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INVESTIGACION

Influencia de las expectativas generalizadas de indefensión en situaciones de estrés


Effects of general expectancies of helplessness on stress situations

José Ramón YELA BERNABE (*)

M.ª Angeles GOMEZ MARTINEZ


RESUMEN

ABSTRACT

PALABRAS CLAVE

KEY WORDS

INTRODUCCION

METODO

RESULTADOS

CONCLUSIONES

REFERENCIAS


RESUMEN

En esta investigación se parte de la base de la importancia que desempeña la incontrolabilidad en las situaciones de estrés. En base a este hecho se empleó el modelo de indefensión aprendido de Seligman (7975) y se sometió a 132 sujetos a una situación de estrés incontrolable en la que trataban de resolver problemas irresolubles. Se consideró la influencia de las expectativas generales de indefensión (evaluados mediante la B.E.E.G.C. (Palenzuela et al. 1992), apreciándose que los sujetos con altas expectativas de indefensión diferían significativamente de los sujetos con bajas expectativas: tenían mayores sentimientos de frustración, depresión y vergüenza; percibían la situación más controlable; tenían mayores expectativas específicas de incontrolabilidad y atribuían su rendimiento a causas más globales. Además también mostraban déficit de rendimiento,

ABSTRACT

Uncontrollability is one of the elements of stress situations. In this way, we used the Seligman's learned helplessness model (1975); 132 subjects were exposed to an uncontrollable stress situation composed of unsolvable discrimination problems, Afterwards we examined the influence of general expectancies of uncontrollability using the B.E.E.G.C. (Palenzuela et al. 1992). Significant differences were found between subjects with high and low general expectancies: the first ones showed more frustration, depression and shame feelings; they showed more perceived control, more specific expectancies of uncontrollability and global attributions about their performance. Moreover, they showed impaired achievement.

PALABRAS CLAVE

Estrés. Indefensión Aprendida. Incontrolabilidad. Locus de Control,

KEY WORDS

Stress. Learned Helplessness. Uncontrollability. Locus of Control.


(*) Departamento de Aprendizaje. Facultad de Psicología. Universidad Pontificia de Salamanca. Compañía, 5. 37008 Salamanca.


INTRODUCCION

Tanto la impredecibilidad como la incontrolabilidad son elementos ambientales presentes, en todo o en parte, en las situaciones de estrés (Lazarus y Folkman, 1984). En lo que se refiere a la incontrolabilidad, se trata de situaciones en las que las estrategias que pone en marcha el individuo no consiguen resolver o terminar con el estresor; de este modo sigue afectando al sujeto, independientemente de lo que haga para afrontarlo. Por otro lado, la predecibilidad se refiere el grado de probabilidad de aparición de un acontecimiento (en este caso un estresor) a partir de alguna señal o indicio. Las personas suelen presentar más respuestas de estrés ante acontecimientos con algún grado de probabilidad que ante acontecimientos altamente improbables (Paterson y Neufeld, 1989); cuanto más impredecible sea la aparición de un estresor, mayor será el grado de incertidumbre y más estresante será la situación. Como señalaban Lazarus y Folkman "el hecho de no saber con certeza si va a ocurrir un acontecimiento determinado puede dar lugar a un dilatado proceso de evaluación y reevaluación que genera pensamientos, sentimientos y conductas conflictivas que, a su vez, crean sentimientos de desesperanza y finalmente confusión" (1984, p. 114).

Dentro de los procesos cognitivos implicados en la interpretación de una situación como estresante, en primer lugar se considera la existencia de un patrón de respuesta automática, que valora inicialmente la situación en términos de si es amenazante o no para el organismo (evaluación automática). A continuación el sujeto considera las demandas de esa situación (evaluación primaria), de modo que puede ser valorada como irrelevante, benigno-positiva o estresante. En un tercer proceso (evaluación secundaria) se evalúa la situación en relación a las propias capacidades, en función de si se poseen o no las habilidades necesarias para resolverla. Finalmente, el sujeto selecciona las respuestas que va a emplear en función de las demandas que ha percibido, decidiendo las que va a emplear (Labrador y Crespo, 1993).

De hecho, en función de los procesos de evaluación automática, primario y secundaria, si el sujeto percibe que puede enfrentarse o escapar de la situación estresora, se producirá un incremento de la activación fisiológica y cognitiva que le preparará para actuar adaptativamente. Sin embargo, si no puede resolver la situación de ningún modo, esperará pasivamente hasta que ésta acabe, apareciendo una actitud de pasividad, activación fisiológica adicional, estados emocionales negativos y expectativas de desesperanza (Valdés y Flores, 1990).

