LIBROS, REVISTAS Y OTRAS NOVEDADES
La interpretación en Psicoanálisis de J, Coderch es un libro poco común entre las publicaciones de esta especialidad. Tendremos pocas oportunidades de tener entre las manos un libro como éste. Su autor nos tiene ya habituados a obras de obligada consulta como son: Psiquiatría dinámica y Teoría y técnica de la Psicoterapia psicoanalítico, dos libros que han marcado época y que constituyen verdaderas lecciones dentro de la psiquiatría y la psicoterapia.
En el libro que comento, el autor nos obsequia con el fruto de sus profundos reflexiones personales sobre los temas más candentes del psicoanálisis actual, reflexiones no solitarias sino acompañadas de largas horas de lectura, hecho evidente a través de las citas bibliográficas esparcidas a lo largo de todo el texto. A Coderch, su espíritu verdaderamente científico le confiere el ánimo del eterno estudiante: respetuoso y crítico para con las aportaciones de otros autores aunque nunca displicente. Sus conclusiones, enfrentadas o no a otras, son expuestas con lógica, rigor y valentía; sin petulancia, pero de una forma sólida y sin fisuras, sus opiniones se muestran concluyentes y convincentes.
En esta obra, el autor ha dado el salto que le sitúa entre los "creadores" del mundo de la investigación científica en Psicoanálisis. Si sus dos obras anteriores le distinguen por su capacidad de síntesis originando dos manuales relevantes, ésta revela su capacidad innovadora en el campo de la teoría y la teoría de la técnica psicoanalíticas. Con toda seguridad, el salto al que me refiero ha requerido coraje, riesgo, valor, tenacidad, sufrimiento y placer derivados de la conquista de la autonomía y diferenciación personales. Esta obra lleva el sello personal e inconfundible del autor, sin renunciar a sus orígenes kleinianos y postkleinianos imprime al volumen el carácter pluridisciplinar y erudito que le es propio. No regatea enfrentar todo aquello que es polémico, ni se contenta con las soluciones tradicionales, más o menos manidas, sino que propone un trabajo de elaboración y reflexión al lector para ayudarle a trascender a nuevas conclusiones más allá de las ya conocidas, o a contemplarlas desde perspectivas innovadoras.
A mi modo de entender seria algo impreciso decir que se trata sólo de un libro de técnica psicoanalítica. Fundamentalmente es una reflexión sobre todo el "quehacer" psicoanalítico. Como un hilo de Ariadna, la temática de la interpretación, verdadero corazón del trabajo analítico, nos conduce a lo largo de esta obra del Psicoanálisis.
Coderch desarrolla los capítulos con rigurosidad y una lógica y precisa concatenación. Cualquier capítulo, que pueden leerse perfectamente por separado sin que se desequilibre la armonía del texto, es una invitación a la reflexión y a la meditación para el especialista o conocedor de la temática. Ciertamente es un libro imprescindible en las bibliotecas psicoanalíticas y de los psicoterapeutas que se inspiran en este modelo para su práctica profesional.
No aconsejaría este libro al lector apresurado, En este mundo de cambios precipitados (quizá para que nadie cambie de manera fundamental), de convulsiones y crisis, de competencia desenfrenada y de ignorancia, de falta de reconocimiento hacia nuestros antecesores y hacia el trabajo del vecino; aparece la obra de Coderch como valuarte de la meditación, de equilibrio entre lo nuevo y lo antiguo, del sosiego, del trabajo profundo y sin prisas, esculpido como diría E. Jackes. El libro se nos ofrece como compañero de meditaciones y reflexiones, con un lenguaje claro, preciso y no exento de valores literarios, logrando un conjunto que allana el camino al lector. Aconsejaría una lectura lenta, no por la complejidad sino por la capacidad de evocación que contienen sus líneas; cada párrafo nos refiere a una amplia trama de pensamientos e ideas, una penumbra de vínculos que pueden conducir a una cierta ensoñación asociativa que sin duda estimula la reflexión y da a nuestro pensamiento un mayor grosor.
