INVESTIGACION
RESUMEN ANALISIS DE DATOS
- 1. Culpa y Ex toxicomanías:
- 2. Culpa y SIDA:
- 3. Culpa y metadona:
- 4. Culpa y otras variables:
- 5. Culpa, sexo y toxicomanías:
- 6. Otros resultados:
DISCUSION: AGRADECIMIENTOS
El objetivo de ésta investigación es medir el sentimiento de culpa en ex toxicómanos y seropositivos. Para ello hemos utilizado el cuestionario SC-35 de Zabalegui (1993) con el léxico revisado (SC-35r). Aplicándolo a una población de 136 toxicómanos (90 hombres y 46 mujeres) en proceso de deshabituación en la Comunidad de Madrid, encontramos:
- La medio en sentimiento de culpa de nuestro muestra es significativamente más alta que la de la población universitaria.
- No obtuvimos diferencias significativas entre seropositivos (54) y VIH negativos (31),
- Sentimiento de culpa significativamente más alto en mujeres.
- Una de las poblaciones (Proyecto Hombre) obtuvo puntuaciones significativamente más altos que las otras (CAD, Basida y Cáritas).
The target of this research is to measure the guilt feeling in ex drug addicted and HIV positive individuals, We used the SC-35 questionnaire from Zabalegui (1993) with a lexical review (SC-35r), We applied it to a population of 736 drug addicted individuals (90 men and 46 women) in process of drug deshabituation in Madrid area, and found:
- The average guilt feeling of our population is significantly higher than college population.
- No significative differences between seropositives (54) and VIH negative (31).
- Guilt feeling significantly higher in women. - One of the populations (Proyecto Hombre) obtained a degree significantly higher than the others (CAD, Basida, Caritas).
Culpa. Toxicomanía. SIDA. VIH, Rehabilitación.
Guilt. Drug addiction, AIDS. HIV Rehabilitation.
Este trabajo nace de nuestra inquietud por un mayor conocimiento de la psicología del toxicómano y del seropositivo,
Tras indagar en las publicaciones recientes sobre el tema, encontramos las conclusiones de Kalichman y Sikkema (1994) en su revisión sobre los efectos psicológicos de la enfermedad del SIDA. Estos autores señalan como principales secuelas la depresión, la ansiedad, el aumento del riesgo de suicidio y la somatización. Además, resalta que "la agresividad y la culpa, dos importantes reacciones emocionales, han sido extremadamente poco estudiadas", Así, elegimos el estudio de la culpa por ser una variable que condiciona al individuo en procesos cognitivos, afectivos y de comportamiento.
Hemos escogido a drogodependientes en proceso de deshabituación por ser más accesibles que si estuvieran en la calle y para descartar la variable extraña que supondría el estar bajo los efectos de la droga al responder el cuestionario. Además, el hecho de que tanto los sujetos de P. H. (Proyecto Hombre) como los del CAD (Centro de Ayuda al Drogodependiente) estén en la primera fase de tratamiento de rehabilitación, da mayor homogeneidad a la muestra. Nos parecía importante incluir la variable SIDA para medir su posible influencia en éste sentimiento.
Las teorías que más han trabajado el sentimiento de culpa son las de orientación psicodinámica (Blatt, S.J., McDonald, C., Sugarman, A. y Wilber, C:, 1984), Estas se centran en la predisposición personal a sentir culpa, la cual es inconsciente y puede depender de la constitución de la persona, de sus experiencias anteriores o de otros factores socioculturales. No hablan de que sea una tendencia innata ni adquirida, sino de que lo más probable es que se deba a una combinación de variables orgánicas y ambientales.
Nosotros enmarcamos la investigación en un planteamiento cognitivo, y esperamos que posteriormente se estudie más en profundidad cómo influye este sentimiento de culpa en los procesos mentales del ex toxicómano y del seropositivo.