Esta última situación se asemeja mucho a las consecuencias de la incontrolabilidad señalados por el modelo de indefensión aprendida (Seligman, 1975). Este modelo señala que estar sometido a una situación aversiva incontrolable origina déficits motivacionales, emocionales y asociativos o cognitivos (ver Peterson, Maier y Seligman, 1993 para una revisión). En este sentido, el modelo de indefensión aprendida resulta útil para estudiar aquellas situaciones de estrés en las que existe un componente importante de incertidumbre, falta de predecibilidad y de conductas de afrontamiento.

En su formulación original del modelo, Seligman (1975) señalaba que la aparición de los déficits anteriormente mencionados guardaba una estrecha relación con la incontrolabilidad objetiva y con las expectativas de control generalizadas previas con las que el sujeto se enfrenta a la situación incontrolable. En este mismo sentido, Godoy y Fierro (1988) indican que cuando la situación incontrolable es novedosa y se presenta de forma inesperada para el sujeto, las expectativas generalizadas de lugar de control son las variables que mejor predicen el rendimiento. Cuando un sujeto anticipa que en un futuro el refuerzo será contingente con su comportamiento o con sus propias características, se dice que tiene expectativas de locus de control interno, mientras que cuando espera que éste no va a ser contingente con sus acciones (suerte, casualidad, destino, control de otros o algún elemento impredecible) muestra expectativas de locus de control externo (Rotter, 1975). Para clarificar el constructo de expectativas de locus de control de otras afines, resulta útil el modelo integrador de Palenzuela (1986), según el cual las expectativas de autoeficacia (estimación de que uno puede ejecutar la conducta requerida para producir los resultados) y las de locus de control (si uno cree o espera que los resultados serán o no contingentes con sus propias acciones) podrían considerarse como determinantes de la expectativa de meta, refuerzo o éxito (hasta qué punto el sujeto va a conseguirlos resultados deseados) (ver fig. l).

En este sentido, Ducette y Wolk (1973) encontraron que los sujetos con locus de control interno atendían más a señales relacionadas con la tarea, en tanto que los sujetos externos prestaban mas atención a las señales provenientes del medio social.

En la literatura existente se señalan una serie de aspectos cognitivos moduladores de la respuesta de estrés, entre los que se encuentra la sensación de control. La expectativa de falta de control ha sido relacionada en este ámbito con diversos trastornos físicos, sensación de amenaza, etc. (Labrador y Crespo, 1993). Existe evidencia de resultados similares desde el comienzo de la investigación del fenómeno de indefensión en humanos: Hiroto (1974) encontraba que los sujetos con locus de control externo sometidos previamente a ruido inescapable eran más lentos en la adquisición del aprendizaje de escape de un sonido en una situación nueva que los internos expuestos a ruido inescapable.

En este trabajo pretendemos estudiar la influencia de expectativas generalizadas sobre el rendimiento de sujetos sometidos a estresores. En concreto evaluamos la influencia de las expectativas generalizadas de indefensión o no contingencia sobre el rendimiento, expectativas específicas, atribuciones, nivel motivacional y emocional de sujetos expuestos a situaciones incontrolables-impredecibles. Se trata por lo tanto de considerar la importancia de que la persona espere que los acontecimientos o resultados que puedan acontecerle o tener lugar en su vida no serán contingentes con sus acciones a la hora de afrontar situaciones de estrés incontrolable.

METODO

Sujetos

Se trabajó con 154 alumnas voluntarias de la Facultad de Psicología de la Universidad Pontificia de Salamanca. Su edad media era de 20.7 años (Sd = 1.55) e ignoraban el objetivo real de la investigación. En función de la importancia de las expectativas generales a la hora de generar indefensión (Seligman, 1975), se les administró la Batería de Escalas de Expectativas Generalizadas -BEEGC- (Palenzuela, Prieto, Almeida y Barros, 1992), con la finalidad de partir de una muestra lo más homogénea posible en estas variables. En cuanto a la fiabilidad, los coeficientes alfa de Cronbach para cada una de las escalas es el siguiente: Contingencia =. 72, Suerte =.85; Expectativa de Autoeficacia =.86 y Expectativa de Éxito =.85 (para más detalles sobre validez convergente-discriminante, deseabilidad social y validez factorial o estructural ver Palenzuela et al., 1992).

Se organizaron 4 grupos de sujetos, correspondientes a los centiles (C) 25, 50, 75 y 100 de las subescalas de expectativas de contingencia e indefensión y las escalas de expectativas de autoeficacia y éxito, A continuación se formaron 14 grupos experimentales (11 sujetos en cada uno), asignando aleatoriamente a cada grupo 3 sujetos del grupo C25, 3 del grupo C50, 2 del grupo C75 y 3 del grupo C 100. Los ANOVAS realizados indicaban que no existían diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en lo que se refiere a expectativas generalizadas (p<.05), con lo cual se partía de una muestra homogénea.

