Los autores de este artículo declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.
El constante flujo migratorio a nivel internacional invita a reinventarnos para crear sociedades inclusivas a nivel intercultural. La convivencia, como modelo basado en la integración mutua entre locales y migrantes, es todavía un desafío a enfrentar en Europa y España. Este estudio busca identificar qué variables de salud mental y resiliencia afectan a la integración escolar entendida como ejemplo del bienestar psicosocial, comparando una muestra de adolescentes migrantes con adolescentes locales. A través de una metodología cuantitativa, se estudiaron factores escolares, conductas problemáticas y factores de resiliencia en 132 estudiantes de entre 12 y 18 años. Los resultados revelan que los niveles de salud mental son semejantes en ambos grupos, pero la salud mental y la resiliencia contextual son más determinantes en la población adolescente migrante. Identificar con claridad las relaciones entre factores escolares y salud mental ofrece la posibilidad de diseñar intervenciones eficaces en el ámbito educativo.
The continuous international migration flow invites us to reinvent ourselves to create inclusive societies at intercultural level. Coexistence, as a model based on the mutual integration of locals and migrants, is still a challenge to face in Europe and Spain. This study aims to identify which mental health and resilience variables influence school integration used as a proxy for psychosocial well-being by comparing a sample of migrant and local adolescents. Through a quantitative methodology, school factors, disruptive behaviors, and resilience were measured in 132 students aged between 12 and 18 years old. The results reveal that although mental health scores are similar in both groups, mental health and contextual resilience are more critical for the migrant adolescent population than for the local one. Clearly identifying the relationships between school related factors and mental health offers the possibility of designing effective interventions within the educational context.
El creciente flujo migratorio es un fenómeno a nivel internacional que promete cambios demográficos en distintas partes del mundo, incluida Europa. Según fuentes oficiales, en el año 2018 el 10.1% de población de España era de origen extranjero y el 59.5% de ellos eran de origen extracomunitario, lo cual es importante porque el régimen de extranjería beneficia principalmente a ciudadanos comunitarios. La situación es diferente para aquellos que se rigen por la Ley de Extranjería ordinaria, presentando dificultades adicionales que se relacionan con el acceso a la igualdad de oportunidades en lo laboral, lo sanitario, la escolarización, la nula posibilidad de elegir representatividad política, la desigualdad de derechos y la discriminación racial (
Entre las características de la población migrada destaca especialmente su juventud. De hecho, el 22% de la población migrada corresponde a menores de 20 años, mientras que esa proporción sube al 24% si consideramos sólo a personas migradas no comunitarias. Un informe de la OCDE (2018) señala que el 18% de estudiantes de España, tienen trasfondo migrante, definidos como “migrantes de primera o segunda generación” o como “personas nativas con herencia mixta”. Estos conceptos, cuestionables desde una perspectiva crítica, mantienen el foco en la procedencia y fomentan la noción de migración como un proceso que no acaba. La integración de esta casi quinta parte de la población estudiantil en sus respectivas escuelas debiera ser un asunto prioritario en las políticas públicas relativas a infancia y adolescencia si pretendemos avanzar en convivencia intercultural.
El presente estudio tiene como finalidad analizar si la entidad educativa actúa como elemento de protección psicosocial en la población joven –mediante los factores escolares de satisfacción escolar, sentido de pertenencia, relación con pares y relación con profesores– respecto a las medidas de salud mental y resiliencia. El análisis explora la existencia de diferencias o no de estos elementos en relación a si los jóvenes han pasado por procesos migratorios o son nacidos en el territorio.
