EXPERIENCIAS

"Más allá del principio de Peter"

José Sánchez-Alarcos

 


 El mundo empresarial tiene a su alrededor un conjunto de creencias que no responden a la realidad.

Peter, con su principio de que todo el mundo asciende hasta alcanzar su nivel de incompetencia, se acercó al problema de las organizaciones pero queda mucho por andar.

Dos ámbitos en particular donde existe el mito de la empresa privada son la Administración y la Universidad.

En la Administración se considera a la empresa privada como sinónimo de eficacia.

La Universidad, especialmente algunas Facultades, se plantea la empresa como un lugar de escasos principios éticos pero no se discute su eficacia.

Peter llegó más lejos: si todo el mundo asciende hasta llegar a su nivel de incompetencia, parece que los puestos de máxima responsabilidad están ocupados por incompetentes.

A pesar de su pesimismo, Peter comparte plenamente la idea general de "El que vale, sube"; lo que ocurre, según Peter, es que en cierto momento los requerimientos del puesto exceden las capacidades de la persona.

El problema que Peter no ha estudiado

el siguiente:

- ¿Qué ocurre cuando las características personales de alguien le hacen ser un elemento indeseable en cualquier organización?

Dicho de otra forma; en toda organización existen personas que no son válidas en ningún puesto por tener una serie de características psicopáticas; no obstante, es frecuente que estas personas progresen en la organización. La abundancia de estos casos y la existencia de características comunes entre las personas implicadas en ellos nos llevan a plantear si se trata de errores de selección o de algo más profundo.

En principio un error de selección es detectado en poco tiempo, pero es difícil hablar de error cuando un psicópata comienza a escalar puestos en una organización. ¿Qué papel cumple entonces?

Una suposición consiste en que el psicópata ejerce el papel de depositario y de aglutinador de grupos.

En términos más populares, si hay un "malo" en una película, y éste es despreciado, es más fácil que los demás se unan constituyendo el grupo de los "buenos".

Una pregunta que debemos contestarnos es: ¿Cómo es este "malo" de la organización?

Como se indicaba antes, se trata de un individuo de tendencias psicopáticas, generalmente de tipo maníaco. Así, un retrato-robot podría ser un individuo hiperactivo, con gran facilidad para percibir las emociones de los demás, rapidez intelectual, brillantez en las relaciones públicas, excelente simulación de interés por los problemas de los demás, inconstancia en el trabajo, incapacidad para abordar proyectos a largo plazo y una profunda desconsideración hacia los demás.

Otro aspecto típico es el narcisismo, que puede manifestarse en forma de intensas actividades de cultura física o, con frecuencia, en forma de consumo de sustancias excitantes que las permitan mantenerse despiertos y brillantes frente a otros.

Su confianza en su capacidad de engaño y en su superior,, inteligencia les hace no esforzarse, especialmente en actividades de relación, puesto que se consideran capaces de salir del paso mediante la improvisación.

Como directivo, suele ser chapucero y eludir responsabilidades, resultando una carga para sus subordinados, que pueden desmotivarse en poco tiempo por la desconsideración de su superior.

Evidentemente los costes de mantener a un individuo de tendencias psicopáticas en una organización son elevados, ya que uno de los factores higiénicos del trabajo consiste en la competencia del superior. ¿Qué ocurre en un equipo de trabajo cuando el superior es incompetente? Más aún: ¿Qué ocurre, cuando todos saben que es un incompetente y sin embargo es un valor en alza en la empresa?

Las respuestas no son fáciles, pero el psicópata suele tener una facilidad especial para "enganchar" emocionalmente a los demás y utilizarlos; así, es frecuente que se provea en poco tiempo de los apoyos adecuados.

Un directivo o un psicólogo de personal puede sospechar que esto ocurre cuando perciba en un Departamento o unidad geográfica la existencia de una rotación significativamente superior a la media.

Una vez detectado un punto negativo en este sentido no pueden adaptarse decisiones radicales, ya que el individuo de tendencias psicopáticas es un signo de enfermedad de la organización, pero no la enfermedad misma.

En una organización sana, con relaciones abiertas entre sus miembros, es difícil que el psicópata "enganche"; cosa que sí ocurre en organizaciones menos sanas.

El individuo de tendencias psicopáticas que progresa en una empresa suele tener una imagen brillante, aunque sus contenidos profesionales y éticos dejen mucho que desear, aspectos éstos que pueden percibirse en muy poco tiempo.

El mantenimiento en la organización de este tipo de personas tiene unas fuertes implicaciones éticas: Suelen ser grandes y brillantes vendedores a corto plazo, pero se valen del engaño, y no es infrecuente que su jefe inmediato aprecie la capacidad de venta y olvide el recurso al engaño.

Así pues, como resumen podría decirse lo siguiente:

- Las empresas no siempre son eficaces sino que mantienen y ascienden a personas mucho más allá de su nivel de incompetencia.

- La existencia de estos individuos en la organización es un signo de enfermedad y no la enfermedad misma.

- Una toma de postura más clara en el aspecto ético por parte de algunos directivos cerraría al individuo con tendencias psicopáticas el acceso a puestos donde puede hacer mucho daño.

- Por último, todos, con independencia de conocimientos e inteligencia, tenemos puntos flacos en nuestro carácter que pueden ser hábilmente explotados por individuos sin escrúpulos.