EXPERIENCIAS

De joven a joven: La comunicación de resultados de investigación en un contexto comunitario y partícipe 1


Youth to youth: result release of a research in a participatory community environment.

 

Carlos VAZQUEZ RIVERA 2


COMUNICACION DE RESULTADOS Y METODOLOGIA DE INVESTIGACION

COMUNICACION DE RESULTADOS, SUJETOS Y ESCENARIOS DE INVESTIGACION

BIBLIOGRAFIA


Este trabajo tiene como propósito reflexionar sobre una experiencia en consultoría a una organización comunitaria sin fines de lucro. Específicamente, examinaré el proceso de la comunicación de resultados de la evaluación que realizará un Equipo Consultor (EC) junto a varias personas que componían la organización. Enfoco dos aspectos relacionados a esta experiencia. En primer lugar, discuto la pertinencia de una investigación partícipe y el aumento de la eficacia al comunicar los resultados de nuestras investigaciones a las personas que son sujetos y objetos de las mismas. En segundo lugar, planteo la centralidad de dar importancia y reconocer el escenario y el público con quienes intentamos comunicarnos, en este caso particular, personas jóvenes pertenecientes a un proyecto comunitario

Este trabajo lo realicé junto a otras personas, en una organización comunitaria sin fines de lucro, que brinda una amplia gama de servicios a las personas jóvenes, en un pueblo semirrural de Puerto Rico. El nombre de esta organización es Pro Juventud (PJ)3. La misma se creó en el 1989 y su misión es "Promover el desarrollo físico, socia emocional y cognoscitivo de las personas adolescentes de Barrio Arriba dentro de un enfoque comunitario". Su meta es retomar el trabajo con las personas jóvenes desde una perspectiva distinta a la tradicional, es decir, valorar el trabajo de las personas jóvenes en sí mismo. No creen que las personas jóvenes son menos, no las tratan como un futuro sino como un presente respetando así sus procesos y sus contradicciones (Serrano-García, Feliciano, Mirón, Sánchez & Vázquez, 1993).


1 El autor desea manifestar su agradecimiento a las siguientes personas que colaboraron con la preparación de este artículo: Wanda Pacheco Bou e Irma Serrano-García. Esta es una versión modificada de un trabajo presentado en el XXV Congreso Interamericano de Psicología celebrado en San Juan, Puerto Rico, del 9 al 14 de julio de 1995.
1 El autor es estudiante del Programa Doctoral de Psicología Social-Comunitaría en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Para obtener copia del trabajo puede comunicarse al Apartado 21.706. Estación UPR San Juan, Puerto Rico 00931-1706. Correo electrónico: CARL VAZQUEZ.UPR1.UPR.CLU.EDU.
3 El nombre de la organización y del pueblo que está ubicada ha sido cambiado por razones de confidencialidad


Como parte de la consultoría realizamos un taller en el que vimos la necesidad de realizar una evaluación de toda la organización. Allí el EC planteó la necesidad de que personas de todo el escenario formaran parte del Grupo de Evaluación (GE). El escenario se componía de a) personas empleadas por PJ (personal), b) personas que se encargaban de tomar las decisiones de política institucional (Junta Directiva), c) personas que dirigían las distintas áreas de servicio: salud, empleo, recreación, educación y consejería (coordinadores/as), d) personas jóvenes encargadas de asistir a las coordinadoras y enlace con las personas jóvenes participantes (promotores/as), e) jóvenes Participantes y f) la organización financiadora. En ese momento se ofrecieron como voluntarias para el GE cuatro integrantes del personal y luego se unieron personas de los demás sectores.

