DOSSIER
RESUMEN ALGUNAS POSIBLES LINEAS DE ACTUACION
CONDICIONES PARA QUE PUEDA PRODUCIRSE LA INCORPORACION DE LA INICIATIVA SOCIAL A LA INTERVENCION
En la actual coyuntura se hace todavía más importante incorporar a la iniciativa social, a los colectivos y asociaciones, dentro de los programas y tareas de intervención social, no sólo porque les corresponde un papel fundamental en la respuesta solidaria a las necesidades y problemas que afectan al conjunto de la comunidad, sino porque sólo de esta manera será posible rentabilizar y multiplicar los esfuerzos.
No son sólo las asociaciones especializadas en los diversos campos temáticos de la intervención social las que han de implicarse, son todas aquellas organizaciones y colectivos ciudadanos, todos aquellos movimientos sociales que tienen una verdadera presencia social y una real voluntad de contribuir a construir un mundo mejor.
Las posibilidades de intervenir y actuar, de desarrollar acciones y programas concretos, desde la iniciativa social son muchas y diversas. Los agentes de intervención social deben ser conscientes de ello e incorporar, entre sus objetivos prioritarios, la dinamización del tejido asociativo para que las asociaciones y colectivos se conviertan en agentes activos de la solidaridad y de la intervención social.
Iniciativa social. Voluntariado. Asociaciones. Movimientos sociales. Participación. Motivación. Formación. Organización. Intervención. Investigación. Información. Sensibilización. Reivindicación. Denuncia.
At the present conditions it becomes even more important to integrate collectives and associations to social initiative within the programmes and tasks of social intervention, not only because they have a main role to play in a joint response to needs and problems affecting the whole community, but also because only in this way it RIB be possible to maximize and multiply the efforts.
Not only associations specialized in the different fields of social intervention have to get involved, but also all those civic organizations and collectives and all those social movements which have an effective social presence and a real will to contribute in the building of a better world.
There are many and diverse possibilities to act, to implement specific actions and programmes from a social initiative. Social agents must be aware of this and integrate, among their main aims, the invigorating of associationist tissue in order that associations and collectives become active agents of solidarity and social intervention.
Social initiative. Volunteering, Associations. Social movements. Participation. Training and education. Organization. Intervention. Research. Information. Sensitization. Claiming. Denunciation.
Asistimos, en la vida pública y en los medios de comunicación, a una eclosión del discurso de la participación social y la "sociedad civil". Continuamente recibimos mensajes que nos invitan a intervenir solidariamente, a participar en la vida comunitaria, a no inhibirnos de los problemas que afectan al conjunto de la comunidad social. El "voluntariado" está de moda. Se nos recalca continuamente el papel fundamental que ciudadanos y ciudadanas tenemos en la construcción de una sociedad mejor, más habitable, más humana.
Este discurso puede responder, por un lado, a la "retórica" política, siempre interesada en hacernos sentir parte importante de lo que ocurre (aunque en la práctica contemos bien poco en la toma de decisiones que se reservan a unos pocos) y atacada últimamente por un "virus" que acentúa los rasgos más populistas del discurso, de todos los discursos.
Por otra parte, nos encontramos ante una "crisis" del Estado su papel. Se debate hasta dónde puede recortarse el Estado de Bienestar, la prestación de servicios sociales generales por parte del Estado, para poder hacer frente a las dificultades presupuestarias que padecemos. Esto significa que se suprimirán recursos, que se eliminarán programas, que se reducirán beneficiarios, que se establecerán prioridades, etc. con la consiguiente "contracción" de las políticas sociales y con el abandono de ciertos espacios de intervención por parte del Estado.
Ese panorama resulta especialmente desalentador precisamente en un momento en que la "crisis" general (económica, social, política, etc.), en todo el mundo, y sus consecuencias (el aumento del desempleo, los flujos crecientes de inmigración, el incremento de ciertas "patologías sociales", etc.) se traducen en mayores y más profundas necesidades de intervención social para tratar de combatir las situaciones de marginación y exclusión social que fácilmente pueden producirse, que se producen ya de hecho.
