ARTICULOS
Resumen
- El acontecimiento
- La investigación
- Marco teórico
- El proceso de apreciación
- El Modelo Secuencial de Apreciación (SAM)
METODO RESULTADOS
- Areas de interés basadas en el análisis del contenido
- Autoinforme del comportamiento .
- Autoinforme del stress
DISCUSION Bibliografía
Un distrito de una pequeña ciudad sueca fue cubierto por una nube de gasóleo -debido a un accidente industrial-. Aunque los daños no fueron serios, la amenaza conllevó una evacuación parcial de la población así como la paralización de los medios de transporte, colegios, negocios... Por medio de un instrumento especial -la rueda- y entrevistas intensivas, se estudió la percepción que tenían de esta amenaza las personas expuestas al gas y un grupo control. Este artículo describe y analiza la relación entre la percepción de la amenaza y el estilo de afrontamiento constatado en las personas. El análisis de los resultados revela que la calidad de la percepción evaluada respecto a tres dimensiones, estructura, implicación y sentimiento de control, es un predictor del tipo y efectividad del afrontamiento del "stress" percibido.
Part of a small town in Sweden was covered by an Oleum gas cloud as a result of an industrial accident. Although no serious damage was caused the at the time, unclear threat, resulted in partial evacuation as well as the shut down of transport, schools, business etc. The perception of this threat by those exposed to the gas as well as by a control group was mapped by means of a special instrument -the Wheel- as well as by intensive interviews. This report describes and analyzes the relationship between the perception of the threat and the reported coping style with lt. Results show that the quality of perception assessed along three dimensions: Structure, involvement, and sense of control, can predict the type and effectiveness of coping with the perceived stress.
El suceso ocurrió en Karlskoga, una pequeña ciudad sueca de 75.000 habitantes; eran las 10 de una cerrada noche y el frío era intenso (-17ºC). La mayor parte de la vida y negocios de la ciudad se haya localizada en la planta de munición Bofors, en la periferia de la ciudad. Anteriormente han ocurrido accidentes, explosiones que costaron la vida a un empleado, pero todas se han controlado dentro del parámetro de la planta. La noche del 10 de enero de 1984 hubo una fuga, el sistema de alarma no funcionó y una nube de gotas de ácido sulfúrico -óleo- se extendió en el aire; ésta se extendió por algunas zonas de la ciudad, permaneciendo estancada sobre un distrito residencial durante dieciocho horas. Algunos de los residentes de área cubierta advirtieron el extraño olor e irritación que producía el gas, otros escucharon la radio local o vieron la emisión especial de TV que informaba, de forma muy confusa, sobra la expansión del "gas venenoso".
La información era conflictiva, algunos informes daban la impresión de que se trataba de un gas peligroso y nocivo, mientras que otros se referían a él como exento de efecto perjudicial. Se abrieron los centros de evacuación próximos al distrito afectado, pero en ningún momento se dio orden de evacuar. Aquellas personas que quisieran abandonar su hogar podían utilizarlos, así como todas aquellas que estuvieran lejos de su hogar y pensaran que no podían llegar a él. El mensaje radiado más insistentemente era "permanezcan en sus casas", "cierren todas las ventanas", "no hagan nada especial". A las cuatro de la madrugada era evidente que no habría más fugas de gas del tanque afectado y al amanecer la nube empezó a disiparse y todo volvió a la normalidad excepto los colegios, que permanecieron cerrados durante todo el día.
Un grupo de cinco científicos del comportamiento del Instituto Nacional de Investigación en Defensa (National Defense Research Institute) llegó a Karlskoga a las once de la noche. Entrevistaron, con unos cuestionarios especiales a grupos de personas abordados en un centro de evacuación (veinte personas), así como a personal de rescate (catorce bomberos y policías), que intervinieron en la operación HQ en el seno del área de la nube de gas.
Se realizó un estudio más riguroso dos días después, basado en dos muestras constituidas al azar con 30 familias cada una. Un grupo procedía del distrito cubierto por el gas mientras que el grupo control provenía de un distrito similar situado a la misma distancia del tanque de gas, pero carente de toda contaminación. A las familias se les informó por correo sobre la investigación en cuestión y todos se mostraron dispuestos a cooperar. Para una información más detallada sobre los sujetos y entrevistadores, ver Carlstedt & Stahlberg Carlstedt (en prensa).
La recogida de datos se basó en tres fuentes de información:
1. La rueda: un método para explorar las percepciones; los aspectos teóricos y prácticos de este instrumento se discutirán posteriormente.
2. Una entrevista semiestructurada con el propósito de recoger datos sobre el impacto de la información, el efecto de la implicación emocional, y la conducta de afrontación (coping). Los detalles se encuentran en Carlstedt (en prensa).
3. Un Cuestionario de Reacciones Emotivas al Stress (el Emotional Stress Reaction Questionaire [ESRQ]), que pretende estudiar el tipo y extensión de las emociones asociadas con el acontecimiento. Los detalles de esta investigación se encuentran en Larsson (en prensa).
El resto de este artículo versa sobre los aspectos teóricos relacionados con el proceso de estimación de la efectividad del afrontamiento, así como la técnica de evaluación de dicha estimación. La técnica en cuestión (la rueda) se centra en el nivel semiconsciente de la percepción, es decir, enfoca al universo percibido que sirve de base para enfrentarse con cualquier situación. El instrumento ESRQ se ocupa de las emociones asociadas con la situación y de las cuales la persona es plenamente consciente. Los datos de la entrevista abordan la conducta manifiesta y la evaluación consciente de la situación.
Este artículo, por tanto, se ocupa del primer estadio en el proceso de afrontamiento que parte de una estimación de la situación y finaliza con algún tipo de respuesta.
Para poder reaccionar y enfrentarse a una situación es esencial tener un esquema mental de la situación en cuestión; éste se obtiene por un proceso de percepción que requiere varios estadios a través de los cuales el estímulo se transforma en la percepción, base para la elaboración de una respuesta.
Puesto que el proceso de apreciación se basa en la experiencia pasada del sujeto, aprendizaje y factores biológicos, así como expectativas y miedos, diferentes personas percibirán la misma situación de diferentes formas. Una única situación objetiva puede ser percibida como amenazante por una persona y positiva o neutra por otra. Para comprender y modificar la conducta de una persona en una situación dada tenemos que comprender su percepción de ésta, más que el carácter objetivo de la situación.