El esfuerzo de un año del EC en PJ estuvo regido por tres principios fundamentales: a) la centralidad de la participación, b) el énfasis en el desarrollo integral de la organización y e) la necesidad de gestar un proyecto autosuficiente. El objetivo general de nuestra intervención investigación fue evaluar el escenario para a) verificar la accesibilidad de la ubicación, espacio, equipos y materiales en el local de la organización, b) determinar si su estructura administrativa era eficiente y congruente con sus metas de trabajo y su ideología, c) cotejar su inserción en la comunidad, d) cotejar los niveles de participación de las personas jóvenes, e) promover el Centro en los distintos sectores del pueblo, y capacitar a las personas integrantes para que realizaran sus propias evaluaciones.

Para lograr esos objetivos inicialmente, como mencioné, se constituyó el GE. Una vez hubo representación de todos los sectores de PJ, realizamos alrededor de siete reuniones formales y varias informales. En dichas reuniones diseñamos, administramos y analizamos cuestionarios y entrevistas para las personas jóvenes participantes, la comunidad, la Junta, promotores/as, coordinadores/as y personal de la organización. También realizamos análisis documental, diseñamos talleres, intervenciones en grupos pequeños y consultoría individual dependiendo de las necesidades que iban surgiendo como parte del proceso de evaluación.

Finalmente, una vez concluida la evaluación, nos dimos a la tarea de redactar el informe final y a la de comunicar los resultados, proceso cuya descripción constituye el propósito central de este trabajo. Todos/as sabemos que la comunicación de los resultados de una investigación, en muchas ocasiones, se torna en una tarea ardua e ineficaz, especialmente cuando las personas que reciben la información no han estado involucradas en renglón alguno del proceso investigativo. No haber participado en la construcción y conceptualización de lo que la investigación pretende auscultar, se convierte en una limitación inicial a la comprensión, participación y acción que los resultados deben provocar.

COMUNICACION DE RESULTADOS Y METODOLOGIA DE INVESTIGACION

La comunicación de resultados de las investigaciones es parte de un proceso más amplio cuya eficacia depende radicalmente de cómo se haya estructurado el proceso de la investigación y la relación y participación en éste de las personas que son "investigadas". Si hablamos de una investigación tradicional* donde los roles y los valores de las personas están definidos por lo que llamamos "rol de experto/a", las consecuencias y responsabilidad de quien investiga es, no digamos principal, sino absoluta, en cuanto al proceso y procedimiento de la investigación. Al aseverar lo previo parto de la premisa de que la comunicación en la investigación está atravesada por los valores implícitos o explícitos del marco teórico de la investigación, por lo cual me permitiré aclarar algunos de los valores y fundamentos epistemológicos que guiaron esta experiencia y que sirven de telón de fondo para este trabajo. Entre ellos están: a) que la realidad se construye social e históricamente, b) que es central promover y facilitar una visión de conjunto, e) que la neutralidad valorativa no es una posibilidad, siendo necesario comunicar los valores que rigen la investigación a las personas involucradas, d) que existe un compromiso primordial y fundamental con las personas antes que con la ciencia (aunque estos no son necesariamente excluyentes), e) que la información que manejamos es de las personas que participan del proceso de investigación, lo que hace de esa información un préstamo el cual es un deber devolver, y fl la necesidad de aceptar, fomentar y no obstaculizar el desmantelamiento de las relaciones verticales entre investigador/a-investigado/a, promoviendo y facilitando otras formas de relaciones donde la valoración de los conocimientos de las personas investigadas formen parte del conjunto de las conceptualizaciones en la investigación, quizás como diferentes y aún contrarios a los nuestros, pero nunca como inferiores, como consciente o inconscientemente solemos suponer.


* Para cotejar los valores que rigen muchas de las investigaciones tradicionales se puede referir al trabajo de Serrano-García, I. & Rosario, W. (1992) cuya ficha bibliográfica aparece al final de este trabajo


Para activar estos valores, requerimos la participación a todos los niveles organizacionales de las personas con las cuales estamos trabajando, el respeto por las circunstancias y el contexto

donde están ubicadas, la validación de sus experiencias y conocimientos, y reconocer que en el mismo proceso en que investigamos estamos interviniendo. Por tanto, la comunicación de los resultados de las investigaciones es básicamente un eslabón más del proceso de investigación que intenta mantener a las personas constantemente en contacto, no sólo con la información, sino con el proceso mismo de desarrollo de la investigación desde sus inicios; entiéndase su marco teórico, valores, desarrollo de instrumentos, implantación, entrevistas, tabulación, redacción y finalmente la producción de algún tipo de documento final.

