INVESTIGACIÓN

LAS IDEAS DE NIÑOS Y ADOLESCENTES ACERCA DE ALGUNOS ASPECTOS DEL MUNDO LABORAL

Purificación Sierra García

(Facultad de Psicología de la U.C.M)

Concepción del Olmo de Diego

(C.U. Cardenal Cisneros. Madrid)


INTRODUCCION

PROCEDIMIENTO

RESULTADOS

MODO DE ACCESO

REMUNERACION. CATEGORIAS DE JUSTIFICACION

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFIA


INTRODUCCION

El otro día un niño de dos años decía a su padre mientras veía a su madre marcharse: "Papá se va a trabajar, mamá se va a trabajar... Yo no trabajo, yo como papilla". El significado que encierran estas palabras es una incógnita para nosotros los adultos pero pone de manifiesto que el trabajo, de alguna manera, no es ajeno al niño, incluso desde sus primeros años de vida.

Obviamente, el mundo laboral, uno de los ejes fundamentales del funcionamiento de nuestra sociedad, es un mundo de adultos. Los individuos (salvo excepciones, por otra parte no permitidas por la ley en muchos países) pasan a formar parte plenamente de él ya entrada la adolescencia o incluso en la edad adulta. Sin embargo, desde muy temprano el niño se relaciona, aunque de una manera indirecta, con el mundo laboral: deja de ver a sus padres durante algunas horas al día porque estos se van a trabajar, les escucha en sus conversaciones sobre su experiencia laboral; por otra parte, a través de los medios de comunicación, fundamentalmente la televisión, el niño oye hablar de distintos temas relacionados con la realidad laboral (huelgas, sindicatos, etc.), y las películas, series y otros programas le ofrecen un amplio rango de profesiones, muchas de las cuales no le son siempre familiares. Esta información llega al niño en forma de elementos aislados que él mismo debe seleccionar, elaborar y organizar, construyendo así hipótesis acerca de los diversos aspectos de la realidad laboral, cada vez más complejas y estructuradas dependiendo de las capacidades cognitivas que tenga el individuo en cada momento.

Diversos estudios evolutivos muestran que los niños aluden espontáneamente, y de modo sistemático, a la noción de trabajo para explicar aspectos fundamentales de la organización social tales como la obtención de dinero (Berti y Bombi, 1981), las causas de las desigualdades económicas (Danziger, 1958; Enesco, Delval et al., 1992), etc. Dado que el mundo del trabajo ocupa un lugar central en la comprensión infantil de la sociedad, creemos de sumo interés indagar cuáles son las ideas que tienen los niños acerca de él, y su evolución a lo largo del desarrollo. Aunque en las últimas décadas han proliferado las investigaciones sobre el desarrollo de las representaciones sociales, pocos han sido los autores que se han ocupado directamente de estudiar la comprensión infantil del mundo laborar; además, los datos existentes en la actualidad en relación a este tema son muy dispersos ya que muchos de ellos se deben deducir de estudios sobre la evolución de diferentes nociones económicas.

Con el fin de integrar los datos evolutivos con que contamos, creemos de gran utilidad tomar como punto de partida la perspectiva adulta.

La percepción que tienen los adultos del mundo laboral ha sido estudiada tradicionalmente desde la sociología. Desde esta disciplina se han aportado datos valiosos acerca de la evaluación que realizan los individuos acerca de diferentes trabajos en relación con el prestigio ocupacional: por qué las personas valoran de forma diferente los trabajos, cuáles son los criterios que explican estas valoraciones, etc. En términos generales, los resultados muestran bastante consistencia respecto a la jerarquización profesional que establecen los sujetos de diferentes sociedades industriales (Hodge, Trieman y Rossi, 1966). Diversos estudios han encontrado relación entre lo que se ha denominado prestigio ocupacional, el entrenamiento previo que requiere un trabajo y los ingresos que se perciben por él. Haug y Widdison (1975) señalan que, aunque no sea de forma consciente, a la hora de asociar un determinado estatus a una ocupación las personas tienen en cuenta la preparación necesaria que requiere dicho trabajo y su retribución. Esta relación entre la dificultad del entrenamiento y la remuneración recibida se contempla en la teoría estructural-funcional aplicada a la estratificación social (Davies Moore, 1945), según la cual los ingresos son una cuestión fundamental que lleva a las personas a soportar un largo y riguroso entrenamiento o formación, con la certeza de que conllevará elevados ingresos en el futuro. Si bien es cierto que desde otras teorías se proponen explicaciones diferentes a la cuestión de la evaluación diferencial de los trabajos, parece ser que las dos variables anteriormente comentadas no pierden fuerza en ninguna de ellas.

