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Vol. 33. Núm. 1. Febrero 2023. Páginas 57 - 64

Escala de Valoración del Riesgo de Violencia Grave contra la Mujer (VRVG-M). Ámbito de Pareja

[Scale for Assessment of the Risk of Serious Violence against Women (ARSV-W) within the couple]

Jari Y. Conde-Mendoza1, Hilda L. Pinto-Pomareda1, Olga Bardales-Mendoza2 y Liliana R. Alvarez-Salinas1


1Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Perú; 2Universidad Peruana Cayetano Heredia, Perú


https://doi.org/10.5093/apj2022a7

Recibido a 6 de Junio de 2021, Aceptado a 25 de Mayo de 2022

Resumen

La violencia contra la pareja origina diversas consecuencias en las víctimas, muchas de las cuales muchas veces son fatales. La presente investigación desarrolló la Escala de Valoración del Riesgo de Violencia Grave contra la Mujer (VRVG-M), la misma que pretende identificar el riesgo de ocurrencia de violencia grave contra la pareja. Se llevó a cabo en 7 ciudades del Perú y participaron 598 mujeres víctimas de violencia de pareja. Los resultados mostraron una adecuada validez de constructo (CFI = .973, TLI = .964, RMSEA = .052 y RMRS = .0395, confiabilidad compuesta > .70 y varianza media extraída >.50 para todos los factores) y precisión diagnóstica (AUC = .87), por lo que la escala VRVG-M es un instrumento adecuado que ayuda a valorar el riesgo de violencia grave contra la mujer dentro del ámbito de pareja. Se discute la incorporación y el aporte predictivo de algunos factores de riesgo en este tipo de instrumentos.

Abstract

Violence against the partner has various consequences in the victims and often has lethal consequences. This research developed the Risk Assessment Scale for Serious Violence against Women (RASV-W), which aims to identify the risk of occurrences of serious violence against the partner. The research was carried out in 7 cities in Perú and 598 women victims of intimate partner violence participated. The results showed adequate construct validity (CFI = .973, TLI = .964, RMSEA = .052, and RMRS = .0395, composite reliability > .70, and mean variance extracted > .50 for all factors) and diagnostic accuracy (AUC = .87), so the RASV-W scale is an adequate instrument that helps to assess the risk of serious violence against women within the sphere of the couple. The incorporation and predictive contribution of some risk factors in this type of instrument is discussed.

Palabras clave

Violencia de género, Violencia contra la pareja, Análisis factorial, Valoración del riesgo de violencia

Keywords

Gender violence, Intimate partner violence, Factor analysis, Violence risk assessment

Para citar este artículo: Conde-Mendoza, J. Y., Pinto-Pomareda, H. L., Bardales-Mendoza, O. y Alvarez-Salinas, L. R. (2023). Escala de Valoración del Riesgo de Violencia Grave contra la Mujer (VRVG-M). Ámbito de Pareja. Anuario de Psicología Jurídica, 33(1), 57 - 64. https://doi.org/10.5093/apj2022a7

Correspondencia: jcondem@unsa.edu.pe (Jari Y. Conde-Mendoza).

Introducción

La violencia es un fenómeno que ha estado presente durante toda la historia de la humanidad y, a pesar de la amplia investigación que existe en la actualidad, su gran complejidad aún exige a diversos profesionales un análisis que permita comprenderla, intervenir en ella y en el mejor de los casos prevenirla (Jiménez et al., 2014). Entre los diversos tipos de violencia, uno de los más preocupantes es la violencia de pareja ejercida por los varones en contra de las mujeres (Organización Mundial de la Salud [OMS, 2021]), a la que denominaremos en adelante violencia contra la pareja (VCP). Este tipo de violencia se desarrolla dentro de una relación de pareja en donde el agresor ejerce violencia psicológica, física, sexual o económica (Dhingra y McGarry, 2016; Walker, 1999) y se desencadena por la confluencia de una compleja red de factores personales, familiares y socioculturales relacionados tanto con el agresor, como con la víctima o la dinámica de relación (Sabbah et al., 2016).