La percepción es un proceso activo en el que la señal estímulo, esto es, esa señal externa o interna que activa el proceso perceptivo, es evaluada en diferentes aspectos y niveles. Es un proceso secuencial que puede describirse como una cadena Markov, es decir, cada estadio dentro del proceso establece un límite para la efectividad del siguiente. Este proceso es conocido como el Modelo Secuencial de Apreciación (Sequential Appraisal Modelo [SAM]) y será resumido a continuación. Puede encontrarse una descripción más completa de este proceso en Shalit (1983).
"El proceso de apreciación cognitiva representa un juicio sobre el significado de un acontecimiento o un conjunto de acontecimientos para el bienestar personal" (Lazarus & Launier, 1978). El resultado último es el afrontamiento de la situación y da pie a un proceso de apreciación en tres estadios (Lazarus, 1966):
1. Apreciación primaria: el individuo decide si una situación es favorable (irrelevante o inofensiva) o relevante (nociva o atractiva), es decir, decide si requiere respuesta o no.
2. Apreciación secundaria: el individuo decide el rango de respuestas de afrontamiento disponibles dentro de su repertorio para tratar ésa situación en particular.
3. Re-apreciación: El individuo se dirige al resultado de su anterior conducta de afrontamiento o a la conducta adaptada.
Este es el modelo básico de apreciación sobre el que construiré otro más elaborado para esclarecer los estadios secuenciales para procesar una señal registrada biológicamente y transformarla en una respuesta conductual.
De acuerdo con Lazarus, como defendió Folkman (1984), la información ambigua es considerada como parte de los factores situacionales. Es preciso diferenciar entre ambigüedad, que es la falta de claridad en el significado de una situación e incertidumbre, que es la confusión mental de una persona acerca de una situación. Estos aspectos son independientes entre sí, por lo que un individuo puede estar confuso sobre el significado de una información objetivamente adecuada. El autor considera que un estado de ambigüedad no es en sí mismo perjudicial para el proceso de afrontamiento. Aunque la ambigüedad puede impedir algunos afrontamientos, y en especial aquéllos que implican situaciones no-emocionales, otros entornos se manejan mejor cuando son percibidos como más ambiguos. Como señaló Lazarus (1976) "...cuanto más ambiguos sean los estímulos desencadenantes, más importantes serán los sistemas generales de creencias del individuo a la hora de determinar el proceso de apreciación. Parece por tanto, que la percepción de una carencia de información objetiva se suple con información subjetiva para así obtener un esquema coherente. Cuanto mayores sean las demandas o el stress potencial de una situación, mayor será la necesidad de reducir su ambigüedad recabando más información o "rellenándola" con datos subjetivos basados en la experiencia pasada, expectativas, deseos... Las personas difieren en su tolerancia a la ambigüedad, esto es, difieren en el grado de aceptación de un nivel de información como la base de su apreciación. Se puede comparar a los individuos en función de su cantidad de información, sobre una situación dada, que ellos considerarán suficiente para clasificar esa información y responder a ella, pero cada individuo requerirá datos suficientes (objetivos y/o subjetivos) para poder estimarla.
A no ser que los datos estén disponibles, es decir, a no ser que pueda percibirse coherentemente la situación, no se pueden realizar apreciaciones adicionales. Considero que la ambigüedad situacional percibida junto con la incertidumbre sobre su significado no pueden ser contemplados como parte de los factores situacionales objetivos, pero que son un producto esencial e independiente del proceso de apreciación.
La ambigüedad y la incertidumbre, o mejor dicho, la ausencia de ambigüedad y la certeza se combinan para dar lugar a la coherencia. Conseguir esta coherencia es el primer paso en el proceso de apreciación. Mientras el individuo no sepa dónde está, es decir, no sepa en qué situación se encuentra no puede determinar si ésta es nociva o favorable (apreciación primaria) y por tanto tampoco puede enfrentarse a ella (apreciación secundaria).
Propongo usar el término de apreciación orientadora o estructurada para describir este estadio inicial. Encontrarse en una situación de tráfico que no puede ser analizada, el arrebato inicial de una pelea, el impacto de una comunicación difundida por la radio... todos requieren la obtención de coherencia, orientación o estructura antes de cualquier otro proceso. El stress extremo y la desorientación que se derivan de la total deprivación sensorial no son probablemente debidos a la posible amenaza, sino al riesgo de no ser capaz de clasificar la situación de ningún modo. El acontecimiento más importante para cualquier persona -la interacción ambiental, que implica el máximo stress potencial, es la incapacidad para clasificar el entorno. Este es el obstáculo básico que toda persona tiene que resolver diariamente, así como en situaciones más extremas. Normalmente éste es un proceso a corto plazo pero ciertas condiciones como son la niebla producida por una nube de gas pueden imponer tal estado de confusión e incoherencia durante un período de tiempo más prolongado.
No importa si el estadio del proceso de apreciación se rige por una apreciación "errónea" -cualquier percepción coherente, ya sea objetivamente correcta o incorrecta, puede ser la base para una apreciación ulterior y una re-apreciación- el cual conducirá eventualmente a una evaluación objetivamente más correcta. De esta forma se puede considerar la incoherencia de una situación percibida como el factor primario y universal del stress. Un estado descrito por Durkheim (1897) es el de anomia -falta de claridad, ausencia de raíces y desorientación personal. Podría incluso argumentarse que ciertos impulsos (drives) como la motivación intrínseca (Deci, 1975) descrito como "comportamiento orientado a la disminución de la incongruencia", así como el impulso de la curiosidad (Berlyne, 1971) dirigido a la búsqueda de información y comprensión de la naturaleza, son impulsos expresados en la fase de apreciación orientadora o estructuradora.
Con el propósito de enfatizar los papeles de la apreciación primaria y secundaria según Lazarus, y para señalar el hecho de que la apreciación primaria no es el primer sino el segundo estadio del proceso de apreciación, propongo usar diferentes términos para estos estadios: me referiré a la apreciación primaria como la apreciación motivada, esto es, el valor de la situación, su significado; a la apreciación secundaria la denominaré apreciación del afrontamiento o apreciación de control, es decir, la facilidad de adecuación o congruencia entre las habilidades, facilidades y las demandas percibidas.
