INVESTIGACION
RESUMEN 1. Consumo de drogas legales 3. Relaciones de búsqueda de sensaciones con las variables asociadas al consumo de drogas legales
- 3.1. Búsqueda de sensaciones y oferta de drogas legales
- 3.2. Búsqueda de sensaciones y normas subjetivas
- 3.3. Búsqueda de sensaciones y expectativas
- 3.4. Búsqueda de sensaciones y conocimientos respecto a las drogas legales
4. Búsqueda de sensaciones y consumo de drogas 5. Búsqueda de sensaciones y su repercusión en conductas futuras
Este trabajo estudia el papel que juega la búsqueda de sensaciones en el mayor o menor consumo de drogas legales. La búsqueda de sensaciones se ha evaluado con la Escala de Búsqueda de Sensaciones para Niños y Adolescentes (EBS-J, Pérez Ortét, Plá y Sim 1987) y el consumo de alcohol y tabaco con un cuestionario creado "ad hoc". La muestra está compuesta por 277 alumnos de 7.º de Educación General Básica. Los resultados muestran una fuerte relación entre búsqueda de sensaciones y consumo de tabaco y alcohol, así como con conductas que incrementan la posibilidad de consumo. Los resultados del trabajo permiten obtener datos para el desarrollo de programas de prevención.
The present work studies the seeking sensation role in the major or minor legal drugs consumption. The seeking sensation is evaluated using the "Sensation Seeking Scale for Children and Adolescents" (Escala de Búsqueda de Sensaciones para Niños y Adolescentes, EBS-J. Pérez, Orlét, Plá y Simó, 1987) and the alcohol and tobacco consumption with a created "ad hoc" questionnaire. The sample consist of 277 seventh grade students. The results indicate a strong relationship between seeking sensation and alcohol and tobacco consumption, as well as with behaviours that increase the possibility of consumption. These results provide us useful information for development of prevention programs.
Búsqueda de sensaciones, Drogas legales, Prevención de drogodependencia.
Seeking sensation, Legal drugs, Drug prevention.
Agradecimientos:
Las búsqueda de sensaciones, definida por Zuckerman (1979) como la búsqueda de "sensaciones y experiencias complejas, variadas y nuevas, y el gusto por el riesgo físico y social a fin de obtenerlas", ha da lugar a una copiosa investigación sobre este tipo de conductas, sobre todo en relación con aquellas que, de una manera u otro, suponen cierta peligrosidad.
Zuckerman repetidamente ha subrayado la relación entre la búsqueda de sensaciones, que considera como un rasgo de personalidad, y la Conducta de riesgo (Horovath y Zuckerman, 1993; Zuckerman, 1979). También ha estudiado específicamente la relación búsqueda de sensaciones y la Conducta de beber (Zuckerman 1987) y fumar (Zuckerman, 1980), considerando estas dos conductas desde el punto de vista de conductas arriesgadas, si bien ambas lo son a largo plazo. Ello implica diferencias con otras conductas de riesgo inmediato como puedan ser la velocidad o la delincuencia, aunque realmente los riesgos sociales en el caso de la Conducta de beber y los de salud en la de fumar, son hoy bastante claros para los usuarios de alcohol y tabaco.
La razón última de esta búsqueda de riesgo en los sujetos con altos niveles de búsqueda de sensaciones, se ha relacionado con un cierto tipo de sistema nervioso que necesita una alta tasa de activación que obtiene precisamente en la estimulación plural (Zuckerman, 1990). Es una interpretación paralela a la de la extroversión de Eysenck. Existen muchos investigaciones que han seguido estas directrices teóricas de Zuckerman y han estudiado esa relación desde perspectivas muy diversos. Vamos a revisar someramente los datos de la investigación en este campo
Borneo, Teichman y Rahav (1992), analizando los relaciones entre factores psicosociales y uso de drogas en población de adolescentes israelíes, han encontrado una relación positivo entre consumo y niveles de ansiedad, depresión, relaciones con los padres y búsqueda de sensaciones, siendo esta última variable la de mayor poder predictivo. Exactamente los mismos resultados aparecen en otros estudios con adolescentes israelíes (Teichman, Borneo y Rahav, 1989). También la búsqueda de sensaciones resulta ser el mejor predictor de consumo de drogas en adolescentes noruegos, tanto para drogas legales como Ilegales. En estas mismos investigaciones se encuentran otras asociaciones más débiles entre el consumo de droga y clase social, autoestima y salud mental (Pedersen, Clausen y Lavik, 1988, 1989).