En estas últimas teorías se ha focalizado nuestro interés: ver si el enfermo experimenta actualmente el autocastigo y la desvalorización propios del sentimiento de culpa. Prescindiendo de cómo sea esta vivencia, nos centramos por un lado en la tendencia a experimentar culpa, y por otro en el reajuste cognitivo que ha llevado al sujeto a iniciar un tratamiento de deshabituación.
No hemos pretendido, con esta investigación, analizar causas y efectos, ni profundizar en cómo la culpa afecta al resto de la psique del individuo (por ejemplo, a su moralidad), sino simplemente dar pie a que otros miembros de la comunidad científica exploren este desconocido ámbito de la Psicología referida a las toxicomanías y a la enfermedad de SIDA. Asimismo, esperamos que estos hallazgos impulsen a las terapias hacia nuevas formas de tratamiento más humanas y comprensivas, tan necesarias dentro de una sociedad que desprecia al drogodependiente y ve en el enfermo de SIDA al leproso de finales del siglo XX.
Para el presente estudio se contó con una muestra de 136 sujetos de la Comunidad de Madrid, ex toxicómanos voluntarios de ambos sexos (90 varones y 46 mujeres), con edades comprendidas entre los 20 y los 58 años (siendo el intervalo medio de edad de entre 26 y 30 años).
De los sujetos participantes en el estudio:
* 31 casos (22% de la muestra total) no son seropositivos.
* 54 casos (40% de la muestra total) son seropositivos.
* 51 casos (38% de la muestra total) desconocemos si son o no seropositivos.
Entendemos como seropositivo el sujeto que afirma ser portador del VIH. Todos ellos pertenecen a alguno de los siguientes centros de tratamiento.
1) PR: Proyecto Hombre:
Todos los sujetos de esta población están en la fase de acogido del Proyecto Hombre, la cual se desarrolla en régimen ambulatorio, con una duración aproximado de 8-9 meses. A ella acuden diariamente los drogodependientes y sus familiares, con el objetivo principal de que el sujeto encuentre la motivación necesaria para llevar adelante un cambio profundo a nivel personal, tomando conciencia del problema. Su enfoque terapéutico es más restrictivo, ya que intenta crear un conjunto de normas y valores ("superyo" en la terminología analítica) del cual carece habitualmente el toxicómano, consiguiendo nuevas pautas de Conducta y pensamiento.
n=75 Intervalo medio de edad: 26-30
Varones=40
Mujeres=35
De todos ellos:
* 31 no son seropositivos
* 14 son seropositivos
* 30 desconocemos si son o no seropositivos
2) CAD: Centro de Ayuda al Drogodependiente:
Los sujetos de este centro están también en fase de acogido, la cual dura entre 6 y 8 meses. Trabajan en grupos de apoyo y normalmente son trasladados tras la fase de acogida a otros programas, con frecuencia a P.H. El enfoque terapéutico del CAD, es menos restrictivo en cuanto al uso de "drogas blandas" (cannabis) y alcohol, ya que ambas sustancias no son suprimidas totalmente cuando el sujeto inicia el tratamiento, sino que van siendo disminuidos paulatinamente.
Desconocemos de todos ellos si son seropositivos o no:
n=21 Intervalo medio de edad: 26-30
Varones=20
Mujeres=1
3) BASIDA: Comunidad de Base para enfermos de SIDA:
Basida en una ONG (Organización No Gubernamental) que se dedica a acoger seropositivos y enfermos de SIDA.
Sus objetivos principales son la readaptación social del individuo (en las primeras fases de la enfermedad), su revalorización como persona (centrada fundamentalmente en la autoestima, la capacidad de trabajo, las relaciones interpersonales, etc.) y el acompañamiento al enfermo, incrementando su calidad de vida (en fases avanzadas de la enfermedad). Así, su enfoque terapéutico se centro en integrar la enfermedad en la vida de la persona.