Los capítulos, engarzados con precisión y equilibrio, nos llevan desde las bases epistemológicas del trabajo interpretativo hasta sus resultados terapéuticos: el insight, la elaboración y el cambio. Es imposible resumir el contenido de cada uno de los capítulos, el empobrecimiento estaría asegurado. Los citaré a modo de índice comentado:
El primer capítulo se centra en reflexiones epistemológicas entorno al cato interpretativo. Todo la cultura humana gira alrededor de la interpretación que damos a la realidad, a las comunicaciones interpersonales etc. El autor, conocedor de la filosofía de la ciencia de Popper en particular, nos propone una cierta actitud falsacionista con nuestros pacientes, de tal suerte que nuestras interpretaciones, hipótesis, sean refutados, falsadas, según la experiencia que en relación con el paciente tengamos. Se nos propone un espíritu científico capaz de tolerar la incertidumbre y la desazón que depara la certeza de no poseer "la verdad"; pero ¿de qué otra forma se podría ser psicoanalista si no? También se aborda el método particular que el psicoanálisis es en sí mismo para la investigación de la mente, posiblemente el mejor de los métodos conocidos hasta la actualidad. Dada la gran complejidad de la mente, objeto de estudio del psicoanalista, sólo un método complejo como la observación participante y la interpretación pueden intentar dar una respuesta al desafío planteado por la riqueza, vastedad y refinado abigarramiento de la mente humano.
El capítulo dos nos aproxima a una visión amplia, rigurosa y documentada sobre el temo clásico de la transferencia que bajo la pluma del autor toma una dimensión novedosa. Deshaciendo mitos sobre la neurosis de transferencia, nos dimensiona la profundidad emocional de la relación del paciente con su analista y la gran complejidad que la anima. Con acertada visión aúna los modelos pulsionales y de relación de objeto que en los últimos años vienen presentándose como enfrentados por diversos autores, mostrando que dichos modelos se sustentan mutuamente y se complementan antes que resultar excluyentes.
Posiblemente el verdadero corazón del libro se encuentre en los capítulos tercero y cuarto que versan sobre la interpretación, tanto la transferencial como la extratransferencial y la reconstrucción. A lo largo de las 170 páginas de estos dos capítulos se recorre la mayoría de los puntos cruciales de la técnica psicoanalítica clásica y de la psicopatología. No exagero al decir que estos dos capítulos sitúan al libro entre las obras excepcionalmente creativas dentro de la literatura psicoanalítica ya que, en un espacio relativamente reducido, el autor concentra la mayoría de los conocimientos psicoanalíticos, elaborándolos, explicándolos y expresando su opinión a través de su arte como profesor universitario y su pericia como clínico. El impacto que producen en el lector encierra un carácter estético difícil de conseguir en las obras técnicas al uso.
El capítulo cinco, en un tono que no desmerece a los anteriores, se adentra en el delicado tema de la contratransferencia. Con valentía enfrenta la cuestión de la empatía para poder comprender los distintos vericuetos por los que discurren los sentimientos del analista respecto al paciente.
Con delicadeza y un gran respeto para los pacientes, Coderch desarrolla la temática de las resistencias y su abordaje técnico en el capítulo sexto. Esta conocida problemática del tratamiento psicoanalítico, en manos del autor, cobra un aire renovado y fresco ya que expresa las conclusiones a que le ha llevado su experiencia, Cuestiones como las defensas y sus peculiares formas de expresión, las resistencias caracteriales, las narcisistas y la transferencia negativa llevan a que la obra culmine su amplio periplo por la técnica y la psicopatología psicoanalíticas.
Es en el capítulo siete, verdadero broche de oro, donde Coderch, nos brinda unas cien páginas inolvidables, La forma de tratar las cuestiones del insight, del cambio psíquico y de la elaboración despiertan en el lector resonancias emocionales muy profundas y convocan aspectos de la experiencia personal y profesional que pocos textos consiguen. Un canto a la libertad humana cierra las últimas páginas de esta obra excepcional.