Los adolescentes mexicanos muestran una situación parecida, aunque en este caso las relaciones paternas y la influencia de los compañeros alcanzan unos niveles semejantes a la búsqueda de sensaciones en relación con el consumo (Joe y Simpson, 1991). En otra población de adolescentes hispanoamericanos se ha encontrado una leve asociación entre consumo de droga e hipocondría y paranoia y una más fuerte correlación con búsqueda de sensaciones (Llorente y Onaindía, 1987).
Otros estudios han comparado grupos de sujetos adolescentes americanos con conductas prosociales y asociales. En los grupos asociales el consumo de droga correlaciona con altas puntuaciones en búsqueda de sensaciones, excitabilidad emocional, depresión, y bajos puntuaciones en razonamiento moral (Levenson, 1990).
En población española, Cárdenos y Moreno-Jiménez (1989) estudiaron la relación entre consumo de drogas y búsqueda de sensaciones en adolescentes y jóvenes de 14 a 19 años, encontrando que la ingesta de alcohol correlaciona positivamente con la puntuación en búsqueda de sensaciones. Sin embargo, no hallaron una relación tan clara con el consumo de tabaco. Igualmente, no pudieron establecer la forma en que la relación entre búsqueda de sensaciones y consumo de alcohol se ve influida por la edad, pero sí sugieren la posibilidad de que, a una edad temprana, las expectativas del sujeto juegan un papel esencial en dicha relación.
Este panorama indica que, repetidamente y en una pluralidad de contextos socioculturales, aparece una constante relación entre la búsqueda de sensaciones y el consumo de droga. El presente trabajo pretende estudiar si esa misma relación se da también en población pre-adolescente, valorando también la relación entre la búsqueda de sensaciones y otras variables asociadas al consumo de tabaco bebidas alcohólicas.
Este trabajo se inscribe en otro más amplio llevado a cabo en la provincia de Toledo sobre prevención primario del consumo de drogas legales en población juvenil española.
La evaluación se realizó en sujetos escolarizados en centros que aceptaron su participación en la investigación. Una vez obtenidas las oportunas autorizaciones, la recogida de datos se hizo a través de cuestionarios autocumplimentados. Para su aplicación se desplazaron a cada centro dos entrevistadores especializados, los cuales actuaban siempre conjuntamente. Se hacía especial hincapié en la confidencialidad de las respuestas. Los entrevistadores solucionaban individualmente las dudas y asesoraban a cada alumno con el fin de asegurar la corrección de la respuestas.
Con el objeto de no perder protocolos por falta de respuesta a alguna pregunta, cada cuestionario era revisado antes de recogerlo para garantizar que todas las preguntas estaban correctamente contestadas.
Para la recogida de datos se utilizó un cuestionario elaborado "ad hoc" para este trabajo. Este incluía varios ítems referentes a características sociodemográficas de los sujetos, además de los referentes a las variables relacionadas con consumo de drogas legales. Entre estos últimos se incluían los destinados a medir las siguientes variables:
- Cantidad de oferta de tabaco y alcohol recibida.
- Haber probado tabaco o alcohol.
- Edad del primer consumo de tabaco y alcohol.
- Número de veces que se ha embriagado.
- Consumo actual de tabaco, cerveza, vino y licor.
- Momento habitual para el consumo de tabaco y alcohol.
- Lugar habitual para consumo de tabaco y alcohol.
- Compañía habitual para el consumo de tabaco y alcohol.
- Normas subjetivos (rechazo percibido a su consumo de tabaco o alcohol en padre, madre, profesores y amigos).
- Conocimientos relacionados con el tabaco y el alcohol.
- Expectativas negativas respecto al consumo de tabaco y alcohol.