Pero, ¿que piensan los niños de diferentes edades acerca de cómo se llega a determinados trabajos?, ¿establecen alguna relación entre el entrenamiento que requiere una ocupación y su remuneración?.

En relación al modo de acceso al mundo laboral uno de los estudios más relevantes es el llevado a cabo por Berti y Bombi (1988), en el que se preguntaba a los niños de entre 4 y 11 años ¿sabes cómo alguien se convierte en un... (dueños de fábrica, trabajador de fábrica, granjero)?. Las autoras encuentran que las respuestas de los sujetos pueden dividirse en tres o cuatro niveles para cada profesión aunque las más primitivas son similares en los tres casos.

En el nivel 0 se encuentran los sujetos que no saben nada o que no saben cómo se accede a las profesiones mostradas. En el nivel 1 están los sujetos que tienen una vaga idea de las profesiones mostradas y creen que para acceder a ellas basta con querer hacerlo. A partir de este nivel, las respuestas de los sujetos para las tres ocupaciones se dispersan y tienen para cada una de ellas una evolución particular, por eso, siguiendo la exposición de las propias autoras, las describiremos separadamente.

En el caso del trabajador de fábrica, en el nivel 2 se encuentran aquellos sujetos que expresan que es necesario pedir a alguien el trabajo (jefe, dueño, etc.). Sin embargo, a pesar de reconocer que no se trata de una cuestión meramente volitiva por parte del sujeto que quiere conseguir ese trabajo, no hay una visión clara de las dificultades y limitaciones objetivas del proceso. Dentro del nivel 3 están los sujetos que reconocen claramente que conseguir ese trabajo depende de muchos factores que van más allá del propio sujeto o del patrono.

Acerca del granjero, el nivel 2 muestra algunas variaciones dependiendo de la concepción que tengan los niños sobre este trabajo. Así, hay sujetos que lo entienden como una forma de autoempleo y para conseguirlo únicamente haya que comprar tierras y herramientas; otros, como un empleado que, como en el caso anterior, necesita pedir el trabajo; por último, aquéllos que entienden este rol como una especie de capataz. El nivel 3 se caracteriza por comprender que existen distintas posibilidades (todas las anteriores) para convertirse en granjero.

En el caso del dueño de la fábrica donde se da la mayor dispersión de los datos. Los sujetos del nivel 2 piensan en él como una persona que ha construido la fábrica y no tienen una función específica en ella. En el nivel 3 ese rol adquiere una identidad específica, asociándolo con el jefe y supervisor; el acceso a este puesto se realiza mediante elección, promoción o por el ejercicio coyuntural de esa función. Lo que caracteriza al nivel 4 es el reconocimiento de que para ser el dueño de la fábrica es necesario ser su propietario y no sólo el jefe o su constructora

Otra línea de trabajo sobre este aspecto del mundo laboral se ha llevado a cabo con sujetos mayores de 12 años, teniendo como objetivo conocer cuáles son, en opinión de los chicos, los factores relevantes a la hora de conseguir un empleo (cit. en Furnham, 1984). Por otra parte, la metodología utilizada en ellos se basa en cuestionarios estructurados. Dado que las características de estos estudios y el método utilizado en ellos se alejan en buena medida de nuestros objetivos, no nos vamos a detener en ellos ya que desbordaría el propósito de este artículo.