Magnusson (1981) distingue dentro de las situaciones entre "situaciones prototipo" y "situaciones momentáneas". Argumenta que se puede esperar estabilidad transituacional en el estilo de estimar las situaciones prototipo, así como en situaciones momentáneas. Estas incluyen respuestas únicas y apreciaciones que no pueden generalizarse ni evaluarse de forma normativa. Se puede distinguir entre la tolerancia del individuo a la ambigüedad, aunque esta distinción es sólo válida al estimar "situaciones prototipo" y no "situaciones momentáneas". Del mismo modo, un análisis de todas las fases del proceso debería basarse en las situaciones prototipo relativamente estables.
El modelo de Lazarus no permite tal distinción. Incluso si el proceso de apreciación incluye esas variaciones no explicita un subsistema de apreciación a corto plazo, ni un sistema para evaluar una situación temporal limitada y específica. La apreciación secundaria que evalúa el resultado del afrontamiento es una característica relativamente constante para la persona en cualquier situación. Es posible imaginarse a un individuo que en general aprecia y maneja la situación de una forma dada (por ejemplo, piensa que puede correr en el último minuto y llegar a tiempo a la parada del autobús), pero en una ocasión adopta una estrategia específica (por ejemplo, se tuerce el tobillo y tiene que andar despacio). Esta apreciación primaria (el peligro de llegar tarde) y la apreciación secundaria (puedo conseguirlo en un tiempo límite) no se han modificado, pero ha ocurrido un posible cambio temporal en el último minuto de la apreciación. La cuestión es que esto no supone un cambio en los valores básicos de apreciación, sino sólo un retraso o una suspensión temporal de la apreciación precedente. En caso de persistir tal apreciación podría derivar en un cambio en el valor de apreciación del afrontamiento, pero en un principio es más una apreciación del "aquí y ahora".
Esta última fase de apreciación será denominada apreciación del status. Tiene lugar después de la apreciación del afrontamiento, antes de llevar a cabo la acción y por lo tanto antes del estadio de la re-apreciación, cuya finalidad es evaluar el resultado de la respuesta adecuada.
La dirección básica del proceso de estimación se resume en la siguiente figura 1.
Los diferentes estadios en el proceso de apreciación se describen de la siguiente manera:
1. La apreciación estructuradora se caracteriza por la cognición, es decir, la claridad y diferenciación con la cual percibimos y analizamos la señal que llega y tratamos la información que contiene. La apreciación de esta información ofrece las bases para una posterior evaluación. A no ser que percibamos al menos algún grado de información en una situación, no podremos relacionarla. La desorganización total y la ambigüedad nos previenen de cualquier respuesta.
2. Una vez que disponemos de información cognitiva sobre la naturaleza del estímulo debemos estimar su relevancia. Podemos estimar un estímulo como positivo o negativo, atractivo o desagradable, y sobre estas bases considerar cómo responder ante él. Sin embargo, si apreciamos este estímulo o situación como totalmente irrelevante, carente de significado, lo ignoraremos y cesará su procesamiento.
3. Una vez que hemos establecido la estructura o marco de referencia de la situación y su relevancia para nosotros, tiene lugar un tercer elemento -el movimiento, es decir, la respuesta. Debemos apreciar las situaciones de modo que percibamos una posible respuesta, esto es, que podamos hacer algo respecto a ella. Esto no significa que tengamos que percibir una posible solución positiva, sino que puede referirse también a la necesidad de escape y evitación. Pero debemos percibir necesariamente alguna posibilidad de reaccionar ante el estímulo. Hasta que no se haga tal evaluación no podemos asumir que el proceso de percepción está completo.
4. Apreciación del status -la comprobación final: La apreciación del "aquí y ahora" orientado a la evaluación de la habilidad para responder en función de la decisión tomada en el estadio anterior. Esta apreciación puede conducir a un retraso pero no a un cambio de evaluación, a no ser que se realice un reprocesamiento en el estadio de apreciación del afrontamiento.
5. El resultado del proceso de apreciación es la acción psicológica futura. Su interacción con los requisitos del entorno objetivo (por ejemplo: la efectividad de los instrumentos. clima. tiempo ... ) produce la actual respuesta adecuada.
6. La re-apreciación sigue a la respuesta adecuada. Esta respuesta crea una nueva situación que tiene que ser apreciada por segunda vez por la totalidad del proceso.
De acuerdo con lo expuesto previamente los tres primeros estadios son dependientes y secuenciales. Alguna estructura es esencial para la motivación, y al menos algo de motivación es esencial para un sentimiento de afrontamiento potencial. Estos son los prerrequisitos psicológicos para el afrontamiento, pero por supuesto no ofrecen garantía de un afrontamiento con éxito. Se requiere un procesamiento psicológico posterior antes de que la percepción original pueda transformarse en respuesta. Esta es una elaboración de los tres pasos básicos ya descritos. En último término un afrontamiento válido depende de la combinación de una futura percepción psicológica adecuada así como de recursos adecuados tales como las destrezas, equipamiento, tiempo disponible...
Los tres estadios mencionados se refieren sólo al análisis primario de la situación. Se necesitan dos niveles más de análisis para un procesamiento adecuado, refiriéndose a la movilización de los recursos y a su realización.
La movilización implica la percepción cognitiva o estructural de conocer la naturaleza de la situación, de querer enfrentarse a ella (motivación para hacer algo con respecto a ella) y finalmente el movimiento, es decir, si estamos preparados para abordar la situación. Incluso si hemos estimado una situación como relevante tenemos que querer abordarla y sentirnos capaces de hacerlo bien.
La realización es la más próxima a la respuesta, implicando por tanto los aspectos más concretos: en cuanto a la estructura sabemos cómo enfrentarnos a la situación. En cuanto a la motivación -estamos dispuestos o no a implicamos en el tipo de acción, y finalmente en cuanto al movimiento -podemos actuar.
Resumiendo todo lo expuesto hasta el momento se puede hacer una matriz de orden 3 x 3 (3 niveles x 3 aspectos) que se representa en la figura 2. Para facilitar el proceso, cada pregunta debe ser contestada, al menos parcialmente, antes de que la siguiente pueda ser abordada.