- Expectativas positivas respecto al consumo de tabaco y alcohol.
- Intención de cuándo consumir en el futuro tabaco y alcohol.
- Intención de cuánto tabaco y alcohol consumir en el futuro.
Se aplicó también la Escala de Búsqueda de Sensaciones para Niños y Adolescentes (EBS-J, Pérez, Ortét, Plá y Simón, 1987). Está formado por 50 ítems que se contestan señalando verdadero o falso y está derivado de la escala de Búsqueda de Sensaciones" (Sensation Seeking Scale, SSS, Zuckerman, 1978) en su último versión. La escala utilizado tiene una fiabilidad, obtenido mediante el alfa de Cronbach, de 0,84.
Participaran 277 alumnos de 7.º nivel de EGB, de los cuales un 52,0 % eran varones y un 48,0 % hembras. La edad era 12 años en el 80,9 % de los sujetos, apareciendo también un 2,9 % de 11 años, un 11,9 % de 13 años, un 3,6 % de 14 años y un 0,7 % de 15 años. Un 83,0 % de los sujetos no había repetido curso nunca y un 12,3 % había repetido una vez.
La clase social del padre fue establecido mediante el Indice de Hollingshead, encontrándose un 12,2 % de clase 1 (Alta), un 18,4 % de clase 11, un 21,7 % de clase W., un 32,7 % de clase IV y un 14,0 % de clase V (bajo).
Según el estado civil, los padres estaban casados en el 94,2 % de los sujetos. En un 1,8 % de los casos había fallecido el padre y en un 1, 1 % la madre. El resto eran separados o divorciados. La mayoría de las familias tenía 2 hijos (33,2 %) ó 3 hijos (38,3 %).
Se había previsto que los sujetos que obtuviesen unas puntuaciones más altas en búsqueda de sensaciones serían también los que informasen mayores consumos de drogas, tal como muestra la literatura en otros contextos sociales.
Vamos a presentar en primer lugar descriptivamente los datos obtenidos a través de la aplicación de los instrumentos y a continuación presentaremos los datos referentes a la relación entre la variable de personalidad búsqueda de sensaciones y las variables dependientes (consumo de alcohol/tabaco y variables asociadas).
En la descripción de los datos del consumo de tabaco obtenidos en nuestra muestra podemos observar (véase tabla 1) que se hallan en niveles relativamente bajos. Los resultados muestran un 16,2 % de fumadores y un sólo un 2,5 % de los sujetos presenta un consumo alto de esta droga. Estos resultados son similares a los hallados por otros autores en población escolarizada (Mendoza, 1987).
En el caso de la cerveza se observa un incremento en la Conducta de consumo de este tipo de bebidas, aunque el porcentaje más alto de sujetos consumidores corresponde al consumo de menor cuantía. El consumo de vino presenta magnitudes similares a las encontradas en el caso del tabaco e inferiores a las señaladas para el consumo de cerveza.
Curiosamente se percibe en estos datos que el consumo de alcohol en estos niveles de edad es más alto en cerveza y licores que en vino, cosa semejante o otras poblaciones similares y diferente de lo que podríamos esperar en una cultura mediterránea.
En cuanto a la edad del primer consumo de drogas legales, los resultados indican que ésta se produce en edades bastantes tempranas, generalmente en torno a los 10 años de edad.
Respecto a las situaciones en que los sujetos consumen tabaco, aparece que el 54,84 % lo hace sólo en fines de semana y el 45,16 % fuma cualquier día de lo semana. Generalmente fuman en la calle (70,97 % de los fumadores), aunque el 9,68 % lo hace en casa y el 19,35 % fuma en los dos sitios por igual. La compañía habitual para consumir tabaco son los amigos (87, 10 % de los fumadores), mientras que un 9,67 % fuma solo y un 3,23 % fuma en compañía de la familia.
