INVESTIGACION
RESUMEN
El presente trabajo constituye la primera parte del estudio empírico sobre el síndrome de «burnout» o desgaste profesional del docente y forma parte de la investigación que estamos llevando a cabo en el departamento de Psicología y Sociología de la Educación de la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura.
Tiene como finalidad el estudio de la salud y psicopatologías del profesorado de EGB (primaria), BUP y FP (secundaria) de Badajoz y provincia.
Nuestra muestra recoge 11.917 registros de bajas laborales docentes producidas desde los cursos escolares 90-91 al 94-95 y están distribuidas según los distintos niveles educativos. Los objetivos fueron:
- Estudiar la incidencia de bajas docentes en sus diferentes especialidades.
- Valorar las causas de bajas, la frecuencia de ocurrencia y la población total afectada.
- Evaluar el porcentaje de bajas psiquiátricas y su comparación con el resto de especialidades.
- Analizar la frecuencia de los diferentes diagnósticos psiquiátricos y la incidencia en función de las variables sexo y nivel educativo.
- Comparar las bajas psiquiátricas con el resto de las especialidades médicas.
- Estudiar longitudinalmente la incidencia de bajas laborales en los cursos escolares 90-91 al 94-95
The present report constitutes the first part the empirical study of burnout syndrome among teaching staff which the department of psychology and sociology of the Faculty of Education of the University of Extremadura is carrying out.
It has as its end the study of health and psychopathology of primary and secondary school teachers of Badajoz and its province.
Our sample collected 11. 917 registers of teaching sick leave produced from the academic years 90-91 to 94-95 and they were distributed according to different educational levels
The objectives are the following:
- To study the incidence of sick leave in its different specialities.
- To evaluate the causes of sick leave its frequency and the overall population of those affected.
- To evaluate the percentage of psychiatric sick-leave and its comparison with the rest of the specialities.
- To analyse the frequency of different psychiatric diagnoses and the incidence according to the following variables: sex, educational level.
- To study longitudinally the incidence of sick-leave in the last academic years from 90-91 to 94-95
Síndrome del «quemado», Bajas laborales, Docentes
«Burnout» syndrome, Sick-leave, Teachers
En el informe publicado por la OIT (Organización Internacional del trabajo, 1993) se reconoce que el estrés y el síndrome de burnout no son fenómenos aislados, sino que ambos se han convertido en un riesgo ocupacional significativo de la profesión docente, que afecta de manera muy particular al profesorado, según ilustran los datos que a continuación se detallan:
- En EE.UU. el 27 % de los educadores investigados han padecido problemas crónicos de salud como consecuencia de la enseñanza y el 40 % reconoce tomar medicamentos a causa de problemas de salud relacionados con su trabajo.
- En Suecia se llegó a la conclusión de que el 25 % de los educadores están sujetos a tensión psicológica, en un grado que puede ser considerado de alto riesgo.
- En el Reino Unido, el 20 % del personal docente padece problemas de ansiedad, depresión y estrés.
- En Alemania, investigando sobre los efectos físicos del estrés, se descubrió que:
* Uno de cada dos educadores está en grave riesgo de padecer ataque cardíaco
* El trabajo docente impone grandes esfuerzos a la columna vertebral,
Psicología Educativa a los pies y sistema circulatorio, fundamentalmente en la enseñanza preescolar, infantil y primaria.
* El aire enrarecido de las clases y la necesidad de hablar en voz alta ocasiona un mayor índice de afecciones de garganta.
- En nuestro país la investigación sobre la salud de los profesores no se ha abordado como tal ni de manera unitaria (Guerrero, 1996), quizá debido a la ausencia de un marco teórico a partir del cual pudieran estructurarse todos los estudios realizados en torno a éste y otros temas relacionados. Los diferentes enfoques interdisciplinares, desde la pedagogía a la sociología industrial, pasando por la psiquiatría y la psicología en sus diferentes ramas y los tratamientos dispersos que se le han dado al tema justifica la diversidad de términos empleados para abordar la problemática
Los trabajos mas rigurosos y operativos que se han realizado acerca de la salud mental del profesorado han tomado como base y núcleo el constructo «síndrome de burnout». Ellos han puesto de manifiesto la importante contribución que éste puede tener para el manejo y el control de sus efectos, tanto desde el punto de vista laboral como personal.