Y, cuando "Santa Bárbara truena", el Estado clama pidiendo ayuda, tratando de conseguir que la propia sociedad supla con su iniciativa solidaria, voluntaria, las carencias y lagunas que puedan producirse en su acción.
Se nos dice que las soluciones a los problemas colectivos han de implicar al conjunto de la sociedad, que las respuestas han de ser "colectivas", que a todos/as nos toca aportar nuestro esfuerzo, nuestro granito de arena.
En todo caso, e independientemente de lo que nos digan desde "el Poder", parece evidente que no podemos esperar que las soluciones las busquen y aporten, mágicamente, otros y no podemos alimentar la ilusión de hallar una salida individual a problemas y situaciones que nos desbordan, que afectan al conjunto y a la totalidad de hombres y mujeres. Por el contrario, hemos de asumir que sólo podremos encontrar las respuestas adecuadas en el esfuerzo solidario, en la acción colectiva.
La expectativa de futuro de los "agentes de intervención social' (psicólogos trabajadores sociales, educadores, animadores, etcétera), que trabajan en instituciones públicas, privadas o en organizaciones no gubernamentales, ha de tener muy en cuenta todo lo dicho.
La opción se plantea en términos claros:
- Confiar en la eficacia de la intervención individual e individualizada (en mayor o menor medida), acomodándose a los previsibles recortes (en recursos humanos, económicos, técnicos, materiales, etc.), con que nos amenaza la actual coyuntura, aceptando las consecuentes limitaciones en el impacto de la intervención que ello conlleva, etc.
- Apostar decididamente por la incorporación de la iniciativa social a la intervención, impulsando y promoviendo la aparición de nuevos "multiplicadores", para optimizar todos los recursos disponibles, para minimizar los efectos de la crisis, para "multiplicar" el impacto de la acción.
Los agentes de intervención social saben bien que el éxito de cualquier política social, de cualquier intervención, reside, en gran medida, en que la conozcan, hagan suya y respalden aquellas personas y/o sectores a quienes se dirigen y, muy especialmente, quienes conforman la comunidad en la que han de llevarse a cabo. De su aceptación o rechazo dependerá, determinantemente, el que alcance sus objetivos o no.
Pero no nos referimos solamente a esta necesaria "aceptación social" de la intervención, sino que creemos necesario convertir en "agentes activos" de ella a la propia comunidad. Hablamos de reforzar el protagonismo, la participación efectiva del conjunto de la sociedad en la misma intervención, en su desarrollo concreto.
Se trata de "intervención" no para generar dependencias, de forma que el apoyo externo sea una condición necesaria del éxito posible, que se desinfla en cuanto concluye la acción de los agentes, sino de trabajar por la autonomía y la continuidad de los procesos desarrollando la capacidad de "autogestión" de la propia comunidad.
Este enfoque está, afortunadamente, cada vez más presente en las intervenciones. Cada día se apuesta, de manera más decidida, por fortalecer los procesos organizativos de la comunidad. como parte sustantiva de los procesos de intervención.
Porque esa comunidad, ese "conjunto de la sociedad" no puede ser entendido como algo abstracto, que siempre está presente en las "declaraciones de intenciones", pero que en la práctica resulta difícil definir y más aún incorporar a acciones concretas.
Más allá del discurso y la demagogia, hemos de precisar qué entendemos por Iniciativa Social", e, inevitablemente, habremos de hablar de organización, de asociaciones y movimientos sociales.
Con frecuencia, cuando nos referimos a la iniciativa social, en relación a la intervención social, se piensa únicamente en aquellas asociaciones y/o colectivos que se ocupan de este ámbito específico de actuación (drogodependencias, marginación social, minusvalías físicas y psíquicas, inmigrantes, etc.). Sin embargo ésta es una visión parcial que supone una limitación de la búsqueda de soluciones y las posibilidades de actuación.
Hemos de contemplar y tener en cuenta al conjunto de grupos y colectivos, a las asociaciones que articulan el tejido social y a través de las cuales los/as ciudadanos/as participan en sociedad, organizándose autónomamente para la creación de opinión, la toma de decisiones y el desarrollo de acciones concretas.
