayoría de los autores, que el nivel de autoeficacia variaría de acuerdo con las modificaciones en el consumo de cigarrillos (García, Schmitz y Doerfler, 1990; Mothersill, McDowell y Rosser, 1988; Becoña, Froján y Lista, 1988). Lo que resultó sorprendente es que la reducción del consumo de tabaco fuese generalizada en todos los grupos participantes en el programa, independientemente de la condición de tratamiento a la que estuviesen asignados. Y así ha ocurrido; lo que no se hipotetizaba era que la reducción iba a ser general en todos los grupos de tratamiento, y se mantuviese durante el seguimiento.
Vamos a finalizar el apartado de discusión intentando resumir los datos que se han mostrado relevantes.
Uno de los resultados más sorprendentes obtenidos en esta investigación es el poderoso efecto terapéutico que han demostrado tener los elementos que incluimos como condición de control durante el tratamiento (registro de las variables fisiológicas, gráficas semanales del consumo de cigarrillos, control del peso, del humor, de la tensión arterial y las pulsaciones, etc.). Hemos expuesto en otro lugar (Froján, 1991) las razones que nos llevan a reconsiderar el valor de una serie de técnicas básicas (autorregistro, refuerzo del terapeuta, evaluación continua y feed-back de las modificaciones, etc.) en el proceso de cambio terapéutico, al menos cuando los sujetos que acuden a un tratamiento lo hacen con una clara intención de cambio, debido a la insatisfacción que manifiestan con su conducta actual en un área concreta (fumar en este caso). En este momento puede ser suficiente una ayuda externa mínima, algún tipo de control sistematizado de la conducta, para conseguir la modificación deseada.
Por otra parte es destacable la importancia que a lo largo del programa ha demostrado tener la información como elemento inductor del cambio de conducta. En este punto nos planteamos que el impacto de la información ha sido suficientemente grande como para que los sujetos redujeran su consumo y, a partir de este momento empezaran a generar estrategias de control. Los resultados sugieren que sería adecuado utilizar la información en las primeros sesiones de tratamiento con el objetivo de acelerar el cambio de conducta y luego continuar con sesiones de entrenamiento en autocontrol y resistencia a la presión social hacia el consumo de tabaco como forma de garantizar el mantenimiento de los cambios conseguidos. La habilidad para mantenerse sin fumar se adquiere a través de un proceso de aprendizaje en el cual es fundamental la adquisición y uso de habilidades de enfrentamiento. Es probable que los sujetos de forma espontánea y como fruto de su experiencia aprendan este tipo de estrategias; de hecho en nuestro estudio todos los sujetos elevaban su nivel de autoeficacia, aunque ésta no hubiera sido inducido experimentalmente.