El término anglosajón «burnout», cuyo significado es agotado, «quemado», exhausto fue descrito por primera vez por Freudenberger (1974) y se define como una manifestación de un estrés crónico mantenido a lo largo del tiempo al que son propensos los profesionales asistenciales, es decir, los profesionales que ofrecen servicios de ayuda directa a los usuarios de los servicios sociales. García Izquierdo, (1993) ha señalado como profesiones de alto riesgo las relacionadas con la enseñanza, con la salud y la seguridad pública.
La definición del «burnout» más consolidada es la de Maslach y Jackson (1981) quienes lo consideran como una respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico cuyos rasgos o características principales son: el cansancio emocional que se caracteriza por el agotamiento físico y/o psicológico, la despersonalización es decir una actitud fría y distante hacia los «clientes» y el sentimiento de inadecuación profesional al puesto de trabajo, que surge al verificar que las demandas exceden su capacidad para atenderlas de forma competente.
El «burnout» es un proceso con una serie de estadios que se suceden de forma paulatina. No va a aparecer repentinamente sino de forma progresiva en lo referente a la manifestación de sus síntomas y a la gravedad de los mismos.
Para algunos autores (Gold, 1984) no es posible determinar con exactitud la secuencia y los correlatos de las diferentes etapas implicadas en el desarrollo del burnout, pero aun así se han propuesto tres frases (Guerrero, 1996).
La explicación de por qué son las profesiones asistenciales las más afectadas por el burnout está íntimamente relacionada con la etiología del síndrome (Álvarez y Fernández, 1991). Por un lado, las profesiones asistenciales tienen una vertiente humanística del trabajo, sin embargo, la diferencia entre expectativas y realidad contribuye al estrés que experimentan. Por otra parte, cabe señalar, que a los profesionales asistenciales se les pide que empleen un tiempo considerable de intensa dedicación a sus «clientes».
De forma particular, y en lo que se refiere a los profesionales de las organizaciones educativas, han sido varios los autores que han profundizado en el tema y han aportado conocimientos de gran relevancia (Iwanicki y Schwab, 1981). Las variables que parecen contribuir al síndrome son:
- Las deficientes condiciones ambientales y el escaso material con el que se ejerce la docencia.
- Modificación del rol tradicional del educador de modo que cada vez han de responsabilizarse de mayor número de funciones para las cuales no han sido preparados.
- Como agentes de socialización, muchas veces han de mantener una postura coherente en una sociedad tan plural como la nuestra.
- Los conflictos surgidos como consecuencia de compaginar distintos papeles y en ocasiones contradictorios (amigos de sus alumnos a la vez que jueces, han de prestar una atención individualizada sin desatender al grupo, etc. ).
Esto supone para muchos profesionales la búsqueda de un difícil equilibrio.
- Actualmente, en el contexto social, la consideración y el respeto viene dada por el estatus socioeconómico y no por el esfuerzo realizado en el ejercicio de una tarea.
- Estos profesionales suelen tener un escaso apoyo por parte de la organización escolar y de los compañeros.
- El interés o implicación del profesor con sus alumnos es una condición necesaria para una educación de calidad, pero es a la vez fuente de problemas.
Por último, entre los síntomas que más frecuentemente ha citado la literatura sobre el tema que nos ocupa y que forma parte del «ciclo degenerativo de la eficacia docente» está el absentismo laboral.
Diversas fuentes coinciden en señalar un aumento de absentismo laboral entre los profesores, relacionado con sus condiciones de trabajo. Son frecuentes las bajas docentes por depresión, ansiedad y estrés generalizado. (OIT, 1981, Stern, 1980; Goodman, 1980).
Otros autores como Landsman (1978) señala el peligro que supone el hecho de que unos profesionales "quemados» estén siendo modelos de sus alumnos.
La forma de acercarnos al síndrome de burnout fue a través del estudio empírico sobre el absentismo laboral, mediante el análisis de bajas laborales docentes y su incidencia en el profesorado.
La muestra recoge 11.914 registros de bajas laborales docentes producidas desde los cursos escolares 90-91 al 9495 distribuidas según los niveles educativos de primaria y secundaria del profesorado de Badajoz y provincia.
Nuestro diseño de trabajo se basa en la metodología epidemiológica en su nivel descriptivo y en el análisis gráfico de los registros de bajas.
