ARTICULO

Efectos diferenciales del conflicto y la ambigüedad de rol en mandos intermedios

 

M.ª Dolores MERINO y José A. FORTEZA

Departamento de Psicología Diferencial y del Trabajo Facultad de Psicología. U.C.M. Campus de Somosaguas. 28026 Madrid


RESUMEN

ABSTRACT

PALABRAS CLAVE:

KEY WORDS:

METODO

ANALISIS DE DATOS RESULTADOS

DISCUSION Y CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFIA


RESUMEN

En esta investigación se pone de manifiesto el efecto diferencial que el conflicto y la ambigüedad de rol tienen en los mandos intermedios. Concretamente, nuestros datos indican que el mando intermedio está afectado por el conflicto de rol mientras que apenas sufre ambigüedad de rol. Estos resultados tienen implicaciones de interés de cara a la validez de constructo, así como a la unidimensionalidad o bidimensionalidad de estas variables, así como de cara al estudio uniforme o diferencial de estos fenómenos

ABSTRACT

In this paper we examine the differential effect of role conflict and role ambiguity on middle managers. Concretely our datas show that middle manager are much more affected by role conflict than role ambiguity. Indeed the don't almost suffer the last one. These results have implications of interest about the construct validity, as well as the unidimensionality or bidimensionality of these variables as well as about the differential or uniform study of them.

PALABRAS CLAVE:

Conflicto de rol, ambigüedad de rol. mando intermedio.

KEY WORDS:

Role conflict, role ambiguity, middle manager.


La investigación sobre conflicto y ambigüedad de rol comienza a principios de los años 50 (Ben-David, 1958; Cohen, 1959; Dalton, 1955; Ditz, 1959; Getzels y Guba, 1954; Seeman, 1953) aunque es en la década de los 60 cuando adquiere verdadero protagonismo, debido, principalmente, al desarrollo de la teoría del estrés de rol (Kahn, 1964; Roethlisberger, 1965; Woodwards, 1965). En las dos décadas siguientes los trabajos realizados en este campo se centraron, sobre todo, en el estudio de las consecuencias negativas que el conflicto y la ambigüedad de rol tenían para el sujeto y para la empresa. En estas investigaciones se pusieron de manifiesto las relaciones existentes entre el conflicto, la ambigüedad de rol y: la insatisfacción laboral, el bajo rendimiento, la ansiedad, el absentismo laboral y la propensión al abandono de la empresa, entre otras (Abdel-Halim, 1980; Berkowitz, 1980; Gupta y Beerh, 1979; Hammer y Tosi, 1974; Howard, et al. 1986; McEnroe, 1984).

En los trabajos realizados sobre conflicto y ambigüedad de rol desde los años 70 a esta parte, el instrumento más utilizado para la medición de estos constructos ha sido la escala desarrollada por Rizzo et al. (1970), pues según datos de Jackson y Shuler (1905) se ha utilizado en el 85 % de las investigaciones realizadas sobre este tema. Debido, precisamente, al amplio uso que esta escala ha tenido, ha sido sometida a una amplia discusión y escrutinio acerca de sus propiedades psicométricas (Jackson y Shuler, 1985).

La polémica se inicia en el año 81 cuando Tracy y Johnson revisan los resultados encontrados por Rizzo y col. y llegan a conclusiones bien distintas. Según estos autores la estructura subyacente a la escala de Rizzo podría ser unidimensional, la bidimensionalidad encontrada podría deberse no tanto al contenido de los ítems como a la diferente manera en que han sido formulados según se tratara de una variable u otra.

A partir de este trabajo comienzan a proliferar los estudios que aportan evidencia tanto a favor como en contra de validez de constructo de la escala desarrollada por Rizzo y col. Así por ejemplo, House, Shuler y Levanoni (1983) coinciden con Tracy y Johnson (1981) en que la diferente forma en que han sido elaborados los ítems de la escala, de forma positiva o negativa, así como con orientación externa vs. interna según se tratara del conflicto o de la ambigüedad de rol respectivamente, pueden haber contaminado los resultados encontrados por Rizzo y col. De ser así, los factores encontrados estarían reflejando aspectos formales o tendencias de respuesta en vez de constructos subyacentes. Sin embargo, estos autores encuentran evidencia negativa a este argumento, pues elaboran nuevos ítems de conflicto y ambigüedad de rol en los que presentan estas condiciones balanceadas y encuentran, al correlacionar los nuevos con los antiguos un coeficiente de 0.88 en ambigüedad y de 0.94 en conflicto.