Por lo que respecta a la noción de remuneración del trabajo, un estudio central, llevado a cabo con niños de 3 a 8 años, es el realizado por las autoras italianas Berti y Bombi (1981). Preguntaron a niños cuestiones relativas al reconocimiento del dinero, la fuente de obtención del mismo, el trabajo del padre y su remuneración, así como preguntas de la misma índole en relación a 3 profesiones (señor de la limpieza, conductor de autobús y conductor de tren). Las autoras proponen cuatro niveles de respuesta: en primer nivel los niños no establecen relación entre trabajo y remuneración; reconocen que sus padres trabajan por el hecho de que salen de casa, pero no saben las razones por las que van a trabajar. La mayoría de los sujetos no sabe de dónde sale el dinero. En un segundo nivel, algunos sujetos empiezan a relacionar el trabajo y remuneración, pero consideran remunerado únicamente el trabajo desempeñado por su padre. El dinero se puede conseguir en el banco o la tienda. Los niños del tercer nivel opinan que pueden ser pagados otros trabajos que no son el de su padre, aunque persiste la idea del banco o la tienda como forma de obtención del dinero; y las razones que ofrecen para justificar la remuneración son imprecisas. Los sujetos reconocen que el trabajo se paga pero por razones "no retributivas"; es decir, el sujeto entiende la remuneración como un hecho que sucede, sin más, o la justifica por la existencia de una obligación legal o moral. Por último, los sujetos del cuarto nivel, establecen una relación clara entre trabajo y remuneración. Según ellos la forma de obtener el dinero es mediante el trabajo y la retribución se justifica en función del trabajo realizado.

 Si bien el niño no reconoce desde el principio la remuneración por el trabajo, parece que desde el momento en que sí lo hace, también piensa que existen diferencias retributivas. El interés por indagar en el desarrollo de la comprensión y justificación de las diferencias en remuneración, así como la evaluación que hacen los niños de tales diferencias, ha dado como resultado la realización de trabajos relevantes. Furnham y Cleare (1988), mediante un cuestionario, estudiaron las ideas de niños y adolescentes acerca de algunos aspectos del funcionamiento económico. Para ello utilizaron 134 sujetos de edades comprendidas entre 11 y 16 años pertenecientes a tres clases sociales diferentes. En dicho cuestionario se incluían preguntas relativas a la remuneración del trabajo tales como ¿Qué son los salarios?, y ¿de qué depende lo que gana cada persona?. Los resultados mostraron que mientras que los sujetos de menor edad, a la hora de justificar la diferente remuneración, se centraban en la cantidad de trabajo o esfuerzo realizado, los mayores aludían tanto a la cantidad como al tipo de trabajo que se lleva a cabo.

Siegal, en 1981 estudió niños de entre 6 y 13 años utilizando cuatro muñecos vestidos de médico, tendero, conductor de autobús y camarero. Se les pregunta entre otras cuestiones acerca de la relación remuneración-necesidades; igualdad-desigualdad en la remuneración y justicia o no del último aspecto. Siegal encuentra que conforme se avanza en el desarrollo los sujetos van considerando cada vez más diferencias entre lo que distintos trabajadores ganan en relación con lo que necesitan para vivir. Respecto a las justificaciones que dan los niños acerca de si es justo o no que a diferentes trabajos correspondan diferentes retribuciones, también se producen cambios evolutivos; mientras que los sujetos de 6 a 11 años proporcionan únicamente argumentos relacionados con el hecho en sí ("es así"), los sujetos mayores justifican las diferencias teniendo en cuenta la capacidad del trabajador y la dificultad del trabajo que desempeña.

Algunos autores han estudiado estos mismos aspectos tomando en cuenta como variable la clase social a la que pertenecen los sujetos. Los resultados que se desprenden de los diferentes estudios no son concluyentes; mientras que unos hacen hincapié en que el nivel socioeconómico es determinante en la comprensión que tienen los niños de la desigualdad en el retribución y la valoración que hacen acerca de la misma (Emler y Dickinson, 1985; Emler, Ohana y Dickinson, 1990), otros no encuentran diferencias significativas entre los sujetos de diferentes clases sociales (Furham y Cleare, 1988; Burgard, Cheyne y Jahoda, 1989).