Todos los sujetos de esta población son seropositivos.
n=21 Intervalo medio de edad: 31-35
Varones= 16
Mujeres=5
4) CENTRO DE DIA DE CARITAS:
Todos los sujetos pertenecientes a esto población son enfermos de SIDA, en fases avanzadas (T4< 500), La mayoría están llevando a cabo un programa de tratamiento con metadona, a fin de evitar que se sigan consumiendo sustancias tóxicas.
n=19 Intervalo medio de edad: 31-35
Varones= 14
Mujeres=5
Para la selección de los sujetos integrantes de la muestra (n= 136), nos dirigimos a los centros de P.H. (Proyecto Hombre), C.A.D. (Centro de Ayuda al Drogodependiente), BASIDA (Comunidad de Base para Enfermos de SIDA) y Centro de Día de Cáritas, todos ellos de la provincia de Madrid.
Los responsables de los mismos nos facilitaron que un grupo de personas voluntarias respondieron al cuestionario presentado (SC-35r), así como a la encuesta previa sobre los datos históricos y sociodemográficos del individuo, que consideramos más relevantes por la posible influencia que pueden ejercer sobre la variable "sentimiento de culpa":
- Sexo, edad, nivel de estudios, estancia o no en la cárcel, tiempo de consumo de drogas, número de programas de rehabilitación por los que ha pasado, estado civil e hijos (número, si están a su cargo o no, ... ).
C) Formulación de hipótesis
1. Culpa y toxicomanías:
1.a) Frente a la hipótesis nula de que no hay diferencias entre las distintas poblaciones, nuestra hipótesis alternativa es que la media en sentimiento de culpa del grupo de ex toxicómanos (e) será significativamente más alta que la media de la población normal (p) (muestra universitaria de Zabalegui, L. (1993).
H0: m e = m p
H1: m e > m p
1.b) También hipotetizamos que, dado se que trabajo con ella como método terapéutico, la media en culpa de P.H. será significativamente mayor que en el resto de poblaciones ex toxicómanas (t).
H0: m ph = m t
H1: m ph > m t
2. Culpa y Sida:
Pensamos que sería posible que los ex-toxicómanos seropositivos (sp) mostrasen una mayor vivencia de culpa con respecto a los seronegativos (sn),
H0: m sp = m sn
H1: m sp > m sn
3. Culpa y metadona:
Cabe la posibilidad de que el tratamiento con metadona (m) estuviese atenuando el sentimiento de culpa, por lo que resultaría menor que en el resto de sujetos (n). Esa es nuestra hipótesis alternativa.
H0: m n = m m
H1: m n > m m
4. Culpa y otras variables:
Mediremos la influencia que pueden tener sobre esta variable la influencia de otras como "cárcel", "número de programas de rehabilitación", "tiempo de consumo" y "estado civil".
5. Culpa, sexo y toxicomanías:
Aunque en la población de Zabalegui no había diferencias significativas entre hombres (h) y mujeres (m), pensamos que seria normal que las hubiera:
H0: m n = m m
H1: m n ¹ m m
Partimos de la escala SC-35 de Zabalegui, L. (1993). Para su autor:
"Se pretende medir la culpabilidad como tendencia o disposición general a experimentar sentimientos de culpa. Tal disposición es considerada como una de las diferencias individuales observables en una población normal. (Mosher, 1996; Sears, Rau y Alpert, 1966; Stephenson, 1966).
Y como técnica se emplearán las manifestaciones verbales de los sujetos encuestados mediante una escala construida expresamente para ello (pág. 491) (Cattell, R.B., 1980).
"Izard (1972) estudia también los comportamientos característicos de cada emoción y cita los siguientes como típicos de la vergüenza y de la culpa: lamentar, expiar, mejorar, reparar, modificar, permanecer solo y apartado de los demás" (pág. 491).
Así, lo que medimos es la vivencia de culpa experimentada y su posible influencia en las decisiones de¡ sujeto a la hora de optar por un tratamiento rehabilitador.
Elegimos la escala SC-35 (Zabalegui, L., 1993) por ser la única en español que mide la culpa como única variable. Posee alto grado de consistencia interna, con un índice de fiabilidad (Alpha de Crombach) rij = 0'881.