El consumo de alcohol tiene similares características, aunque es mayor el número de sujetos que lo realiza únicamente los fines de semana (76,47 %), encontrándose que sólo un 23,53 % de los bebedores lo hace cualquier día de la semana. Del mismo modo, es mayor que en el caso del tabaco el consumo del alcohol en casa (26,47 % de los bebedores) e indistintamente en casa y en la calle (14,71 %), mientras que es menor el consumo exclusivamente en la calle (58,82 %). En cuanto a la compañía para beber alcohol, también es mayor que en el caso del tabaco el número de sujetos que beben normalmente con la familia (35,29 %) y, consecuentemente, menor el número de sujetos que bebe habitualmente con los amigos.
Estos datos ponen de manifiesto la existencia de una cierta permisividad hacia el consumo de drogas legales en el contexto familiar. Además, reflejan la diferente consideración que tienen los consumos de alcohol y tabaco en dicho contexto, permitiendo un acceso mucho más fácil a las bebidas alcohólicas que al tabaco. A ello contribuye la existencia de bebidas alcohólicas en casi todos los hogares y una mayor tolerancia paterna hacia el consumo de alcohol que hacia el consumo de tabaco por parte de los hijos.
El análisis de los puntuaciones obtenidas en el cuestionario de búsqueda de sensaciones dio como resultado la obtención de una media de 21,92 %, con una desviación típica, 7,52 %. Las puntuaciones obtenidos presentan distribución normal, siendo 3 la puntuación más baja obtenida y 43 la puntuación más alta (Tabla 2).
Los resultados indican que hay 47 sujetos con puntuaciones altas (por encima de la media + una desviación típica) y 8 sujetos con puntuaciones muy altas (por encima de la media + 2 desviaciones típicas). Del mismo modo, hay 48 sujetos con puntuaciones bajas (por debajo de la media menos una desviación típica) y 3 sujetos con puntuaciones muy bajas (por debajo de la media menos dos desviaciones típicas).
Estos datos son paralelos a los obtenidos por Pérez et al. (1987) con x = 22,01 para una muestra de sujetos de 11 a 16 años.
Ahora vamos a analizar no sólo la relación entre búsqueda de sensaciones y consumo de drogas legales, sino también su influencia sobre variables sociales y personales que pueden apoyar y/o estimular el consumo de tabaco y alcohol. En este sentido, es conocido el hecho de que el consumo de cualquier droga guarda una estrecha relación con la oportunidad de tener contacto con ella (tabla 3).
El análisis de varianza puso de manifiesto una clara relación entre búsqueda de sensaciones y cantidad de oferta de tabaco recibida (F = 24, 25; P = 0,0000). Los sujetos que no han recibido ninguna oferta de tabaco puntúan significativamente más bajo en búsqueda de sensaciones (x = 19,08) que los sujetos que han recibido una oferta de tabaco (x = 22,24), que los sujetos que han recibido varias ofertas (x = 26,12) y que los sujetos que han recibido muchas ofertas de tabaco (x = 28,74).
Del mismo modo, se observó relación entre búsqueda de sensaciones y cantidad de oferta de alcohol recibida (F = 25, 29; P = 0,000) apareciendo diferencias significativos en cuanto a media en búsqueda de sensaciones entre el grupo de sujetos que no ha recibido ninguna oferta de alcohol (x = 19,46) y los grupos de sujetos que han recibido una oferta (x = 24,38), varios ofertas (x = 27,27) o muchos ofertas (x = 31,62). ( x = media).
A la vista de estos resultados, parece evidente que los sujetos que puntúan alto en búsqueda de sensaciones reciben más ofertas de tabaco y bebidas alcohólicas que los niños que puntúan bajo. Probablemente los niños que buscan tales sensaciones, tienden a relacionarse con personas (familiares, amigos, etc.) de las que pueden recibir ofertas de consumo de alcohol o tabaco, propiciando tales ofertas.
Por tanto se puede pensar que una alta puntuación en búsqueda de sensaciones eleva el riesgo de contacto con el tabaco y el alcohol.