Para que la comunicación de los resultados no represente mayores obstáculos, desde un principio, el manejo de la investigación debe estar en manos de varias personas. Si somos exitosos o exitosas en convocar la participación de diversas personas de diversas posiciones organizacionales, la comunicación debe entretejerse con mayor agilidad. Sabemos que el proceso es difícil y complicado como discuto a continuación.

El proceso de comunicación de resultados nos plantea la necesidad de explorar formas "no científicas" de comunicar los mismos, pues la diversidad de personas que reciben la información crea una complejidad que debemos afrontar. El lenguaje científico no tiene un privilegio particular de expresar la realidad, que justifique nuestra insistencia en su uso. Tampoco evita reduccionismos que tratamos de evitar para cumplir con nuestro compromiso de transferir la realidad "tal cual es". Hoy sabemos que este último es uno de los valores (mitos) fundantes de la ciencia. Existe abundante literatura que nos advierte sobre como aquello que nombramos como realidad es una producción propia de quienes, en un momento dado, pensamos que la descubríamos. En otras palabras, que construimos y reconstruimos constantemente la realidad a través de nuestras teorizaciones, métodos, valores y técnicas (Berger & Luckmann, 1986; Berger, 1966; Gergen, 1994; Ibáñez, 1985/1989; Piscitelli, 1993; Zúñiga, 1992).

Como podemos ver, partimos de principios filosóficos contrastantes con la visión de la investigación tradicional, pero nos enfrentamos también con la infiltración de esa visión en la experiencia cotidiana de las personas. Estas tienden a pensar que la realidad es algo que les pasa y no algo producido o reproducido por ellas. Por ello, hablar de los valores que guían nuestras investigaciones no sólo los pone de manifiesto sino que revela los de ellas también, creándose un mutuo conocimiento, en no pocas ocasiones conflictivo. La comunalidad de dichos valores genera discusiones para aclararlos, lo que a su vez fomenta el proceso propio de la investigación-intervención.

El compromiso con las personas se hace ineludible para no reproducir los valores de la investigación tradicional de que al ocultarlos mantenemos la objetividad. En el caso de la investigación-intervención, la activación de los valores no genera vicios sino que problematiza el proceso. Es por ello, que los métodos tradicionales están formados para tratar más con objetos que con sujetos, pues los sujetos son personas que piensan, reflexionan y actúan complicando la investigación. No digo que hayamos superado la "objetificación" de los sujetos ni llegado a una "sujetificación" de los métodos. Lo que a veces parece que tenemos entre uña y carne es una especie de "subjeto". Una especie de persona cosificada o cosa personificada dado los requerimientos de nuestras disciplinas de construir objetos de estudio; objetos que en la práctica son personas en constante interacción con su medio. Al final del camino nos encontramos con un híbrido creado por nuestra ambivalencia y la construcción de nuestras teorías. Por ende amoldamos la realidad de las personas que investigamos a nuestras limitaciones. Digo esto porque si nuestro objetivo en la investigación es superar la fragmentación de nuestras explicaciones, una forma de alcanzar su complejidad es uniendo nuestros fragmentos con los fragmentos de las personas con las que estamos trabajando sin minimizar o rectificar ninguno. Son estos procesos los que alimentan las relaciones verticales y las tensiones en las relaciones de poder, a través de toda la investigación. Sin duda, la metodología partícipe no supera todas las contradicciones al interior del proceso investigativo, pero ha resultado ser eficaz en comunicar la necesidad de ensayar métodos alternos en la investigación. Ha contribuido particularmente, a la necesidad de "sujetificación de los métodos", en otras palabras, además de reconocer que trabajamos con personas y no con cosas, rediseña los métodos a la luz de esa realidad.

