EXPERIENCIAS
UN TALLER DE RADIO LA INSERCION DESDE LA INTEGRACION
EL CONCEPTO INSTRUMENTAL DEL 'MULTIUSO'
¿QUE TIENE QUE VER UN MEDIO DE COMUNICACIÓN CON TODO ESTO?
Vamos a tratar de contarles a lo largo del siguiente texto, una experiencia que consideramos útil en el sentido de poder aportar ideas o de abrir perspectivas nuevas en el ámbito de la intervención social. En el caso concreto, al que nos referiremos, el uso de un recurso específico de carácter cultural o recreativo, Onda Latina, puede utilizarse como un instrumento mediador en procesos de integración social, de apoyo al tratamiento de drogodependientes, ele programas de apoyo curricular, de adaptación a la escuela por parte de minorías, etc.
Onda Latina es una emisora madrileña, situada en un barrio de la periferia e incluida en lo que en los años 80 se llamó 'radios libres' y que acabó bien con la desaparición de estas emisoras juveniles o con su posterior evolución hacia un compromiso, más o menos firme, más o menos constante, con su comunidad de pertenencia y con los problemas sociales de ésta. De ahí que algunas emisoras hayan añadido al nombre de la radio el adjetivo, 'comunitaria', o incluido entre sus voluntarios o colaboradores a profesionales de la psicología, del trabajo social, de la animación. educación. etc.
La historia de Onda Latina, en lo que se refiere a colaboración y búsqueda de soluciones a los problemas sociales, se inicia en 1988, cuando a través de una subvención municipal se pone en marcha un programa de inserción y apoyo al tratamiento de drogodependientes en atención ambulatoria, del área de Carabanchel y Latina, que todavía se mantiene. A pesar de ciertos cambios tecnológicos y metodológicos, los objetivos básicos se siguen conservando con un importante nivel de logro: Favorecer conductas de integración social o de "normalización"; a través del desarrollo de habilidades de comunicación y expresión verbal, del incremento de la autoestima, de la oferta de interacciones múltiples en el ámbito relacional, del apoyo afectivo y socio-cognitivo y del fomento de planes de futuro.
La actividad que define esta intervención, es mucho más sencilla de lo que pudiera parecer, a simple vista. Se trata de un Taller de Radio, un programa de enseñanza radiofónica, a través del cual obtener los objetivos que hemos señalado con anterioridad. En un taller de radio se enseña a "hacer radio", pero también se aprende a comunicarse con un universo amplio de interlocutores, a manejar una tecnología audiovisual, a enriquecer un repertorio lingüístico generalmente empobrecido, a descubrir nuevas alternativas socio-recreativas y a otros elementos de menor importancia.
Pero desde la práctica de la radiodifusión, todavía aumentan aún más estos efectos, con otros como el incremento de la autoestima, o de la mejora de la aceptación/integración familiar desde, entre otros, los logros o éxitos que se evidencian, por ejemplo, con el simple hecho de escucharse o de que los otros escuchen la radio.
El taller de radio tiene dos partes, una primera teórica o de aprendizaje y otra segunda de integración entre teoría y práctica. En la primera parte, que dura seis sesiones, los esfuerzos se orientan hacia el área sociocognitiva: Ejercicios de lectura y escritura, de vocalización y expresión verbal, de representaciones sociales y personales. En la segunda, con una duración variable, de 6 sesiones en adelante, se trata de consolidar los logros de la primera etapa y aprovechar la fuerte carga emocional que supone "salir en antena", para rectificar por moldeado ciertos déficits, aprender a controlar situaciones estresantes y reconocer éxitos personales, entre otros.
Una vez terminado el taller de radio, resta una última e importante intervención, pensando ya en una óptima inserción social de los usuarios de este programa. En esta etapa distinguimos como en la anterior dos partes: Una primera consiste en ofrecer al usuario posibilidades de colaboración en la emisora (grabación de espacios musicales, de continuidad, realización técnica, selección musical, etc.) que supongan un compromiso, la aceptación de una normativa, el cumplimiento de una serie de obligaciones personales (horario, preparación, etc.) y la necesaria vinculación relacional con otras personas que participan de la emisora, Esta etapa no tiene una temporalidad fija, y se pretende, trabajar en la "normalización" a través de una planificación saludable, divertida y enriquecedora del tiempo libre. A pesar de que la duración de esta etapa no está limitada, la experiencia de todo este tiempo nos ha demostrado que el abandono de estas actividades suele acompañarse con el acceso al mundo laboral (todavía hoy, muchos profesionales y usuarios siguen pensando que la actividad laboral es la que da la medida de la integración social).
La última etapa es la inserción, en este caso con la mediación del recurso social que estamos describiendo. Con otras palabras, poder integrar en el grupo social y humano que representan los socios miembros de la Asociación. Esta posibilidad es, lógicamente, muy limitada, porque de ser aceptada por todos los usuarios, la asociación que sustenta a la emisora Onda Latina, dejaría de ser lo que es para convertirse en una asociación de ex drogodependientes o algo por el estilo. Pensamos que el número óptimo de usuarios de cada taller con opción a integrarse, en las actividades normalizadas de la emisora o de la asociación estaría en tomo al 10%. Es decir, si los grupos que conforman cada taller están compuestos por unas 10 personas de media, posibilitar que uno de ellos se integre. En la actualidad, entre un 5 y un 6 % del total de socios de la emisora proceden de estos talleres de radio.
