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EDITORIAL

Paradigma Sistémico: una realidad


Durante la última mitad del siglo XX muchos han sido los avances que la ciencia en general, y en particular la Psicología, han experimentado,

Aquella parte de la Psicología que se centra en la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los problemas referidos al pensamiento, la acción y el sentimiento de los humanos, no ha sido ajena, tanto cuantitativa como cualitativamente, a este sorprendente desarrollo conceptual, teórico y técnico.

Muchos han sido las preguntas que desde los distintos modelos se han hecho y se hacen para encontrar explicación y respuesta, o al menos intentado, a la complejidad de lo humano.

Uno de estos modelos es el conocido como "paradigma Sistémico", que aún cuando tiene su mayor reconocimiento por su aplicación clínica a la terapia de familia, no ha descuidado otras modalidades de intervención, como el individuo -bien sea éste niño, joven o adulto- o al análisis de otro tipo de organizaciones distintas de ésta.

Como modelo de Psicología Clínica tiene sus orígenes en un grupo de pensadores, quiénes inspirados por las formulaciones de la Teoría General de Sistemas, deciden observar a los pacientes con diagnóstico de Psicosis y Esquizofrenia, en compañía de sus familias, ya que concebían la patología como el emergente de una organización familiar particular.

Progresivamente, surgieron varias corrientes que siempre con la referencia sistémica formulan hipótesis con vocación de explicar el llamado comportamiento sintomático en su impronta comunicativa, delimitando el contexto significativo en el que éste se da.

Es a partir de los años 60 cuando existe ya la suficiente producción teórica, que va a permitir la consolidación del abordaje psicoterapéutico desde la perspectiva sistémica. La investigación constante y la permanente evolución han dado como resultado en el campo de la clínica, la formulación de la modelización de los juegos psicóticos y anoréxicos como hipótesis explicativa del proceso interactivo que se produce en el acontecer de estas patologías. En el campo de la organización ha dado lugar a la posibilidad de llevar a cabo un análisis que permita detector el nivel sistémico y su correlato relacional, en el que se produce el mayor desequilibrio funcional, justo aquél que impide el cambio que la consecución de los objetivos marcados requiere.

Sin lugar a dudas el modelo sistémico ha contribuido a la formulación y a la reformulación conceptual con conceptos como circuláridad-neutralidad, relación-interacción, homeostasis-morfogénesis, díada-triada, multicausalidad-unicausalidad, sincronía-diacronía, la noción de poder, pero su aportación más importante ha sido el esfuerzo por ofrecer una alternativa al modelo causa-efecto que había impregnado todos los campos del saber y que seguía imperando, hasta hace muy poco, en el conocimiento, interpretación y modificación de las relaciones humanas y sobre todo de aquéllas que causan un hondo sufrimiento.

Este desarrollo no ha estado exento de dificultades y de formulaciones que más tarde se han ido descartando y a su vez integrando en otras que parecían más adecuadas en cuanto que aumentaban la complejidad y precisión, de lo observado.

Es obvio pues, que en cuanto a nuestro hacer, la importancia del modelo sistémico ha sido su contribución a la psicopatología, la evaluación y los tratamientos así como las organizaciones en las que los sujetos objeto de nuestra tarea, como nosotros mismos, estamos inmersos, lo cual es sin duda de una ayuda incalculable.

Nos queda sin embargo por delante, la dificultad de sistematizar las pautas de intervención y el seguir invirtiendo energías en una investigación seria y rigurosa que nos permita transmitir con credibilidad los resultados que se consigan.

Desde aquí nuestro mayor agradecimiento a todos los que en el desarrollo de este modelo nos han precedido.

 

Pilar VÁZQUEZ SERRANO

Pedro RODRÍGUEZ SÁNCHEZ