A pesar de esto, al considerar las limitaciones de los sujetos de nuestra muestra, vimos dificultades en la capacidad de comprensión del lenguaje. Algunos conceptos recogidos en los ítems del SC-35 nos parecían demasiado abstractos, dado que el nivel cultura¡ general de nuestros sujetos es bajo (el nivel de estudios medio es de EGB y además un 13,5% de la población carece de cualquier tipo de estudios).
Por ello, tras corregir el léxico de los ítems más complejos, aplicamos esta nueva versión (SC-35) y descartamos 3 ítems (el 1, el 10 y el 31) no discriminativos en nuestra muestra. A este nuevo cuestionario lo llamamos SC-32 con un gran índice de fiabilidad (Alpha de Crombach) n=0,8770, que es muy cercano al obtenido por Zabalegui (1993).
A continuación, expondremos los resultados del estudio a los que hemos llegado a través del análisis estadístico de los datos con el programa SPSS.
7. a) Muestra de universitarios, Zabalegui (1993):
N=300 Media=82 Sx=20
Muestra total de ex toxicómanos:
N=136 Media=113,85 Sx=21,1
Realizando una prueba de diferencia de medias "t" de Student para muestras independientes, aceptamos nuestra Hipótesis alternativa de que la media de ex toxicómanos sería superior a la media de la población normal (universitarios).
Subpoblaciones pertenecientes a la muestra total de ex toxicómanos:
P.H |
N=75 |
Media = 120,13 |
C.A.D. |
N=21 |
Media = 109,76 |
BASIDA |
N=21 |
Media = 102,33 |
CARITAS |
N=19 |
Media = 106,32 |
Con el análisis de varianza de un factor, encontramos que la media de la muestra de P.H, es significativamente más alta que el resto de las medias, tanto en la población normal (muestra de 300 universitarios de Zabalegui, L.), como en el resto de las muestras de ex toxicómanos (todo ello para una p<0,05), por le que aceptamos la Hipótesis alternativo.
Muestra de ex toxicómanos sin SIDA:
N=31 Media=105,87 Sx=21,12
Muestra de ex toxicómanos con SIDA:
N=54 Media=99,15 Sx=22,39
Usando la diferencia de medias "t" de Student, rechazamos nuestra hipótesis alternativa de que la media de ex toxicómanos con SIDA seria mayor que la media de ex toxicómanos sin SIDA (con una t=1,38 y una p<0,05).
Muestra de ex, toxicómanos en tratamiento con metadona
N=19 Mdia=97,16 Sx=20,20
Muestra de ex toxicómanos no tratados con metadona
N=117 Media=105,49 Sx=22,71
No hay suficiente evidencia empírica para aceptar o rechazar nuestra Hipótesis alternativo de que la media en sentimiento de culpa de los ex toxicómanos en tratamiento con metadona sería inferior a la media de los ex toxicómanos sin tratamiento con metadona (utilizando una prueba de diferencia de medios "t" de Student para muestras independientes).
Para la muestra total de ex toxicómanos (N= 136), rechazamos nuestra hipótesis sobre la influencia de los variables "cárcel", "número de programas de rehabilitación", "tiempo de consumo" y "estado civil en el sentimiento de culpa, ya que ninguna de las correlaciones de cada uno de esos factores con la culpa es significativa (realizando un análisis de varianza de un factor y contrastes posteriores con la prueba de Scheffé, para una p<0,05).
Muestra total de ex toxicómanos: N=136
mujeres: |
n=46 |
Media=110,74 |
Sx=19,02 |
varones: |
n=90 |
Media=101,03 |
Sx=20,83 |
Muestra Zabalegui, L. (1993):
mujeres: |
Media=84.70 |
Sx=18.30 |
varones: |
Media=87.81 |
Sx=19.96 |
No aparecen diferencias significativas en esta población, con una t=1,20,
Al contrario que los datos obtenidos por Zabalegui (1993) con población universitaria, en nuestra muestra de ex toxicómanos sí se don diferencias significativos en función del sexo, con una rxx=0,223, para una p<0,05.
