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Fundamentos psicológicos del comportamiento económico

Ana de Juan Chocano (*)


Resumen

Summary

1. Introducción

2. El porque de la psicología económica

3. La psicología económica como disciplina

4. Tres áreas de interés en psicología económica

5. Discusión y conclusiones

Bibliografía


Resumen

Este artículo analiza cuáles han sido los principales acontecimientos que desde la psicología y la economía han dado lugar al desarrollo de la psicología económica.

Los intentos por determinar los fundamentos psicológicos del comportamiento económico dirigen el esfuerzo investigador hacia tres áreas concretas: 1) el centro de consumo; 2) el mundo de los negocios; y 3) el área del individuo/la sociedad.

Summary

This article analyzes the main events that from Psychology and Economics have ended up in the development of a new discipline named Economic Psychology.

Attempts to determine the psychological foundations of economics focus researchers' efforts on three economic realities or arenas: 1) the consumer marketplace; 2) the business arena; and 3) the citizen/society arena.


Licenciada en Psicología (U.C.M.). Licenciada en Económicas (Escuela de Económicas de Estocolmo). Investigadora en el Instituto de Estudios Fiscales. Madrid. Dirección para la correspondencia: C/ Baviera, 7. 28028 Madrid.


1. Introducción

Desde los inicios de la teoría económica, las referencias que los economistas hacen a la psicología suelen tener lugar para designar factores que causan desviaciones en el comportamiento económico de los individuos, y que dificultan la predicción económica. Incluso en tales circunstancias los comentarios "psicológicos" suelen basarse en el sentido común, olvidando que existe una psicología científica.

Pero tampoco muchos psicólogos ven una clara conexión entre la psicología y los problemas de naturaleza económica. Esto puede deberse a que los psicólogos conceptualizan el comportamiento económico como un comportamiento similar a cualquier otro, y por tanto los hallazgos sobre otros comportamientos son generalizables al contexto económico. Una razón más convincente es que los psicólogos conceptualizan el comportamiento económico como un comportamiento en cierto modo peculiar, cuyo estudio contribuye poco al desarrollo de la teoría psicológica.

A pesar de lo anterior, en su intento de explicar acontecimientos económicos algunos economistas han encontrado de gran utilidad los métodos y teorías procedentes de la psicología. De igual forma, algunos psicólogos han encontrado un campo de interés común entre su quehacer psicológico y el de los economistas, así como la posibilidad de aprender algo de la forma en que problemas de naturaleza económica han sido abordados desde la investigación económica (ver Warneryd, 1986).

Este artículo tiene por objetivo introducir al lector en una nueva disciplina centrada en la explicación de fenómenos económicos aplicando el cuerpo de conocimientos de la psicología. Tras una breve discusión sobre la necesidad y utilidad de la psicología económica, el contenido de este artículo se estructura en tres módulos: 1) el centro de consumo; 2) el mundo de los negocios; y 3) el individuo/la sociedad. Estos tres módulos representan las áreas en las que, como veremos. se organiza el quehacer de la psicología económica.

2. El porque de la psicología económica

En base a la anterior introducción, parece evidente que el psicólogo tiene algo que aportar a la hora de describir, explicar y predecir el comportamiento económico. Este quehacer no responde únicamente a un interés investigador per se, sino que puede demostrar ser necesario y útil de cara al avance de la teoría económica y del cuerpo de conocimientos de la psicología.

Ya en los años 50 el psicólogo George Katona señalaba que "... la necesidad fundamental de la psicología en la investigación económica reside en la necesidad de identificar y analizar las fuerzas que subyacen a los procesos económicos, las fuerzas responsables de las acciones, decisiones y elecciones económicas..." "las ciencias económicas sin la psicología no han conseguido explicar importantes procesos económicos, y la psicología sin la economía no tiene posibilidad de explicar algunos de los aspectos más importantes del comportamiento humano" (1951: 9-10).