Algunas pistas para aumentar la efectividad del proceso de comunicar los resultados de nuestras investigaciones son: a) revisar los ejes o fundamentos en los que giran nuestros valores y los de nuestras investigaciones, b) contrapuntear las raíces filosóficas de los métodos que usamos para construir la realidad con las producciones de esa misma realidad hechas por las personas que interactúan con nosotros/as al interior de las investigaciones, e) reconocer como un proceso, cada vez menos eludible, que la realidad es un suceso emergente, el cual toma forma en el entrecruzamiento entre nuestras producciones académicas y las construcciones que las personas forman dentro y fuera de las investigaciones.

COMUNICACION DE RESULTADOS, SUJETOS Y ESCENARIOS DE INVESTIGACION

El escenario que estoy usando de referencia es uno cuya población fundamental son jóvenes de diversos niveles educativos aunque en su mayoría de escuela superior. Además, integra a las personas que trabajan en PJ, la Junta y al representante de la agencia financiadora. Una clave importante para la eficacia en la comunicación de los resultados es mantener en perspectiva las características de las personas con las cuales estamos interactuando. En nuestro caso personas jóvenes entre los 14 a 21 años, personas adultas entre los 22 a 86 años, de ambos sexos, de recursos económicos variados, estudiantes, profesionales, no profesionales. Estas personas eran en su mayoría católicas, pero con considerable presencia de protestantes e incluso personas que no profesaban ninguna religión y de un pueblo semirrural cercano a una de las zonas más urbanas del país. Usualmente esta información demográfica es considerada para contextualizar el conjunto de la investigación, pero rara vez se considera al momento de comunicar los resultados. Con esto quiero enfatizar, que el conocer y profundizar sobre estos datos se convierte en otra clave al momento de construir los discursos, seleccionar estrategias y diseñar métodos de comunicación.

Una de las primeras cosas con que tuvimos que lidiar fueron los prejuicios y preconcepciones que tenemos de la juventud. La comunicación de los resultados tenía que hacerse de manera accesible a estas personas, encontrando un lenguaje común entre nosotros/as y ellos/as. No se trata del prejuiciante comentario de "subirse o bajarse a tal o cual nivel" pues, como dije, éste desencadena y alimenta los valores tradicionales de la investigación que proponen que quien investiga posee el conocimiento y los/as de ás no

Hablar de tú a tú es una de las estrategias que facilitan el proceso de comunicar los resultados. Esto no significa aceptar, indiscriminadamente, una "jerga" particular de las personas que investigamos, ni atropellarlas con palabras de invención académica, sino usar nuestro lenguaje común como base y determinar las expresiones que más se acercan a la realidad que viven y que estamos tratando de profundizar por medio de la investigación intercambiar conceptos que generen mutuo aprendizaje (no como requisito sino como un desprendimiento del proceso partícipe) lo que nos lleva a aceptar, conceptos o nociones, creadas por las personas investigadas como categorías de comprensión y análisis de nuestra realidad; realidad que está transformándose en el transcurso de la investigación.

En todas las experiencias de investigación tenemos prejuicios sobre el grupo con el cual trabajamos; las personas jóvenes, como mencioné anteriormente, no son la excepción. Las consideramos "personas incompletas", inmaduras, que no están en pleno uso de la razón, inestables, dinámicas, en la edad de la pavera 4, fiesteras, homogéneas, por mencionar algunos ejemplos. Esto hace que las tratemos como menos sin considerar que tienen conocimientos que brindar al proceso. Sólo aceptamos aquel "accidente intelectual" en el cual lo que dicen o hacen produce una chispa incendiaria en el alma del investigador/a que despierta su creatividad. No reconocer que nos enfrentamos a otra forma de conocimiento que no está conducido por los rieles y los caminos de las ciencias en general, ni las sociales, en particular, nos aleja de una comprensión más amplia del proceso.