La VCP es un fenómeno que se aprecia en todas las sociedades en mayor o menor medida, sucediendo que al menos el 30% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia por parte de su pareja en algún momento de su vida (Organización Mundial de la Salud [OMS, 2021]). Por otra parte, la VCP en el Perú es un fenómeno que ha mostrado un ascenso notable a través de los años; tanto es así que entre el año 2015 y el año 2021 ha habido un escalamiento importante en los casos de feminicidio perpetrado por parte de las parejas de la víctimas y en 2015 se reportaron 95 casos en 2020 131 casos (en condiciones de aislamiento social obligatorio por Covid-19) y en 2021 un total de 136 casos. No es diferente la situación con respecto a las tentativas de feminicidio de pareja, ya que oficialmente en el Perú se han registrado 198 casos en el año 2015, 258 casos en 2016, 247 casos en 2017, 304 casos en 2018, 404 casos en 2019, 330 casos en 2020 y un total de 293 casos en 2021 (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2022).

Pero el problema de la VCP no solo se evidencia a través de lesiones físicas temporales o permanentes, sino que también genera en las mujeres diversas consecuencias psicológicas que van desde estados emocionales temporales de tristeza, frustración o cólera a otros cuadros con mayor permanencia, como los trastornos depresivos, de ansiedad, alimenticios y hasta intentos de suicidio; otras consecuencias son los embarazos no deseados, los abortos provocados, las infecciones de transmisión sexual, etc. (Lara et al., 2019). Pero la repercusión va más allá y no solo abarca a la víctima, llegando a ocasionar incalculables daños emocionales y físicos en los hijos y familiares del entorno de la víctima; incluso todo esto repercute en la sociedad, ocasionando miles de millones de dólares de gastos relacionados en las áreas de salud, financiera y social (OMS, 2021).

Por otra parte, es importante recordar el término factor de riesgo de la violencia, entendiendo que un factor de riesgo de violencia es una característica o circunstancia que posee o rodea a una persona y que antecede a un suceso violento (Arbach-Lucioni et al., 2015; Jiménez et al., 2014). En el caso de los factores de riesgo de VCP, se deben abordar de modo específico, de tal forma que se diferencien de los factores de riesgo de otros tipos de violencia (Conde, 2018; Loinaz, 2017).

Diversos investigadores han identificado una variedad de factores de riesgo relacionados con la violencia de pareja, siendo los más relevantes el consumo de alcohol y drogas (Lin et al., 2018), la salud mental y psicológica alterada (Villamil et al., 2017), el alejamiento o abandono del agresor por parte de la víctima (Fernández, 2017), un historial de sucesos de violencia (Dawson y Piscitelli, 2017), haber sido testigo o víctima de violencia familiar en la infancia, la normalización de la violencia (Spencer y Stith, 2017), una ideología patriarcal en la familia de origen (Arnoso et al., 2017), la existencia de celos (Rodríguez et al., 2015), la dependencia económica (Moriana, 2015; OMS, 2021), la existencia del ciclo de violencia (Puente-Martínez et al., 2016; Walker, 1999), la creencia de cambio del agresor (Moriana, 2015), la falta de redes de apoyo (Murphy et al., 2016) y otros.

Estos factores de riesgo confluyen en instrumentos de valoración de riesgo de VCP y están diseñados para identificar la probabilidad de que ocurra un hecho violento contra la pareja y así evitar consecuencias diversas y hasta letales, lo que da lugar a que profesionales especializados intervengan directamente con la víctima, el agresor y su contexto; este tipo de instrumentos están siendo cada vez más aceptados en el ámbito judicial y de la salud y deberían estar enfocados a la gestión del riesgo identificado (Dawson y Piscitelli, 2017; Loinaz, 2017).