A continuación realizaremos una rápida visión histórica sobre el proceso formador de la teoría microeconómica. Veremos que algunos de los supuestos esenciales de que se sirve la teoría microeconómica han sido origen de críticas por parte de la psicología. Tales críticas han abierto, en última instancia, las puertas a la psicología económica.

2.1. Fundamentos de la teoría microeconómica

En el último terció del s XIX tienen lugar dos acontecimientos esenciales para el desarrollo de la teoría económica, tanto a nivel metodológico como de contenido. Los avances realizados desde este momento hasta principios del s XX, así como la Teoría General de Keynes en los años 30 constituyen todo el contenido fuente de la hasta ahora teoría microeconómica.

Tres Escuelas -de Viena, de Lausana, y de Inglaterra- protagonizan los cambios ocurridos durante la primera fase del proceso formador de la teoría económica.

En cuanto a la revolución metodológica, ésta implica:

  1. Reafirmar como dogma la primacía de la deducción como medio de conocimiento racional de los procedimientos económicos. Este dogma marcó un punto de intersección entre las tres corrientes mencionadas;
  2. Elaborar formulaciones económicas en términos de modelos matemáticos,, esto quiere decir que en la elaboración de modelos económicos se recurrirá a las matemáticas, a sus relaciones abstractas a priori, y teoremas. Contra este segundo aspecto chocó especialmente el grupo de Viena.

Otro acontecimiento de gran relevancia y que marca la segunda revolución esencial en la teoría económica viene dado por el hecho de que, a pesar de las disputas y divergencias entre la Escuela de Lausana y la Austríaca en relación al segundo principio metodológico, ambas crean una teoría subjetiva del valor que es sustancialmente idéntica. Según la teoría subjetiva del valor, todos los precios y cantidades se determinan por la configuración relativa de las preferencias y la tecnología. Aparecen conceptos como: utilidad, equilibrio del consumidor como problema de máximo, equilibrio del productor como problema de máximo, equilibrio de mercado, determinación del precio, etc.

En esta época fundacional se elabora una teoría explicativa de las transacciones reales (teoría subjetiva del valor) y una teoría monetaria (teoría dinámica). Por tanto, en los años 20 la teoría neoclásica -integrada por la teoría subjetiva del valor y la aplicación de ésta a la teoría monetaria- ya está consolidada.

Con el paso del tiempo tienen lugar en la década de los 30 otras innovaciones clave en el proceso formador de la teoría económica:

  1. Aparece la econometría, revolucionando de forma directa e indirecta algunas de las cuestiones relacionadas con la teoría microeconómica;
  2. Se intensifica el espíritu de formalización absoluta de la teoría económica hasta convertirse en un canon o dogma: se trata de considerar que "una proposición es admisible cuando esté demostrada en términos matemáticos;
  3. Aparece la "Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero", de Keynes (1936).

Keynes pretende demostrar que el modelo neoclásico, siendo cierto, lo es en condiciones hipotéticas restrictivas, por lo que no explica fenómenos reales. El autor defiende que los resultados del modelo neoclásico dependen de que las expectativas de los agentes sean iguales u orgánicamente compatibles entre sí. De acuerdo con el autor, las expectativas son un aspecto fundamental y deben por tanto ser incluidas en los modelos económicos.

Además de intentar generalizar el modelo neoclásico a situaciones más amplias, un segundo objetivo de la obra de Keynes es el de proponer un canon de política económica, según el cual la economía es objeto controlable.

La teoría neoclásica resultante de este proceso formador se compone de:

1.- Un principio teórico: el principio de comportamiento optimizador.

Este principio es, salvo excepciones, el principio fundamental. Como argumentan sus defensores, se trata de una especie de postulado a priori que se puede aceptar o rechazar, pero que tiene sentido y explica cosas intuitivamente. Se trata de un modelo, una representación simplificada de la realidad; y ésto es lo que lo hace válido porque, a pesar de los límites claros de su utilidad, se aplica a modelizaciones concretas de la realidad.

