EXPERIENCIA
PRESENTACION CRITICA AL MODELO ADMINISTRATIVO O BUROCRATICO
ALTERNATIVA AL MODELO BUROCRATICO: LA TRANSFORMACION EN UN C. O. DESDE UNA PERSPECTIVA INSTITUCIONAL
- Primer momento: Situación de partida
- Segundo momento: Primera reestructuración
- Tercer momento: Segunda reestructuración
- Conclusiones
BIBLIOGRAFIA
El desarrollo de iniciativas de integración laboral con personas con deficiencia mental, está poniendo cada vez más claramente en cuestión los modelos que sirvieron de partida a la hora de diseñar y poner en marcha los centros ocupacionales. Inevitablemente este cuestionamiento nos lleva a la necesidad de adecuar el trabajo que se realiza en estos centros, y por tanto a modificar su propia organización y funcionamiento.
Esta transformación suele ser considerada como un mero asunto organizativo sin mayores implicaciones, en el cual tanto usuarios como profesionales de atención directa, no participan directamente. Y si lo hacen, sólo es a título de ser informados de lo que se va a hacer.
Afrontar la transformación institucional desde esta perspectiva, produce un enfoque administrativo y burocrático, que impide una auténtica transformación en la que se sientan implicados los profesionales de atención directa.
En este breve artículo intentaré mostrar una alternativa desde la perspectiva institucional, partiendo de la crítica del enfoque o modelo administrativo y burocrático, y una experiencia de la transformación realizada en la Unidad de Apoyo Social y Personal en un centro ocupacional.
Sin detenerme en una crítica pormenorizada, acerca de la cual remito a los trabajos de Lourau (1970) y Lapassade (1971, 1974), si quiero apuntar algunos de los serios inconvenientes que conlleva realizar desde este modelo un proceso de transformación que pretenda modificar tanto los objetivos, como la metodología de una institución concreta, en este caso, un centro ocupacional (C.O.).
Primeramente, acometer la transformación de un C.O sin la participación e implicación de los profesionales de atención directa, suele terminar en que estos cambios solo se realicen sobre el papel. Los cambios raramente se transmiten a la práctica cotidiana, salvo en sus aspectos más negativos: las resistencias se movilizan ante cambios que son vividos como impuestos y externos. Estos cambios se "obedecen", pero nunca se asumen como propios dado que no se ha participado en su creación. Al profesional de base sólo se le pide que los lleve a cabo, lo que impide un proceso de toma de conciencia y cuestionamiento profesional, y personal, acerca de la práctica cotidiana. Unica vía a mi entender, para una auténtica transformación real de lo que hacemos cada día.
Segundo. El enfoque burocrático reserva al "experto" las funciones de diseño y creación de los cambios necesarios. En este modelo de estructura piramidal, el experto" está en los escalones superiores, es quien posee el saber. El "otro", los profesionales totalmente implicados en la atención directa, sólo es un mero ejecutor. Queda así desubjetivizado, bloqueándosele sus posibilidades de participación y decisión. Es reducido a una posición de pasividad, de impotencia y de desresponsabilidad. La propia lógica interna de este modelo hace que este proceso se descargue posteriormente sobre los usuarios, último escalón de la pirámide, con los conocidos efectos de "infantilización" y dependencia tan característicos en las instituciones para minusválidos psíquicos. Aunque esto siempre puede ser racionalizado atribuyéndolo a la deficiencia, o psicopatología, del usuario.
Tercero. No se parte del análisis de la realidad concreto, de las contradicciones, y del sentido que estas toman en la dinámica general de la institución. Igualmente, factores como la historia, la cultura institucional del centro, y las diferencias concretas respecto a otros centros, quedan soslayados y negados. Así se realizan, transformaciones "ideales", válidas para todos, que en la práctica al no responder a las necesidades y a la configuración institucional concreta, acaban en procedimientos rígidos y estandarizados, que se superponen en el tiempo siguiendo la evolución de las modas.