Entre los principales instrumentos de evaluación del riesgo de VCP está la escala SARA [Spousal Assault Risk Assessment] de Kropp et al. (1995) con adaptación al castellano de Andrés-Pueyo y Lopez (2005). Este instrumento predice el riesgo de agresión doméstica ejercida por el varón contra la pareja mujer, a través de cuyos indicadores se logra examinar la convivencia, las agresiones en la convivencia y el ajuste psicosocial. Basado en la escala SARA está el Brief Spousal Assault Form for the Evaluation of Risk (B-SAFER) de Kropp et al. (2010), un instrumento de uso breve que contiene ítems referidos a la agresión de la pareja, el ajuste psicológico y la vulnerabilidad de la víctima (Loinaz, 2017); este instrumento ha obtenido en diversas investigaciones índices del área bajo la curva superiores a .70 (Loinaz, 2014; Storey et al., 2014).

Una herramienta que mide el potencial de riesgo de violencia letal contra la mujer dentro de una relación de pareja es la escala Danger Assessment (DA) de Campbell et al. (2009), que valora la forma, la frecuencia y la gravedad de la violencia padecida y está desarrollada para gestionar el riesgo según el nivel riesgo identificado en la víctima. La capacidad predictiva del DA está entre una AUC = .61 y .92 (Messing y Thaller, 2013) y los índices de confiabilidad varían entre una α de Cronbach de .72 y .84 (Nicholls et al., 2013).

Un instrumento desarrollado en España, compuesto por factores de riesgo que incluyen la vulnerabilidad de la víctima y la percepción de su propio riesgo, es el RVD-Bcn de Álvarez et al. (2011), que obtuvo un índice de α de Cronbach = .71 y una AUC = .72 como capacidad predictiva. Otro instrumento desarrollado también en España es la Escala de Predicción del Riesgo de Violencia Grave Contra la Pareja (EPV-R) de Echeburúa et al. (2010). Este instrumento recoge información tanto del agresor como de la víctima para planificar las medidas de protección de esta última y ha llegado a obtener una consistencia interna α de Cronbach de .72 y una fiabilidad interjueces de r = .73. Siguiendo la línea de desarrollo de instrumentos de valoración del riesgo de violencia de pareja, los especialistas españoles López-Ossorio et al. (2016) elaboraron el protocolo de Valoración Policial del Riesgo (VPR) a través de un estudio longitudinal prospectivo con seguimiento de tres y seis meses a mujeres violentadas por su pareja. Para dicho protocolo se identificó una AUC = .71 para intervalos de tiempo en riesgo de tres meses (p < .003) y una odds ratio de 6.58 (IC 95% [1.899, 22.835]).

Con respecto al Perú, en 2012, como parte del desarrollo del Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2009-2015, se desarrolló una ficha de valoración de riesgo en mujeres víctimas de violencia de pareja para uso dentro del marco de la Ley 30364 con el fin de otorgar medidas de protección a las víctimas (Yauriman, 2014). Si bien es cierto que este instrumento surgió como un intento de mejorar el sistema de intervención y prevención de la violencia de pareja, existen algunas observaciones en relación a la muestra, su capacidad discriminativa entre niveles de riesgo y la forma de recolección de la información.

También existe una adaptación de la Danger Assessment (DA) de Campbell et al. (2009) realizada en Perú por Hernández et al. (2018), en la que se utilizaron los ítems originales, cuyo sistema de ponderaciones, en palabras de los propios autores, no resultó la mejor propuesta, además que solo alcanzó una consistencia interna α de Cronbach = .53.

Son preocupantes los índices de violencia que sustentan la urgencia impostergable de proteger a las mujeres víctimas de violencia de pareja en el Perú, a cuya problemática se suma que en la actualidad no se cuenta con instrumentos científicamente rigurosos para poder valorar el riesgo de VCP, por lo que el procedimiento de los operadores de justicia en la valoración del riesgo de la VCP en el país debe de ser mejorado. Por todo lo anteriormente referido, la propuesta del desarrollo de la escala VRVG-M tuvo como objetivo identificar el riesgo de sufrir violencia de la mujer por parte de su pareja, a través de una adecuada validez y capacidad predictiva, por lo que la escala pretendió brindar un fundamento científico específico para aportar argumentos a las instancias judiciales y de diversas instituciones de modo que se puedan llevar a cabo acciones preventivas y de intervención para coadyuvar a disminuir la incidencia de la VCP en el Perú.