Con el fin de aportar más datos a este interesante campo de estudio, nos propusimos como objetivos fundamentales de nuestra investigación por una parte, indagar cuáles son para los niños y adolescentes los requisitos necesarios para acceder a distintas profesiones; y por otra, conocer cuáles son los criterios que utilizan para justificar la mayor o menor remuneración del trabajo. Por último, observar si se producen cambios evolutivos en tales ideas a lo largo de la infancia y la adolescencia.

 

PROCEDIMIENTO

Los sujetos que participaron en este estudio fueron 60 niños y adolescentes de ambos sexos (aproximadamente el mismo número de niños y niñas), de edades comprendidas entre 7 y 18 años. Cada grupo de edad estaba formado por 5 sujetos.

La recogida de los datos se realizó mediante entrevistas individuales, siguiendo el método clínico. Con el fin de facilitar la tarea a los sujetos de menor edad se utilizaron como complemento del interrogatorio dibujos que representaban distintas profesiones previamente seleccionadas: médico, policía, albañil y tendero. Estas diferían en relación al entrenamiento previo requerido y a la remuneración. Todos los trabajos eran conocidos por los sujetos.

La entrevista pretendía obtener información acerca de las ideas que tienen los niños de diferentes edades sobre el modo de acceso y la remuneración de los cuatro trabajos mencionados. Con este fin se plantearon, en primer lugar, cuestiones relativas a los requisitos necesarios para acceder a cada uno de ellos; y en segundo lugar, en lo que se refiere al aspecto de la remuneración, se solicitaba a los sujetos que eligieran entre los trabajos presentados el más remunerado, justificando dicha elección. El resumen de las preguntas planteadas a los sujetos se recoge en el Anexo.

En análisis de las respuestas se llevó a cabo, en un primer momento, codificando todas las respuestas de los sujetos recogidas en las entrevistas. Posteriormente, dichas respuestas se agruparon en categorías de acuerdo con criterios más generales.

 

RESULTADOS

Para el análisis de los datos la muestra se dividió en seis grupos de edad (7, 0-8, 11; 9, 0-10, 11; 11, 0-12, 11; 13, 0-14, 11; 15, 0-16, 11; 17, 0-18, 11), contando cada uno de ellos con 10 sujetos. A continuación presentamos los resultados obtenidos en cada uno de los aspectos estudiados.

 

MODO DE ACCESO

En este apartado se analizan las respuestas que dieron los niños y adolescentes acerca de cuáles son los requisitos previos necesarios para poder desempeñar los trabajos estudiados.

Algunos sujetos proporcionaron más de un argumento, codificándose todos ellos según las categorías que se presentan a continuación.

Solicitar trabajo (SQL)

Respuestas que se refieren a la petición de trabajo ("ir a una tienda y pedir trabajo", "yendo a una obra y pidiendo trabajo de albañil, etc.).

Educación (EDU)

Educación elemental (ELEM)

Respuestas que hacen referencia a la adquisición de conocimientos de tipo ultraconcreto ("estudiar las señales de tráfico para que no choquen los coches", "saber sumar y restar", "saber poner ladrillos", "saber los kilos") y/o que aluden a conocimientos adquiridos a través de un libro de la práctica o viendo a un profesional.

Educación especializada (ESPEC)

Respuestas que aluden a la necesidad de una formación académica a través de la cual los individuos adquieren los conocimientos relacionados con cada trabajo ("hacer una carrera", "yendo a la universidad", "ir a una academia de policía", "estudiar formación profesional").

Adquisición de bienes (BIE)

El acceso se realiza a través de la compra de local y/o materiales necesarios para el desempeño de su profesión ("comprar un local", "comprar las cosas de una tienda").

Rasgos personales

Respuestas que se refieren a la necesidad de poseer ciertas características individuales tales como habilidades, capacidades, características físicas, de personalidad, etc.

Licencia (LIC)

Respuestas que hacen referencia a la obtención de un permiso necesario para el desempeño de un trabajo.

No sabe

Como se observa en la Tabla 1, la mayoría de los sujetos de la muestra piensa que para llegar a ser médico, policía y albañil es necesario adquirir determinados conocimientos, específicos para cada uno de ellos, en el caso del tendero más de la mitad de los niños se manifiestan en este sentido.