Presento la modificación en el Area Técnico Asistencial de un C.O. Modificación que parte de reflexiones propias, y comunes con todo el equipo de profesionales de atención directa, y también de las expresadas por los propios usuarios del C.O.
Primeramente, a finales de 1992 se plantea la insatisfacción general tanto con la organización, como con el funcionamiento de la Unidad de Apoyo personal y social (las actividades de ajuste, y la necesidad de acometer una profunda transformación.
Por otro lado, las dificultades externas, e internas, con que chocan los intentos de integración laboral, están produciendo un cambio de perspectiva en la atención al minusválido psíquico. Las distintas experiencias realizadas, nos van indicando que los aspectos de ajuste social y personal aparecen como los más determinantes a la hora de favorecer y pronosticar una integración y normalización socio-laboral Lo que se ha dado en llamar habilidades, sociolaborales, que abarcarían un amplio espectro actitudinal de la persona, tanto de habilidades intra e interpersonales; como de equilibrio e integración de la personalidad global del sujeto. Desde esta perspectiva multidimensional, pierde peso la importancia de los factores aptitudinales, precisándose un nuevo reequilibrio entre las dos UNIDADES típicas, y tópicas, en que están estructurados los centros ocupacionales: la Unidad Ocupacional (U.O) y la Unidad de Apoyo personal y social (U.A). Una más ocupada de la aptitudinal, la (U.O), y otra más ocupada de la actitudinal, (la U.A), entendido de manera amplia como expuse anteriormente.
La comparación de la Figura 1 puede ofrecer una visión esquemática de la subordinación que entonces existía de la U.A. respecto a la U. O.
El punto de partida para llevar a cabo la transformación fue la creación de un equipo de trabajo con todos los profesionales dedicados a la U.A. Este equipo se constituye con la tarea de modificar todas las actividades y organización de la unidad.
Para mostrar el proceso llevado a cabo voy a apoyarme en una exposición temporal que toma tres momentos puntuales y que abarca el período entre diciembre de 1992 y julio de 1994. Este proceso no queda ni mucho menos cerrado sino que continúa en evolución. En térniinos de análisis institucional podría considerarse como proceso instituyente (Lourau, 1970).
Fase de diagnóstico institucional en línea con el principio de investigación-acción. Momento fechable entre diciembre de 1992 y mayo de 1993. Podemos ver en la Figura 1 como la organización del área técnico asistencial se divide en dos subáreas: la ocupacional y la de apoyo y ajuste psicosocial. La asignación de personal a cada subárea (12 profesionales en el subárea ocupacional frente a 5 profesionales incluyendo el psicólogo en el subárea de apoyo y ajuste psicosocial, manifiesta claramente, la subordinación de una respecto a otra. Funcionalmente nos encontramos: frente a unos talleres con escasa movilidad de usuarios; actividades de apoyo y ajuste organizadas en base al grupo de taller; relación entre usuarios también limitada a los compañeros de taller, etc. Así podemos interpretar que esta situación de partida se ajusta a un modelo típicamente escolar que diferencia materias principales (en nuestro caso representadas por las actividades ocupacionales) y asignaturas secundarias "marías" (representadas por las actividades de apoyo y ajuste) menos importantes y que llegado el caso son prescindibles. Además la clara subordinación de esta respecto a aquellas se plasma también en los horarios; en la creación de grupos de actividades en base al grupo de taller; el cubrir ausencias de personal del subárea ocupacional con personal del subárea de apoyo y ajuste, pero nunca al revés (con lo cual esas ausencias obligaban a eliminar actividades de apoyo y ajuste). Podemos pues diagnosticar una estructura escasamente dinámica, muy rigidificada y organizada en torno a diversos espacios (talleres y actividades) con poca conexión entre sí, que tienden a convertirse en pequeños compartimentos estancos.
Se modifica parcialmente la U.A. y se sientan las bases generales para una completa reestructuración organizativa estructural y funcional, este período se puede fechar entre junio de 1993 y mayo de 1994.