Hemos visto (Shalit et al, 1983) que toda ruptura en la secuencia conduce a un error de afrontamiento. Una investigación sobre el salto en paracaídas mostró que un procesamiento inadecuado en cualquier estadio estaba asociado con un mal salto, mientras que un procesamiento psicológico adecuado era esencial pero no suficiente para saltar bien.
Realmente un error en cualquiera de los tres primeros estadios es un predictor suficiente de un procesamiento que conduce a un pobre afrontamiento de la situación, y no se requiere evaluación posterior. Estos estadios iniciales de la fase de apreciación son los más relacionados directamente con los factores biológicos, psicológicos y sociales del individuo, y son además los mejores indicadores para evaluar él futuro afrontamiento de una situación dada.
El contexto social y organizacional de la situación, los límites perceptivos establecidos por las limitaciones fisiológicas, como son la luminosidad escasa o la fatiga, determinan la disponibilidad de las señales a procesar. La experiencia pasada aumenta la sensibilidad a ciertas señales mientras que la defensa perceptiva filtra otras. Todos estos factores se desconocen y de hecho se ignoran en este análisis.
El proceso SAM no contempla el "por qué", sino solamente el "cómo": cómo las señales que han sido registradas por el individuo son procesadas y estimadas, y cómo la apreciación afecta al resultado final o respuesta. Naturalmente la respuesta, una vez dada, forma parte de la situación apreciada, y guía a la segunda apreciación en un proceso continuo en cadena.
Abordando el proceso perceptivo no conseguimos vislumbrar la etiología del comportamiento pero podemos comprender las posibilidades que un individuo o grupo tiene al afrontar cierta situación. Así es que dentro de los limites de los parámetros de predisposición, se puede aumentar la capacidad de afrontamiento modificando el proceso perceptivo.
Basándonos en la primera fase del modelo SAM, el objetivo de esta investigación es relacionar la percepción que tiene un individuo expuesto a la amenaza de un gas venenoso, con su estilo y efectividad de afrontamiento.
La investigación incluye dos tipos de sujetos:
1. Aquéllos contactados por casualidad durante la noche del accidente. Eran 14 bomberos y 20 personas refugiadas en el centro de evacuación. No hay información disponible sobre su entorno, edad...
2. Dos grupos de 30 familias cada uno. El primero fue seleccionado al azar entre las familias situadas en medio de la nube de gas; el otro, el grupo control, estaba formado por 30 familias en una zona de la ciudad muy similar pero fuera del distrito afectado por el gas. Ambos grupos eran bastante equiparables en edad y educación pero había un excesivo número de mujeres en el grupo control. Los detalles sobre la muestra se describen en Carlstedt & Stahlberg Carlstedt (en prensa).
Los datos procedentes del primer grupo fueron obtenidos a lo largo de la noche, sea individual como colectivamente. Mientras que todos los bomberos rellenaron el cuestionario, algunas personas en el centro de evacuación no lo hicieron, en parte debido -a la deficiente explicación por parte de los aplicadores y en parte debido a incidencias tales como la carencia de las gafas para leer, o variopintas reticencias. El porcentaje de devolución fue del 35%..
La segunda investigación diseñada fue realizada dos o tres días después del acontecimiento y tras haber enviado una carta a cada domicilio explicando el propósito, etc... Se obtuvo una total cooperación y disposición para rellenar los cuestionarios y contestar la entrevista.
Descripción
El cuestionario consiste en una página y se presenta en la figura 3
Este es un cuestionario abierto cerrado. Puede aplicarse individualmente o en grupo. A los sujetos se les pedía "escribir los factores que son característicos o más típicos de "esta situación", o el Incidente del jueves". Podían escribir tantos factores como quisieran (como máximo 12), uno en cada segmento de la rueda.
A continuación se les pedía "ordenar los factores según "su importancia para ellos". La ordenación (ranking) se establecía para cada factor en el círculo interno de la rueda. Por supuesto se permitían los empates, esto es, dar la misma importancia a dos o más factores. Una vez realizado esto los sujetos tenían que evaluar "cuál de estos factores consideraban negativos y cuáles positivos, o cuáles podían series útiles o causarles daño". Estas evaluaciones se marcaban en una escala de 5 puntos, de ++ a --, en el lugar apropiado en el borde más externo de la rueda. Por último tenían que evaluar "qué control pensaban que podían (o podrían) ejercer, o qué influencia pensaban que tenían (o tendrían) sobre cada factor". Esto constituía una escala de 3 puntos ("mucho", "poco", "ninguno") en la sección apropiada del margen del círculo. La puntuación WQ puede basarse en la forma de respuesta y en su contenido.
Se toma nota de la siguiente información: |
rango |
a) número de factores considerados |
d (1-12) |
b) rango asignado a cada factor |
r (1-12) |
c) el mínimo rango asignado |
r' (1-12) |
d) carga positiva, negativa o neutra de cada factor |
L (-2a+2) |
e) grado de control atribuido a cada factor |
C (-1 a+ 1) |
Basándose en esto, se calcularon 4 índices de estimación:
1. Estructura (R) - el grado de estructuración de la apreciación cognitiva, o el grado de ambigüedad. En este contexto la "estructura" se considera como la efectividad de la diferenciación, es decir, el grado en que los elementos percibidos son únicos y distintos del resto, al menos en términos de su importancia.
El índice se basa en el mayor número de rangos asignados sobre el número total de factores:
Este índice comprende valores entre 0,92 (12 factores y 12 rangos) a 0,0 (1 rango independientemente del número de factores). Cuanto más alto sea el valor de "R", menos ambigua y más diferenciada será la estimación del campo contemplado por WQ. Es una evaluación del estadio I en el modelo SAM.
2. Motivación (M) - grado de implicación emocional en la situación, positiva o negativa. Se basa en la suma en valores absolutos de las respuestas L (+ y -). De este modo dos positivos (++) y un negativo (-) dan lugar a M = 3. M varía de 0 a 24.