Se encontró una relación significativa entre las variables búsqueda de sensaciones y rechazo a su consumo de tabaco percibido en su mejor amigo (F =3,83; P = 0,000). En este sentido, los supuestos que no perciben ningún rechazo a que fumen en su mejor amigo (es decir., que piensa que su mejor amigo no se enfadaría nada si les viera fumando) puntúan significativamente más alto en búsqueda de sensaciones (x = 24,39) que los sujetos que perciben gran rechazo a su consumo de tabaco en su mejor amigo, es decir, que piensan que su mejor amigo se enfadaría mucho si les viera fumar (x = 20,71 ).
Por el contrario, no aparecieron relaciones significativas entre búsqueda de sensaciones y el rechazo al consumo de tabaco percibido por el sujeto en su padre, madre y profesores.
Similares resultados se obtuvieron analizando el rechazo de amigos percibido por los sujetos a su consumo de bebidas alcohólicas, apareciendo una clara relación entre el rechazo percibido a su consumo de alcohol en su mejor amigo y la puntuación en búsqueda de sensaciones (F = 6,42; P = 0,003). Existen diferencias significativas entre las medias en búsqueda de sensaciones de los grupos de sujetos que no perciben ningún rechazo a su consumo de alcohol en su mejor amigo (x = 24,95), los que perciben un poco de rechazo (x = 21,44), los que perciben bastante rechazo (x = 20,20) y los que perciben mucho rechazo (x = 20,56).
Al igual que en el caso del tabaco, tampoco aparecieron relaciones significativas entre búsqueda de sensaciones y el rechazo al consumo de alcohol percibido en sus padres, es decir, el grado en que piensa que se enfadarían sus padres si le vieran bebiendo alcohol. Unicamente en el caso del rechazo percibido en profesores apareció una relación significativo (F = 2,80; P = 0,0405).
Los sujetos que puntúan alto en búsqueda de sensaciones tienen también altas expectativas positivas respecto a las consecuencias personales derivadas de su consumo de tabaco, apareciendo entre ambas variables una correlación significativa de 0,27 (P = 0,001 ).
Del mismo modo, se observa una correlación positiva y significativa entre búsqueda de sensaciones y las expectativas positivas de los sujetos en cuanto a las consecuencias personales derivadas del consumo de alcohol (r = 0,22; P = 0,001 )
Se observa una correlación negativa significativa (r = -0, 16; P = 0, 0 1 ) entre búsqueda de sensaciones y conocimientos acerca del tabaco y el alcohol. Esto significa que, a pesar de que los sujetos son buscadores de sensaciones, no son buscadores de información, lo que apunta a una categorización de la información divergente de las sensaciones o experiencias.
En este apartado vamos abordar la relación entre búsqueda de sensaciones y consumo real de tabaco y bebidas alcohólicas.
Se observó una relación significativa entre búsqueda de sensaciones y la experiencia de haber probado o no el tabaco (t = 6,34; P = 0,000). Los resultados muestran que la media en búsqueda de sensaciones de los sujetos que no habían probado el tabaco era significativamente más baja (x = 19,32) que la media de los sujetos que si han probado el tabaco (x = 24,69).
Del mismo modo, se encontró una relación significativa entre búsqueda de sensaciones y consumo actual de tabaco (F = 7,48; P = 0,000). Los sujetos que no fuman puntúan significativamente más bajo en búsqueda de sensaciones (x = 20,89) que los sujetos que fuman muy poco (x = 30,90) y que los sujetos que fuman mucho (x = 36,25).
Esta relación entre consumo actual de tabaco y búsqueda de sensaciones queda confirmada si comparamos los puntuaciones medias de los sujetos que no fuman nada (x = 20,89) con los sujetos que fuman algo (x- = 24, 45), apareciendo diferencias significativas entre las puntuaciones medias en búsqueda de sensaciones (t = -2,26; P = 0,025).
Incluso los sujetos que actualmente no fuman, pero dicen haber fumado con regularidad en el pasado, puntúan significativamente más alto (x = 24,11) en búsqueda de sensaciones que los sujetos que nunca han fumado antes con regularidad (x = 20,45) (t 2.91; P = 0,04).
Por el contrario, no se encontraron relaciones significativas entre búsqueda de sensaciones y edad del primer consumo de tabaco. Del mismo modo, tampoco aparecieron tales relaciones entre búsqueda de sensaciones y momento para consumir tabaco (todos los días o sólo en fin de semana), lugar para fumar (en casa, en la calle o en los dos sitios por igual), o compañía habitual para fumar (los amigos, la familia o solo).