En cuanto a las correlaciones, son relevantes aquellos que ponen en relación el tiempo de consumo con:
-Cárcel (los sujetos que dicen haber estado en la cárcel, llevan más tiempo consumiendo drogas: rxx=-0,26.
- Edad (rxx =0,22).
- Número de programas de rehabilitación rxx =0,32).
- Sexo (los hombres dicen llevar más tiempo consumiendo: rxx =-0,22).
Son también significativos las correlaciones entre edad e hijos (rxx =0,33), edad y estudios (rxx =0,27) y sexo y cárcel (en porcentaje hay más mujeres que hayan estado en la cárcel que hombres: rxx =0,19). Todos ellos para una p<0,05.
Antes de pasar al análisis de los resultados obtenidos, haremos algunas aclaraciones respecto a cómo deben ser considerados.
Teniendo en cuenta que existen, hasta ahora, pocos estudios sobre la culpabilidad en toxicómanos y seropositivos, esta investigación debe ser tomado como una primera aproximación al problema, por lo que ha de ser solamente una base o referencia para posteriores análisis más amplios y profundos de este tema.
Hay que contar también con la limitación que supone no haber pasado el cuestionario a sujetos en fases muy avanzadas de la enfermedad por VIH; la razón de ello son las posibles deficiencias en atención y concentración que puede originar el VIH en estas fases. Además, al estar el enfermo experimentando un deterioro progresivo, la vivencia de la culpa como emoción (puesta de manifiesto en el cuestionario) podría aumentar la ansiedad presente en los sujetos con VIH avanzado.
Como era de prever, en la muestra total de 136 ex-toxicómanos hemos obtenido puntuaciones significativamente más altas que los de la población universitaria (N=300 en el estudio de Zabalegui, 1993). Es sorprendente que, estando todos nuestros sujetos en las primeras fases del tratamiento (programas de rehabilitación), hayan desarrollado ya una vivencia de culpa tan alta como reflejan los resultados.
Esto hace que nos cuestionemos si, como apunta en su estudio sobre culpa y drogodependencias Núñez Partido (1995) "la culpa es mayor al comienzo de los tratamientos cuando está reciente la decisión de dejar las drogas" mientras que "al avanzar las fases de los mismos, decae el número de los que se mantienen en ellos y el sentimiento de culpa experimentado", O si en el drogodependiente ha estado siempre presente una mayor vivencia de culpa que en el resto de la población.
Además, las puntuaciones pertenecientes a los toxicómanos de P.H. son significativamente más altas que las de los sujetos del CAD, BASIDA y CARITAS. Esto nos ha hecho plantearnos la posibilidad de que los distintos enfoques terapéuticos estén influyendo en el sentimiento de culpa del sujeto. Hay que diferenciar ante todo que dos de estos centros tienen como finalidad deshabituar a los toxicómanos (P.H. y CAD), mientras que los otros dos buscan mejorar la calidad de vida del drogodependiente enfermo de SIDA (BASIDA y CARITAS). Por ello creemos que es intencionado mantener el sentimiento de culpa alto (para evitar recaídas) en los primeros, mientras que en los últimos se buscaría atenuarlo para disminuir la ansiedad del enfermo. Aún así las puntuaciones de P.H. se disparan, lo cual deja muchos interrogantes abiertos.
Consideramos de interés incidir en las connotaciones sociales que circundan a la persona afectado por el VIH. La sociedad actual es una constante emisora de mensajes desvalorizadores dirigidos a los ya tachados de "nuevos infectados", a los que permanentemente se trata de aislar cerrando los ojos ante esta realidad,
El desconocimiento de la enfermedad y el miedo a una posible infección, más la asociación que se suele hacer entre ésta y los comportamientos "socialmente rechazados" (homosexualidad, prostitución, drogodependencias, promiscuidad sexual, etc.), provoca una marginación social culpabilizadora. Este aspecto se une al hecho de que los sujetos de nuestra muestra provienen del mundo de la droga, comportamiento que con frecuencia se relaciona directamente con delincuencia.