Un ejemplo, que se desprende de lo anterior, fue la creación de un par de conceptos que pueden ilustrar, a un mismo tiempo, tanto las dificultades del proceso partícipe como una de sus fortalezas: la construcción de la noción o concepto de "sobreparticipación" y/o "saturación participativa" y el de "renuncia participativa". El primero nace de la definición tradicional de participación como toma de decisiones (o sea, no hacer la tarea), a su vez, implicando la toma de la determinación final. No era laborar sobre la decisión, ni ofrecer ideas, ni explorar alternativas, sino tomar la decisión final sobre el asunto. Por tanto, es posible suponer que con "sobreparticipación" y "saturación participativa" las personas jóvenes estaban comunicando que laborar sobre la decisión, ofrecer ideas, explorar alternativas, hacer tareas, entre otras cosas, implicaba para ellos y ellas "saturarse" o "sobreparticipar". Hablaban de la prisa para concluir la investigación, del pulseo entre sus valores y los nuestros, del flujo incesante de información, de la reorganización de la realidad, de nuestra presión para producir un resultado final, de las tensiones entre teoría y práctica, entre otros. Ante estos conceptos crearon la "renuncia participativa"; la solución era, delegar las decisiones, la responsabilidad de tomarlas, en otros u otras. Estos conceptos se fraguaron antes, durante y después del momento de la comunicación de resultados y fueron producto de las experiencias de las personas participantes en esta investigación y una clave a la hora de las interpretaciones durante la comunicación de los resultados.


4 En Puerto Rico esto significa cuando las personas jóvenes están en un momento en que se ríen de cualquier cosa, implicando, con ello, que no toman en serio lo que se les está diciendo.


Otro ejemplo útil es el del lenguaje, Como mencioné anteriormente, las expresiones son claves para lograr una mayor comprensión del resultado investigativo. Una vez conscientes del prejuicio de no ser custodios/as del conocimiento ni responsables de su difusión por el mundo, sino de que hablamos distintas "jergas" y que pronunciamos el mundo de distintas maneras, podemos materializar la importancia de las palabras. En las discusiones en los talleres al utilizar palabras como "impase", cuando había un tranque en las discusiones, las personas jóvenes no entendían a qué nos referíamos, lo cual no significaba que no se dieran cuenta y reconocieran el fenómeno descrito.

La experiencia de comunicar los resultados de una investigación también está muy relacionada con la composición del grupo que investiga. La composición es un aspecto importante en el sentido en que las diferencias entre sus integrantes aportarán precisamente a abarcar mejor la complejidad del escenario y a ejemplificar las diferencias que un escenario puede ofrecer. El EC estaba compuesto de tres personas jóvenes (un hombre y dos mujeres) y dos personas adultas (ambas mujeres; una de las cuales era extranjera). Dos de esas personas poseían doctorados, dos eran estudiantes de bachillerato y una estudiante de maestría. Al advertir esta variedad, nos dimos a la tarea de explorar la diversidad de procesos que se daban al interior de la investigación desde nuestras específicas particularidades, intentando validar el conocimiento de todas las personas dentro del grupo. Identificamos relaciones de poder, percepciones de género, diferencias generacionales y sesgos académicos como parte de nuestro trabajo. Extrapolando nuestros debates en la intervención-investigación pudimos enriquecernos de la multiplicidad de procesos con los que interactuábamos en esa organización.