Una experiencia comenzada en los inicios de 1993 a través de la cual se crea un grupo de psicoterapia con uno de los pretalleres, actúa como analizador institucional (Lapassade 1971) y pone sobre el tapete la necesidad de integrar a estos usuarios en las actividades de la U.A. lo que de paso obliga ciertamente a modificar estas. Se elabora un cuestionario de evaluación-programación individual (que recoge las habilidades de cada usuario en distintos aspectos de autonomía personal, social y familiar; habilidades de cuidado e higiene; habilidades de relación) y se elimina la adscripción a actividades en base al grupo de taller, realizándola a partir de entonces en función de las necesidades y capacidades detectadas. Esta primera modificación no supuso aun cambios en el número de personal dedicado a cada unidad ni en la metodología que siguió siendo de una evaluación-programación de septiembre a julio, a la manera de los centros escolares. Pero sí se consigue que el cuestionario, la evaluación y el diseño, sean fruto del trabajo en equipo y no de la mera división de trabajos. El resultado en la organización es la modificación completa de dos tipos de actividades (el ajuste social y la actividad de habilitación en tareas domésticas "casita"). La habilitación física (gimnasia) y el apoyo cultural, continuaron básicamente igual.
Momento que muestro en la figura, que abarca junio-julio de 1994. Tanto estructural como funcionalmente se completa la reestructuración de la U.A. antes desescrita: se modifica la dedicación de personal a las distintas unidades (U.O., nueve profesionales / U.A., ocho profesionales); creación de nuevas actividades y de niveles de habilitación; ruptura de horarios respecto a la U.O. (las unidades horarias de las actividades de U.A. no se ajustan al horario de los talleres, etc.)
Se puede considerar que en base a todo ello, la U.A. queda rediseñada en plano de igualdad y no de subordinación a U.O. y se revientan los compartimentos estanco (grupo de taller ¹ grupo de actividad en U.A.); los usuarios de cada taller se relacionan ya con el resto de los usuarios; las actividades de U.A. no se subordinan a los talleres; e incluso aparece creada un par de meses antes) una actividad híbrida que es a la vez actividad y taller: la cafetería. Los grupos de actividades en U.A. se multiplican (de 30 en 1992 hasta 55 en julio de 1994, y se configuran con un menor número de integrantes. Se facilita la creación de un programa individualizado de actividades, distinto para cada uno de los 120 usuarios del centro, y se abre la vía de contratos programa con las familias referentes a aspectos de habilitación en autonomía familiar y social (se crea así un espacio, no sólo de información sino de trabajo coordinado con las familias y el usuario, se les "abre la puerta").
Aunque en este artículo me he limitado exclusivamente al aspecto descriptivo de los cambios operados en la dimensión organizativa de la U.A., creo que muestra la posibilidad de abordar una transformación, que partiendo de cambios organizativos, permite el acceso a aspectos funcionales y estructurales. Ello nos debe hacer reflexionar acerca de las prácticas organizativas, y técnicas, que ponemos en juego sin tener en cuenta que están determinadas y sobre-determinadas por un marco institucional dado. Es más, lo institucional es una instancia que "atraviesa" el resto de niveles (individual, grupal...) marcando el sentido de cualquier relación, comunicación, intercambio o programa. Esto es, posee la cualidad de la trasversalidad (Guattari 1972).
La transformación de la U.A. no sólo ha supuesto reequilibrar la estructura completa de todo el C.O., sino que ha permitido dotarla de un dinamismo interno mucho más adecuado para una institución cuyo objetivo es la integración y la normalización.
