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LIBROS, REVISTAS Y OTRAS NOVEDADES

 

Al encuentro del padre. Como la vida de un hombre es moldeada por la relación con su padre

 

Samuel OSHERSON

(Editorial Cuatro Vientos. Santiago de Chile, 1993)


Samuel Osherson, poco conocido en España, es Doctor en Psicología Clínica, psicoterapeuta, investigador y miembro de Estudios Longitudinales en los Servicios de Salud pertenecientes a la Universidad de Harvard.

Esta obra surgió a partir de los anotaciones recogidas por el autor en su diario personal, fruto de momentos donde se sintió absorbido en experiencias vitales difíciles de comprender para él.

Hemos comenzado a entender que las primeras experiencias afectivos con la madre y el padre tienen un profundo impacto en la vida psicológica de los infantes; existiendo diferencias entre las experiencias de un niño y una niña.

Muchos de los conflictos entre hombres y mujeres se basan en permanentes luchas ocultos que los hijos varones mantienen con sus padres, y en las diversas formas en que de adultos tratan de completar esta relación en sus carreras y matrimonios. Sin embargo, a pesar de su importancia, el padre se mantiene envuelto en misterio para muchos hombres, ya sea por una idealización, degradación o simplemente ignorándolo. Al hacer esto, terminan imitándole, aunque traten de ser diferentes.

En este libro se explora y explica cómo las relaciones tempranas y actuales de los varones con sus padres modelan la intimidad y crean dilemas que deben ser enfrentados en su madurez.

La tesis defendido por el autor es que para entender los sentimientos de los hombres acerca del amor y el trabajo, primero debemos comprender los asuntos inconclusos en relación al padre. El punto central lo sitúa en la vulnerabilidad emotiva del hombre adulto normal luchando con las exigencias laborales y familiares.

El sustento empírico de las aseveraciones defendidas en este volumen proceden de tres fuentes principales:

- Un estudio longitudinal de 370 hombres graduados en Harvard.

- Diversas investigaciones, incluyendo entrevistas detallados a 20 hombres que tuvieron cambios espectaculares en sus carreras al llegar a la edad mediana.

- La experiencia clínica del autor asesorando a hombres de distintas edades y circunstancias.

- Bastantes estudios muestran que entre los tres y cinco años, los chicos empiezan a alejarse de su madre y la feminidad. Llegan a tener un pensamiento bastante estereotipado y dicotomizado acerca de lo que significa ser «como papá» o «como mamá». Los niños comienzan a segregar según el sexo, se centran más en las reglas que en las relaciones, dan más importancia a juegos de poder-fuerza y a los logros. Con el tiempo reprimen su deseo de ser acogidos, cuidados y quieren «esconderse de las mujeres».

La presión para identificarse con el padre crea un problema crucial en los niños. Deben renunciar a la madre por el padre. Pero ¿quién es el padre? A menudo es una figura difusa, difícil de comprender. Rara vez los niños asocian al padre con calidez o suavidad.

¿Qué significa ser masculino? Si el padre no está ahí para otorgar un modelo rico y confiable de la masculinidad, el niño queda en una posición vulnerable: debe distanciarse de la madre sin un modelo claro y comprensible del género masculino sobre el cual poder construir su identidad emergente.

En las imágenes que muchos hombres normales tienen de sus padres, aparecen distorsiones y mitos basados en el incómodo lugar periférico que los padres ocupan en sus propios hogares. Los niños se convierten en hombres con un «padre herido» en su interior y un sentido de masculinidad conflictivo, basado en la experiencia de un padre rechazante, incompetente o ausente.

Lo importante es que la sensación de pérdida se prolonga hasta la edad adulta, momento en que muchos hijos tratan de resolver -en forma silenciosa, oculta y ambivalente- la culpa, rabia y vergüenza que sienten hacia sus padres.

Algunos hombres, inconscientemente, buscan un padre mejor en el trabajo, alguien que perdone y les hago sentirse un «buen hijo». Además, muchas veces la relación del hijo con el padre influye sutilmente en la forma de responder a su esposa e hijos. En su propio hogar, algunos hombres deciden evitar la pasividad o dependencia que vieron en sus padres. Otros se sienten incapaces como esposos o padres para vivir de acuerdo al heroico modelo montado por su padres.