La experiencia del trabajo con personas jóvenes puntualiza la importancia de tomar en consideración muchos de los aspectos que acabo de mencionar. Las explicaciones deben redactarse de manera que puedan superar la `Jerga" propia de las ciencias sociales. No debemos subestimar los conocimientos de las personas con las que nos estamos comunicando. Debemos incluir el número mayor de personas posible en el proceso investigativo desde sus comienzos. Debemos revisar los valores tras de nuestros supuestos de investigación y los nuestros como personas. Debemos revisar y diseñar métodos que respondan a los escenarios a los que van a ser aplicados, y estar atentos/as a la realidad COMO un suceso emergente. Aclaro, debemos sintonizar los hilos de comunicación que permitan un intercambio real, y por tanto, una comunicación efectiva antes, durante y después de la investigación que estamos realizando.

Finalmente, quisiera concluir compartiendo parte de los resultados de esta investigación. En términos generales consideramos nuestra intervención como efectiva a la luz de los principios y objetivos que nos habíamos planteado. Cuidamos mucho de que en todo su proceso la participación activa fuera fundamental. Sin embargo, contamos con ciertas dificultades tanto en el proceso como en el contenido. Algunas de éstas fueron la presión de tiempo, el concepto prevaleciente y tradicional de participación y las limitaciones estructurales de la organización y del país (Serrano-García et al., 1993). Con estas últimas nos referimos a las nociones jerárquicas de la cultura organizacional que prevalecen en este tipo de organizaciones y que reflejan estructuras prevalecientes de la mayor parte de las instituciones gubernamentales y privadas que existen en Puerto Rico, duplicando modos de organización rígidas y verticales.

La presión del tiempo provocó la aceleración de procesos como: la poca profundización en el modelo partícipe que estamos utilizando y la acelerada aclaración de dudas respecto a conceptos claves como participación, juventud e intervención-investigación. El calendario era apretado, la lucha entre la eficacia y la comprensión, fueron dificultades siempre presentes. Con una noción diferente de la participación generamos la discusión sobre el rol de los consultores y consultoras y la duda sobre si el trabajo debía recaer sobre ellos/as, tanto como, sobre los conflictos entre las tareas cotidianas del personal y sus tareas en el trabajo propio de la evaluación.

Para concluir, me gustaría compartir una cita que pienso encierra un poco esa complejidad a la que he hecho referencia. Que va desde nuestros prejuicios hasta nuestras profundas concepciones epistemológicas en cuanto a la comunicación, el lenguaje, el conocimiento, la participación y su rol en nuestras investigaciones:

"El lenguaje hermético no siempre es el Precio inevitable de la profundidad. Puede esconder simplemente, en algunos casos, una incapacidad de comunicación elevada a la categoría de virtud intelectual. Sospecho que el aburrimiento sirve así, a menudo, para bendecir el orden establecido: confirma que el conocimiento es un privilegio de las élites" (Galeano, 1971).

Lenguaje hermético, aburrimiento, conocimiento como privilegio de las élites es una trilogía que frecuentemente enfrentamos en el transcurso de nuestras investigaciones. Respondiendo muy poco a cambios estructurales que promuevan la distribución equitativa de los recursos, a la práctica de métodos alternos y al compromiso con las personas que participan en nuestras investigaciones. Por otra parte, el trabajo es posible si estamos dispuestos y dispuestas a reorientar nuestros esfuerzos investigativos-interventivos. Podemos revisar nuestros marcos teóricos a la luz de las propuestas de que la realidad es una construcción social, si evaluamos nuestros métodos con formas más partícipes, si desarrollamos destrezas que nos permitan sensibilizarnos ante las propuestas presentadas por las personas investigadas (a fin de cuentas, dicha información les pertenece), y si abandonamos cierto paternalismo investigativo junto a ese sentido mesiánico que nos hace pensar que somos los custodios/as de la verdad, o por lo menos, la mejor parte de ellas. Estos serían algunos pasos que nos permitirían construir herramientas más eficaces para interactuar en nuestras investigaciones, comunicar los resultados y aportar a un cambio más efectivo de las estructuras que nos aprisionan a todos y a todas.

BIBLIOGRAFIA