 

Tabla 1

Modo de Acceso. Porcentaje de sujetos por edad y categoría

7 a 8

9 a 10

11 a 12

13-14

15-16

17-18

MEDICO

Per.

20

10

10

30

Edu.

90

100

100

100

100

100

N.S.

10

POLICIA

SOL

10

Per.

30

20

40

10

Edu.

79

90

90

100

90

100

N.S.

22

ALBAÑIL

SOL.

30

10

40

30

Per.

10

10

10

30

10

Edu.

70

70

100

80

60

60

N.S.

20

TENDERO

SOL.

20

10

20

40

Bie.

10

20

40

60

80

80

Per.

20

20

30

30

Edu.

30

70

60

40

50

20

Lic.

10

30

10

20

N.S.

10

 Sin embargo, aunque en todas las profesiones estudiadas la idea de la "educación" es a la que se refiere un mayor número de sujetos, se observan al respecto algunas diferencias evolutivas interesantes. En el grupo de menor edad prácticamente la totalidad de los sujetos que contestaron a la pregunta (algunos no supieron hacerlo) argumentó de forma exclusiva, y generalizada para los cuatro trabajos, la necesidad de adquirir ciertos conocimientos que capacitan para el desempeño de las distintas ocupaciones. Con la edad, sin embargo, se observa una visión más realista al respecto considerando tanto la necesidad o no de preparación previa como otros posibles medios de acceso, en función del trabajo al que se refieren, es decir, los sujetos mencionan modos de acceso alternativos o complementarios al de la educación, según se trate de una profesión u otra. Así, por ejemplo, se observa un incremento de las respuestas que se refieren a la adquisición de bienes como medio para llegar a ser tendero ("comprar todo para la tienda y conseguir un local"). Otras de las respuestas que proporcionan los sujetos, y que aparecen a partir de los 11 años (salvo dos sujetos en el caso del albañil), son las que aluden a la necesidad de poseer ciertas características individuales asociadas a las diferentes ocupaciones; en concreto, algunos hablan de que un tendero "tiene que ser simpático", que un albañil debe "tener mucha resistencia física", que un policía "tiene que ser valiente", o que un médico debe "ser inteligente".

A continuación analizaremos por separado las respuestas que hemos englobado en la categoría denominada Educación, es decir, las de los sujetos que piensan que el acceso a los distintos trabajos se realiza a través del aprendizaje de determinados contenidos relevantes para cada profesión. Dentro de esta categoría se incluyen explicaciones diferentes acerca del tipo de aprendizaje que requiere un trabajo (ver subcategorías 2.1. y 2.2.). Veamos los resultados que se obtuvieron en cada una de las ocupaciones estudiadas:

  1. Respecto al médico (ver tabla 2a), se observa un aumento con la edad de las respuestas que hacen referencia a la necesidad de adquirir una formación académica especializada para desempeñar este trabajo. Así, mientras que en el grupo de 7 y 8 años el 60% hablan de la adquisición de conocimientos a través de una educación elemental ("sólo hace falta saber curar" o estudias en un libro y aprendes nombres de medicinas y lo que tienes que mandar al enfermo" y el 30% a través de una formación académica ("estudiar la carrera de medicina"), a partir de los 9 años prácticamente la totalidad de los sujetos proporciona este último tipo de argumento.
  2. De igual manera que en el caso anterior, en el trabajo de policía (ver Tabla 2b) se observan diferencias entre las respuestas proporcionadas por los sujetos del grupo de menor edad y del resto de los grupos. Mientras que los niños de 7 y 8 años argumentan, por ejemplo, que "estudias las señales de tráfico para que no se choquen los coches" o que "hay que comprar un libro y aprendértelo y ya puedes ser policía", la gran mayoría de los sujetos de las restantes edades insiste en la necesidad de una formación especializada para desempeñar este trabajo ("estudiar en la academia de policía").
  3. En cuanto al albañil (ver Tabla 2c), a diferencia de los otros trabajos, la mayoría de los sujetos que mencionan la necesidad de una educación previa se centra en la adquisición directa de conocimientos, (por ejemplo, "yendo a una construcción y mirar", "haciendo prácticas en una obra", etc.), no encontrándose diferencias evolutivas al respecto.
  4. Por lo que respecta al trabajo de tendero (ver Tabla 2d), se observa una disminución con la edad de respuestas que hacen referencia a la necesidad de recibir una educación para poder realizar dicha actividad laboral. Por otra parte, hay que señalar que prácticamente la totalidad de los sujetos que mencionan esta necesidad se refieren a la adquisición de conocimientos a nivel elemental ("aprender los kilos", "saber sumar y restar", "yendo a otra tienda y preguntándoselo al señor que vende").