A conclusiones similares se llega en los diferentes meta-análisis realizados sobre la materia (Van Sell et al., 1981; Fisher y Gitelson, 1983). En el último de los cuales se afirma que la escala desarrollada por Rizzo y col. ha sido y es un instrumento satisfactorio para la medición de los constructos conflicto y ambigüedad de rol (Jackson y Shuler, 1985; pg. 17).

En los últimos años, este tema sigue despertando interés y discusión. De hecho, las últimas investigaciones sobre conflicto y ambigüedad de rol centran su atención en este punto.

En la mayoría de estas investigaciones se ha recurrido al análisis factorial confirmatorio o técnicas similares para comprobar cuál de los tres modelos posibles (la existencia de un único factor, la existencia de dos factores o la diferente forma en que han sido formulados los ítems) tiene mayor capacidad explicativa. Los resultados obtenidos han sido contradictorios. Por ejemplo, McGee, Ferguson y Seers (1989) encuentran evidencia favorable a la tercera explicación, mientras que Kelloway y Barling (1990) encuentran que el modelo más satisfactorio es el que explica los resultados en términos de conflicto y ambigüedad de rol. En la misma línea Netemayer, Johnson y Burton (1990) corroboran la validez de constructo y discriminante de la escala de conflicto y ambigüedad de rol. En cambio, los resultados encontrados por Harris (1991) apoyan la hipótesis relativa a la formulación diferencial de los ítems. Asimismo, King y King (1990), en el análisis teórico que hacen, ponen en tela de juicio la validez de la escala al comparar las definiciones de conflicto y ambigüedad de rol de Kahn et al. (1964) y la operativización que de estos constructos hacen Rizzo et al..(1970)

Sin embargo los recientes resultados encontrados en tres muestras distintas por Smith, Tisak y Scheider (1993) confirman, de nuevo, la validez de la escala desarrollada por Rizzo et al. (1970).

Por otra parte los resultados diferenciales que en ocasiones se han encontrado en conflicto y ambigüedad de rol; en el sentido de que estos constructos no siempre se asocian con el mismo tipo de variables (Jackson y Shuler, 1985), constituyen una evidencia favorable a la bidimensionalidad del conflicto y la ambigüedad de rol medidos con la escala de Rizzo et al. (1970).

En esta misma línea, si pudiéramos encontrar una población en relación a la cual pudiéramos suponer «a priori» que tienen más propensión al conflicto que a la ambigüedad o viceversa, y nuestros resultados corroboraran este presupuesto, aportarían una evidencia favorable e indirecta a la validez de constructo de la escala de Rizzo et al. (1970). Asimismo, un resultado de tal índole también apoyaría la bidimensionalidad de la escala, pues de no ser así, no se encontrarían resultados diferenciales.

Siguendo en esta línea argumental, pensamos que los mandos intermedios debido a la posicion estructural y funcional que ocupan, están mas expuestos al conflicto que a la ambigüedad de rol. Así pues, el propósito del presente artículo es comprobar si hay diferencias significativas entre el conflicto y la ambigüedad de rol en mandos intermedios medidos con la escala de Rizzo et al. (1970)

METODO

HIPOTESIS:

El conflicto de rol es más característico en mandos intermedios que la ambigüedad de rol.

MUESTRA:

Estuvo formada por 106 mandos intermedios, de los cuales 75 eran hombres y 31 mujeres; sus edades estaban comprendidas entre los 21 y 63 años, con una media ' de 38. La mayoría, un 38.8%, teman estudios superiores y todos ellos procedían de grandes empresas ubicadas en Madrid.

PROCEDIMIENTO:

La escala de conflicto y ambigüedad de rol se aplicó individualmente. Antes de comenzar a contestar todos los sujetos leyeron las instrucciones que hacían referencia a los siguientes aspectos: objetivo general de la investigación, garantía de confidencialidad de las respuestas, importancia de contestar sinceramente así como de no dejar respuestas en blanco, no existencia de respuestas buenas o malas y agradecimientos.