Parece que puntuaciones elevadas en búsqueda de sensaciones repercuten en un mayor consumo de alcohol evaluado a través de varias conductas indicadoras de ello.
Al igual que en el caso del tabaco, aparecieron diferencias significativas (t = 7,89; P = 0,000) entre las medias en búsqueda de sensaciones entre el grupo de sujetos que no habían probado nunca el alcohol (x = 18,73) y el grupo que sí lo había probado (x = 25,18).
Del mismo modo, aparecieron diferencias significativas (t = 7,89; P = 0,00) entre medias en búsqueda de sensaciones entre el grupo de sujetos que no habían probado nunca el alcohol (x = 18,73) y el grupo que sí lo había probado (x = 25,18).
Del mismo modo, aparecieron diferencias significativas ( t = -5,90; P = 0,000) entre las medias del grupo que no se ha embriagado nunca (x = 21, 04) y el grupo de sujetos que sí se ha embriagado en alguno ocasión (x = 2 9,13).
El análisis de varianza puso también de manifiesto una clara relación entre la puntuación en búsqueda de sensaciones y consumo actual de cerveza (F = 14,26; P = 0,000), consumo actual de vino (F = 3,85; P = 0,0225) y consumo actual de licor (F = 19,19; P = 0,000).
En este sentido, se encontraron diferencias significativas en cuanto a la puntuación medio en búsqueda de sensaciones entre los grupos de sujetos que no beben cerveza (x = 20,50), los que beben casi nada de cerveza (x = 25,79), los que beben poca cerveza (x = 30,80) y los que beben mucha cerveza (x = 43,00).
Igualmente, aparecieron claras diferencias comparando las puntuaciones medias en búsqueda de sensaciones de los sujetos que no beben cerveza (x = 20,50) y de los sujetos que beben cerveza (x = 27,17) (t = -6,48; P = 0,000).
Tal como hemos dicho, también se encontró relación entre consumo actual de vino y búsqueda de sensaciones, encontrándose diferencias significativas entre las medias en búsqueda de sensaciones obtenidos por los sujetos del grupo que no bebe vino en absoluto (x_ = 21,48) y el grupo que sí bebe vino en alguna medida (x = 24,18) (t = -2,22; P 0,027).
En cuanto al consumo de licor, la relación ya señalada se concretó en diferencias significativas en puntuación media de búsqueda de sensaciones entre los grupos de sujetos que no beben licor (x = 20,73), sujetos que beben casi nada de licor (x- = 25,62) y los que beben licor regularmente (x = 38,67), así como entre los que beben poco licor y los que beben regularmente.
En este mismo sentido, la relación entre búsqueda de sensaciones y consumo actual de licor apareció confirmada por la existencia de diferencias significativas (t = -5,27; P = 0,000) entre la puntuación media en búsqueda de sensaciones obtenida por el grupo de sujetos que no beben actualmente nada de licor (x = 20,73) y la obtenida por el grupo de sujetos que beben algo de licor (x = 26,29).
De la misma forma que en el caso del tabaco, también entre los no consumidores actuales aparecieron diferencias significativas (t = 3,82; P = 0,000) respecto a la búsqueda de sensaciones entre los sujetos que fueron consumidores regulares de alcohol anteriormente (x = 24,73) y los sujetos que nunca lo han sido (x = 20,18).
Al igual que en el caso del tabaco, tampoco se encontraron relaciones significativas entre búsqueda de sensaciones y edad del primer consumo de alcohol. Del mismo modo, no aparecieron tales relaciones entre búsqueda de sensaciones y momento para consumir alcohol (todos los días o sólo en fin de semana) o compañía habitual para beber (los amigos, la familia o solo). Sin embargo, si encontraron diferencias en búsqueda de sensaciones en función del lugar habitual para consumir bebidas alcohólicas (F =7,57; P = 0,0021), de manera que los sujetos que beben en casa puntúan significativamente más bajo en búsqueda de sensaciones (x = 23,11) que los sujetos que beben en la calle (x = 30,10) y que los sujetos que beben en los dos sitios por igual (x= 34,00).