Se estudiaron las siguientes variables: sexo, nivel educativo, causas de baja laboral (especialidades médicas) y diagnósticos psiquiátricos específicos. También, se estudiaron las enfermedades que más frecuentemente eran motivo de baja laboral en el profesorado de EGB (primaria), BUP y FP (secundaria o ESO).
Los diagnósticos psiquiátricos que aparecen en el trabajo fueron fielmente recogidos, según la información archivada por la inspección médica...
Los datos fueron proporcionados por la delegación del M.EC en Extremadura.
En los registros que se analizan están incluidas las bajas por embarazo (descanso maternal normal y parto múltiple) y por obstetricia (enfermedades debidas al embarazo, parto o postparto). Excluyendo éstas (1752 registros) eliminábamos bajas ligadas al sexo femenino, pero consideramos que era interesante observar también su incidencia. La gráfica 1 representa la población total del profesorado de los centros públicos de EGB y ESO de Badajoz y provincia durante el periodo de tiempo estudiado (del curso 90-91 al 94-95).
Como puede apreciarse, la población de la EGB es mayor a la de la ESO y apenas se observan diferencias en cuanto al sexo en el mismo nivel educativo. A lo largo de los años hay un aumento suave de la población total del profesorado.
La distribución de bajas por especialidades médicas en los diferentes niveles educativos (EGB y ESO) está representada en la gráfica 2.
Observamos una mayor proporción de baja en el profesorado de EGB durante los cursos estudiados. Las bajas en este nivel suponen un 71,50 % del total de bajas registradas, mientras que el profesorado de ESO lo hace en una proporción del 28, 50 %. Añadimos también que la población total del profesorado de EGB supera a la de la ESO, en 881 sujetos.
En esta gráfica, se refleja que las bajas por obstetricia (incluyen aborto y amenaza de aborto, anemia, hipertensión, etc.) superan a las bajas por embarazo y a las ginecológicas. Las tres causas citadas (obstétricas, embarazo y ginecológicas) representan el 41,3 % del total de bajas femeninas en los dos niveles académicos estudiados.
En los docentes de EGB, se distribuyen por orden decreciente de frecuencia en bajas por enfermedad, las cuatro especialidades médicas siguientes: traumatología, reumatología, OTR (otorrinolaringología), y psiquiatría. En docentes de ESO, la primera y segunda posición se invierten . En ambos niveles observamos que entre en las cuatro primeras causas de bajas se encuentran las psiquiátricas, incluyéndose en esta categoría todos los desórdenes mentales y trastornos psicopatológicos.
Las bajas por psiquiatría representan el 8,9 % del total de bajas registradas en el profesorado de EGB y 8,5 % para los docentes de ESO.
Constatamos que no se aprecia un aumento llamativo en la frecuencia de absentismo oficial durante este periodo estudiado. En general, predomina la estabilidad tanto a lo largo del tiempo analizado, como en la proporción de bajas para una misma especialidad médica, exceptuando la traumatología.
La distribución de las diferentes especialidades diagnosticadas y según el sexo, queda representada en la gráfica 3 y del análisis gráfico realizado se derivaron los resultados que a continuación detallamos.
En todas las especialidades y a lo largo de los cinco cursos estudiados, vemos que el número de bajas en el sexo femenino ( 69,9 %) supera al masculino, La proporción de bajas por embarazos y obstetricia representan el 31,4 % del total de bajas femeninas. No se aprecia por otro lado, a lo largo del periodo temporal estudiado, un incremento notable de la frecuencia de aparición de ninguna de las patologías registradas. Esto se cumple si consideramos tanto la variable sexo como nivel educativo. En este sentido, la característica más destacable es la uniformidad.
Centrándonos en las bajas psiquiátricas, detalladamente se analizaron las psicopatologías más características del profesorado en función del sexo y del nivel educativo
Los protocolos utilizados por la inspección médica son los que se plasman en las distintas tablas y hacemos constar que éstos no son asumidos ni compartidos por nosotros
Se representan la distribución de trastornos específicos psiquiátricos en función del nivel educativo y del sexo (Tablas 1 y 2). Los trastornos específicos psiquiátricos suponen el 8,76 % del total de bajas, comparándolas con el resto de las especialidades médicas. Como puede verse, sólo una pequeña proporción de la muestra psiquiátrica, sufre Neurosis Obsesiva y de Ansiedad (9,96) y un alto porcentaje son diagnosticados de Depresión (89,2 %). El resto de los trastornos psicopatológicos no fueron representativos.