Aparatos

La manipulación de la variable independiente (controlabilidad en la resolución de una serie de problemas), instrucciones y recogida de la información correspondiente a las variables dependientes, se llevó a cabo con un programa elaborado para tal fin con la aplicación Hypercard en un ordenador Macintosh Classic II. Se presentaban una serie de problemas de discriminación (Nation, Cooney y Gartrell, 1979; Yela y Marcos, 1992; Yela, 1994, 1995) en los que se aparecían figuras geométricas con cuatro dimensiones en la pantalla del ordenador (17 x 12 cm.). Simultáneamente a la presentación de cada problema los sujetos escuchaban por unos auriculares un sonido de 2.000 Hz. amplificado a 100 dB. Este tono fue considerado como "moderadamente aversivo" en otras investigaciones (Hiroto y Seligman, 1975, Nation y Massad, 1978; Yela, 1994, 1995). Existían tres posibilidades: a) que los problemas tuvieran solución; b) que fueran irresolubles o c) sujetos del grupo control, que sólo miraban pasivamente a las figuras.

Diseño experimental

Se empleó el clásico diseño triádico, característico de las investigaciones sobre indefensión aprendida. Este diseño consta de la fase de pretratamiento en la que cada uno de los sujetos del grupo de problemas irresolubles estaba acoplado en lo que se refiere a la duración del ruido aversivo a un sujeto del grupo de problemas resolubles (Yela y Marcos, 1988):

- Grupo de problemas resolubles y ruido controlable (N= 11).

- Grupo de control, en el que los sujetos miraban pasivamente las figuras y escuchaban la misma cantidad de ruido aversivo que su por acoplado del grupo de problemas resolubles (N=11).

- Grupo de problemas irresolubles y ruido incontrolable (N=132) en el que los problemas no tenían solución y la desaparición del ruido no era controlable; estaban expuestos al sonido durante la misma cantidad de tiempo que su por acoplado del grupo de problemas resolubles). El hecho de que este grupo fuera más numeroso que los otros dos se debe a que en una fase posterior de la investigación, se diferenciaron 12 subgrupos indefensos (cada uno de ellos formado por 11 sujetos) para estudiar la inversión de los déficits generados (véase Yela, 1994 y Yela, 1996 a y b).

En la fase de prueba todos los sujetos eran sometidos a una tarea de escape evitación controlable (eliminar un ruido aversivo pulsando el ratón del ordenador), para evaluar los efectos producidos por el entrenamiento anterior.

Procedimiento experimental

- Fase pretratamiento

Después de organizar los grupos (ver apartado "sujetos"), los individuos eran recibidos individualmente por el experimentador en la sala de ordenadores. En ese momento se seleccionaba el programa del grupo experimental en el que iba a trabajar. A continuación el sujeto se sentaba frente a un ordenador Macintosh Classic II y se le presentaban en pantalla las siguientes instrucciones:

En primer lugar queremos informarte que la investigación que estamos llevando a cabo trata de estudiar los efectos del ruido. En este sentido, hemos pedido tu colaboración, que de entrada agradecemos. Como estas viendo, a partir de ahora vamos a utilizar como instrumento de trabajo el ordenador.

Hay que dejar claro que no es necesario poseer ningún tipo de habilidad especial en este tipo de aparatos para poder realizar las tareas que siguen.

PULSA C PARA CONTINUAR

Con el fin de poder clasificar adecuadamente los resultados, es necesario que especifiques los siguientes datos: nombre, edad, curso, grupo: (introducido por el experimentador).

PULSA EL RATON PARA CONTINUAR

 A continuación van o aparecer en pantalla dos figuras, Tienen distintos componentes:

- Forma: TRIANGULO - CIRCULO

- Tamaño: GRANDE - PEQUEÑO,

- Fondo: RAYADO - LISO.

- Número de puntos en su interior: UNO - NINGUNO,

Se trata de figuras de este estilo (se presentaba un ejemplo en la pantalla).

PULSA C PARA CONTINUAR

Se ha elegido arbitrariamente uno de estos valores como correcto. En cada uno de las ocasiones que se presenten, debes elegir en que lado crees que está contenido ese valor, para ello dispones de 6 segundos durante los cuales escucharás un sonido por los auriculares. Durante esos 6 segundos puedes pulsar la tecla D (sí eliges la figura de la DERECHA) o la tecla I (si eliges la figura de la IZQUIERDA).

De este modo en unos pocos intentos podrás aprender cual es el valor correcto y así conseguirás acabar con el ruido lo antes posible.