Ello es coherente con el hecho de que los consumos en el ámbito familiar son más normativos, es decir, más ajustados a las prácticas sociales generalmente aceptadas, y no tan vinculados a la experimentación de nuevas sensaciones como los consumos en la calle .
Las altas expectativas positivas sobre el consumo de tabaco y alcohol de los sujetos que puntúan alto en búsqueda de sensaciones se corresponden también con la intención de cuándo fumar en el futuro (F = 8,50; P = 0,000). De hecho, los sujetos que no piensan fumar en el futuro (x = 20,98) presentan diferencias significativas con los sujetos que piensan fumar cuando sean mayores (x = 24,74), con los sujetos que piensan fumar dentro de 1 ó 2 años (x = 29,50) y con los sujetos que piensan fumar desde ahora (x = 29,43). Ello indica que una alta puntuación en búsqueda de sensaciones se relaciona no sólo con la Conducta presente, sino también con los proyectos de consumo futuro.
Desde el punto de vista cuantitativo, también hubo relación entre búsqueda de sensaciones y la intención de cuánto fumar en el futuro (F = 9,2V P = 0,000), apareciendo diferencias significativas entre los sujetos que no piensan fumar nada (x = 20,73), los que piensan sólo probar el tabaco (x = 27,67), los que piensan fumar algún cigarrillo de vez en cuando (x = 24,80) y los que piensan fumar habitualmente (x = 29,25).
Similares resultados se obtuvieron al analizar conjuntamente las variables relacionadas con la intención de beber en el futuro, observándose una relación significativa entre las variables búsqueda de sensaciones e intención de cuánto beber en el futuro (F = 10,09; P = 0,000), hallándose diferencias significativas entre los sujetos que no piensan beber nunca (x = 20,81), los que piensan beber cuando sean mayores (x = 24,74), los que piensan beber dentro de 1 ó 2 años (x = 29,50) y los que piensan beber desde ahora (x = 32,40).
En cuanto a la relación de búsqueda de sensaciones con la intención de cuánto beber en el futuro, apareció también una relación significativo (F = 12,28; P = 0,000), encontrándose diferencias significativas entre los sujetos que piensan beber alguna cerveza de vez en cuando (x = 26,71 ), los que piensan sólo probar el alcohol (x = 20,48) y los que piensan no beber en absoluto (x = 20,59).
La consideración global de los resultados expuestos permite afirmar que la búsqueda de sensaciones es una variable ampliamente relacionada con el consumo de drogas legales, siendo los sujetos que manifiestan una mayor tendencia a la búsqueda de tales sensaciones, los que consumen en mayor medida tabaco y bebidas alcohólicas.
Aunque no han aparecido relaciones entre el tipo de persona (padres, amigos, otros familiares) de la que procede la oferta de tabaco y alcohol y el consumo, si hemos visto que los niños que puntúan alto en búsqueda de sensaciones reciben mayor cantidad de oferta de estas drogas que los que puntúan bajo. Probablemente ello se deba a que estos niños propician tal oferta, facilitando a sus amigos y familiares la ocasión para que se produzca. Además, probablemente prefieran relacionarse con aquellos amigos y familiares más parecidos a ellos., es decir, más dispuestos o buscar sensaciones y, probablemente, más dispuestos a ofrecerles tabaco y/o alcohol. Además, considerando las altas expectativas positivas respecto al consumo de tabaco y alcohol que tienen los sujetos que puntúan alto en búsqueda de sensaciones, es razonable que piensen que a sus amigos les resulta igualmente atractivo tal consumo y, en consecuencia, estimen que no rechazarán dicho consumo. Sin embargo, esta fascinación por la experiencia de consumo no puede atribuirse a padres o profesores, en los que suele estar mucho más clara su posición de rechazo. De este modo, no aparecen diferencias en la puntuación de búsqueda de sensaciones en función del rechazo al consumo percibido en padres y profesores, y sí en amigos.