3. Equilibrio emocional (E) - la dirección neta de la implicación emocional, la suma de las evaluaciones positivas y negativas, es decir, lo que se percibe sin lugar a dudas como atractivo, nocivo o favorable. Este índice se calcula sumando algebraicamente el número total de signos positivos y negativos y se normaliza dividiéndolo por el número de factores dados. La intensidad de la dirección de la implicación es representada por el valor de la valencia neta asociada a la totalidad de la percepción.
El rango de posibles respuestas va de -2 a + 2 (-24/12, 24/12).
Los índices M y E evalúan el estadio II del modelo SAM.
4. Afrontamiento (CI) -este índice muestra hasta qué punto el individuo piensa que puede por sí mismo (a) controlar los factores contemplados, y en relación con su importancia percibida. Este índice se calcula en dos fases:
a) Se anota la valencia de cada factor (2, 1, 0, -1, -2) basándose en el número de señales positivas, negativas o neutras asignadas y se divide la carga (L) de cada factor por su rango r. Un factor con, por ejemplo, dos positivos (++) ordenado en primer lugar tendrá más peso que un factor similar ordenado en séptimo lugar (2/1, 2/7 respectivamente).
Esta razón es llamada i (intensidad).
b) A cada i, por cada factor, se añade un peso de acuerdo al control percibido (e). "Mucho" control corresponde al valor + 1, "algún" control = 0, mientras "ninguno" - 1 (por ejemplo 2/1 + 1, 2/7 + 0, etc.). Su justificación radica en que incluso un factor percibido negativamente puede tener menor efecto negativo si es viable un control sobre él, y viceversa -un factor positivo que se percibe como fortuito sin vías de control puede. obtener un valor positivo menor en la apreciación final.
CI = S (i + c)
alternativamente CI =S c +S i
El rango posible de este índice es desde -36 a +36.
El índice es una evaluación del estadio 3 en el modelo SAM.
De este modo los 4 índices reflejan tres niveles en un proceso de apreciación, la estructura (cognitivo), la implicación emocional y relaciones (afectivo), y el sentimiento de control (instrumental).
Dos investigadores realizaron un análisis del contenido de las respuestas WQ, obteniendo una fiabilidad del 95%. El análisis se basa en dos dimensiones:
1. El meollo de la respuesta. Esto es si la respuesta se refiere a:
a. El propio individuo. b. Un marco de referencia específico como la familia, la organización, el equipo o el gas.
c. Una referencia difusa no específica, tal como sentimientos generales, desconfianza, conocimiento.
2. El matiz de la respuesta. Esto es si la respuesta se refiere a:
a. Conocimiento, comprensión (cognitivo). b. Sentimientos, emociones, actitudes (afectivo).
c. Funciones, acciones, equipo de aplicación (instrumental).
Se genera una matriz 3 x 3, donde cada respuesta se incluyó en una de las 9 categorías posibles. Se señalaba el rango, la carga (positiva o negativa) y el control asociado con cada respuesta. El promedio del rango, la carga (+ o -) y el índice de control para cada categoría se calculó con todos los sujetos.
Las puntuaciones de los índices WQ serán presentadas en eneatipos para aclarar las diferencias normativas entre los distintos grupos. Los eneatipos se surten de todas las respuestas dadas por cuanto fueron investigados en dos situaciones amenazantes específicas: el incidente de Karlskoga y el de Karlskrona. Este último fue investigado detalladamente centrándose en la reacción de la población civil y militar en un área de un archipiélago sueco que estaba amenazada por un submarino sospechoso y/o hombres-rana (Shalit y Carlstedt 1984). Lo que tiene en común ambas situaciones es el hecho de que tanto el grupo civil como el profesional (bomberos, policía, militar) estuvieron expuestos a idénticas amenazas. Las puntuaciones normativas se basaron en 269 respuestas.
El análisis se realizará por medio de correlaciones así como por el procedimiento del Espacio Mínimo (SSA). Este análisis (Guttman, 1968), cuyo objetivo es mostrar relaciones estructurales, ha sido previamente usado (Shalit y col 1982, Shalit y Carlstedt 1983) y muestra, en un mapa, las interrelaciones existentes entre diferentes factores dentro de un ámbito perceptivo.
Se entrevistó a todas las familias. Eran entrevistas abiertas cerradas, obteniéndose información sobre los orígenes y fiabilidad del relato de los accidentes, las emociones, sentimientos y las acciones realizadas. El cuestionario ESRQ (Larsson en prensa) es una lista de 18 expresiones de sentimiento con las que los sujetos deben describir sus sentimientos durante el accidente. Esta lista de adjetivos era seleccionada por un gran número de jueces, ordenándolos de acuerdo a "intensidad de la reacción de stress". Los ítems (por ejemplo "irrelevante", "indefensión", "ofensa") fueron graduados por los sujetos en una escala de 4 puntos que incluye desde no relevante hasta muy relevante.
La presentación se hará a partir de la relación entre los índices WQ, mostrando la efectividad de la apreciación y:
1. Las diferentes apreciaciones de los grupos sobre la situación.
2. La información de las propias conductas, sentimientos y actitudes -obtenidos de la ,entrevista.
3. La autoevaluación de stress -obtenida de un cuestionario especialmente elaborado el ESRQ. (Larsson, en prensa).
Apreciación de la situación -basado en las puntuaciones del índice.
El punto principal de la siguiente discusión es el patrón de relaciones más que sus valores matemáticos. Esto se muestra en la tabla 1, que es glosada brevemente como sigue: * diferencias significativas al nivel de 0.05.
El orden para la claridad de estructura es:
bomberos* > amenazados* > no amenazados > evacuados
El orden para la motivación (no incluye la valencia):
» bomberos* > amenazados* > evacuados > no amenazados
El orden para la emoción, que en todos los casos es algo negativo, es - desde el menos negativo:
bomberos, evacuados* > no amenazados* > amenazados
El orden para el control (que siempre es negativo, esto es, muestra la falta de control o indefensión) es:
amenazado* >no amenazado* > evacuado* > bomberos
La tabla 2 muestra la frecuencia de aparición de cada categoría (área de interés) para toda la población investigada.
Este análisis se basaba sólo en los grupos de "amenaza" y "no amenaza" porque únicamente se realizó en ellos el suficiente control de las variables de referencia para permitir un análisis comparativo más exacto, y sólo en estos grupos podríamos relacionar sus respuestas con sus conductas actuales.