Esto significa que hay que ir más allá de las asociaciones creadas ex profeso para intervenir en el ámbito de la acción social, y que hay que incorporar al resto de asociaciones y colectivos que trabajan en otros ámbitos (vecinal, ecologista, pacifista, feminista .. ) y que si bien, en principio, pueden tener diferentes intereses y motivaciones, también es cierto que comparten un interés comunitario y el objetivo de mejorar la vida del conjunto social o de ciertos sectores afectados por problemas específicos que obstaculizan o Emitan su pleno desarrollo e incorporación social, trabajando desde valores como la cooperación y la solidaridad.
Esta ampliación de la relación iniciativa social-intervención social al conjunto de asociaciones y colectivos, no se plantea en detrimento de las asociaciones surgidas para trabajar en el campo de la acción social. Por el contrario amplía su campo y posibilidades de actuación y las convierte en el principal motor de un proceso cuyo objetivo, a medio y largo plazo, ha de ser conseguir que el resto de las asociaciones de su entorno se conviertan, de acuerdo con sus posibilidades, en agentes efectivos de la intervención social.
Si realmente la iniciativa social ha de jugar un papel fundamental en la solución de los problemas derivados de la marginación y exclusión social de ciertos sectores, esto sólo puede conseguirse haciendo que el conjunto de las asociaciones y colectivos sociales puedan actuar como "multiplicadores", en su ámbito de intervención, de la labor que ya vienen desarrollando los agentes y las asociaciones que trabajan en ese campo.
Este proceso ha de basarse por un lado, en la definición de otras asociaciones y colectivos ciudadanos como destinatarios de las iniciativas de los agentes y asociaciones que trabajan en el campo de la intervención social, y por otro lado en la coordinación con estos agentes, asociaciones y colectivos para trabajar de forma conjunta por y para la mejora de la calidad de vida de su entorno.
Pero, ¿cómo implicar al conjunto del tejido asociativo en la intervención social? ¿Cómo lograr que, en la medida de sus posibilidades y capacidades (siempre susceptibles de ser desarrolladas) cumplan un papel activo en este campo?
Les toca a los "agentes de intervención", individuales y colectivos, explorar las, posibilidades y orientar su acción para promoverlas.
Las actividades e iniciativas que estas asociaciones pueden llevar a cabo, incorporando los temas de la intervención social a su dinámica habitual, son potencialmente muy amplias, sin embargo a grandes rasgos pueden encuadrarse en algunas de las siguientes líneas de actuación:
a) La investigación:
La búsqueda, sistematización y análisis de informaciones y datos sobre la realidad de la marginación, la exclusión social, las patologías sociales, etc., en el propio territorio o ámbito de actuación constituye una de las posibilidades más claras de intervención de las asociaciones.
A partir de este mejor conocimiento, las asociaciones pueden, en primer lugar, señalar los objetivos más importantes que deberán tener las posteriores intervenciones e identificar las circunstancias concretas en las que éstas se deberán llevar a cabo.
En segundo lugar, las asociaciones pueden seleccionar las informaciones más significativas para difundirlas en actuaciones informativas y/o de sensibilización, o para fundamentar una reivindicación o denuncia determinada.
Con frecuencia, las asociaciones piensan que la investigación es algo que está fuera de su alcance y cuya realización está reservada a los expertos (sociólogos, investigadores profesionales, etc.).
Esta idea, extendida en el conjunto del movimiento asociativo, cobra aun mayor fuerza cuando se trata de abordar un tema tan complejo como el de la intervención social. Sin embargo en muchas ocasiones, y sin pretender emular ni hacer la competencia a los profesionales de la investigación, las asociaciones están en perfectas condiciones de recoger y analizar datos e informaciones, con la ventaja adicional de que las asociaciones pueden hacer esa investigación desde dentro, desde la misma realidad, con los lenguajes y la misma voz de quienes están directamente implicados.
En este sentido resultan especialmente interesantes "las Investigaciones participativas", en las que los propios miembros de la asociación son quienes "autoinvestigan" su realidad, los que buscan y aportan las informaciones, los que las analizan y las convierten en pistas para la acción posterior. De esta forma, la investigación sirve para reforzar la identidad, aumentar la conciencia y la motivación para actuar, etcétera.