Método

Participantes

La técnica para seleccionar la muestra fue no probabilística por conveniencia (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018). En el pilotaje participaron 91 usuarias de entre 19 y 67 años de edad (M = 33.58, DE = 8.483) de la ciudad de Arequipa y en la prueba propiamente dicha participaron 507 usuarias de entre 18 y 78 años de edad (M = 37.35, DE = 10.819), de las ciudades de Arequipa, Cusco, Tacna, Lima, Chimbote, Piura y Tumbes (dichas ciudades concentraban los mayores índices de atenciones por VCP en lass zona sur, norte y centro del país). Los criterios de inclusión de la muestra fueron: a) mujer usuaria del Centro Emergencia Mujer (CEM) identificada por admisión del CEM como víctima de violencia de pareja, b) usuaria mayor de 18 años de edad y c) usuaria que diera su consentimiento para ser entrevistada.

El proyecto de investigación fue aprobado por el comité consultivo del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual (actualmente Programa AURORA), el mismo que pertenece al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que es la instancia rectora en temas de la violencia contra las mujeres y que tiene entre sus competencias evaluar y aprobar la ejecución de proyectos de investigación en violencia familiar y sexual en base a estándares de lineamientos técnicos y éticos establecidos (Bardales, 2014).

Procedimiento

El proceso de elaboración de la escala VRVG-M se dividió en cuatro etapas generales: formulación de la entrevista, validez de contenido, pilotaje y prueba propiamente dicha.

En la primera etapa, o formulación de la entrevista, se identificó y plantearon las variables de riesgo de VCP que conformaron la guía de entrevista inicial de la escala. Para desarrollar la entrevista inicial de la escala se recurrió a la búsqueda y análisis amplio de literatura científica, manuales nacionales e internacionales y cifras del Estado peruano sobre VCP.

La segunda etapa o validez de contenido se realizó por juicio de expertos y se desarrolló en dos fases: en la primera, cinco profesionales con amplia experiencia en VCP calificaron cada uno la entrevista inicial de la escala y posteriormente se calculó la concordancia entre jueces, que permitió junto a la opinión de los desarrolladores de la investigación realizar las modificaciones a la guía de entrevista inicial; para la segunda fase, el procedimiento fue similar al de la primera, si bien en esta ocasión solo dos profesionales (distintos a los de la primera fase) realizaron el juicio de expertos sobre la guía de entrevista inicial de la escala obtenida en la primera fase del juicio de expertos. La segunda fase del juicio de expertos tuvo como resultado la obtención de la guía de entrevista de la escala para la etapa del pilotaje.

La tercera etapa o pilotaje consistió en la realización de entrevistas a la muestra (91 usuarias) en dos CEMs previamente designados. Una vez obtenidos los datos de la muestra se procedió a realizar el análisis factorial exploratorio, cuyos resultados iniciales, junto al criterio de los entrevistadores y retomando las ideas del juicio de expertos, además de la opinión de los investigadores de la presente investigación, fundamentaron la realización de algunas correcciones a fin de obtener la guía de entrevista de la escala para la etapa de la prueba propiamente dicha. El pilotaje tuvo como objetivos a) identificar la impresión del entrevistador en el momento de realizar las entrevistas a las usuarias de los CEM, b) identificar errores en el proceso de entrevista, c) conocer el tiempo promedio de aplicación de la entrevista y d) comprobar indicios de una posible estructura factorial exploratoria para la escala.

Para la cuarta etapa, o prueba propiamente dicha se procedió a realizar entrevistas a la muestra (507 usuarias) en 13 CEM previamente designados; se destaca que a raíz de la cuarentena por Covid-19 que enfrentó el Perú durante el año 2020 el proceso de entrevistas en algunos CEM se retrasó seis meses aproximadamente. Una vez obtenidos los datos para la prueba propiamente dicha, se procedió a realizar el análisis factorial exploratorio teniendo en cuenta las variables que habían presentado problemas en etapas iniciales, la pertinencia de las cargas factoriales dentro de cada factor, el criterio de la lógica del fenómeno estudiado y el de los investigadores.