Aplicado al ámbito del consumidor, el significado del principio de comportamiento optimizador es el siguiente: dadas dos alternativas -A y B- entre las que puede optar el agente, éste, dotado de una estructura de preferencias estable según la cual A es preferida a B, optará por la alternativa A. El consumidor optará por aquel complejo de consumo que maximice su utilidad, y lo hará sujeto a unas restricciones físicas y económicas.

En el caso del agente productor, éste, de acuerdo con las restricciones tecnológicas y los recursos disponibles, determina un plan de producción de manera que se maximice el beneficio.

A nivel de mercado en su conjunto, el equilibrio estará garantizado ya que las economías están hechas de tal manera que en media los agentes tienden a ser compatibles entre sí.

Consecuentemente:

  1. No hay superproducción; la demanda y la oferta se adaptan la una a la otra;
  2. La oferta de trabajo es en media igual a la demanda de trabajo. No hay desempleo;
  3. Hay estabilidad monetaria. La variación del Indice de Precios es casi nula.

2.- Definición de los medios de transacción como todo aquello que hace de soporte y vehículo en la elaboración y ejecución de planes de transacción (por ejemplo, las instituciones públicas y privadas, las normas de derecho, etc.).

La teoría microeconómica parte de que:

1.- El tiempo se reduce. Los supuestos realizados son que: a) cada una de las cosas temporalmente localizadas es un bien distinto, b) todas esas oportunidades las realizan los agentes en el momento presente, por lo que sólo existe un momento temporal;

2.- Respecto a los bienes, la teoría económica distingue entre bienes básicos y producidos. Los agentes -consumidores y productores- disponen de todos los bienes, y de un vector de precios para cada bien. Los precios son señales que indican costos de oportunidad reducidos a una unidad de cuenta. Cada agente conoce todos los costos de oportunidad en todas las circunstancias; además, este costo se puede conocer mediante un número expresado en unidades de cuenta.

2.1.1. Conclusiones

Hemos visto que la obra iniciada por Adam Smith fue continuada por otros economistas y que ni uno ni otros incluyeron conceptos psicológicos en sus elaboraciones teóricas. A esto pudo contribuir la falta de estatus científico por parte de la psicología en aquella época; tal estatus empezaría a adquirirlo la psicología en 1879 al construir Wundt el primer laboratorio psicológico. Pero tampoco desde entonces sería muy notorio el interés y confianza de los economistas en el saber psicológico.

Los miembros de la Escuela Austríaca, también llamada escuela marginalista o psicológica, tampoco recurrieron a los conocimientos del creciente saber psicológico cuando elaboraron su teoría subjetiva del valor. De nuevo, los economistas prefirieron basarse en las observaciones e interpretaciones de sentido común. Esta escuela introdujo dos conceptos con un fuerte contenido motivacional y que son fundamentales en la teoría económica: utilidad marginal y coste de oportunidad. De especial relevancia en la teoría del consumidor, la utilidad marginal es el valor subjetivo procedente de la última unidad de consumo añadida. De especial relevancia en la teoría de la producción, el coste de oportunidad es el valor de la mejor alternativa no seleccionada al realizar una elección.

Posteriormente destaca Keynes con su modelo de equilibrio general; en su análisis sobre cómo puede ocurrir la descoordinación de planes en un mercado competitivo, Keynes introduce el rol de tres "leyes psicológicas": 1) la propensión marginal a consumir por parte del agente consumidor; 2) la preferencia por la liquidez; y 3) las expectativas de rendimiento por parte de los agentes productores. Será la divergencia entre expectativas lo que introduzca descoordinación en el mercado.

El trabajo de los economistas hasta los años 30 da lugar a la conocida teoría neoclásica, caracterizada por un principio fundamental y la caracterización del medio de transacción.

Hemos visto que el principio de comportamiento optimizador es un principio suficiente para caracterizar todas las transacciones de los agentes: maximización sujeta a restricciones.