 

TABLA 2a

Modo de acceso médico: Educación. Porcentaje de sujetos por edad y categoría

Edades

7 a 8

9 a 10

11 a 12

13-14

15-16

17-18

Elem.

60

20

-

-

-

-

Espec.

30

80

100

100

100

100

Total

90

100

100

100

100

100

 

TABLA 2b

Modo de acceso policía: Educación. Porcentaje de sujetos por edad y categoría

Edades

7 a 8

9 a 10

11 a 12

13-14

15-16

17-18

Elem.

33

20

-

10

10

10

Espec.

44

70

90

90

70

90

Total

77

90

90

100

80

100

 

TABLA 2c

Modo de acceso albañil: Educación. Porcentaje de sujetos por edad y categoría.

Edades

7 a 8

9 a 10

11 a 12

13-14

15-16

17-18

Elem.

60

50

80

50

60

50

Espec.

10

20

20

30

-

10

Total

70

70

100

80

60

60

 

TABLA 2d

Modo de acceso tendero: Educación. Porcentaje de sujetos por edad y categoría

Edades

7 a 8

9 a 10

11 a 12

13-14

15-16

17-18

Elem.

70

60

60

40

50

20

Espec.

10

10

-

-

-

-

Total

80

70

60

40

50

20

 En resumen, uno de los aspectos más relevantes del razonamiento de niños y adolescentes en relación con el modo de acceso a las diferentes profesiones estudiadas, es la idea de que para llevar a cabo una actividad laboral concreta es necesario adquirir previamente ciertos conocimientos relacionados con ella. A pesar de que ésta es una idea que aparece relativamente pronto, los argumentos que proporcionan los pequeños son cualitativamente diferentes a los que se dan en edades posteriores. Para los niños de 7 y 8 años el único requisito para llegar a ser médico, policía, albañil y tender es saber las actividades características de cada una de las ocupaciones, refiriéndose generalmente a la adquisición de dichos conocimientos a través de la práctica, observando a un profesional, etc., sea cual sea el trabajo por el que se les pregunta. A los 9 años los niños comienzan a establecer diferencias entre los trabajos, en el sentido de que no todos ellos requieren la misma preparación. A partir de esta edad la gran mayoría de los sujetos piensa que para ser médico y/o policía es necesaria una formación académica, mientras que es suficientes una educación de tipo elemental para desempeñar otras ocupaciones como las de albañil o tendero. Estas ideas se consolidan progresivamente a partir de los 11 años, mostrando así una mayor capacidad para realizar diferenciaciones cada vez más precisas de las diversas ocupaciones.

Por otra parte, los preadolescentes y adolescentes no son capaces de considerar la distinta preparación necesaria para cada trabajo, sino que tienen en cuenta también modos de acceso alternativos, como la adquisición de bienes en el caso del tendero, así como otros aspectos tales como la necesidad de poseer ciertas aptitudes físicas o intelectuales, o determinados rasgos de personalidad, dependiendo del trabajo al que se refieren.

 

REMUNERACION

Veamos a continuación los resultados relativos a las ideas que tienen los niños y adolescentes acerca de la remuneración de los diferentes trabajos 

Respecto a las respuestas que proporcionan los sujetos a las preguntas de si en todas estas profesiones se gana o no dinero, y si la remuneración es la misma en todas ellas, los resultados fueron contundentes: la totalidad de la muestra manifestó que todos los trabajos eran remunerados y que en las distintas ocupaciones se percibían sueldos diferentes.