Las distribuciones de frecuencias son sensiblemente diferentes en relación al sexo v al nivel educativo.
Predomina el sexo femenino en la proporción de bajas por psiquiatría, representando un 69,2% del total de ellas. De éstas, el 88,3 % se debe al Trastorno Depresivo.
Longitudinalmente constatamos que el Trastorno Depresivo no incide positivamente durante el periodo estudiado.
En cuanto a la prevalencia de las patologías psiquiátricas específicas, en relación con los niveles de EGB y ESO podemos apreciar, analizando la Tabla 1, que la proporción de bajas por depresión en el profesorado de EGB triplica (72,4 %) a las bajas por este mismo trastorno en los docentes de ESO. Comparativamente, se da entre ambos niveles educativos una gran diferencia. Por otra parte, la depresión no parece aumentar de forma significativa a lo largo de los cursos escolares estudiados, ni en el nivel de primaria ni en el de secundaria.
Estos resultados nos sugieren que, el nivel educativo y el sexo son variables sensiblemente relevantes en el estudio de la salud mental del profesorado de nuestra muestra.
Después de analizar descriptiva y gráficamente los resultados de nuestra investigación, es preciso subrayar que los datos presentados se refieren a bajas laborales y nunca a sujetos concretos. A pesar de que fueron varias las veces que reiteramos a la delegación del MEC que los datos serían confidenciales y despersonalizados, por razones desconocidas, nos fueron negados los mismos.
El no disponer del número de sujetos que se daban de baja médica por cursos escolares, nos impidió realizar una estadística más rigurosa y completa.
Con esto queremos expresar la cautela que hemos de tener a la hora de interpretar los datos. Así, en los porcentajes de bajas puede estar incluida una misma persona en varias ocasiones, es más, quizá sean sólo unos pocos los docentes que se dan de baja y lo hagan con cierta asiduidad.
Los diagnósticos psiquiátricos que aparecen en el trabajo fueron fielmente recogidos según los criterios de la inspección médica (desconocidos por nosotros), sin que esto suponga que los distintos protocolos empleados sean asumidos, explicados o compartidos por nosotros. A nuestro entender adolecen de rigurosidad y son formulados sin seguir los criterios diagnósticos establecidos actualmente por los manuales diagnósticos y estadísticos de los trastornos mentales.
Es importante, al mismo tiempo dedicar un espacio para discernir entre nivel de ausencias o absentismo, retrasos y bajas laborales en el ámbito educativo. Los tres términos tienen en común que pueden llegar a ser indicadores de salud organizacional y personal.
En lo referente a los retrasos, resulta prácticamente imposible su abordaje y su control.
En cuanto a bajas y absentismo, la diferencia entre ambas reside en la duración y en la certificación oficial.
La inspección médica expide baja laboral cuando hay un motivo clínico y debido a él hay más de cuatro días consecutivos de faltas de asistencias. La baja laboral o absentismo oficial requiere por tanto certificación médica. Por el contrario, las ausencias o absentismo suponen faltas laborales menores de cuatro días que no requieren justificación. Un proceso catarral, mareos, malestar difuso, etc. serían razones que justificarían estas ausencias. No existe control ni datos de las mismas, y por tanto su estudio resulta inviable.
Sería interesante analizar exhaustivamente con qué frecuencia se producía el absentismo en los individuos, y si sus diferencias eran estadísticamente significativas o no, pero con los datos que disponíamos, no ha sido posible. A pesar de todo, de nuestro trabajo se pueden extraer algunas conclusiones valiosas y son las siguientes:
- Encontramos en la muestra una mayor frecuencia de bajas en el sexo femenino en todas las especialidades. La mayor incidencia se dio en el profesorado de EGB.
Existen diferencias en el porcentaje de bajas al comparar los dos niveles educativos con las diferentes especialidades médicas, fundamentalmente en Reumatología, Otorrinolaringología (OTR) y Ginecología.