La salud mental en personas migradas ha sido ampliamente estudiada, puesto que se considera uno de los indicadores relevantes de integración en un marco de derechos humanos en los países de acogida. Así, diversos autores han trabajado esta relación, vinculando la discriminación percibida por origen racial o étnico y el rechazo social con problemas de salud mental. Desajuste psicológico, insatisfacción personal, bienestar psicosocial deteriorado y disminución de la salud física y mental son algunas de las consecuencias descritas en la literatura acerca de cómo afecta la discriminación a personas racializadas (
En el ámbito psicológico y del estudio del bienestar psicosocial, el estudio del efecto de la discriminación y su relación con la salud mental muestra una relación negativa entre discriminación percibida y salud mental, aludiendo a efectos como la percepción de rechazo, el sentido de pérdida de control y la sensación de injusticia y estrés, tanto si la discriminación es percibida hacia sí mismos como si es percibida hacia su grupo étnico (
Para los adolescentes, algunos de los factores que median en su bienestar psicosocial en cuanto a integración en el país que los acoge se relacionan por un lado con la familia (
Si miramos el fenómeno de la migración podemos prever que migrar suele implicar diferentes procesos de duelo y adversidad. La discriminación étnico-racial, el empobrecimiento económico inicial, el choque cultural, las barreras lingüísticas, los obstáculos burocráticos del sistema y el desarraigo y la perdida de vínculos familiares y culturales son una muestra de esta adversidad a la que se ven enfrentadas las personas migradas (
Aunque sin duda los factores psicosociales y la resiliencia de los jóvenes migrados tiene un impacto profundo en su salud mental, la escuela es uno de los contextos comunitarios que más importancia tiene para la infancia y la adolescencia (
Precisamente,
Para que los adolescentes se sientan a gusto, aceptados e integrados en el contexto escolar, el apoyo de los compañeros de clase es un elemento fundamental. La idea no es nueva. Uno de los factores protectores más estudiados es el contacto interétnico en la escuela y su impacto en la prevención del prejuicio racial (
En una amplia investigación en once países,
Pero no sólo la relación con los pares resulta importante en el contexto escolar. La relación de los estudiantes con los profesores también es clave. De hecho, el apoyo percibido de los profesores y profesoras hacia las minorías étnicas se ha relacionado con un mejor ajuste emocional, menos conductas violentas y problemáticas y mayor sensación de pertenencia a la escuela (
A la vista de estos antecedentes, es evidente que tanto las variables escolares (el compromiso escolar, la pertenencia a la escuela) como las variables sociales (las relaciones entre compañeros o con los maestros) tienen un efecto directo en la salud mental de los adolescentes migrantes (
El estudio aborda un fenómeno complejo como la integración social de adolescentes migrantes en contextos escolares, por lo que se utilizó un diseño de campo mediante la aplicación de encuestas a estudiantes adolescentes migrantes y no migrantes de 12 a 17 años en la ciudad de Barcelona, España.
Para evitar diferencias en el tratamiento de los migrantes de origen europeo o norteamericano, se excluyó a los adolescentes de estos países. La muestra estuvo compuesta por 132 adolescentes (74 no migrantes y 58 migrantes) entre 12 y 17 años con una media de 14.47 años (
Para ser incluidos en el estudio se entendió como adolescente migrante aquél que ha nacido fuera de España cuyos padres hayan nacido ambos fuera de España, aunque hayan conseguido posteriormente la nacionalidad española. Por el contrario, se consideró como no migrantes a todos los adolescentes nacidos en España, con un padre español o ambos padres. Cualquier adolescente en una situación no contemplada en estos criterios fue excluido del análisis posterior.
El grupo de migrantes provenía de América Latina (76.4%) y Marruecos (22.4%) y llevaban viviendo de media 8.68 años en España. Este grupo tenía una edad media de 15.53 años (
Se usaron tres cuestionarios para evaluar la salud mental, la integración escolar y la resiliencia de los participantes.
El
En cuanto a la salud mental, se usó el
Finalmente, la resiliencia se evaluó mediante el
Además se utilizó una medida directa de sensación de pertenencia a la escuela y de satisfacción con la misma, mediante dos ítems con respuesta en formato de escala Likert de cuatro puntos, desde
La muestra procede de un distrito de Barcelona densamente poblado (Nou Barris), con un 13.20% de extranjeros según datos oficiales de la Generalitat
Para todos los análisis se usó el software estadístico SPSS© v24. Aunque la mayoría de los datos son de naturaleza ordinal, se ha optado por usar pruebas paramétricas para su análisis, específicamente, pruebas
Utilizando pruebas
Una vez hecho esto, todos los análisis se realizaron de forma independiente para ambos grupos a través de correlaciones bivariadas, a fin de encontrar diferencias específicas entre las poblaciones estudiadas.
Para la submuestra de adolescentes no migrantes (
Por su parte, las correlaciones bivariadas para la submuestra de estudiantes migrantes mostraron un patrón diferente (
Posteriormente se llevaron a cabo regresiones lineales para todos los factores escolares analizados. En cada caso se utilizó la regresión jerárquica para ambos grupos, con dos modelos sucesivos: el primero sólo consideró las escalas YSR para ver la relación entre salud mental y los factores escolares escogidos, mientras que el segundo agregó las escalas de resiliencia y las otras tres variables escolares como control.