El hecho de que los sujetos que puntúan alto en búsqueda de sensaciones mantengan altas expectativas positivas respecto a las consecuencias personales derivadas del consumo de tabaco y alcohol es coherente también con sus altos niveles de consumo. Además lo correlación negativa encontrada entre búsqueda de sensaciones y conocimientos respecto a los consecuencias derivadas del consumo de tabaco y alcohol puede ser la base de la explicación. Cabría esperar que los que buscan ávidamente nuevas experiencias se interesarán más por todo lo relacionado con los drogas legales, y en consecuencia, tuvieran mayores conocimientos al respecto. Sin embargo, los datos apoyan la tendencia opuesta, de forma que los sujetos de alto nivel de búsqueda de sensaciones saben menos acerca de estas sustancias que los que puntúan bajo en búsqueda de sensaciones. Probablemente, las altas expectativas positivas de aquellos les llevan a no prestar atención a la información relativa a estas drogas, puesto que ésta generalmente va en contra de tales expectativas. De este modo, estos datos apoyan la diferencia entre búsqueda de sensación y búsqueda de información.
Esta explicación es coherente con la escasa utilidad de la información acerca de los consecuencias negativas derivadas del consumo de drogas para prevenir tal consumo. Los sujetos que más consumen tabaco y alcohol, es decir, los sujetos que puntúan alto en búsqueda de sensaciones y que, como hemos visto, mantienen altas expectativas positivas respecto al consumo, podrían rechazar frontalmente tal información por la disonancia cognitiva producida al enfrentarse a sus expectativas.
En la misma dirección de los resultados anteriores, los sujetos con altas puntuaciones en búsqueda de sensaciones son los que antes piensan fumar y beber en el futuro y los que piensan hacerlo en mayor cantidad. Sin embargo, en relación a intención de cuánto fumar en el futuro, llama la atención el hecho de que los puntuaciones más altas en búsqueda de sensaciones se asocien a consumos muy bajos (sólo probarlo) o muy altos (regularmente) de tabaco, y no tanto a consumos intermedios (algún cigarrillo de vez en cuando).
Según estos resultados, parece que los niños que puntúan alto en la búsqueda de sensaciones se sienten especialmente motivados para probar el tabaco, pero no tanto para un consumo moderado regular que pueda llevar posteriormente al hábito. Ello debería aprovecharse en los programas de prevención del tabaquismo, incorporando actuaciones dirigidas, no tanto a impedir el primer contacto con el tabaco -lo cual parece difícil dadas sus altas expectativas- como a evitar la continuación del hábito una vez probado, lo cual no parece interesarles tanto.
En conjunto, por su relación con el consumo de drogas legales, podemos concluir que la búsqueda de sensaciones es una variable que hay que tener muy en cuenta a la hora de definir grupos de riesgo de consumo de tabaco y alcohol en población escolar. Tal como hemos visto, es mucho más probable que un niño que puntúa alto en esta variable se inicie en el consumo de estas sustancias que otro que puntúa bajo. De este modo, es decir identificando los sujetos en situación de riesgo, podremos programar actuaciones especialmente diseñadas, mejorando su eficacia y reduciendo los costes. Estas actuaciones deberían caracterizarse por:
1. Aumentar la percepción de que el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas es rechazado por sus iguales.
2. Analizar los cogniciones erróneas que sirven de base a sus expectativas positivas y diseñar actividades destinadas a la revisión y modificación de tales cogniciones.
3. Ayudar a los alumnos a extraer consecuencias de su primer contacto con el tabaco y el alcohol, dificultando el mantenimiento de su consumo aunque se produzca ese primer contacto.
4. Promover programas de actividades extraescolares, facilitando el acceso a actividades capaces de despertar el interés de los alumnos, canalizando de esta forma su necesidad de buscar nuevas sensaciones y experiencias hacia actividades saludables, especialmente deportivas. En este sentido, la colaboración de los padres para promover un uso adecuado del tiempo libre, sin renunciar a sus motivaciones más inmediatos, desempeña un papel de extrema importancia.
5. Desarrollar hábitos de reflexibilidad e interiorización.