Un aspecto muy importante de las investigaciones realizadas por las asociaciones es la "devolución" de los resultados obtenidos a la comunidad, al colectivo o sector, donde se ha realizado dicha investigación. Esta "devolución", más allá de la mera transmisión de información, puede actuar como un importante elemento motivador para la implicación de personas afectadas, opinión pública, etc., en las iniciativas y actividades.
b) El seguimiento y control:
Otra de las estrategias posibles que se pueden incentivar y con las que cuentan las asociaciones es el seguimiento y/o control de las políticas que desde las administraciones o instituciones, públicas y/o semipúblicas, se ponen en marcha para actuar frente al conjunto de las situaciones y problemáticas que abarca genéricamente la intervención social.
Se trata de mantener una atención permanente y sistemática, recogiendo informaciones, directamente de las propias entidades, mediante testimonios de personas vinculadas con ellas, a través de los medios de comunicación, etc., haciendo una valoración del impacto de sus políticas y actuaciones sobre la población y realizando, como consecuencia, reivindicaciones o denuncias cuando este impacto no es el esperado o se desvía de los objetivos previstos inicialmente.
Asimismo, las asociaciones pueden y deben incorporarse activamente en las comisiones, comités, consejos, etc., creados por instituciones y organismos diversos, con el fin de controlar cuantas iniciativas relacionadas con las problemáticas sociocomunitarias impliquen a la ciudadanía, haciendo preguntas, solicitando o realizando directamente informes, cuestionando propuestas, etc.
Para que esta participación sea realmente efectiva es necesario que las asociaciones estén bien informadas y conozcan su realidad puesto que, para lograr el éxito en una reclamación o reivindicación, será necesario contar con el mayor apoyo social posible y para ello habrá que recurrir a la difusión, selectiva y/o masiva, de los datos e informaciones a los que se tenga acceso.
c) La información y la sensibilización.
El manejo y la transmisión de la información como una estrategia para conseguir que un determinado sector de la población o bien el conjunto de la sociedad, conozca y comprenda una situación y/o problemática determinada, es un poderoso recurso de cualquier asociación con independencia de cual sea su ámbito de actuación.
En el terreno de la intervención social es frecuente plantear la transmisión de información no sólo como un medio de dar a conocer la realidad de una situación determinada, sino también como una estrategia para lograr una sensibilización en los sectores a los que se dirige la información, para que a su vez ésta favorezca una respuesta o acción positiva frente al problema concreto.
En este sentido, las asociaciones juegan un importante papel ya que junto a la sensibilización de las grandes campañas, promovidas habitualmente por las instituciones, las asociaciones pueden desarrollar iniciativas de sensibilización de ámbito más restringido, basadas en la realidad concreta del entorno en el que trabajan (su barrio, su pueblo ... ), para lo cual es condición imprescindible un conocimiento de dicho entorno. Aún siendo conscientes de la "lentitud" con que actúan las iniciativas de sensibilización, la necesidad que existe de ellas es indudable y al mismo tiempo pueden constituir una buena forma de "devolver" los resultados obtenidos en una investigación.
d) La denuncia y la reivindicación:
La denuncia supone utilizar la información con un objetivo diferente de los anteriormente señalados, en este caso el objetivo es señalar responsabilidades y responsables, exigir una respuesta concreta a una situación determinada. Algo similar ocurre con la reivindicación si bien en este caso el objetivo sería expresar una demanda, una petición concreta.
En el caso de la acción social, las asociaciones, además de la denuncia y la reivindicación referidas a aspectos específicos de una intervención concreta, no deben olvidar todas aquellas reivindicaciones y denuncias referidas a la promoción de condiciones sociales y al máximo aprovechamiento de los recursos sociables disponibles, con el fin de elevar la calidad de vida de la comunidad.