Para la satisfacción escolar (
*
La relación entre compañeros es especialmente compleja. Para los estudiantes migrantes, tanto el modelo 1 como el 2 sugieren que las puntuaciones más bajas en problemas sociales predicen una buena relación con los compañeros de clase (ß = -.848,
La relación con los profesores tiene características aún más llamativas (
*
Finalmente, el sentido de pertenencia a la escuela (
Nota. *
En primer lugar, resulta interesante destacar que a tenor de los resultados la sola condición de migrante no parece estar relacionada a priori con un nivel mayor de problemas de salud mental a nivel psicopatológico.
En segundo lugar, las escalas de salud mental del YSR correlacionan mucho más con los factores escolares en la población migrante que en la local. Es decir, los factores escolares evaluados se relacionan más con la salud mental de los adolescentes migrantes que de los no migrantes. Por ejemplo, el sentido de pertenencia a la escuela se asocia con siete de las ocho escalas de salud mental en el grupo de migrantes y sólo con cuatro en el grupo de no migrantes. Este dato no es menor, puesto que orientar la intervención hacia nociones que refuercen el sentido de pertenencia escolar en jóvenes migrantes podría tener un efecto positivo ulterior en el bienestar psicosocial general y en la satisfacción escolar (
En tercer lugar, hubo diferencias claras en relación con los tipos de resiliencia y las escalas de salud mental del YSR. La resiliencia personal se aplica de manera distinta en ambos grupos. Mientras que para los adolescentes locales se relaciona inversamente con más escalas de conductas internalizadas, para la juventud migrada la relación inversa se produce con las escalas de conductas externalizadas. Esto podría indicar que mientras para unos la resiliencia personal se asocia a la capacidad de expresarse, para los otros se relaciona con la capacidad de autocontrolarse. Por lo tanto, aunque ambos grupos muestren medias semejantes en relación a su percepción de resiliencia personal, estas se manifiestan de manera diferente. Por otro lado, la resiliencia contextual en jóvenes locales juega un rol muy residual, mientras que para los adolescentes migrados resulta fundamental correlacionando inversamente con las escalas de alteraciones de pensamiento, problemas sociales, problemas atencionales, aislamiento y conductas quebrantadoras de reglas. Parece evidente que si el aislamiento y los problemas sociales son dos de las escalas que transversalmente afectan la salud mental de los jóvenes migrantes, un entorno amigable que los acoja y les ofrezca alternativas reales de participación y ocupación de espacios contribuya a aumentar su percepción de bienestar subjetivo psicosocial e impacte en su sentido de pertenencia al lugar, mejorando su salud mental. Esta clara diferencia entre ambos grupos podría indicar también la necesidad de respetar y promover el respeto por sus creencias y cultura para fortalecer este tipo de resiliencia como factor protector. Por supuesto, esto no sólo implica un comportamiento de respeto pasivo, sino buscar activamente que esas creencias y esa cultura puedan manifestarse más allá de su comunidad y que tengan espacio en el corazón de la comunidad escolar. Tal como planteara
En cuarto lugar, en relación a las regresiones lineales, queda en evidencia que la salud mental por sí sola no explica los resultados obtenidos en los factores escolares evaluados. El modelo 2 (YSR + resiliencia + factores escolares) siempre funcionó mejor que el modelo 1 (solo YSR) y en todos los casos el grupo de migrantes obtuvo una mayor varianza explicada que el grupo de no migrantes. Lo anterior implica que para la población migrante las escalas de salud mental, la resiliencia y los factores escolares escogidos tienen más impacto en el contexto educativo que en los jóvenes no migrantes. Es probable que los adolescentes locales simplemente se integren en el sistema escolar con otras variables intermedias que no están siendo analizadas en este estudio.