VARIABLES E INSTRUMENTOS:

Para medir las variables conflicto y ambigüedad de rol empleamos la escala tipo Likert desarrollada por Rizzo, House y Lirtzinan (1970); modificada por nosotros según se explica en el punto "análisis de ítems". Las puntuaciones se obtuvieron hallando la media ponderada por los pesos factoriales.

ANALISIS DE DATOS

ANALISIS PRELIMINARES:

Tenían como objetivo corroborar las condiciones de fiabilidad y validez del instrumento empleado y hacer un análisis de ítems.

ANALISIS DE LA VALIDEZ:

Aplicamos el análisis factorial de factor principal y rotación varimax y encontramos dos factores; el primero agrupó a los ítems de conflicto de rol y el segundo a los de ambigüedad de rol (ver tabla n.º l).

Resultados consistentes con los anteriores encontramos al aplicar el análisis de cluster de variables (ver cuadro n. 1)

ANALISIS DE LA CONSISTENCIA INTERNA:

Aplicamos el coeficiente alfa y encontramos los valores de 0.78 y 0.74 en conflicto y ambigüedad de rol, respectivamente.

ANALISIS Y SELECCION DE ITEMS:

Para realizar este análisis tuvimos en cuenta los siguientes criterios:

A.- Concentrar una frecuencia interior al 50 % en la categoría indiferente. (Ningún ítem fue eliminado por este motivo.)

B.- Presentar valores superiores a 0.20 en la comunalidad, la correlación múltiple de cada ítem con los demás y el peso factorial.

C.- No presentar pesos parecidos en más de un factor.

Tras aplicar estos criterios se consideró recomendable la eliminación de posteriores análisis dos ítems del factor conflicto de rol (concretamente, el ítem F5 y el F7; véase escala, comunalidad y correlación múltiple en el anexo).

RESULTADOS

Para poner a prueba nuestra hipótesis aplicarnos las siguientes pruebas:

El estadístico de contraste T correspondiente a muestras dependientes. Obtuvimos el valor de 2.95, por lo que siendo alfa igual a 0.005 y T=2.62 rechazamos la hipótesis nula. Por tanto, podemos afirmar que el conflicto de rol es significativamente mayor que la ambigüedad en mandos intermedios.

El estadístico de contraste Z correspondiente a dos proporciones con observaciones independientes. Obtuvimos el valor de 6.75, por lo que siendo alfa igual a 0.05 y Z=1.96 aceptamos la hipótesis alternativa. Así pues, podemos afirmar que hay diferencias significativas entre la acumulación de frecuencias en los valores alto y medio alto en conflicto y ambigüedad de rol (véase tabla n. 2 y gráfico b. 1 y 2).

DISCUSION Y CONCLUSIONES

En los análisis preliminares hemos sometido a análisis factorial de factores principales a los ítems de la escala de Rizzo y col. y hemos encontrado dos dimensiones, la primera de las cuales agrupa a los ítems de conflicto y la segunda a los de ambigüedad. Esta estructura queda corroborada por el análisis de cluster donde encontramos dos conglomerados, uno referente a conflicto y el otro a ambigüedad.

En principio se podría afirmar que estos resultados constituyen una evidencia favorable a la validez de constructo y a la bidimensionalidad de la escala, pero también se podría argumentar, tal y como otros autores han hecho (Tracy y Johnson, 1981; Ferguson y Seers, 1989; Harris, 1991) que esta estructura bifactorial se puede atribuir no tanto al contenido de ítems como a la diferente manera en que han sido formuladas las preguntas de conflicto y ambigüedad de rol.

Sin embargo, los efectos diferenciales encontrados al comparar el conflicto con la ambigüedad en mandos intermedios demuestran que esta población está mucho más afectada por el primero de estos fenómenos, lo que constituye una evidencia negativa a la hipótesis anterior y favorable e indirecta a la validez de constructo de la escala. En tal sentido, nuestros resultados son congruentes con los encontrados anteriormente aplicando otro tipo de metodología más sofisticada (House, Shuler y Levanoni, 1983; Kelloway y Barling, 1990; Netemayer, Johnson y Burton, 1990; Smith, Tisak y Schneider, 1993). La explicación a nuestros resultados, podemos encontrarla al poner en relación la definición de cada uno de los conceptos implicados (conflicto de rol, ambigüedad de rol y mando intermedio).