Para el análisis factorial confirmatorio de la prueba propiamente dicha se procedió a construir el diagrama de ruta e identificar los índices de ajuste del modelo inicial propuesto, índices que mostraron incoherencia estadística y lógica en la estructura propuesta, por lo que se procedió a reespecificar el modelo, obteniéndose nuevos índices de ajuste; luego de esto, para dar mayor sustento a la validez del constructo, se analizó la validez convergente (identificándose la confiabilidad compuesta y la varianza media extraída para cada variable latente) y validez discriminante. Finalmente, se concluyeron los análisis evidenciando la validez predictiva de la escala a través de la curva ROC, utilizando como criterio de diagnóstico la ocurrencia de por lo menos un hecho de grave violencia hacia las usuarias de la muestra (usuaria que haya sido golpeada de forma grave con puñetazos, patadas o usando objetos, a la que hayan amarrado, encerrado o hayan intentado o logrado de forma no letal asfixiar, acuchillar, quemar, envenenar o formas graves similares).

Análisis de Datos

Para obtener el índice de concordancia entre jueces se usó una hoja de cálculo diseñada por Rodríguez (2014) para obtener el estadístico de V de Aiken. Para identificar los resultados del análisis factorial exploratorio para el pilotaje y prueba propiamente dicha se usó el programa SPSS v.24; para ambos casos el procedimiento inició evidenciando la pertinencia de los datos de la muestra a través del test de esfericidad de Bartlett y el índice de medida de adecuación de la muestra Kaiser-Meyer-Olkin. La estructura factorial exploratoria se obtuvo a través del método de factorización de máxima verosimilitud y una rotación oblicua promax; por su parte, la consistencia interna se identificó a través del estadístico α de Cronbach. Para el análisis factorial confirmatorio se utilizó el programa de interfaz gráfica AMOS v.24; se seleccionó el método de estimación de máxima verosimilitud, se identificó la normalidad multivariante a través de la relación crítica (CR) (Gao et al., 2008), se determinaron los valores atípicos multivariantes calculando la distancia de Mahalanobis (Collier, 2020) y se obtuvieron los índices de ajuste chi-cuadrado relativa, CFI, TLI, RMSEA y RMRS (Arbuckle, 2014; Bagozzi y Yi, 2012; Kline, 2011; MacCallum et al., 1996), tanto para el modelo inicial como para el reespecificado. Luego de esto, en el software AMOS v.24 se analizó la validez convergente a través de la confiabilidad compuesta (Hair Jr. et al., 2016), la varianza media extraída para cada variable latente (Hair et al., 2018), la validez discriminante a través del criterio de Fornell-Larcker (1981) y de la matriz de correlación heterotrait-monotrait (HTMT; Henseler et al., 2015; Kline, 2011). Por último, la precisión diagnóstica de la escala VRVG-M se midió a través de de la curva ROC [receiver operating characteristic] con el software MEDCALC v.19.5.

Resultados

Formulación de la Entrevista

Como resultado de la búsqueda de factores de riesgo en la literatura científica se identificaron 62 factores de riesgo, que fueron ordenados estratégicamente en tres dimensiones para la parte inicial del estudio: agresor (13 variables de riesgo), víctima (19 variables de riesgo) y dinámica de relación o exrelación (30 variables de riesgo).

Validez de Contenido

En el primer juicio de expertos, de las 62 variables propuestas se obtuvieron 11 con índices de concordancia entre jueces de una V de Aiken < .80, que fueron modificadas según los comentarios de los jueces y luego de realizar las modificaciones se obtuvo una nueva guía de entrevista con 58 variables. En el segundo juicio de expertos, de las 58 variables de la nueva guía de entrevista solo cinco mostraron índices de concordancia entre jueces de una V de Aiken < .80, y una vez realizadas las modificaciones se obtuvo una nueva guía de entrevista con 57 variables.