Sin embargo en la teoría neoclásica no existe un modelo sobre la representación de los agentes; no hay expectativas, planes, etc. La aplicación del principio de comportamiento optimizador conduce a caracterizaciones de los agentes tan reduccionistas y destructivas que éstos se convierten en cosas desprovistas de razón, voluntad, etc. Pero desde la psicología sabemos que los individuos son procesadores activos -aunque limitados- de la información y que elaboran modelos de la realidad, tienen una estructura de personalidad, desarrollan preferencias, actitudes, etc. Será necesario, por tanto, que los modelos económicos incluyan los modelos que tienen las personas y en base a los cuales éstas se comportan de forma racional, haciendo uso de su voluntad y libre albedrío.

En cuanto al medio de transacción, las hipótesis que lo conforman eliminan el rol de los rumores, opiniones, etc., ya que todo es expresable en términos objetivos. Todos los costes de oportunidad se conocen en términos de la unidad de cuenta. Se descarta así el hecho de que por el progreso tecnológico continuamente surgen nuevos productos, cambian las situaciones, etc.; el producto no está definido ni en su composición orgánica ni en su magnitud. Consecuentemente, los costes de oportunidad se crean en el tiempo: muchos costes de oportunidad no se conocen ahora pero se conocerán después, otros no llegarán a conocerse nunca, y otros no son expresables en una unidad de cuenta objetiva. Además, según el modelo dado -competencia perfecta, precio aceptante- sólo los precios llevan información. De nuevo, este supuesto se aleja de la realidad.

2.2. Aportaciones de la psicología a la teoría microeconómica

El término psicología económica fue utilizado por primera vez en 1881 por el psicólogo social Gabriel Tarde en su obra "La Psichologie Economique" (1902).

Dos características de la obra de Tarde que en su día no gozaron de aceptación pero que hoy merecen especial atención son las siguientes:

  1. Tarde critica a Adam Smith y a otros economistas por no considerar que el hombre es un ser social, y por no incluir la interacción personal como base de la teoría del comportamiento económico;
  2. Tarde establece una relación entre el consumo, tiempo libre y trabajo: el tiempo libre y el arte de consumir son tan importantes, o más, que el trabajo.

Fuera del continente europeo, y con un mayor soparte empírico, destaca la obra de George Katona durante los años 40. Katona introduce la psicología económica en Estados Unidos defendiendo dos ideas:

  1. Los factores psicológicos median la relación entre los estímulos de naturaleza económica y las respuestas comportamentales de los individuos. El autor defendió la importancia de las variables psicológicas en el comportamiento económico en base a que no son las condiciones económicas objetivas sino la percepción que de éstas tiene el individuo las que influyen en su comportamiento económico.
  2. Es posible medir variables no pecuniarias de gran relevancia económica como las expectativas, actitudes, nivel de aspiración, aprendizaje social y cognición. Además, Katona demostró que es posible utilizar estas medidas para describir y predecir mejor el comportamiento económico a nivel agregado. De esta forma Katona descartaba la idea de que las variables psicológicas obstaculizan la predicción del comportamiento económico.

En la década de los 60 Herbert Simon se une a la discusión sobre la relación entre la psicología y la economía. Desde la psicología cognitiva, Simon se centra en dos de los postulados asumidos por los economistas al explicar el comportamiento económico: (1) las variables económicas mantienen entre sí relaciones unívocas donde las desviaciones sistemáticas del comportamiento carecen de interés; (2) el agente económico se comporta de forma racional maximizando su utilidad/beneficio gracias a su conocimiento y control absoluto de la situación.

Ante estos postulados Simon (1963) defiende que los conceptos básicos sobre los que debe descansar la teoría económica son: (1) la consecución de un nivel "satisfactorio" de utilidad/beneficio, y (2) la limitada racionalidad del comportamiento humano debido a las limitaciones en la capacidad de procesamiento de información: consumidores, productores, empresarios, trabajadores, inversores, etc., toman decisiones económicas en relación a compras, beneficios esperados, renta, etc.; estos agentes económicos intentan optimizar sus decisiones en un contexto de incertidumbre, y dentro de las limitaciones de sus conocimientos, aspiraciones, capacidades, habilidades, etc.