Sólo en 4 áreas:
Yo/sentimiento, yo/función, marco/conocimiento, difuso/sentimiento es la frecuencia de aparición mínima del 10%, para uno de los grupos al menos. En posteriores análisis se tomarían en consideración sólo estas áreas.
La tabla 3 presenta los valores de los índices basados en el WQ para cada área de interés que tuvo al menos un 10% de respuestas.
Yo/sentimiento es el área más importante del grupo no amenazado, (esto es el rango más alto), el área difusa/sentimiento es la más negativa (es decir, obtiene la carga más baja) para el grupo amenazado, yo/función es la menos negativa para el grupo no amenazado, y la mayor indefensión se asocia con el sentimiento difuso del grupo amenazado.
Durante la entrevista que siguió a la administración del WQ a los sujetos se les preguntó sobre sus sentimientos, expectativas y acciones durante la noche del accidente. Las entrevistas trataban de obtener las respuestas sobre sus sentimientos y acciones que fueron previamente determinadas, basadas en un modelo teórico y resultados prácticos.
La tabla 4 muestra las puntuaciones medias WQ asignadas con cada conducta reseñada. Sólo se incluyen conductas que implican una descripción directa y cuantificada por parte de los sujetos. Las conductas que no estaban claramente definidas se excluyeron. Para una ,descripción más detallada ver Carlstedt & Stahlberg Carlstedt (en prensa).
Expectación se refiere a la expectativa de que ocurrirá en el futuro algún accidente en relación a los trabajos con municiones.
Ansiedad refleja el sentimiento general durante el incidente.
Optimismo se refiere a la resolución esperada del accidente, expectativa optimista o pesimista.
Irritación es el sentimiento contra la fábrica en la que ocurrió el accidente.
Recelo y confianza se relaciona con la autoridad, en paralelo con la pregunta sobre la confianza en la información dada.
Acuerdo dentro de la familia refleja el acuerdo total dentro de la familia al evaluar la situación y cómo enfrentarse con ella.
Llamada telefónica describe si el sujeto inició un contacto con los otros, ya sean amigos, familia o autoridad.
Manejar la situación es una autoevaluación sobre como el/ella se enfrentaron a la situación.
Evacuación se refiere a la conducta real, abandonar o permanecer en el hogar.
Dormir se refiere a la descripción de los sujetos de como durmieron aquella noche -como siempre, se fueron tarde a la cama, o muy poco y nada.
Se realizó un análisis del espacio mínimo SSA basado en los datos resumidos en la tabla 4. El resultado se presenta en la figura 4.
Este mapa muestra la relación estructural de los elementos en el análisis. Esta estructura se basa en la similaridad relativa de los elementos más que en la fuerza de su asociación. De este modo mientras los elementos que tienen la mayor asociación entre sí se sitúan lo más próximo en el mapa, no se infiere cuál puede ser su grado de correlación. Si la distribución de los elementos revela un patrón o estructura, éste puede ser comprobado bajo un modelo teórico u originar una hipótesis que puede explicar aquella relación.
El mapa muestra que los 3 índices WQ: estructura, motivación y control permanecen a lo largo en un eje extendido, desde la esquina izquierda inferior a la esquina derecha superior. Su relación, aparentemente simple, está en concordancia con la expectativa teórica del modelo SAM discutido previamente.
La distribución de conductas parece encontrarse entre los dos ejes. El horizontal, que describe la dirección de las conductas, al lado izquierdo ubica las conductas "internas", es decir, sobre las que informa el propio sujeto (dormir) mientras que a la derecha sitúa las conductas dirigidas al exterior (evacuación, afrontamiento de la situación).
El eje vertical parece describir el tipo de conducta. En la parte inferior están aquellas referidas a uno mismo, mientras que la superior incluye las conductas relacionadas con los otros o la interacción con la situación.
Así los ejes WQ empiezan en el punto de conducta interna/uno mismo, asociándose con estructura, y continua hacia el punto de conducta externo/otros, asociado con el índice de control. La motivación permanece en el centro.
La tabla 5 muestra la relación entre los índices ESRQ y los índices WQ.
Claramente la implicación (que en este estudio es igual a la amplitud del sentimiento negativo) y el control (que en este estudio es igual a la amplitud de la indefensión percibida) están significativamente relacionados con todos los índices.
Esta investigación trató de relacionar la apreciación que los individuos expuestos a un gas nocivo tenían de su situación por sus conductas y sentimientos manifiestos. Su apreciación se analizó y evaluó siguiendo un modelo, relacionándola con la efectividad del confrontamiento.
La discusión seguirá el mismo grupo de datos presentados en los resultados. Finalmente contemplará la implicación de todos los resultados en términos del Modelo Secuencial de Apreciación (SAM).
Los índices WQ se presentan como eneatipos para relacionar todas las puntuaciones dentro de un marco común de referencia -llamado una situación amenazante. Debe señalarse que, para todos los índices, excepto para el de estructura, estos valores son muy diferentes de los valores normativos esperados en la percepción de "situaciones normales", tales como la percepción de la vida o del trabajo, por ejemplo en este estudio la puntuación de motivación equivalente al eneatipo 5 se basó en una puntuación directa de 6, mientras normalmente sería una puntuación directa de 10, para la emoción un eneatipo de 5 = puntuación directa -0.6 a -0.2 mientras lo "normal" sería de 0.8 a 1.2, mientras para un control de 5 = -3.0 a -2.28 y lo "normal" sería 3.0 - 3.5. Por otro lado, los valores normativos para los soldados a los que se pidió su percepción de la guerra (Shalit 1982a) son bastante similares a los referidos en este estudio. Habría dos marcos de referencia independientes: la percepción de no amenaza, situaciones "normales", y la percepción explícita de situaciones amenazantes.
En la tabla 1 se ve claramente que los bomberos tienen las mejores puntuaciones en todos los índices. Poseen la percepción de la situación más estructurada y clara, están más motivados y positivamente dispuestos, y tienen el mejor sentimiento de control o de menor indefensión. El grupo amenazado tiene los valores más bajos de motivación, emoción e indefensión, mientras que los evacuados son los menos estructurados.