- Merece especial mención la especialidad de OTR. Este tipo de enfermedades, en el caso de los enseñantes, deben ser consideradas de carácter profesional y a que su actividad conlleva características que originan enfermedades de esta especialidad. Según la OIT (1993), el profesorado constituye la primera categoría profesional bajo riesgo de contraer enfermedades profesionales de la voz. Estrés, tensión emocional v ansiedad asociada al uso profesional de la voz son factores que favorecen las enfermedades OTR, especialmente las disfonías como consecuencia de nódulos y pólipos, corditis, etc.
- En todas las especialidades y a lo largo de los cinco cursos estudiados, vemos que el número de bajas en el sexo femenino (69,9 %) supera al masculino. Esto puede explicarse también debido al hecho de incluirse en las mismas «embarazos» (16 %), que no suponen una patología, pero que sí son motivos de absentismo. Sólo las bajas por embarazos y obstetricia representan el 31,4 % del total de bajas femeninas.
a Respecto a las bajas psiquiátricas, se encuentran entre las cuatro primeras causas de bajas docentes en ambos niveles educativos. Suponen un 8,9 % en el nivel de EGB del total de bajas según las diferentes especialidades registradas y un 8,5 % en el nivel de ESO.
Es curioso contemplar la baja prevalencia de los Trastornos de Ansiedad, lo cual resulta extraño si comparamos a los docentes con el resto de la población. Es evidente observando los datos, la exagerada incidencia del Trastorno Depresivo. Esto nos llevó a cuestionar los protocolos utilizados por la inspección médica plasmándose de forma obvia el abuso del término «depresión».
- La muestra psiquiátrica se caracteriza por un predominio del Trastorno Depresivo (89,2 %), manteniéndose casi estable a lo largo de los cinco cursos estudiados. En cuanto al nivel educativo, los trastornos psicopatológicos inciden fundamentalmente en el profesorado de EGB (72,4 %), siendo la Depresión (89,2 %) la patología más significativa seguida por la Neurosis de Ansiedad. Llama la atención la baja incidencia de este último trastorno.
Durante el periodo de tiempo estudiado, no se constata la tendencia al aumento en el número de bajas por depresión ni por ninguna otra psicopatología.
En lo que respecta a la Ratio M/H esta señala una proporción de 3,2 para neurosis de ansiedad, 3,0 para las neurosis obsesivas y 2,4 para el trastorno depresivo. El resto de los trastornos específicos psiquiátricos no son representativos.
Si bien los datos obtenidos no nos permiten hacer afirmaciones tajantes ni extraer conclusiones definitivas, sí en cambio, consideramos que estos resultados acerca del absentismo laboral oficial pudieran ser consecuencia del síndrome de burnout aunque, para afirmar esto de forma categórica será necesario ampliar esta investigación y medir la existencia del mismo por procedimientos experimentales
Otros estudios han detectado que el 33 % de los docentes que presentan bajas por enfermedad invocan entre otras razones, el estrés o la tensión (OIT, 1993). También el trabajo de Stern (1980) relaciona el aumento de las cifras de absentismo con factores como: la baja motivación por el trabajo, la existencia de malas relaciones con los colegas, la percepción que tiene el profesor de una posibilidad de promoción muy limitadas y con la carencia de equipos y de materiales. Este mismo autor, verifica la casi inexistencia de absentismo en los primeros años de experiencia profesional, situando en los cinco años de ejercicio profesional, el punto en el que aparecen unas altas tasas de absentismo. el absentismo, según este investigador, aparece como una respuesta de escape que le permite evitar momentáneamente tensiones acumuladas en su labor diaria. Se recurre, por este motivo, a las ausencias del centro de trabajo por períodos cortos no exigen más que excusas, o bien se solicita la baja laboral médica.
Al igual que haría Esteve (1987), podríamos también interpretar el absentismo oficial docente como un mecanismo útil para controlar ansiedad y tensiones acumuladas.
Deseamos con este trabajo informar y sensibilizar al colectivo de profesionales implicados en las organizaciones educativas con el fin de que tomen conciencia de la problemática docente, con objeto de que se fomenten trabajos de investigación y diseñen planes de actuación que mejoren las condiciones en las que el profesorado desarrolla su trabajo y que al mismo tierno amortigüe las repercusiones negativas que la práctica docente puede estar ocasionando sobre la salud.
La conciencia de pertenecer a una población de alto riesgo en síntomas «burnout», sensibiliza a los sujetos no sólo a informar ante la sintomatología incipiente, sino a crear conductas de afrontamiento específicas para muchas de estas situaciones (Iwanicki, 1983).