ANEXO 7
Crear, mantener y desarrollar empleo y riqueza es complicado pues entran en conflicto intereses de múltiples partes.
Que la confrontación, la fuerza y la amenazan ya no son ni la única ni la principal forma de reivindicar derechos o metas y lograr aspiraciones.
Que diversas formas de participación en la dirección de las empresas es la mejor forma de ser competitivos y ofertar calidad.
Que ante grandes y viejos problemas se requieren nuevas y radicales soluciones: todos tenemos que cambiar las actitudes ante el trabajo.
Los trabajadores que ven peligrar sus puestos y sus condiciones de trabajo. Los sindicatos que ven que no se estabiliza ni aumenta el empleo.
Los empresarios que ven que vencer sin convencer no es suficiente.
Las asociaciones empresariales que ven que la demanda no se activa con conflictos, desconfianza, para e inestabilidad laboral.
Los gobiernos que ven que el desarrollo estable requiere paz social.
La sociedad que comprende que el trabajo y capital son aliados para lograr no hundirse y prosperar ambos.
Al Instituto Laboral de la CAM para la Mediación y Arbitraje de Conflictos Laborales tanto individuales, grupales y colectivos.
Paga la CAM a través de una fundación privada autónoma cuyos patronos son los Sindicatos, las Asociaciones Empresariales y la Consejería de Economía y Trabajo. Los árbitros son personalidades y técnicos imparciales que selecciona y facilita el Instituto Laboral. Los mediadores son técnicos puestos a disposición de cada parte del conflicto por representantes de «las partes» del propio Instituto que es quien les paga. El Instituto Laboral son CEIM, CCOO y UGT. La CAM es el mecenas de sus gastos.
Se gana que te escuchen y te den explicaciones y alternativas en los cambios laborales. Se gana celeridad y economía en la toma de decisiones empresariales.
Todos ganan la posibilidad de lograr un acuerdo que satisfaga a todos, no sólo según las normas generales sino según las circunstancias y necesidades.
Cuesta el someterse al procedimiento. Todos pierden unos días (de 5 a 10) y cuesta un gran esfuerzo de estudio de soluciones aceptables según el doble interés de las partes.
No cuesta dinero ni afiliación, pero sí buena voluntad, cooperación, creatividad, corrección y rigor en la asertividad de decir lo que uno quiere y lo que no, y lo que se está dispuesto a ceder a cambio de qué.
No se delega en terceros, se trabaja con terceros. Se logra un 5 1% de acuerdos.
Repensar la economía para reconducirla, día a día y en lo posible, antes que caer en la indefensión o desesperar huyendo o atacando al «otro» en vez de al problema.
La eficacia en defender lo tuyo, también se puede aprender.