No quiero dejar de resaltar, que si bien cualquier institución debe cuestionarse constantemente su organización y funcionamiento para evitar cerrarse sobre sí misma (convirtiéndose en segregadora), las instituciones ocupadas en la atención y habilitación de personas adultas con deficiencia mental corren un especial riesgo de caer en ese cierre. Por ello es fundamental rediseñar los dispositivos técnicos de manera que se minimicen las rigideces heredadas de modelos escolares y residenciales, que fueron el ámbito histórico tradicional en nuestro país para ocuparse de estas personas (Puigdellivol i Aguade, 1986). Esto ha llevado a mantener al deficiente mental en una permanente actitud de pasividad, en total dependencia de su familia y de su institución; como niño crónico, único lugar de significación y existencia que se le asigna. Colateralmente, esta situación dificulta la posibilidad de encontrar un lugar y un espacio de diálogo entre la institución, sus profesionales y las familias de los usuarios. Se genera una dinámica de pugna entre todos, acerca de quien detenta las funciones parentales, característica de las conflictivas relaciones entre el personal de las instituciones educativas y las familias de los usuarios. Este proceso de proyección recíproca de la culpa se retroalimenta desde uno y otro lado (familias-institución), y lleva a enfatizar los mecanismos de cierre de la institución sobre sí misma, con todos los efectos patológicos de sobra conocidos, sobre todas aquellas personas que acoge: usuarios y personal. Las defensas de tipo paranoide se agudizan y el cierre respecto al exterior se reproduce también en el interior, plasmándose en delimitaciones burocráticas de espacio, de responsabilidades, de funciones, etc. En este espacio, difícilmente puede emerger el sujeto, que queda alienado, atrapado en el deseo del otro y en la compulsión a la repetición. El contacto es percibido como peligroso, se taponan todas las vías de comunicación. Reina un discurso repetitivo, conservador, cerrado en sí mismo, potenciador de mecanismos esquizo-paranoides, que se convierten en norma relacional.
Las modificaciones que hemos plasmado en lo organizacional, conllevan la modificación de las instituciones internas (Lapassade 1974). Esto es, la dimensión estructura] reguladora de los intercambios y el conjunto de técnicas institucionales (trabajo en equipo de usuarios y profesionales, inclusión de dispositivos grupales de carácter terapéutico, etc.). Estas modificaciones intentan apoyarse en un concepto distinto de institución, creado por Maud Mannoni y sus colaboradores en la Ecole Experimentelle de Bonneuil sur Marne, el concepto de Institución Estallada: "La noción de Institución Estallada que hemos introducido, intenta sacar provecho de todos los hechos insólitos que sudan (hechos insólitos que se suelen por el contrario, reprimir) en lugar de ofrecer la permanencia, el marco de la institución ofrece en el fondo de la permanencia, aberturas hacia el exterior, brechas de todo tipo, lo que permanece es un lugar de repliegue, pero la vida esencial transcurre en otros lugares ( .. ) mediante esta oscilación, de un lugar a otro, puede surgir un sujeto que se pregunte por su deseo" (Maud Mannoni 1973, pág. 72).
Considero que este es un enfoque que puede permitir un trabajo integrador y normalizador que no se quede en la mera adaptación de personas pasivas dependientes y obedientes; en suma, que dejen de ser los "niños, que siguen siendo aunque tengan veinte, treinta o cuarenta años y puedan acceder a un estatuto de sujeto, de hombre o mujer con su limitación pero... ¿Quién no la tiene?
GUATTARI, F. (1972): Psychanalyse et tranversalite, París, (Versión castellana: Psicoanálisis y transversalidad, Siglo XX, 1976. Buenos Aires).
LAPASSADE, G. (1971): L' analyseur et l' analyste, París, Gauthier-Villars Editeur. (Versión castellana: El analizador y el a, Gedisa, 1979. Barcelona).
LAPASSADE, G. (1974): Groupes, Organisationes, Institutions., Bordas. París. (Versión castellana: Grupos, Organizaciones e Instituciones, México, Gedisa, 1985).
LOURAU, R. (1970): L' analyse l' nstitutionelle, Minuit. París. (Versión castellana: El análisis Institucional, Buenos Aires, Amorrortu, 1975).
MANNONI, M. (1973): Education impossible, Seuil. París. (Versión castellana: La educación imposible, Madrid, Siglo XX, 1980).
PUIGDELLIVOL I AGUADE, 1. (1986): Historia de la Educación Especial, CEPE. Madrid.