De acuerdo con Rizzo et al. el CR es visto en términos de incompatibilidad de demandas, mientras que la ambigüedad de rol estaría relacionada con la falta de información en relación al rol. Falta de información que también se refiere a la ausencia de claves que permiten predecir las consecuencias de los actos.

Por otro lado, el mando intermedio, desde el punto de vista estructural, está situado entre la dirección y los trabajadores, mientras que desde el punto de vista funcional es el encargado de supervisar al personal de base. Cabe pensar, entonces, que el mando intermedio estructuralmente está expuesto al conflicto, mientras que funcionalmente está protegido de la ambigüedad, pues cuanto más abajo nos situamos jerárquicamente mayor definición y concrección de comportamientos encontramos, lo que incidiría negativamente en la ambigüedad.

Además, los resultados diferenciales encontrados, también constituyen una evidencia favorable a la bidimensionalidad de la escala, pues no habríamos encontrado diferencias significativas entre conflicto y ambigüedad de rol de haber formado parte de una misma dimensión.

De todo lo expuesto en este artículo se extraen varias consecuencias de interés:

Este tipo de evidencias, aunque metodológicamente menos complejas, constituyen pruebas a favor de la validez de constructo y de la bidimensionalidad de la escala de Rizzo, que es interesante tener en cuenta. Si consideramos todo el conjunto de las evidencias obtenidas en relación a la validez de constructo de esta escala, podemos afirmar, tal y como otros hicieron antes (Jackson y Shuler, 1985), que la escala de Rizzo es y sigue siendo un instrumento adecuado para la medición del conflicto y la ambigüedad de rol. Todo ello no excluye ni invalida la existencia y desarrollo de otras escalas para la evaluación de estos constructos (Peiró et al., 1987; Ares, 1991) aunque, a nuestro modo de ver, la escala de Rizzo plantea dos ventajas principales: una la brevedad, tan valorada en el mundo de la empresa, y la otra, el que los resultados pueden ser comparados con los obtenidos en la mayoría de las investigaciones realizadas en el mundo sobre este tema, pues han utilizado el instrumento desarrollado por Rizzo para medir el conflicto y la ambigüedad de rol.

Los resultados diferenciales encontrados nos indican que es posible formular hipótesis distintas en relación al conflicto y la ambigüedad de rol. Hay que hacer notar que, en general, esta distinción no se hace, por lo que se da un tratamiento idéntico a ambos fenómenos. En esta misma línea, los resultados encontrados demuestran que el mando intermedio apenas está afectado por la ambigüedad de rol, por lo que parece que no es la población más adecuada para el estudio de tal fenómeno. En este sentido, el estudio del conflicto de rol en mandos intermedios resulta más interesante que el estudio conjunto de ambos constructos.

Por último señalar, que sería interesante que la investigación en este campo se centrara más en el estudio de los antecedentes, en vez de las consecuencias, del conflicto y de la ambigüedad de rol. Los resultados encontrados apuntan hacia la necesidad de que las investigaciones futuras estudien los antecedentes del conflicto de rol en mandos intermedios, pues su conocimiento nos permitiría prevenir la aparición de dicho fenómeno. Un mayor esfuerzo investigativo en esta línea sería interesante.

PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y ORGANIZACIONES

 

M.' Dolores Merino - José A. Forteza

ANEXO

Escala de conflicto y ambigüedad de rol eliminados los ítems F5 y F7 (véase tabla 3, tabla 4 apartado ítems y tabla 5).

1.- Tengo que hacer cosas que podrían hacerse de diferentes formas. Muy falso

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

2.-Me siento seguro del grado de autoridad que tengo.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

3.- Me asignan tareas sin darme la mano de obra necesaria para completarla.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

4.- Conozco exactamente lo que se espera de mí.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

5.- Los objetivos y metas de mi trabajo están claros.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

6.- Trabajo con dos o más grupos que funcionan de manera bastante distinta.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

7.- Dos o más personas me piden y ordenan cosas que son incompatibles entre sí.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

8.- Se lo que debo hacer en cada momento.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

9.- Debo desarrollar tareas sin contar con los medios y el material adecuado para su realización.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

10.- Reparto mi trabajo de forma adecuada.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

11- Conozco mis obligaciones.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto

12.- En ocasiones tengo que olvidar las reglas de la empresa para llevar a cabo una tarea.

( ) Falso

( ) Indiferente

( ) Cierto

( ) Muy cierto


 

BIBLIOGRAFIA