En cuanto a la satisfacción escolar, se ve favorecida tanto por la relación con los profesores como por el sentido de pertenencia en ambos grupos estudiados. A la muestra de adolescentes migrantes se añade, además, una relación inversa con conductas quebrantadoras de reglas, lo que pareciera indicar un factor extra de autocontrol que perciben los estudiantes migrantes para sentirse bien en su contexto educativo. Esto es interesante, ya que al revisar las correlaciones bivariadas simples lo que pareciera estar mediando estos resultados entre satisfacción escolar y salud mental es justamente la relación con los profesores, por lo que la disminución de conductas quebrantadoras de reglas podría aportar a una mejor relación con los docentes, lo que a su vez favorecería la satisfacción escolar y el sentido de pertenencia, algo coherente con lo reportado por
En la relación con los pares, el conjunto de variables usadas no resultó pertinente para la muestra de adolescentes locales, pero para los adolescentes migrantes ambos modelos son significativos y el modelo 2, con un 49% de varianza explicada, se relaciona inversamente con problemas sociales y directamente con sentido de pertenencia escolar. En las correlaciones bivariadas este factor escolar apareció como un posible mediador positivo en el grupo de migrantes, mostrando una relación directa con prácticamente todas las escalas de conductas internalizadas y en conductas agresivas, en coherencia con los resultados de la literatura (
La pertenencia escolar es el único factor en el que la salud mental explica por sí sola un alto porcentaje de varianza en ambos modelos usados. Es más, el modelo 1 de la submuestra de migrantes (42.3%) explica más varianza que el modelo 2 del grupo de locales (34.5%). Para el grupo de locales, el sentido de pertenencia en el modelo 2 se relaciona con resiliencia personal y con satisfacción escolar, mientras que el modelo 2 en el grupo de migrantes fue inversamente significativa la escala de problemas sociales y directamente las de ansiedad/depresión, satisfacción escolar y relación con compañeros. Las evidentes diferencias entre ambos grupos no nos dejan indiferentes. Mientras que parece coherente que la relación inversa con problemas sociales esté relacionada con mejor relación con pares (
Los resultados aquí encontrados pueden situar la discusión de las diferencias raciales en elementos que resultan relevantes para la salud mental y el bienestar psicosocial de los adolescentes migrantes, como lo son los factores escolares explorados en este estudio. Desde allí, las prácticas discursivas que promuevan la exclusión racial requieren ser visibilizadas en primera instancia para luego poder ser desnaturalizadas. Una línea futura que implemente grupos focales como estrategia de recogida de datos podría permitir la posibilidad de identificar flujos discursivos que trasciendan la individualidad de los actores y que se visibilicen formas de comunicación excluyentes –o inclusivas también– por razones raciales, de manera abierta y transferible a realidades similares.
Ciertamente, no es posible descartar que las diferencias de edad promedio en ambos grupos pudieron influir en los resultados obtenidos. Después de todo, algunos estudios han señalado que en la adolescencia temprana hay una mayor fijación en la pertenencia social, mientras que en la adolescencia tardía se busca una mayor expresión de singularidad (
Entre las limitaciones del presente estudio, que podrían abordarse en futuras investigaciones, está no haber tenido en cuenta un rango más amplio de variables. Dado que nuestro foco estuvo centrado en la relación entre ajuste escolar y salud mental en población migrante y no migrante, no se consideraron otras variables potencialmente relevantes. Por ejemplo, incluir medidas objetivas de desempeño académico o percepciones de otros actores del sistema escolar, tales como profesores y directivos. En relación con los resultados obtenidos, el tamaño de la muestra no nos permitió realizar comparaciones intragrupales, tales como la influencia del género en la relación entre salud mental y ajuste escolar en adolescentes migrantes y no migrantes. Todavía hay un amplio camino que recorrer, pero este estudio representa un acercamiento importante a la comprensión del fenómeno de la migración en población escolar.
Aunque los resultados muestran que no hay diferencias significativas en salud mental entre adolescentes migrantes y locales, es interesante indicar que las diferencias detalladas entre grupos sí muestran perfiles distintos respecto a cómo viven su salud mental los adolescentes participantes. Mientras que la población local tiene menos exigencias en prácticamente todos los factores escolares analizados, la población migrante muestra correlaciones ricas y variadas que median su relación con el contexto educativo. Estas diferencias podrían estar indicando prácticas de discriminación directa o indirecta y/o percepción de inferioridad étnica que, como hemos visto, acarrea graves consecuencias a nivel psicológico y social.
A su vez, el preocupante hallazgo en torno al sentido de pertenencia escolar y la relación directa con la escala de depresión/ansiedad nos invita a reflexionar acerca de los costes que implica una “integración” aparentemente eficaz. La asimilación, entendida como la renuncia de atributos estigmatizadores a nivel social, en la práctica elimina un factor protector como la identidad étnica en contextos interculturales para favorecer la convivencia bajo las normas de la cultura de acogida. Considerando la importancia que la adolescencia otorga a la pertenencia grupal con sus pares, parece pertinente invertir en estrategias que potencien este sentido de pertenencia con los pares de la sociedad de acogida, sin que esto signifique tener que adoptar únicamente las formas relacionales de la sociedad de acogida. Esto es, invitar a una integración intercultural que vaya en todas las direcciones. El foco tiene que estar puesto en el grupo dominante también, para que los adolescentes migrantes no se vean presionados a renuncias o correcciones identitarias a nivel étnico, a fin de homologarse y sentirse parte del grupo.