Parece factible asumir que los profesionales -los bomberos- tienen los mejores prerrequisitos psicológicos para manejar la situación. Los valores de los índices no son sólo los más elevados sino que están con diferencia sobre el nivel normativo de las percepciones que otros individuos tienen de situaciones amenazantes. El grupo amenazado es el que objetivamente estaba en la situación más negativa. Aunque tienen un esquema más claro del peligro -pueden olerlo y verlo (por tanto la estructura es elevada), también están más expuestos al efecto desagradable de los gases (por tanto la emoción es negativa), y se sienten más indefensos, ya que poco pueden hacer sobre él (alto valor de indefensión). El grupo no amenazado tiene menor sentimiento negativo y de indefensión, pero una peor estructura (dependen de la información externa y su ambigüedad es más elevada) y al mismo tiempo menor motivación (al estar menos implicados).
Los evacuados muestran un patrón diferente. Tienen el menor sentimiento de indefensión (ya que reciben asistencia) pero también una menor motivación y actitud positiva. De hecho presentan el patrón de pasividad o apatía que podría seguir a una confianza excesivamente alta o bajo interés. Esta fue también la impresión que nosotros tuvimos mientras observamos su conducta en el centro de evacuación: letargo, sin síntomas obvios de interés/molestia o expresión manifiesta de insatisfacción o demandas a las autoridades.
De acuerdo al modelo SAM no podemos esperar un afrontamiento efectivo si la conducta se basa en una pobre estructura o pobre motivación. Se da una baja motivación en los grupos no amenazado y evacuado.
El análisis se hace sin referencia a un criterio externo adecuado. En términos de validez aparente los índices de apreciación parecen diferenciar las cuatro poblaciones de manera significativa y lógica, y el instrumento muestra ser sensible a las diferencias de apreciación de poblaciones distintas. Comparando estos resultados con aquellos obtenidos en el incidente de Karlskrona (Shalit y Carlstedt 1984), en donde tanto la población civil como profesional (soldados) fueron expuestos a una amenaza enemiga, observamos que los patrones se repiten. Las puntuaciones obtenidas en aquel estudio se muestran en la tabla 6.
La situación de Karlskrona era objetivamente más amenazante y tuvo lugar durante un periodo de tiempo más largo. Sin embargo, el patrón básico muestra que vuelve a repetirse el hecho de que los profesionales tienen una base perceptiva mejor para el afrontamiento.
Como muestra la tabla 2 yo/función y sentimientos/difuso son aproximadamente igual de importantes para los grupos amenazado y no amenazado (alrededor de un 20% y un 31% respectivamente). Es decir, el mayor interés recae en el área sentimiento difuso, que era en su mayor parte reflejada en respuestas como "interés", "preocupación", "miedo", "descontento", y con los resultados del afrontamiento reflejados en respuestas tales como "¿qué haré?", "¿cómo reaccionaré?".
En la tabla 3 podemos ver que el rango promedio (rango 1 significaría que el factor se percibe siempre como el más importante) ya que "qué haré" es de algún modo más relevante para el grupo amenazado mientras el miedo difuso es ligeramente más importante para los otros. Las diferencias son más acentuadas cuando nos centramos en la carga (esto es cuán negativa es). "Qué haré" es más negativo para el no amenazado, mientras el peligro difuso es mucho más negativo para el amenazado. El grupo no amenazado también siente más indefensión hacia lo que ellos harán, pero ambos tienen sentimientos de control similares sobre el miedo difuso.
Conocer el problema, sus orígenes, el apoyo de la organización (conocimiento/marco) es con mucho una fuente de interés para los amenazados que para los no amenazados (9.7% y 27.6% respectivamente). Sin embargo, no hay diferencia aparente en la carga y el control asociados con ello (tabla 3). Podría ser que en este área de interés es el conocimiento objetivo de los factores de fondo incluidos, similar para todos, el que determina la apreciación. Mientras en las dos áreas de interés previas la interpretación personal determinó la apreciación, y por tanto reflejó las diferencias entre los grupos, la información objetiva era de vital importancia.
El área de "mis sentimientos" también muestra una diferencia clara, siendo más importante para el grupo amenazado que para los otros (12.9% y 3.5% respectivamente). En la tabla 3 vemos que para la minoría dentro del grupo no amenazado, que percibieron este área, era de máxima importancia (rango 3) y no era igualmente prioritario para el grupo amenazado (rango 3.2). En el grupo amenazado las diferencias en carga y control tienden a ser menos negativas pero más indefensos.
La situación de amenaza afecta los sentimientos y confidencias personales al actuar. Aparece un cambio claro desde el interés en factores de fondo al interés en el dominio personal. Parece que. estando directamente expuesto a la amenaza aumentan los sentimientos de interés personal y preocupación. Esto está de acuerdo con el sentido común, y además de la validez aparente está éste método de recogida de información.
Esto implica que la apertura a la información del entorno disminuye según aumenta la amenaza. La comunicación a la que nos referiremos a nivel personal tendrá una mayor oportunidad de ser atendida.
Al mismo tiempo, el hecho de que alrededor del 30% de interés se refiera a emociones difusas, en especial de miedo y ansiedad, significa que la confrontación potencial ha disminuido considerablemente. Su interés, por definición, debe incluir una estructura pobre, y así no puede ser procesada efectivamente. El primer requisito para aumentar un futuro afrontamiento es el cambio de interés de lo difuso a lo concreto.
Se respondió a tres tipos de cuestiones durante la entrevista:
1. centradas en información y expectativas.
2. centradas en actitudes y emociones.
3. centradas en conductas y síntomas.
Se analizó aquellas cuestiones para las cuales había alguna distribución de respuestas y reflejaban una evaluación cuantitativa. Las medidas (en puntuaciones estanino) para cada pregunta, y el índice WQ se presentan en la tabla 4. Esta información se ve como un criterio objetivo de afrontamiento efectivo. Naturalmente, no tenemos pruebas sobre qué respuestas centradas en la conducta describen la conducta real. Por otro lado, no hay una razón para sospechar una deliberada pérdida de información, y por esto consideramos la conducta manifiesta como un criterio para evaluar la relación de los índices WQ con el afrontamiento.