PULSA C PARA CONTINUAR

El objetivo es descubrir este valor para poder elegir correctamente tan a menudo como sea posible y así:

- cuando el ruido finalice porque has descubierto la clave adecuado, aparecerá en pantalla el mensaje "HAS CONSEGUIDO DETENER EL RUIDO".

- cuando tu respuesta no sea la adecuada, el sonido desaparecerá al agotarse su tiempo de presentación, y aparecerá en pantalla el mensaje "NO HAS DETENIDO EL RUIDO; HAS CESADO AUTOMATICAMENTE".

"A continuación vamos o ver un ejemplo que te aclarará el proceso",

Se le presentaban al sujeto 3 ejemplos, con el fin de clarificar la tarea de descubrir la dimensión correcta. En un cuarto ejemplo se explicaba que simultáneamente a la aparición de las figuras aparecería un sonido por los auriculares, de forma que si elegía la opción correcta conseguiría que ese sonido desapareciera. A todos los sujetos se les preguntó si tenían alguna duda antes de comenzar.

"A continuación vamos a comenzar con el primer bloque de ejercicios, va a consistir en 4 problemas, cada uno de los cuales consta de 10 figuras como los que acabas de ver. Te recordamos que los valores de las figuras eran:

- Formo: TRIANGULO - CIRCULO,

- Tamaño: GRANDE - PEQUEÑO.

- Fondo: RAYADO - LISO,

- Número de puntos en su interior: UNO - NINGUNO

Empezamos con el primer problema.

"PULSA C PARA CONTINUAR",

A continuación se presentaban los 10 problemas correspondientes al primer bloque. Los sujetos del grupo resoluble-controlable recibían feedback contingente en función de la elección que habían realizado.

El valor correcto en este problema para los sujetos del grupo resoluble-controlable era rayado; se encontraba distribuido del siguiente modo a lo largo del primer bloque de ensayos: D, I, D, I, D, I, D, I, D, Este procedimiento se repetía del mismo modo durante el 22, 32 y 42 bloque. Las opciones correctas fueron: bloque 2, triángulo (I, D, I, D, D, D, D, D, I, I); bloque 3, punto (I, D, D, D, I, I, I, I, D, I) y bloque 4, tamaño pequeño (D, I, D, I, D, D, I, I, D, I).

El tiempo máximo de duración del sonido era de 6 segundos. Si el sujeto pulsaba la tecla adecuada el sonido desaparecía inmediatamente, y debajo de las figuras aparecía el mensaje "Has elegido la opción correcta". Si pulsaba la tecla incorrecta, el sonido finalizaba cuando transcurrían 6 segundos, al final de los cuales aparecía bajo las figuras el mensaje "No has detenido el ruido; has cesado automáticamente".

En ambos casos el ordenador almacenaba el tiempo que había empleado el sujeto en eliminar el sonido aversivo. Después de que el ruido finalizaba, la pantalla quedaba en blanco durante 4 segundos (intervalo interensayo), y a continuación aparecía la siguiente figura.

Los sujetos de los grupos con problemas irresolubles-ruido incontrolable estaban "acoplados" a su sujeto correspondiente del grupo de escape; es decir, recibían la misma cantidad de estimulación aversiva en cada problema que su par acoplado, con la diferencia de que en este caso independientemente de la opción que eligieran (D o I), después de cada problema aparecía el mensaje "No has detenido el ruido; ha cesado automáticamente". Esta mecánica del grupo con problemas irresolubles-ruido incontrolable se repitió en los 4 bloques de problemas.

Al finalizar cada bloque de problemas aparecían en pantalla las siguientes instrucciones:

"Acabamos de finalizar el primer bloque de problemas.

¿Cuál de las opciones crees que era la correcta? 7) Triángulo; 2) Círculo; 3) Grande; 4) Pequeño; 5) Rayado; 6) Liso; 7) Punto; 8) Ausencia de punto, Elige la opción:. ... ?"

Si el sujeto pertenecía al grupo de escape y elegía la opción adecuada aparecía debajo el mensaje "Efectivamente, esa era la opción correcta".

Si elegía cualquier otra opción aparecería el mensaje "Esa, no era la opción correcta". Este mismo mensaje aparecía si el sujeto pertenecía a un grupo con problemas irresolubles-ruido incontrolable, independientemente de la opción que eligiese en cada uno de los 4 bloques de problemas.

Los sujetos del grupo de control solamente recibieron las instrucciones de presentación de la investigación, seguidas de las siguientes indicaciones:

A continuación van a aparecer en pantalla una serie de figuras acompañadas de un sonido. Colócate los cascos. Tu única misión es atender tanto a los figuras como al sonido.