Como se ve en la Tabla 3, la mayoría de los sujetos opinó que el trabajo más remunerado era el del médico. Sin embargo, esta respuesta no se reparte por igual entre todas las edades, sino que se observan diferencias evolutivas en el sentido de un aumento con la edad de esta elección: en el grupo de menor edad el 40% de los sujetos considera que el médico es el que más dinero gana y el resto se reparte por igual entre la demás profesiones; los niños de 9 y 10 años mencionan en parecida proporción los trabajos de médico, policía y albañil; y a partir de los 11 años prácticamente la totalidad de los sujetos sostienen que el médico es el profesional más remunerado.

Pero, ¿cuáles son los criterios que utilizan los niños y adolescentes para considerar un trabajo más o menos remunerado?. Los argumentos que proporcionaron los sujetos a este respecto fueron analizados según las categorías de justificación que siguen. De igual forma que en el apartado del modo de acceso, algunos sujetos proporcionan más de una justificación de su respuesta, codificándose todas ellas.

 

 Tabla 3

Remuneración. Porcentaje de sujetos por trabajo y edad

EDADES

MEDICO

POLICIA

ALBAÑIL

TENDERO

7 a 8

40

20

20

20

9 a 12

40

40

30

-

11 a 12

100

20

-

-

13-14

90

-

-

-

15-16

90

-

-

20

17-18

100

-

-

-

 

REMUNERACION. CATEGORIAS DE JUSTIFICACION

Cantidad de trabajo (CANT)

Respuestas que hacen referencia al número de horas o a la cantidad de actividad que requiere un trabajo ("tiene que hacer más cosas")

Complejidad (COM)

Respuestas relativas a la dificultad del desempeño del trabajo

Riesgo (RSG)

Respuestas que hacen referencia a las posibles consecuencias negativas que conllevan para uno mismo el desarrollo de una actividad laboral (Ejs. "es más peligroso", "arriesgas tu vida")

Responsabilidad (RESP)

Respuestas que se refieren a las consecuencias negativas para otras personas derivadas de un error en el desempeño del trabajo (Ejs. "porque arriesga la vida de los demás", "de él dependen muchas vidas")

Preparación previa (PREP)

Respuestas relativas al entrenamiento previo que se requiere para el desempeño del trabajo (Ej. "hay que estudiar más")

Jerarquía de valores (JER)

Respuestas que establecen un orden de prioridad (Ejs. "lo que más importa es la salud", "es más elemental la salud que por ejemplo la seguridad"

Reconocimiento social (REC)

Referencia a que la sociedad otorga un status especial a determinados trabajos (Ejs. "está más reconocido lo que hace", "se le dá más categoría", "la sociedad da más importancia al médico aunque sepa que el albañil también es necesario")

Analizaremos los argumentos que proporcionaron los sujetos a la hora de justificar s 1 u elección del trabajo más remunerado, independientemente de cuál fuera este. En la Tabla 4 se recogen exclusivamente aquellas categorías a las que se refiere un mayor número de sujetos.

Tabla 4

Justificaciones de la Remuneración. Porcentaje de sujetos por edad y categorías

(se incluyen únicamente aquellas categorías a las que se refiere un mayor número de sujetos)