Además de este programa de inserción y de apoyo al tratamiento de drogodependientes que hemos descrito, realizamos otras intervenciones frente a los problemas sociales de nuestro ámbito ecológico con la misma herramienta "multiuso" con la que hemos trabajado hasta ahora, Onda latina. En este sentido podemos destacar las siguientes intervenciones:
Subprograma dirigido al fortalecimiento de intereses vocacionales. Alumnos bien integrados, con apoyos sociofamiliares y con una orientación vocacional clara.
Subprograma dirigido a potenciar/ promocionar actividades de tiempo libre saludables. Alumnos inadaptados, con problemas familiares y/o en distintas situaciones de riesgo de padecer problemas psicosociales.
Subprograma de apoyo psicosocial, dirigido a adolescentes que participan en actividades de otra asociación. Jóvenes con carencias afectivo-relacionales con problemáticas familiares diversas: alcoholismo, drogodependencias, prostitución, etcétera.
Programa de apoyo curricular:
Participación en un programa para conocer el distrito. Alumnos de 5.º de EGB.
Subprograma de apoyo a la integración escolar de niños gitanos escolarizados. En colaboración con los centros de enseñanza y el aula de trabajo social del Consorcio para el Realojo de la Población Marginada de Madrid.
Subprograma de educación compensatoria. Adolescentes inscritos en las aulas de educación compensatoria. Jóvenes con fracaso escolar. En algunos casos distintas problemáticas psicológicas y/o sociales.
Programa de apoyo social:
Intervenciones con adolescentes gitanos desescolarizados, en colaboración con el Consorcio de Población marginada.
En esta intervención, el papel del psicólogo es múltiple. No sólo por el carácter de la intervención sino también por la propia condición del recurso, un grupo de base, económicamente débil y dependiente de la "providencia" de las administraciones. El psicólogo, así como los otros profesionales que pudiera haber, no puede limitarse a desarrollar el rol tradicional o las tareas habituales; sino que ha de integrarse en la estructura del recurso, adaptando los fines y los modelos de organización a las necesidades que requiere la intervención social. El psicólogo ha de saber tanto dinamizar un grupo o diseñar un taller como manejar un mezclador de sonido o realizar un espacio de radio. Su implicación profesional va desde el diseño y la evaluación hasta la propia práctica en todas sus facetas. Sus roles, los que desarrolla en estas intervenciones, no son sólo roles profesionales más o menos estereotipados, sino roles sociales en interacción constante con los usuarios.
Los otros profesionales, animadores socioculturales y periodistas, también realizan acciones múltiples, excepto el diseño, la evaluación y la planificación de actividades que son competencia del psicólogo.
Pocas herramientas poseen tanta versatilidad, como la radio local, para la intervención social. La radio es un medio de comunicación con una serie de particularidades diferenciadoras con respecto a otros medios. Tiene un fuerte componente afectivo (de acompañar, de hablarte cerca, de hablarte a ti), un aspecto cognitivo o socio-cognitivo básico (el diálogo, la imbricación cultural del formato) y una facilidad o rapidez de los mensajes muy alta.
Pero un medio de comunicación, se trate del que se trate, no debe ser un monopolio de ciertas profesiones, de ciertos círculos o ambientes, sino que ha de estar en una mayor interacción social. No como hacen ahora los grandes medios, que piden la opinión del oyente o del espectador pero sólo para responder, opinar o participar del ámbito temático que inicia el 'maestro de ceremonias' desde su micrófono o su cámara
Nuestra idea de la comunicación es diametralmente distinta a la que, en estos momentos, reflejan los grandes emporios comunicativos. Creemos que todas las personas y grupos sociales han de tener posibilidades de acceso a los medios. Que la información y la comunicación no puede seguir siendo patrimonio de ciertas élites de famosos, de círculos económicos, culturales o incluso estéticos.
Nuestra idea de los medios como herramienta en la intervención social, se basa en tres principios básicos: Compromiso con la sociedad, sentido o ética de la responsabilidad e ideas de transformación. En ellos fundamentamos nuestro trabajo y hacia ellos orientamos las estrategias de intervención social. Cuando se trabaja con personas o grupos que sufren o padecen ciertos problemas sociales o psicosociales, se observa con facilidad que no hay resoluciones mágicas ni temas resueltos totalmente. Que a veces criterios estándar como la 'normalización' o la 'integración social' son falsas quimeras que sólo complican la solución de los problemas. Que muchas veces hay que arrancar compromisos de la sociedad y, por supuesto, orientarse en un sentido transformador o de cambio con todas las herramientas que la imaginación y la creatividad personal hagan posibles.
FUNES, J., MAYOL, 1. (1989): "Incorporarse a la sociedad. Ideas y propuestas para planificar la inserción social de las personas drogodependientes". Cruz Roja.
ROMANI, 0., FUNES, J. (1985): "Dejar la Heroína". Dirección General de Acción Social.