Lo anterior no significa que la infancia determine todo acerca de la Conducta adulta. Un hombre maduro no es un niño ni se comporta como la hacía a los tres, cinco o doce años. Sin embargo, hay numerosas circunstancias en la vida adulta que ponen de manifiesto la dificultad para enfrentar el peso de la vulnerabilidad, la dependencia o el vacío interior. En general, esto se debe a que nuestros padres nos mostraron esos sentimientos como inaceptables; para ser hombres exitosos y ganarnos su aprobación, lo que contaba era el resultado. Nuestra vulnerabilidad y dependencia quedaron envueltas en una postura práctica, competente y centrada en lo que hacemos bien: nuestra habilidad para obtener logros en el mundo laboral.

Cada capítulo de este libro identifica las diferentes vulnerabilidades y puntos de presión que sufren los hombres en su vida adulta, trabajo y hogar, como producto de las relaciones conflictivos con sus padres. Queda plasmado una danza «de todo una vida» entre padre e hijo; estos compañeros de baile parecen separados, pero están juntos, separándose, luego acercándose, a medida que la danza evoluciona. Las acciones de ambos, aparentemente independientes, están en realidad unidas por ritmos profundos.

Este volumen ilustra cómo el padre herido interno de cada hombre es activado -y a menudo sonado- por las esposas que trabajan, los tutores o mentores profesionales, los embarazos tanto frustrados como exitosos de sus parejas, la vivencia propia de «embarazos psicológicos», y por la adquisición de un mayor compromiso como padres.

El proceso de sanación propuesto se daría a través de varios caminos. Entre ellos se incluye reconocer los heridas actuales de nuestro padre, la forma en que ha sido herido por la vida, las complejas contracorrientes dentro de la familia que condujeron a la desconexión, y explorar una identidad masculino más rica y satisfactorio como padres, esposos y compañeros de trabajo en nuestra vida diaria.

Un modo de sanar al padre herido es sumergirse en la historia del padre. Un hombre necesita encontrar formas para empatizar con el dolor de su padre. El movimiento femenino ha dado a nuestras hijas la posibilidad de comprender y perdonar a sus madres, pero nosotros no tenemos algo similar con nuestros padres. Debemos comprender su lucha y ver el quiebre de conexión entre padres e hijos como parte de los asuntos inconclusos de los hombres. Es impresionante la cantidad de secretos familiares respecto al padre teniendo que ver con contratiempos laborales, mutilando temporal o permanentemente la relación del padre con su familia.

Al conocer más a sus padres, los hijos pueden llegar a considerarlos como personas diferentes. Esto puede ayudar al proceso de separación individuación, ya que el hijo se da cuenta que él es responsable de su propia identidad como hombre, que no está encadenado a las actitudes y valores de su padre. Así, el proceso de exploración puede conducir a una aceptación del padre e incluso a una profunda conexión con él. De ello puede surgir un sentido más completo y confiable de la masculinidad, de una forma de estar presente y ser nutriente, de ser fuerte sin ser destructivo. Este camino reflejo, de todos modos, la musculatura masculina, nuestra historia, cuerpos y activa participación en el futuro. Es una forma de proteger a quienes amamos sin infantilizarlos, de acogerlos y transmitirles esa serena sabiduría de que tanto los hombres como los mujeres son fuerzas dadoras de vida en la tierra.

La contribución más importante de esta obra es haber rescatado un tema -la relación padre e hijo-, que ha sido pasado por alto durante mucho tiempo, tanto por psicólogos como por otros profesionales que se ocupan de familias. La inclusión de entrevistas clínicas fragmentadas, menciones a otros autores e investigadores, así como alusiones a citas literarias y cinematográficas, facilita una lectura amena y ágil.

Las lagunas encontradas en este libro, como la comprensión de los adolescentes bajo la perspectiva defendida por este autor, posibilita futuras líneas de exploración y profundización en este asunto inconcluso de los hombres.

Juan Luis Esteban Paredes