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EDITORIAL

Ya tenemos el PIR


La convocatoria ministerial del PIR (Orden del 8 de octubre de 1993 por la que se convocan pruebas selectivas para el acceso a plazas de Formación Sanitaria Especializada de Psicólogos Clínicos) publicado en el B. O. E. núm.º 254 del 23 de octubre de 1993, cierra una etapa y, como en todo proceso, abre una nueva.

Y ello en tanto el Ministerio de Sanidad hace suyo tras largos años una necesidad que contiene al menos una doble vertiente:

- los aspectos vinculados o las demandas del propio Sistema Sanitario desde lo consideración explícita del "carácter multiprofesional de determinados actividades" (y) las nuevas situaciones derivadas de la evolución del Sistema Sanitario " (BOE n.º 254 del 23-10-1993).

- los aspectos ligados a la Formación Sanitaria Especializada abriendo explícitamente la consideración de ''abordarse" junto al Ministerio de Educación y Ciencia un replanteamiento global multiprofesional e interdisciplinar de las Especialidades en Ciencias de la "Salud" (BOE núm. 254).

La Psicología en España y más específicamente la Psicología Clínica cuenta con una tradición histórica ligada en nuestro reciente pasado al comienzo del presente siglo, a un grupo de profesionales de otras disciplinas que pretendían contribuir con nuevos instrumentos científicos a la urgente transformación de nuestro país. Ligados a la Institución libre de Enseñanza, el Dr. Simarro, Lafora, Mira y López, Germain, entre otros, introducen en su que-hacer y en los discursos científico/profesionales de su tiempo, los conocimientos psicológicos. En esta tarea de contribución a los procesos de transformación del modelo de atención sanitaria, la Psicología Clínica ha continuado su historia.

Pero la Psicología Clínica no extrae su legitimidad como disciplina de su tradición, sino del hecho de que cuenta con el corpus de conocimientos teórico-técnicos, la comunidad científica, la masa crítica, el consenso de otras disciplinas cercanas y, más pragmáticamente, de instrumentos para abordar con propiedad asuntos de campos de intervención, complejos e interdisciplinares.

Hoy estamos de enhorabuena: El PIR es un hecho, con una convocatoria que incluye dificultades o errores, pero es un hecho que significa la consolidación de lo antes señalado.

Congratula especialmente que el Ministerio de Sanidad haya cumplido su compromiso público de realizar esta convocatoria durante el presente año 1993, aun con el cambio de Gobierno y de titularidad ministerial habida. Nuestras felicitaciones.

Como en todo proceso, el cierre de una etapa abre otra nueva que conlleva su definición estratégica en orden a aunar los esfuerzos colectivos.

El psicólogo clínico fundamentalmente desempeña su labor en el marco sanitario, aunque no solo. Ha contribuido -y continúa haciéndolo- con su saber y procedimientos al desarrollo de las reformas sanitarias y así hoy la Psicología Clínica aparece vinculada al discurso de la interdisciplinariedad, de la integralidad de la salud/enfermedad, de la salud concebido como elemento para la mejora de la calidad de vida de individuos, grupos, instituciones, comunidades, y ello desde una óptica -redistributiva.

Si hoy concebimos que ningún elemento de nuestras sociedades tiene valor absoluto, sino en su relación con otros en uno dinámica social cambiante, parece obvio que hablar de una nueva especialidad sanitaria obliga a considerar la relación existente entre la disciplina y el papel de la Administración Pública en cuanto o su reconocimiento, que no sólo sanciona o no la cualidad del hecho de la especialización, sino que debería crear el instrumento para establecer adecuadamente las condiciones del Programa de Formación Especializada en un marco de objetivos más globales.

Por ello parece imprescindible la creación con carácter inmediata de la Comisión Nacional de la Especialidad de Psicología Clínica, como ocurre con el resto de los Especialidades Sanitarias. Comisión que ha de introducir los mecanismos de seguimiento y evaluación del Programa PIR, la introducción de los necesarios mejoras contemplando la acreditación de una red de Servicios territorializados (un solo dispositivo asistencial no puede garantizar hoy una formación adecuada y suficiente). La definición y propuesta de los mecanismos para la homologación de los psicólogos clínicos en activo hoy, la incorporación de la Psicología Clínica como Especialidad Sanitaria en el próximo marco legislativo, etc.

Pero hoy es un día de enhorabuena, y es hora de los agradecimientos: A la contribución colectiva de la profesión (técnicos y académicos), a aquellos profesionales de otros disciplinas cercanos con quienes compartimos campos de intervención desde nuestras respectivas especificidades y apoyaron decisivamente nuestro trabajo, o los gestores de los Comunidades Autónomos de Asturias, Andalucía, Galicia, Madrid y Navarra que arriesgaron responsablemente en cuanto o la concepción sobre los modelos de atención sanitaria o la población introduciendo el PIR en sus ámbitos de gestión. Y en particular el agradecimiento o todos los psicólogos clínicos que individualmente y de manera organizada pusieron su esfuerzo, su saber y experiencia en la consecución de este objetivo.

Enhorabuena a todos.

Begoña OLABARRÍA