Comenzaba la presentación de los estímulos durante el mismo tiempo que su par acoplado del grupo de escape, sin que tuvieran que emitir ningún tipo de respuestas. Después de cada presentación de estímulos la pantalla quedaba en blanco durante 4 segundos, y comenzaba el siguiente ensayo. Al finalizar la presentación de los estímulos del bloque, no se le pedía responder acerca de la opción correcta; simplemente la pantalla quedaba en blanco durante 10 segundos y comenzaba el siguiente bloque de problemas.

Este procedimiento se repitió para este grupo a lo largo de los 4 bloques de problemas, intercalándose el mensaje:

"A continuación comenzamos con un nuevo bloque de problemas. El procedimiento es idéntico al anterior. Es posible que el valor correcto haya cambiado. Te recordamos que tu misión es conseguir que el ruido dure el menor tiempo posible.

PULSE C PARA CONTINUAR".

Después de la fase de pretratamiento con problemas de discriminación, el sujeto respondía a una serie de cuestiones que aparecían en la pantalla del ordenador:

a) Expectativas específicas: estimación en escalas tipo Likert de las expectativas específicas de control ("¿hasta qué punto crees que la desaparición del ruido en el siguiente problema dependerá de tu comportamiento, es decir del uso de la estrategia adecuada?"), autoeficacia ("¿hasta qué punto crees que vas a ser capaz de descubrir la estrategia adecuada para eliminar el ruido aversivo en el siguiente problema?") y éxito ("¿en cuántos de los 35 problemas crees que vas a tener éxito -terminar con el ruido?) que tenía el sujeto en relación a la tarea de prueba (controlable) que iba a realizar a continuación.

b) Percepción de control: estimación después de la fase de pretratamiento del "nivel hasta el cual la desaparición del ruido había dependido de tu comportamiento (0%- 100%).

c) Atribuciones: escala Likert 1-9 para evaluar las atribuciones acerca de su rendimiento en los problemas de discriminación anteriores: dimensión internalidad-externalidad ("¿hasta qué punto tu rendimiento en la tarea anterior era debido a algún aspecto relacionado contigo (1) o con circunstancias externas (9)?" estabilidad-inestabilidad ("¿hasta qué punto estará de nuevo presente esa causa si tuvieras que realizar de nuevo esa tarea en el futuro? (7) Estaría presente-(9) No estaría presente?) y globalidad-especificidad ("¿hasta qué punto esa causa afecto a tu rendimiento en otras áreas de tu vida (7) o sólo en esta área (9)?").

d) Nivel motivacional: mediadores motivacionales (escala Likert 1-9) en relación a "interés por la tarea anterior", "ganas de resolverlos problemas", "importancia de rendir bien en tareas de ese tipo" y "cambio del grado de interés en los problemas a medida que trabajaba en ellos".

e) Reacciones emocionales: Se evaluó el estado de humor de los sujetos mediante escalas Likert 1 (Nada) - 9 (Mucho), estimando hasta qué punto habían experimentado durante la fase de pretratamiento sentimientos de ira, vergüenza, indefensión, frustración, depresión, satisfacción, felicidad, regocijo, orgullo y confianza.

Después de responder a estas cuestiones, comenzaba la siguiente fase.

- Fase de prueba

Los sujetos eran expuestos a una tarea de escape-evitación de un sonido aversivo idéntico al empleado anteriormente, Una vez completada la fase de pretratamiento, los sujetos pulsaban la letra C y aparecía en pantalla el siguiente mensaje:

"A continuación va o comenzar una nueva tarea. Se trata de una serie de ensayos en los que escucharás un sonido por los auriculares. Cada vez que esto suceda hay algo que puedes hacer manipulando el ratón para conseguir que termine ese sonido. Si encuentras una manera de detener el tono aparecerá el mensaje "Has detenido el ruido ". Si el tono no desaparece como consecuencia de tu respuesta, sino porque se haya agotado el tiempo aparecerá el mensaje "No has detenido el ruido; ha cesado automáticamente".

La pantalla parpadeaba durante 5 segundos y a continuación comenzaba a sonar el tono durante 6.5 segundos (durante ese tiempo la pantalla permanecía en blanco y sólo se apreciaba en ella el puntero del ratón que el sujeto podía mover), En los 5 primeros ensayos los sujetos de todos los grupos experimentales podían evitar o escapar del tono si pulsaban el ratón 3 veces. De hecho estos 5 ensayos servían para comparar la influencia del pretratamiento con acontecimientos controlables, incontrolables o no tratamiento recibido durante la fase anterior sobre el rendimiento de los sujetos. Si el sujeto emitía la respuesta adecuada durante los 5 segundos de parpadeo de pantalla (evitación), o bien durante los 6.5 segundos de ruido, aparecía el mensaje "Has detenido el ruido". Si transcurrían los 5 segundos de parpadeo y finalizaba el ruido sin pulsar 3 veces el ratón, el ensayo terminaba con el mensaje "No has detenido el ruido; ha cesado automáticamente".