EDADES

CANT.TRAB

PREPARACION

RESPONSAB

7 a 8

70

10

-

9 a 12

20

10

-

11 a 12

10

40

50

13-14

-

50

10

15-16

10

30

10

17-18

-

70

50

Como se puede observar, los sujetos de distintas edades difieren al considerar qué es lo que hace que en un trabajo se gane más o menos dinero. En el grupo de 7 y 8 años las respuestas de los niños se centran fundamentalmente en la idea de que la remuneración depende de la cantidad de tiempo o esfuerzo que requiere un trabajo. Por ejemplo, si un niño cree que el albañil es el que más horas trabaja y/o el que más esfuerzo realiza, piensa que su sueldo será superior al de los otros profesionales; lo mismo ocurre cuando eligen cualquier otra de las ocupaciones. Este tipo de argumento disminuye de forma considerable ya en el siguiente grupo de edad, hasta casi desaparecer posteriormente. Algunos niños de 9 y 10 años utilizan otros criterios, como la dificultad o el riesgo que conlleva una ocupación (estos datos no aparecen reflejados en la tabla). A partir de los 11 años aparecen fundamentalmente justificaciones que hacen referencia a la preparación previa que requiere un trabajo ("porque el médico ha empleado mucho más tiempo en preparse", "porque ha tenido que hacer una carrera", "tiene que estudiar mucho", etc.) y la responsabilidad que conlleva su desempeño ("porque de él dependen muchas vidas", "porque tiene que tener cuidado de no confundirse"). Algunos sujetos de los grupos de 13-14 y 15-16 años justificaron la mayor remuneración en términos del reconocimiento social asociado a un determinado trabajo. Estos resultados no concuerdan exactamente con los obtenidos por Furnham y Cleare (1988). Pensamos que esta disparidad puede ser debida, por una parte, al tipo de método utilizado ya que el cuestionario no permite profundizar en el pensamiento de los sujetos; y por otra, al hecho de que las preguntas no se refieren a trabajos concretos, como si ha ocurrido en el presente estudio.

 

CONCLUSIONES

A partir de los resultados expuestos anteriormente podemos observar que, como ocurre en otras áreas del conocimiento social (Delval, 1989), las ideas que tienen los niños pequeños acerca del modo de acceso y la remuneración del trabajo se centran en aquellos elementos que están más cercanos a ellos y que son más perceptibles. Indudablemente, el niño participa directamente de una realidad en la que la educación y el aprendizaje ocupan un papel esencial; no es extraño, pues, que éstos sean también elementos clave en el pensamiento infantil. El niño extrae estos datos y los generaliza a otras esferas del mundo social y, de esta manera, piensa que para poder desempeñar un determinado trabajo hace falta "saber" las actividades que lo caracterizan. Estos conocimientos se adquieren generalmente de forma directa, es decir, las personas "aprenden a ser" médico, policía, albañil o tendero a través de un libro, la enseñanza de un profesional, o la práctica, de modo similar a como ellos aprenden a escribir, sumar o multiplicar.

Respecto a la relación entre trabajo y remuneración podemos concluir, de acuerdo también con resultados obtenidos en otros estudios, que ya los niños de 7 años piensan que a las personas se les paga por trabajar (Berti y Bombi, 1981) y que la cantidad de dinero que gana un trabajador varía en función del tipo de actividad laboral que realiza. Sin embargo, la concepción que tienen los niños pequeños de esta relación está de nuevo dominada por las características más externas de la realidad, como lo muestra el hecho de que se centren en aspectos tales como la cantidad de horas o esfuerzo que realiza un trabajador para justificar la menor o mayor remuneración que percibe. Como se puede comprobar, las ideas infantiles acerca de este aspecto del mundo laboral difieren en gran medida no sólo de las creencias que tienen los adultos al respecto, sino también de lo que ocurre realmente en la sociedad.

A los 9 años los niños comienzan a establecer diferencias entre los trabajos en relación a la preparación que requiere cada uno de ellos; mientras que para unos es suficiente la práctica o una educación previa de carácter elemental, para otros es necesaria una formación académica especializada. A los 11 años estas ideas se consolidan, al mismo tiempo que empiezan a tener en cuenta también otros requisitos como el poseer determinadas características personales asociadas a las distintas ocupaciones. Los criterios que utilizan los preadolescentes y adolescentes para justificar la desigual retribución del trabajo están en concordancia con sus explicaciones acerca del modo de acceso; los chicos de estas edades se refieren fundamentalmente al grado de preparación previa que requiere una actividad laboral o a la responsabilidad que conlleva su desempeño a la hora de otorgarle un status económico. Este tipo de representación muestra, sin duda, una mayor capacidad para realizar inferencias acerca de aspectos más inmediatos y menos visibles de la realidad, a la vez que una visión más precisa y compleja del mundo laboral.

 

BIBLIOGRAFIA