No podemos olvidar que la interseccionalidad de ejes estresores (por ejemplo, la condición socioeconómica, la percepción de discriminación racial, el choque cultural) puede disminuir el bienestar personal de las personas migrantes, aun cuando el dominio del idioma y la participación en la comunidad sean elevados. Tal y como planteaban
Otro eje relevante es que los resultados sugieren que una relación docente-estudiante positiva se relaciona con el éxito académico y por lo tanto con la comprensión e integración del modelo educativo. Cabe preguntarse si los estudiantes adolescentes recién llegados, con menos probabilidades de responder de acuerdo al modelo educativo, se ven directamente en desventaja a la hora de querer entablar una buena relación con sus docentes y cómo puede usarse esta información en beneficio de diseños de acogida escolar que favorezcan el compromiso académico e influya positivamente en la satisfacción escolar y por lo tanto en su salud mental.
En síntesis, el contexto escolar tiene un gran potencial protector para favorecer la salud mental de los jóvenes migrantes en España, siempre y cuando considere las diferencias prácticas existentes entre la adolescencia con trasfondo migrante y sin trasfondo migrante. Reconocer que existen diferencias, lejos de resultar discriminativo evidencia que el escenario a través del cual se desarrollan, formativa, identitaria y psicosocialmente, se ve a su vez influído por la pertenencia cultural. Fomentar la reflexión disciplinar en los ambientes educativos, idealmente en todos los niveles de formación, en relación al trato cotidiano que se da a los adolescentes en contextos diversos culturalmente, permitiría reconocer las prácticas que favorecen la convivencia y evitar la discriminación o disminuir sus efectos. Reconocer además que la pertenencia cultural favorece la salud mental de los adolescentes, más allá de su percepción de discriminación racial, permite desarrollar intervenciones sin miedo a la “formación de guetos” y propiciar amistades interétnicas que agrupen también a los jóvenes con trasfondos similares. Dialogar sobre estos mismos temas con los mismos estudiantes permite dar voz y pertinencia a la intervención para avanzar en esta materia que tantos beneficios podría traer a los estudiantes migrantes y al conjunto de la población.
Changes in migration flows are a phenomenon of growing interest at the international level. Specifically, in the European Union (EU), Spain is currently one of the countries with the highest annual immigrant flow, and a high proportion of these immigrants are minors. In fact, a recent
A sample of 132 adolescents (74 non-migrants and 58 migrants), between 12 and 17 years old from a populated district of Barcelona (Nou Barris) with a high concentration of foreign population, answered three questionnaires to assess their mental health, school integration, and resilience. It was decided to use the Student Engagement Instrument (
First, we compared the means of YSR scales, resilience scales, and school adjustment factors between both groups, but no significant differences were observed, with the exception of two scales: the immigrant group showed higher scores on the isolation scale,
Overall, the results showed that migrant status alone did not seem to affect the mental health of adolescents in this sample. However, specific patterns were observed in each group regarding the way in which their mental health impacted their school adjustment. Precisely, in this study, the immigrant group showed a much more varied matrix of correlations than the non-immigrant group, which could indicate practices of direct or indirect discrimination or perhaps perception of ethnic inferiority. It is especially worrying that higher levels of anxiety and depression could predict a greater sense of school belonging. Undoubtedly, it is possible that successful school integration has higher costs than previously thought, and that assimilation implies the renunciation of an ethnic identity that translates into greater psychological distress. It is no coincidence that, for this group, the most transversal YSR scale in correlational analyses was just that of social problems. The results also suggest that the student-teacher relationship may be mediated by academic success, which implies an understanding and integration of the academic model. An integration that automatically puts migrant students at a disadvantage.
These results, although they may seem uninviting, highlight the need to work integration from a deeper look. Not only forcing the other to assimilate the customs of the host society but giving spaces for cultural expression within the training space. Recognizing, therefore, that migrated and non-migrated youth have important differences, and that the scenario through which they develop, formative, personally, and psychosocially, is impacted by cultural belonging. That is, to understand that migration has effects in the educational context and that it must be addressed by the entire community: managers, teachers, students, and families.
Fuente: Instituto de Estadística de Cataluña (IDESCAT):
Cite this article as: Morales, N., Contrares, C. Chávez, D., Ramos, M., Felt, E. y Collazos, F. (2020). Contexto escolar y salud mental de adolescentes migrantes y no migrantes en la ciudad de Barcelona.