3. La psicología económica como disciplina

La primera definición de psicología económica fue propuesta por Tarde (1902) como "los fundamentos psicológicos de la economía". A partir de entonces, diversos autores han intentado ofrecer definiciones teóricas u operativas algo más explícitas de la disciplina.

En términos generales, la psicología económica se centra en el estudio del comportamiento económico. El principal foco de atención de la psicología económica es el rol que el agente humano juega en el comportamiento económico.

La primera parte de la psicología económica, "psicología" indica que esta disciplina se centra en la experiencia y comportamientos humanos. La psicología económica recurre a: 1) los métodos de investigación psicológica como, por ejemplo, experimentos, estudios de simulación, observación, entrevistas, y cuestionarios; y 2) los principios psicológicos que explican el comportamiento humano; los postulados básicos sobre los que descansa la psicología económica son que el comportamiento individual y en general los patrones comportamentales están influidos por:

  1. Los factores motivacionales que intervienen entre los estados actuales y deseados; estos factores impulsan y dirigen el comportamiento;
  2. Los sistemas de valores de los individuos, con componentes estables y también inestables;
  3. El procesamiento de información a partir del entorno interno y externo al individuo, de forma que la nueva información obtenida se combine con la previamente almacenada en la memoria;
  4. Los procesos de comparación e influencia social;
  5. Reglas o heurísticos que utilizan los individuos para ponderar pérdidas y ganancias, inputs y outputs;
  6. Procesos de atribución causal, procesos de aprendizaje.

La segunda parte, "económica" indica el énfasis de la psicología económica en el manejo de recursos escasos, y expresa las actividades y resultados de éstas, en términos monetarios. Esta disciplina aplica el cuerpo de conocimientos de la psicología al estudio de cómo los recursos escasos se emplean en la satisfacción de las necesidades de los hombres que viven en sociedad.

Vemos que el objeto de la psicología económica está fuertemente relacionado con la psicología y la economía. A nivel metodológico, la psicología económica ha optado por una mayor proximidad a la psicología que a la economía: la psicología económica está en gran medida orientada hacia la observación empírica y el análisis de datos, y los intentos de construcción teórica están bastante próximos al nivel observacional. La unidad de análisis es el comportamiento individual, pero de forma que sea posible la agregación a partir de individuos; el objetivo último es poder describir y explicar el comportamiento económico a un nivel de agregación tal que pueda ser denominado mercado.

La combinación de ambos saberes científicos -psicología y economía- da lugar a la psicología económica como "disciplina" que estudia los mecanismos psicológicos y procesos subyacentes al consumo y otras actividades de naturaleza económica. La psicología económica estudia las preferencias, elecciones, decisiones y los factores que influyen en éstas, así como las consecuencias de decisiones y elecciones con respecto a la satisfacción de necesidades. Ampliando el área de estudio, esta disciplina se centra en el impacto que tienen los fenómenos económicos externos sobre el comportamiento y bienestar humano". (Definición aprobada en la fundación de la Asociación Internacional de Investigación en Psicología Económica, en 1978).

4. Tres áreas de interés en psicología económica

La orientación aplicada y útil de la psicología económica se manifiesta claramente en los problemas que son objeto de estudio en esta disciplina. Podemos agrupar tales campos de estudio en tres tipos de realidades interrelacionadas que configuran el sistema socioeconómico de todo individuo:

  1. El centro o lugar de consumo, donde es de especial interés el comportamiento del consumidor y de la unidad familiar.
  2. El mundo de los negocios, donde el interés se centra en el empresario y su comportamiento.
  3. El área del ciudadano/la sociedad, donde son especialmente importantes ciertas relaciones económicas a nivel agregado.

El comportamiento del consumidor es el área de estudio más desarrollada y, hoy en día, dominante en psicología económica. Se trata de analizar el comportamiento del consumidor, entendido como el conjunto de acciones de los individuos directamente relacionadas con la obtención, uso y disposición de bienes económicos y servicios, incluyendo los procesos que determinan esas acciones y las consecuencias de las mismas, La mayor parte de la investigación y de las teorías se centran en, además de la publicidad, el procesamiento de la información por parte del consumidor, la influencia social a la hora de consumir, los factores que influyen en la lealtad al producto o a la marca, consumos disfuncionales como la cleptomanía y el consumo compulsivo, etc.