La variable dependiente evaluada en esta fase era el número y latencia de las respuestas emitidas.

Una vez finalizada la recogida de datos, se observó en qué variables dependientes se apreciaban los efectos del estresor incontrolable, En aquellos en las que se apreciaron déficits se diferenciaron 3 grupos en función de los sujetos tuvieran expectativas generales de indefensión bajas (N=33; hasta C25), medios (N=74; C25-75) y elevada (N=25; superior a C75), pasándose a estudiar la influencia de estas expectativas sobre los efectos que había producido la experiencia con el estresor.

RESULTADOS

En primer lugar se evaluó el efecto que había producido la experiencia con los problemas irresolubles-incontrolables. Los ANOVAS indicaron la presencia de diferencias estadísticamente significativas en las variables tiempo de latencia (F(2,15 1)= 16.43, p<.0. 1) y número de respuestas (F(2,151)=24.67, p<.01) (ver Tabla l), Análisis a posteriori indicaban que los sujetos del grupo de estrés incontrolable mostraban mayores tiempos de latencia (F Scheffé = 7,16, p<.05) y emitían menos respuestas (F Scheffé = 11, p<.05) que los sujetos del grupo de escape; además los sujetos del grupo de estrés incontrolable también mostraban mayores tiempos de latencia (F Scheffé = 10.5, p<.05) y emitían menos respuestas (F Scheffé = 15.53, p<.0.5) que los sujetos del grupo de control.

En lo que se refiere a déficits emocionales, se apreciaron diferencias estadísticamente significativas en sentimientos de regocijo (F(1,141)=17.93, p<.01), confianza (F(1,141)= 15.96, p<.0 l), satisfacción (F(1, 141)=42.26, p<.01), felicidad (F(1,141)=4,88, p<.0 1) e indefensión (F(11,141)=11.94, p<.01. De este modo, los sujetos sometidos a estresores incontrolables disminuían sus puntuaciones en sentimientos de regocijo, confianza, satisfacción y felicidad e incrementaban sus sentimientos de indefensión en relación al grupo escape (Tabla 1).

A nivel motivacional se apreció que el estresor incontrolable hacía que los sujetos disminuyesen su interés por la tarea (F(1,141)=23.12, p<.0 l), sus ganas de resolver los problemas (F(1,141)=7,88, p<.01) y que encontrasen la tarea experimental menos interesante (F(`1,141)=9.92,p<.01). También percibían haber tenido menos control (F(`1,141)=16.01, p<.01). (Tabla l).

En lo referente a atribuciones, los sujetos sometidos a estresor incontrolable atribuían su rendimiento a causas más externas (F(1,141)=21,5, p<.01) y específicas (F(1,141)=18.6, p<.01) que los sujetos que recibieron un estresor controlable. Finalmente también existían diferencias estadísticamente significativas en expectativas especificas de incontrolabilidad (F(1,151)=3.93, p<.05) y éxito (F(1,151)=8.23, p<.01). Análisis a posteriori mostraban que el estresor incontrolable hacía que los sujetos mostrasen mayores expectativas específicas de incontrolabilidad (F Scheffé = 3.7, p<.05) y menores expectativas específicas de éxito futuro (F Scheffé = 6,93, p<.05) (Tabla l).

Después de comprobar el efecto del estresor incontrolable sobre las variables dependientes, se pasó a estudiar la influencia de las expectativas generales de indefensión: se realizaron ANOVAS en los que se comparaban las puntuaciones de los grupos con altas, medias y bajos expectativas generalizados de indefensión. En lo que se refiere a estado emocional, se apreciaron diferencias estadísticamente significativas en sentimientos de frustración (F(2,129)=3.69, p=.0275), depresión (F(2,129)=5.4, p=.0056) y vergüenza (F(2,129)=5.14, p=.0071) (Tabla 2).

 Análisis a posteriori (p<.05) señalaban que los sujetos con altas expectativas generales de indefensión tenían mayores sentimientos de frustración que los sujetos con expectativas bajas (F Scheffé=3.37). Los sujetos con elevadas puntuaciones en expectativas de indefensión tenían mayores sentimientos de depresión después de la exposición a una situación de estrés incontrolable que los sujetos con puntuaciones medias (F Scheffé=4.56) y bajas (F Scheffé=4.26). Se apreció la misma tendencia en sentimientos de vergüenza en relación a sujetos con expectativas medias (F Scheffé=4.86) y bajas (F Scheffé=3.38).

