RECENSION
Se trata de un manual sencillo y divulgativo, tanto para los psicólogos en general como para aquellos profesionales aplicados que estén en contacto directo con empresas y organizaciones. El principal valor de libro para un psicólogo del trabajo es el análisis detallado y la exposición práctica que se presenta acerca de cómo debe desarrollarse un curso de formación en un entorno laboral.
En el capítulo 1 se definen algunos conceptos generales relacionados con la actividad formativa, y se clarifica el ámbito de actuación de la formación cuando se considera en términos profesionales dentro de una empresa.
El capítulo 2 describe cómo se diseña un curso de formación. Paso a paso, se da respuesta a preguntas cómo: ¿qué son y cómo se formulan los objetivos y el contenido del curso?, ¿cuáles son y cómo debemos seleccionar las mejores estrategias para que los contenidos sean transmitidos con éxito?. En definitiva, igual que cuando programamos un viaje seleccionamos los medios de transporte (estrategias) más eficaces, en la elaboración de un curso de formación debemos planificar las mejores estrategias para realizar el viaje con éxito y en el menor tiempo posible. En la maleta llevaremos los contenidos que vamos a transmitir y, en estos casos, tan importante resulta asegurarnos de que llevamos todo lo necesario como saber que no seremos penalizados por el exceso de equipaje.
El capítulo 3 trata de dar soparte material a estas ideas, de manera que puedan resultar ser operativas, tanto para la persona responsable de impartir el curso de formación como para aquellas personas que lo van a recibir. A través de un ejemplo práctico muy completo se ilustra que documentación debe aportar el formador y qué aspectos ha de cuidar a la hora de elaborar una guía para el alumno.
El capítulo 4 ofrece las variables que deben tenerse en cuenta en la elaboración del curso. En primer lugar, aquéllas que tienen que ver con la preparación del escenario de la formación, la selección de aulas, el número de alumnos, la distribución del tiempo, la preparación de los medios (visuales, etc.) que van a utilizar, y por supuesto, el clima que cree el formador y su manejo del grupo de alumnos.
En el capítulo 5 se detallan una serie de habilidades que el formador necesita desarrollar para optimizar su rendimiento en el curso. Concretamente, estas habilidades están relacionadas con aspectos de la comunicación tanto verbal (hablar en público, cómo dirigir preguntas a los asistentes, etc.) como no verbal (cómo usar las ayudas audiovisuales, cómo controlar gestos y reprimir emociones, etc.), y el manejo de la dinámica de grupos.
-El capítulo 6 está dedicado a la dirección del grupo como estrategia para facilitar el aprendizaje. Se describen, además, algunas de las técnicas más usuales para fomentar la participación y la discusión de grupo, tales como: la discusión dirigida, el brainstorming, la técnica de grupo nominal, etc. Además, se reflexiona sobre los beneficios que tiene la escucha y la retroalimentación para el logro de los objetivos del curso.
El capítulo 7 nos explica cómo llevar a cabo la evaluación del proceso formativo en tres fases: evaluación inicial, evaluación del proceso y evaluación de la aplicación. Con independencia de cuál haya sido el resultado del curso, la tarea del formador no finaliza cuando termina el curso. Tiene la obligación de realizar una autoevaluación buscando el porqué de los fracasos, para evitarlos en futuras ocasiones. En definitiva, el formador ha de aprender a aprender o aprender a cambiar para seguir aprendiendo.