Este área de estudio guarda una estrecha conexión con el marketing. La psicología económica y el marketing comparten ciertos intereses y técnicas de investigación, y cada una de ellas puede contribuir al desarrollo de la otra. Sin embargo, admitir que el comportamiento del consumidor es un aspecto importante dentro del marketing no significa que la psicología económica y el marketing se solapen por completo en lo que al estudio del comportamiento del consumidor se refiere. Van Raaij (1981) señala algunas diferencias entre el marketing y la psicología económica:

1.- El interés del marketing en el comportamiento del consumidor se centra en la relación del individuo con el producto o servicio en cuestión, y a menudo el análisis se limita a la fase de precompra y de adquisición del producto.

El dominio de la psicología económica es más amplio e incluye todo el ciclo "precompra-compra-uso-recompra".

2.- El marketing investiga el comportamiento del consumidor con la intención de influir en dicho comportamiento a través de la publicidad.

La psicología económica estudia el comportamiento del consumidor como parte del comportamiento económico con la finalidad de obtener un mejor conocimiento científico del mismo. Además, la relevancia de estudiar el comportamiento del consumidor está en que éste no sólo afecta a los agentes productores en busca del máximo beneficio, sino a sociedades benéficas, a las medidas políticas de protección del consumidor y regulación del mercado, y al mismo consumidor, educándole; el consumidor puede aprender a detectar estafas y abusos en el mercado, y puede aprender cómo actuar contra ellos.

Por último, es necesario señalar que la psicología económica no actúa de forma normativa -indicando cómo debería ser...- respecto al comportamiento del consumidor. Por el contrario, la psicología económica contribuye y aporta conocimientos que puedan ser utilizados en la relación entre consumidor, publicistas y organismos públicos de forma que el mercado gane transparencia y el consumidor alcance un mayor grado de bienestar.

3.- El interés del marketing está estrechamente ligado al mercado y a productos/marcas específicos.

Sin embargo, desde el punto de vista de la psicología económica es esencial que se desarrolle una teoría general del comportamiento del consumidor con independencia de intereses de aplicación a un producto concreto.

Katona fue uno de los primeros psicólogos que estableció una conexión entre variables psicológicas y económicas en el área del comportamiento del consumidor. En este sentido, Katona formuló una de las ideas básicas en psicología económica: "el consumo depende tanto de la habilidad para comprar como del deseo de compra". El rol de variables psicológicas en el consumo viene dado, según Katona, por los deseos de compra que tiene el individuo. Lo anterior explica la larga tradición en la aplicación de las teorías de personalidad y de motivación en el área de consumo. Cabría ampliar el rol de la psicología en la investigación del comportamiento del consumidor atendiendo a las aportaciones de la psicología social sobre los deseos de compra, y de la psicología cognitiva en relación a la habilidad para comprar.

La investigación psico-económica en el ámbito empresarial es menos abundante que la realizada en el área del consumidor. De nuevo, tanto variables económicas como psicológicas influyen en el complejo mundo de los negocios.

La consideración de variables psicológicas en la explicación de acontecimientos dentro del ámbito empresarial se justifica por ciertas cuestiones que son difíciles de resolver desde la teoría económica tradicional:

Las ciencias económicas intentan resolver el problema de la asignación de recursos a través de tres cuestiones fundamentales: ¿qué tipos y cantidades de bienes y servicios se van a producir?, ¿cómo se van a emplear los recursos económicos para producir esos bienes?, ¿para quién se producirán esos bienes? Sin embargo los economistas no se cuestionan el porqué del comportamiento económico, y más en concreto, del comportamiento empresarial. Esto es así por el conocido postulado de "hombre económico racional" que, dentro del ámbito de la empresa, implica que el objetivo esencial que persigue el agente productor y el porqué de sus diversas actividades es la obtención del máximo beneficio.