También se hallaron diferencias significativas en expectativas específicas de control (F(2,129)=3.96, p=.0215), percepción de control (F(2,129)=4.86, p=.0092) y atribuciones globales (F(2,129)=3.24, p=.0423) (Tabla 2). Análisis a posteriori de la variable expectativas específicas de control indicaban que los sujetos con bajas expectativas generales de indefensión altas, medias y bajas expectativas generales de indefensión creían que en una tarea futura similar los resultados dependerían más de su propio comportamiento en relación a sujetos con expectativas generales de indefensión medios (F Scheffé=3.14). En cuanto a percepción de control, el grupo de bajos expectativas de indefensión percibía tener menos control durante el afrontamiento de la situación incontrolable que los sujetos con expectativas de indefensión medias (F Scheffé=4.53). Los sujetos con altas expectativas generales de indefensión atribuían su rendimiento durante la tarea de afrontamiento a causas más globales en relación a sujetos con expectativas de indefensión medias, que lo hacían a causas más específicas (F Scheffé=1,19).

Finalmente, en lo que se refiere al rendimiento evaluado en función del número de veces que los sujetos pulsaban el ratón para escapar del ruido aversivo también se apreciaban diferencias estadísticamente significativas (F(2,129)= 2.91, p=.0582), de modo que los sujetos con altas expectativas de indefensión emitían menos respuestas que el grupo con expectativas medias (F Scheffé=2.37) (ver Tabla 2).

CONCLUSIONES

En primer lugar nos referiremos a los resultados que ha generado la exposición al estresor incontrolable. Al igual que en otros trabajos (Thornton y Jacobs, 1971; Hiroto, 1974; Hiroto y Seligman, 1975; Klein y Seligman, 1976; Krontz, Glass y Snyder, 1974) los sujetos expuestos a una tarea de escape incontrolable-problemas irresolubles mostraban déficits de rendimiento en una situación controlable posterior. A nivel motivacional -informe subjetivo- estos sujetos encontraban la tarea menos interesante, su interés disminuía progresivamente a medida que intentaban resolver los problemas, y lo intentaban con menos ganas. Se trata del déficit motivacional característico de las situaciones de estrés, que desempeña un papel en la comprensión del resto de los déficits apreciados (ver Yela, 1995).

A nivel emocional, la incontrolabilidad producía una disminución en sentimientos de regocijo, confianza, satisfacción y felicidad, así como un incremento en sentimientos de indefensión. Al igual que Oakes y Curtis (1982) no se apreciaron diferencias en emociones de orgullo, frustración, depresión, vergüenza e ira, aunque otros investigadores han hallado que los sujetos informaban de sentimientos de ira y frustración a continuación de la exposición a estímulos aversivos incontrolables (Cole y Coyne, 1977; Coyne, Metalsky y Lavelle, 1980).

En nuestros resultados también se aprecia una disminución en percepción de control (Hiroto, 1974; Hiroto y Seligman, 1975; Klein y Seligman, 1976), expectativas de éxito (Miller y Norman, 1981; Pasahow, 1980) y un incremento en expectativas de incontrolabilidad (conclusión que se había inferido en las investigaciones de Miller y Seligman, 1973, 1976; Klein y Seligman, 1976).

Finalmente, en lo relativo a variables atribucionales, se halló que los sujetos sometidos a incontrolabilidad hacían atribuciones más externas y específicas que los sujetos del grupo de estresor controlable. Esta pauta empleada a la hora de atribuir resultados negativos es conocida como "self-serving attributional bias" y consiste en la tendencia de los sujetos a hacer atribuciones más internas y globales cuando experimentan éxitos o resultados positivos, y atribuciones más externas y específicas cuando experimentan fracasos o resultados negativos (Greenwald, 1980; Miller y Ross, 1975; Snyder, Stephan y Rosenfield, 1978; Weary y Arkin, 1981).

Tomados en conjunto, apreciamos que estos resultados son similares a los hallados en la mayor parte de las investigaciones en el área. Además cumplen los tres criterios básicos que Peterson et al, (1993) señalan para que un determinado fenómeno pueda ser interpretado en términos del modelo de indefensión aprendida: a) que se aprecie una pasividad inapropiada: disminución de comportamientos o acciones para resolver una situación en la que es posible el afrontamiento eficaz, b) que la problemática aparezca como consecuencia de acontecimientos incontrolables: los malos acontecimientos y los traumas generan reacciones de pasividad, pero éstas no son de tipo aprendido" y c) mediación de los déficits por una serie de cogniciones adquiridas durante la exposición a situaciones incontrolables, que son generalizadas inapropiadamente a nuevas situaciones.