Es muy frecuente que recursos y equipamientos cuya necesidad ha sido reivindicada con gran fuerza, una vez que han sido conseguidos y ha pasado el primer período de "euforia", acaban siendo infrautilizados o cubiertos únicamente por la oferta que se hace desde las instituciones públicas. En este sentido se hace necesario un esfuerzo de imaginación por parte de las asociaciones y colectivos para utilizar al máximo estos recursos.
Es bien conocido que los métodos "Tradicionales" de denuncia y reivindicación utilizados por las asociaciones (marchas, manifestaciones, concentraciones, sentadas, encierros, pintadas, y un largo etcétera) están un tanto gastados. Además a nadie se le escapa la dificultad que existe para conseguir una fuerte movilización en la calle, especialmente cuando se pretende la participación de personas que no son afectadas directamente por el problema.
Hoy en día es mucho más importante, a efectos del impacto social, conseguir que un medio de comunicación, especialmente la televisión, se haga eco de una reivindicación o denuncia que lograr que unos centenares de personas sigan a la calle.
Lo ideal es que ambas cosas, la movilización ciudadana y el impacto en los medios de comunicación, coincidan y para ello es fundamental, de nuevo, poner en marcha la creatividad.
e) La formación:
Cada día más, la formación se convierte en una de las estrategias de actuación más empleadas por las asociaciones.
Los destinatarios de esta formación pueden ser un determinado grupo, colectivo o sector social. En este caso el objetivo de la formación será que dicho grupo adquiera una serie de habilidades y/o destrezas que les ayude a abordar de forma positiva y eficaz las cuestiones que surjan en relación con las distintas problemáticas sociales.
Hay que tener en cuenta que la formación no se limita a la realización de cursos. Aunque no hay por qué despreciar éstos, también es posible utilizar otros métodos como la elaboración de materiales formativos (escritos, gráficos, audiovisuales, etcétera).
El segundo destinatario de la formación son las propias asociaciones. Cada vez más las asociaciones, con independencia del campo en el que trabajen, necesitan disponer de habilidades, destrezas, herramientas, que les permitan desarrollar una labor eficaz no sólo en relación con su ámbito concreto de actuación, sino también, y muy especialmente, en relación con su práctica organizativa. Por ello, junto con una formación referida a las distintas problemáticas propias de la acción social, es necesario que las asociaciones desarrollen iniciativas de formación que les capaciten en temas como organización interna, programación, gestión de recursos humanos y económicos, captación de- nuevos recursos, etc.
Tanto si el destinatario de la formación es un grupo "externo" como si es la propia asociación, para que cualquier iniciativa formativa tenga éxito, es preciso que sea atractiva, que los métodos que se empleen sean participativos y dinámicos, amenos y prácticos. Sólo si los participantes en las iniciativas de formación encuentran en ésta los elementos de motivación necesarios, se implicarán y aprovecharán al máximo la experiencia formativa.
f) La intervención directa:
Por intervención directa nos referimos a aquellas formas de actuación que tienen por objeto dar respuesta concreta, con la acción directa de la propia asociación, a problemas, necesidades o intereses de un grupo, colectivo o sector social, sin esperar a que otras instituciones o entidades lo hagan.
Las posibilidades de intervención directa que tienen las asociaciones en el campo de la acción social son muy amplías, la formación que señalábamos anteriormente es una de ellas. De una forma simplificada, estas posibilidades se encuadrarían en uno de los tres niveles habituales de Prevención.
- Primaria:
Ya se trate de iniciativas de transmisión de información y sensibilización dirigidas, con un tratamiento diferenciado, a jóvenes y adultos, o bien de actividades más genéricas de promoción de actividades alternativas que disminuyan el riesgo de que se produzcan determinadas patologías sociales.
- Secundaria:
Actuaciones encaminadas a intervenir en aquellos casos en los que los efectos de ciertas situaciones o patologías sociales están en sus primeras etapas, haciendo especial hincapié en aquellas iniciativas que mejoren la accesibilidad y la disponibilidad de los recursos.