La preocupación de la psicología económica en este área se orienta hacia el desarrollo de teorías sobre el comportamiento empresarial que sean capaces de describir y explicar dicho comportamiento dentro de un marco macroeconómico. La investigación psicoeconómica se ha centrado en aspectos tan diversos como: el modelo de hombre económico racional, la iniciativa e innovación empresarial, el comportamiento inversor, el comportamiento contable, la negociación empresarial, toma de decisiones en la empresa, atribuciones de éxito/fracaso empresarial y las consecuencias de estas atribuciones en posteriores actividades de la empresa, etc.

La perspectiva societal de la psicología económica abarca una gran variedad de temas: el comportamiento fiscal: fraude y evitación fiscal, la disposición personal hacia el ahorro, la percepción de la inflación, los determinantes y consecuencias del desempleo, la influencia de los medios de comunicación en el optimismo/pesimismo económico de los receptores y en los cambios en el comportamiento económico, la preocupación por la conservación de la energía y por el medio ambiente en las decisiones de producción y de consumo, el proceso de socialización económica, etc.

Desde esta perspectiva la psicología económica puede ejercer al menos tres funciones:

  1. Informar sobre el estado psicológico de la economía a intervalos regulares. Los estudios que desde los años 70 se realizan en la CEE sobre el optimismo/pesimismo de los consumidores y empresarios son un buen ejemplo de ello.
  2. Ofrecer fundamentos analíticos para la planificación de medidas políticas. Esto incluye consideraciones estratégicas así como el estudio del contenido de acciones para modificar el curso de los hechos en algún aspecto.
  3. Impulsar la consideración de aspectos comportamentales en las decisiones a tomar dentro del ámbito económico. Las medidas económicas pueden alterar o modificar el comportamiento de los individuos, pero no siempre en la dirección y con la intensidad deseadas. La investigación sobre cómo reaccionan los individuos a los planes de promoción del ahorro, a incrementos en los tipos impositivos, etc., puede redundar en mayor eficiencia y eficacia por parte de la política económica.

Van Raaij (1981) ha propuesto un modelo general de psicología económica basándose en algunas ideas de Strümpel (1974). Como muestra la figura 1, este modelo recoge los tres campos objeto de estudio -el comportamiento del consumidor, el ámbito empresarial, el área social- en psicología económica, y los temas que son de mayor interés dentro de cada uno de ellos.

GE: Condiciones Económicas Generales: período de recesión o expansión económica, política económica del gobierno, nivel de desempleo, conflictos nacionales e internacionales, etc.

E: Entorno Económico: situación financiera, condiciones del mercado, tipo de empleo, procedencia de los ingresos, número de miembros en la unidad familiar, etc.

P: Factores Personales: sistema de valores, aspiraciones, expectativas, estilos cognitivos, interés en asuntos de naturaleza económica y/o política, etc.

E/P: Percepción de las Condiciones Económicas: expectativas sobre la evolución de los precios, percepción de justicia en la distribución de la renta, etc.

B: Comportamiento Económico.

S: Situación: acontecimientos procedentes del entorno, previsibles (vacaciones, viajes, etc.), o imprevisibles (un accidente, enfermedad, desempleo repentino, etc.).

SW: Bienestar Personal Subjetivo: satisfacción o insatisfacción con la compra realizada, quejas del consumidor al distribuidor o productor en relación al bien adquirido, problemas del usuario con el producto o servicio, satisfacción con la situación económica personal, etc.

SD: Descontento Social.