Puesto que un fracaso en el afrontamiento de la situación representa la información más crucial en este análisis, elegimos aquella alternativa en cada pregunta que reflejaban la respuesta extrema. El modelo SAM predice que ocurrirá un error en el afrontamiento cuando el proceso perceptivo sea inadecuado en cualquier estadio. Sin embargo, se pueden realizar predicciones ulteriores observando en qué estadio ocurre el fallo. Así en la figura 5 los datos se presentan como un proceso secuencial mostrando la conducta manifiesta que sigue a los valores en los tres estadios del proceso. Basados en los datos de la tabla 4, el índice de cada estadio se clasifica y etiqueta como sigue:
H si el valor del eneatipo es > 5.9 (Alto)
M si el valor del eneatipo es 4.5 - 5.8 (Medio)
L si el valor del eneatipo es 3.0 - 4.4 (Bajo)
LL si el valor del eneatipo es < 3.0 (Muy bajo)
Para el índice de emoción el signo (-) se usó con un eneatipo < 5.0 y el signo (+) se usó con un eneatipo > 5.1.
Cada índice se caracteriza en términos normativos. La combinación de los índices forma diferentes perfiles, que revelan estar asociados con especiales conductas informadas, como muestra la figura 5.
A partir de la figura expuesta parecería que cada perfil puede ser asociado con un tipo específico de interacción de la persona con la situación.
El perfil que empieza con una baja estructura se confunde dentro del individuo, principalmente falta de sueño. La mayoría de las otras respuestas discutidas posteriormente se refieren a la relación entre el individuo y alguna referencia externa. De acuerdo al modelo SAM el tener una pobre estructura significa que la persona no se puede orientar en relación al mundo que le rodea y por tanto no puede enfrentarse a él. Los síntomas de los individuos con baja estructura se internalizan y focalizan en el propio individuo.
El perfil que comienza con una estructura normal se asocia con un amplio rango de síntomas, y es la , motivación la que los diferencia. Una baja M con un control normal se asocia con información de una situación familiar ausente de coherencia, esto es "los de la familia, mirándonos unos a otros, no sabíamos qué hacer". La cohesión de un grupo (la familia en este caso) está en función de la implicación de todos sus miembros (Shalit 1982b). Una baja motivación, un estadio secundario pobre en el modelo SAM, debe asociarse con escasa cohesión.
El perfil que tiene estructura y motivación normales con emoción positiva y alta indefensión (bajo control) conduce a la búsqueda de apoyo (telefonear a los parientes o confiar plenamente en la información de la autoridad). Mientras la emoción negativa con bajo control lleva a cierta preocupación y ansiedad y no a la búsqueda de apoyo.
Un perfil de alta motivación combinada con, indefensión origina una acción poco controlada, pero más fuerte que la asociada con baja motivación. El primero abandona su casa, escapa, mientras el último se enfada o desconfía de toda la información.
Podría parecer que M diferencia aquellas conductas que se asocian con expresiones de actitudes o conductas guiadas por estas actitudes (escape, búsqueda de contacto). A diferencia de las conductas internalizadas asociadas con una baja estructura, aquellas asociadas con R normal se externalizan de acuerdo al grado de M.
Por último, tenemos el perfil de estructura elevada, del normal y sentimiento de indefensión. Se asocia con autoevaluaciones realizadas como una persona que se enfrenta mal con la situación y con sospechas hacia las autoridades. Estas conductas se centran en la interacción del perceptor con la situación o con los otros. Una buena estructura ' y motivación son necesarias para poder interactuar en un principio, pero son insuficientes para asegurar una buena interacción sin un sentimiento de control asociado, incluso si el perceptor constata el problema.
En resumen: una mala estructura causa inhabilidad para relacionarse con el entorno. Buena estructura con pobre motivación lleva a carencia de cohesión y apatía (como en el caso de las personas evacuadas). Incluso un índice bajo de confrontación, que siga a una buena estructura y motivación, origina un sentimiento de ser una persona que afronta mal la situación.
En la figura 4, que muestra el análisis del espacio mínimo SSA, vemos que la estructura se asocia con conducta autodirigida hacia interna- uno mismo. Un fracaso en este nivel básico de percepción llevaría a dificultades en el desarrollo de un adecuado mecanismo de afrontamiento en posteriores situaciones demandantes. Un error en el siguiente nivel, el de motivación, impediría la continuidad del proceso y se asociaría con las conductas "pesimista", "falta de confianza", así como de la apatía observada entre los evacuados. En el análisis parece que la conducta que primero refleja críticamente la adecuación de la confrontación con la situación o el grado de stress experimentado es la habilidad para dormir como de costumbre. Esto se asocia con el estadio 1 del modelo SAM y un error en este estadio lleva a una inadecuación en los estadios posteriores. Es necesario tener un esquema claro de la situación, estar tranquilo, y sentir que está bajo control si se quiere dormir bien.
La tabla 5 muestra que los índices que describen stress percibido (favorable, desafío y amenaza) se asocian con emoción y sentimiento de control. No informan de la estructura, ni de "Favorable" o "desafío" relativo a la motivación. Parece que el autoinforme del sentimiento de stress es principalmente un reflejo de "cómo puedo manejar esta situación desagradable", más que "hasta qué punto estoy interesado en ello".
De otros estudios sabemos que las puntuaciones de control extremas en el WQ, muy bajas o muy elevadas, se asocian con afrontamiento inadecuado. Esto se confirma con lo obtenido por el instrumento ESRQ, mostrando la típica curva de U invertida de la relación entre stress y ejecución. (Larsson en prensa).
Un proceso perceptivo adecuado es un prerrequisito para un adecuado afrontamiento de la situación. Los índices WQ evalúan los tres primeros estadios del proceso perceptivo resumido en el modelo de apreciación secuencial (SAM): estructura, motivación y control percibido. Para asegurar la confrontación todos los estadios deben ser procesados adecuada y secuencialmente. Una estructura pobre conduce a incapacidad para relacionarse con las situaciones y por tanto a un inadecuado afrontamiento a nivel individual (falta de sueño). Un escaso control, especialmente cuando se asocia con emoción negativa, lleva a una inadecuada confrontación a nivel interactivo y a sentimientos de stress, como muestra el cuestionario ESRQ.