Todo ello ha fomentado el que el ex toxicómano seropositivo encuentre en el grueso de la sociedad un juez cuya sentencia es culpable.
Era por ello de esperar que los toxicómanos seropositivos tuviesen un sentimiento de culpa significativamente más alto que los no infectados. Sin embargo, este resultado no se ha dado por dos razones. Por un lado, no disponemos de muestra no infectada por VIH que no pertenezca a P.H., lo cual ha desestabilizado las puntuaciones. Por otro, es posible que muchos toxicómanos seropositivos vivan su enfermedad como una forma de expiación de la culpa que conlleva haber vivido circunstancias penalizadas socialmente.
En cuanto a la subpoblación de CARITAS, hay que considerar como una variable importante el tratamiento con metadona, ya que es una sustancia con efectos muy parecidos a la heroína, aunque sea utilizada con fines terapéuticos. Sin embargo, según nuestros resultados, no parece aumentar ni disminuir significativamente el sentimiento de culpa.
Por otra parte, factores como "estancia en la cárcel", "número de programas de rehabilitación", "tiempo de consumo" y "estado civil", no han incidido significativamente en el sentimiento de culpa de la muestra total de ex toxicómanos, Esto podría deberse a que en la subcultura en la que habitualmente se han desenvuelto estas personas, son altas las posibilidades de haber estado en la cárcel, haber pasado por varios programas de rehabilitación por un tiempo de consumo elevado, y tener un estado civil que denota cierta independencia del individuo (el 60% de la muestra son solteros).
En lo referente a la relación entre culpa y sexo, los resultados evidencian que las mujeres obtienen una media significativamente más alta que los hombres en la muestra total de ex toxicómanos. Esto se diferencia de los hallazgos de Zabalegui (1993) con su muestra de universitarios, donde no encontró diferencias significativas (aunque los varones alcanzaron puntuaciones ligeramente más altas que las mujeres).
En nuestra opinión, el que las mujeres ex toxicómanas tengan mayor sentimiento de culpa que los varones, puede deberse a varios factores:
- Por una parte, debe considerarse que muchas mujeres de este grupo han pasado por el mundo de la prostitución, lo cual puede haber influido mermando su autoestima e incrementando la vivencia de culpa.
- Además, el hecho de que un porcentaje alto de estas mujeres tengan hijos abandonados por ellas, o que no estén bajo su tutela, podría estar aumentando notablemente el sentimiento de culpa.
Con referencia a esto, sería interesante, con miras a posteriores investigaciones, estudiar si el sentimiento de culpa aumenta en las mujeres que han transmitido el VIH a sus hijos.
Por último, nos gustaría dejar claro que los datos obtenidos en el presente estudio no son extrapolables ni al total de la población toxicómana, ni al conjunto de los enfermos de SIDA. Así mismo, no pretendemos juzgar el enfoque terapéutico de cada centro, ya que (como hemos señalado anteriormente) se diferencian en sus fines y orientaciones, enfocados unos a la rehabilitación del toxicómano y otros -aún trabajando también con personas drogodependientes- a la mejora de la calidad de vida del enfermo de SIDA.
Queremos agradecer la colaboración prestada para la realización de este estudio a la profesora B. Urosa por su ayuda en los análisis estadísticos,
Asimismo, gracias también al profesor Dr. Luis Zabalegui, por su disponibilidad a la hora de facilitarnos todos los datos referentes a su escala de culpabilidad (SC-35), sobre la cual hemos trabajado y al profesor Dr. Ramón Bayés.
No habríamos podido realizar nuestra investigación sin la colaboración de todos las personas que han respondido al cuestionario, desde los diferentes Centros: Basida, los distintos casas de acogido de Proyecto Hombre, el Centro de Ayuda al Drogodependiente y el Centro de Día de Cáritas.