Una característica esencial de este esquema conceptual de la psicología económica es

su dinamismo y su carácter cíclico. Cuatro grupos de variables -E, E/P, B y SW- actúan como variables independientes en algunos análisis, y como variables dependientes en otros. De ahí que surjan un conjunto de posibles tópicos de investigación psico-económica:

  1. La relación E----->E/P se refiere a cómo percibe la gente la realidad económica; efecto de los medios de comunicación; ilusión del dinero.
  2. La relación E/P----->B se refiere a la influencia de las percepciones, preferencias, actitudes de los individuos en su comportamiento económico.
  3. La relación B------>SW incluye estudios sobre la satisfacción e insatisfacción del consumidor, bienestar personal.
  4. La relación B------>E es la investigación económica sobre la oferta y demanda de bienes y servicios.
  5. La relación SW----->E incluye estudios sobre el diseño y desarrollo de productos, servicios y programas basados en la satisfacción y experiencia de consumidores.
  6. La relación SW----->E/P se refiere a cómo las expectativas confirmadas y desconfirmadas modifican las percepciones que el consumidor tiene del mercado y de los productos.
  7. La relación GE------>E abarca estudios económicos sobre la correspondencia entre las condiciones económicas generales y la situación financiera personal y oportunidades de la unidad familiar.
  8. La relación P------>E/P se relaciona con los efectos de la personalidad, estilos cognitivos, y estilo de vida en la percepción y categorización de la realidad económica.
  9. La relación S------>B se refiere a las influencias situacionales en el comportamiento económico.
  10. La relación SD------->SW incluye la correspondencia entre la satisfacción con la vida en general, el trabajo, etc., y la satisfacción económica del individuo.

5. Discusión y conclusiones

La psicología económica descansa en las contribuciones teórico-prácticas de la psicología y de la economía para estudiar las variables y procesos psicológicos relacionados con decisiones y actividades de carácter económico. La naturaleza subjetiva de las intenciones, evaluaciones, expectativas, etc., de los individuos requiere incluir un soparte de naturaleza psicológica en la teoría del comportamiento económico.

Hasta ahora, la psicología económica se caracteriza por ser una disciplina más aplicada que teórica. Los problemas investigados en psicología económica proceden de distintas realidades económicas más que de la teoría (ver Van Veldhoven, 1981). Esto es así porque el punto de partida de la investigación psico-económica no es la teoría económica ni la teoría psicológica, sino problemas procedentes de distintas situaciones que requieren tomar decisiones económicas. De acuerdo con Warneryd (1988a), tal orientación aplicada debe ser además relevante y útil en relación a algún objetivo concreto.

Como en el caso de cualquier otro saber científico, es necesario definir cuál es el dominio teórico y aplicado de la psicología económica. Esta necesidad no implica, sin embargo, que la psicología económica deba ser un campo de estudio estrictamente definido. Por el contrario, la psicología económica tiene un carácter esencialmente interdisciplinar. Esto significa que la delimitación de este campo de estudio viene dada no sólo por sus áreas de interés y su aproximación metodológica, sino también por su relación con otras ciencias; el desarrollo de la psicología económica descansa en el intercambio de conocimientos procedentes de la psicología, economía, marketing, estadística, derecho, historia, sociología.

Tras una breve y no muy aceptada historia de denuncias pioneras por parte de la psicología al desarrollo de la teoría económica en Europa y en Estados Unidos, es en la década de los 70 cuando aparecen los primeros modelos empíricos y analíticos que combinan conceptos de economía y psicología.

En la actualidad la investigación psico-económica se desarrolla en diversos departamentos universitarios y centros de investigación que representan a la psicología, economía, y al marketing. La primera cátedra de psicología económica fue otorgada en 1963 a Karl-Erik Warneryd.

Hoy en día existen cátedras de psicología económica en la Escuela de Económicas de Estocolmo (Suecia), en la Escuela de Económicas y de Administración de Empresas de Aarhus (Dinamarca) y de Helsinki (Finlandia), en la Universidad Erasmus de Rotterdam (Holanda), en la Universidad de Tilburg (Holanda), y en la Universidad René Descartes de París (Francia).

La Asociación Internacional de Investigación en Psicología Económica (IAREP) fue fundada en 1978. El Primer Coloquio Anual IAREP se celebró dos años antes en Tilburg.

Por último, desde 1980 se publica cuatrimestralmente la revista "Journal of Economic Psychology". Esta revista muestra cuál es el estado de la cuestión en los distintos campos de la psicología económica, a nivel teórico y aplicado.

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