En la segunda parte del trabajo se ha apreciado que las expectativas generales de indefensión que tiene el individuo influyen claramente en el afrontamiento de estas situaciones estresantes caracterizadas por la presencia de incontrolabilidad. Efectivamente, Seligman (1975) señalaba que la incontrolabilidad objetiva producirá indefensión siempre y cuando no exista una experiencia previa fuerte en controlabilidad; ese tipo de experiencias supondría haber creado fuertes expectativas de controlabilidad que interferirían con la aparición posterior de déficits, En este sentido, los sujetos de nuestro estudio que tenían más expectativas generales de indefensión mostraban un rendimiento más deteriorado (emitían menos respuestas) que los sujetos con menos expectativas de indefensión; es decir, dejaban de actuar para solucionar una situación que de hecho sí podría ser resuelta, y además adquirían también una expectativa específica de incontrolabilidad futura en situaciones similares. Estos resultados confirman los hallados por Hiroto (1974) en el ámbito de la indefensión aprendida, y los referidos como desesperanza, apatía, etc. en el ámbito del estrés (Labrador, 1992),

Muy relacionado con este punto aparece el hecho de que también se aprecien diferencias en el modo de interpretar las causas del comportamiento en la situación incontrolable. Son las personas con altas expectativas de indefensión las que atribuyen su mal rendimiento durante el intento de afrontamiento a causas más globales (presentes en muchas más actividades o tareas) en contraposición a los sujetos con menores expectativas de indefensión. Estos últimos creen que su fracaso en el afrontamiento se circunscribe más a esa situación concreta. Según el modelo de Abramson, Seligman y Teasdale (1978) este tipo de atribución favorecería la generalización de las expectativas de indefensión a otro tipo de tareas, con lo cual la pauta de estas personas se caracterizará por sus escasos intentos de afrontamiento ante todo tipo de situaciones estresantes. Como acabamos de señalar anteriormente, se aprecian este tipo de diferencias a nivel de expectativas específicas de incontrolabilidad.

Igualmente, el estado emocional de un individuo ante una situación estresante caracterizada por su irresolubilidad (y que por tanto implica fracaso en el afrontamiento) está muy influido por las expectativas generales en relación al hecho de que los resultados que se obtengan dependan o no de su propia Conducta, De hecho, las personas con mayores expectativas de indefensión experimentan estados emocionales más negativos caracterizados por sentimientos de depresión y vergüenza en relación a las personas que a nivel general esperan tener más control sobre la situación. En lo referente a la frustración, a primera vista los resultados son contrarios a lo que cabría esperar, dado que son los sujetos con altas expectativas generales de indefensión los que tienen más sentimientos de frustración en relación a los sujetos con bajas expectativas de indefensión. Este mismo tipo de reacción emocional también ha sido señalado por Godoy (1988) en sujetos con expectativas de locus de control externo ante situaciones de fracaso.

La interpretación de estos datos requiere considerar además los resultados obtenidos en la variable percepción de control, en la que son los sujetos con menos expectativas generalizadas de indefensión los que perciben tener menos control en relación a los sujetos con expectativas generales de indefensión medias. En este sentido cuando los sujetos esperan que en general los resultados que obtendrán en el futuro no dependerán de su comportamiento, sino de otras causas, y en la tarea concreta del experimento perciben tener bastante control, aparecen sentimientos de frustración (dado que a pesar de tener control no consiguen el rendimiento adecuado); además en un futuro sus expectativas especificas de indefensión son elevadas, Sin embargo, cuando los sujetos esperan a nivel general que los resultados dependerán más bien de sus propias conductas y perciben tener poco control en la situación, aparecen menos sentimientos de frustración, dado que en esta ocasión la no consecución de un rendimiento adecuado está en función del bajo control sobre la situación.

Estos resultados ponen de manifiesto el papel que pueden desempeñar las expectativas generales de indefensión en aquéllas situaciones en las que el sujeto ha tenido una historia de incontrolabilidad, muestra pasividad conductual y dificultades a nivel cognitivo, A pesar de que se ha intentado acomodar a este modelo multitud de fenómenos clínicos, cabria señalar que solo algunos de ellos han sido considerados como buenos ejemplos del modelo de indefensión (Peterson et al., 1993). Entre las problemáticas que incluyen la mayor parte de los requisitos señalados se encuentran: comportamiento de ancianos institucionalizados, dificultades en rendimiento atlético, dolor crónico, retraso mental, determinados trabajos (vendedores) y desempleo. Existen otras situaciones en las que están presentes todos los elementos señalados: depresión, rendimiento académico, problemática de minorías étnicas, burnout, hacinamiento, epilepsia y contaminación acústica.

De este modo en este amplio abanico de situaciones, conocer las expectativas generales de indefensión de las personas podría permitir anticipar las dificultades señaladas a nivel de rendimiento, pautas atribucionales, expectativas específicas y estados emocionales.

REFERENCIAS