- Terciaría:
Actuaciones relacionadas con el tratamiento y la reintegración social de personas o sectores, afectados por una determinada problemática, a su entorno habitual: iniciativas de apoyo y/o participación en centros especializados, actuaciones que favorezcan la organización de los familiares y personas allegadas
Sea cual sea el tipo de iniciativas que una asociación pretenda realizar, es importante que se enfoquen desde una perspectiva global tratando de abarcar no sólo un aspecto sino el conjunto de los diversos elementos que están presentes en la intervención social.
Las mencionadas son algunas de las posibilidades que las asociaciones y organizaciones sociales tienen que poder tomar parte en la intervención social, multiplicando su impacto.
No obstante, la existencia de estas habilidades no implica que se hagan fácilmente efectivas, de forma espontánea. Hay que crear las condiciones para que puedan producirse y ello es, en buena medida, tarea de los "agentes de intervención", individuales y colectivos, sea cual sea el marco en el que se inscriba su trabajo.
Para que las asociaciones y organizaciones sociales puedan participar en la intervención es necesario:
En primer lugar, que QUIERAN tomar parte. Esto significa, entre otras cosas, que sientan la necesidad de hacerlo (para lo cual es preciso que conozcan y hagan suyos los problemas y situaciones que justifican la intervención) y que sientan que pueden aportar algo (para lo cual es preciso que reconozcan y valoren su papel social y, más en concreto, sus múltiples capacidades y posibilidades de actuación en la intervención).
La tarea del "agente de intervención" será, en este caso, reforzar la motivación de las asociaciones y colectivos hacia la intervención social: informándoles y sensibilizándoles de las necesidades y problemas existentes en su territorio o ámbito de actuación asociativa; analizando con ellos las relaciones existentes entre estos problemas y la vida cotidiana del conjunto del barrio o del pueblo (sus implicaciones, consecuencias, riesgos, etc.); analizando las posibilidades de actuación; reforzando la importancia del papel que puede y le corresponde cumplir a la asociación, etc.
En segundo lugar, será necesario que SEPAN como intervenir. Esto significa que, más allá de la motivación, es preciso que las asociaciones y colectivos cuenten con las capacidades y conocimientos necesarios para que su participación en la intervención sea efectiva.
Ya hemos hablado de algunas de las formas posibles de actuación (investigación, información, sensibilización, denuncia, formación, etc.). Cada una de ellas implica, para poder ser llevada a cabo con eficacia, una serie de conocimientos generales (habilidades, destrezas, conocimientos y capacidades técnicas e instrumentales, etcétera) y de conocimientos específicos, referidos al campo de intervención concreto (la marginación, las drogas, la inmigración, las minusvalías, cte.).
La tarea del agente será ahora facilitar los recursos formativos, de todo tipo (haciendo gala de su imaginación), necesarios para desarrollar estas capacidades: para que aprendan a llevar a cabo ciertas tareas de intervención, para que aprendan a organizar dichas tareas y a organizarse internamente, etc.
En tercer lugar, si pretendemos que las asociaciones y colectivos participen en la intervención, será preciso que PUEDAN hacerlo. En otras palabras, que existan los espacios, los cauces, los medios, los mecanismos concretos que les permitan tomar parte en los programas de intervención social concretos.
El agente deberá poner en pie o reforzar estos cauces de participación: para que puedan intervenir en el diseño y planificación de los programas de intervención, en su desarrollo, en su coordinación, en su seguimiento y evaluación, cte. En suma, se trata de "abrir" las estructuras de intervención, los equipos, programas, comisiones, coordinadoras, etc., para incorporar a las asociaciones y colectivos como uno más de los "actores" que toman parte en la intervención.
He aquí todo un programa de trabajo para los "agentes de intervención" que pretendan incorporar la "Iniciativa social organizada" a sus proyectos de intervención.
El que todo ello se haga o no dependerá, principalmente, del grado de conciencia que los propios agentes tengan sobre la importancia y la necesidad de hacerlo.
CLAVES PARA LA EDUCACION POPULAR(1991): De quién es la iniciativa en el desarrollo sociocomunitario. Ed. Popular, S. A.
VV.AA. (1989): Sociedad civil e instituciones democráticas. Ed. Popular, S. A.
VVAA. (1989): Procesos socioculturales y participación. Ed. Popular, S. A