Pilotaje

En el análisis factorial exploratorio para el pilotaje se analizaron un total de 57 indicadores, en los que el resultado del test de esfericidad de Bartlett fue significativo (p < .01) y el índice de medida de adecuación de la muestra Kaiser-Meyer-Olkin fue de .751.

A través del método de factorización de máxima verosimilitud y de una rotación oblicua promax se identificaron cinco factores latentes (violencia psicológica, violencia física, antecedentes familiares de la víctima, antecedentes familiares del agresor y el factor oposición a las normas) con un total de 18 indicadores, con saturaciones > .440. Finalmente se identificó una α de Cronbach de .830 como consistencia interna para los 18 indicadores.

Prueba Propiamente Dicha

Análisis Factorial Exploratorio para la Prueba Propiamente Dicha

Para esta etapa se analizaron un total de 43 indicadores, no se identificaron datos perdidos y aunque se observaron algunas puntuaciones atípicas y dos indicadores mostraron una no normalidad univariante, estos se retuvieron temporalmente a fin de ver su comportamiento. El índice de medida de adecuación de la muestra KMO fue de .85 y el test de esfericidad de Bartlett fue significativo (p < .01). El análisis de las comunalidades para los 43 indicadores evidenció que muchos de estos no aportaban de forma adecuada con el constructo, siendo así que de los 43 indicadores iniciales solo 16 superaban índices por encima de .30.

Luego de realizar la experimentación iterativa (utilizando el método de máxima verosimilitud y rotación promax) se retuvieron cinco factores con autovalores mayores a 1 (criterio Kayser), que explicaban un 60.95% de varianza acumulada, lo que permitió obtener una matriz final de 16 indicadores distribuidos en 5 factores, denominados violencia sexual (3 indicadores), violencia psicológica (4 indicadores), antecedentes familiares de la víctima (3 indicadores), antecedentes familiares del agresor (3 indicadores) y violencia física (3 indicadores). Todas las cargas factoriales fueron superiores a .60 a excepción de dos indicadores que obtuvieron puntuaciones entre .45 y .60.

Finalmente, en el análisis factorial exploratorio se evidenció que todas las correlaciones entre factores estaban por debajo de .70 y la consistencia interna para los 16 indicadores fue de una α de Cronbach = .87.

Análisis Factorial Confirmatorio para la Prueba Propiamente Dicha

Los resultados iniciales para el análisis factorial confirmatorio identificaron una no normalidad multivariante para los 16 indicadores (CR = 7.66); a la vez se identificaron mediante la distancia de Mahalanobis valores atípicos multivariantes (< .001), por lo que se procedió a eliminar 25 casos, reduciéndose la muestra a 482 casos, obteniendo así una normalidad multivariada de datos (CR = 1.88). Se obtuvo a través del método de estimación de máxima verosimilitud un diagrama de ruta conformado por 16 indicadores y 5 variables latentes, con 4 indicadores para la variable violencia psicológica, 3 indicadores tanto para la variable violencia sexual, violencia física, antecedentes familiares del agresor y para la variable antecedentes familiares de la víctima.

Las cargas factoriales para los 16 indicadores fueron >.70, a excepción del indicador relacionado con la frecuencia del acoso con la víctima con .56 y el indicador relacionado con la vivencia de la víctima de un modelo jerárquico con .61; por otra parte, las correlaciones entre las variables latentes estuvieron entre .21 y .73.

Los índices de ajuste para el modelo inicial fueron chi-cuadrado relativa de 2.502, CFI = .965, TLI = .955, RMSEA = .056 (90% IC [.047, .065]) y RMRS = .0440; la identificación de un RMSEA mayor a .05, una carga factorial de .56 relacionado con la frecuencia del acoso a la víctima y la posible redundancia del indicador además de no evidenciar mejoras relevantes a través de los índices de modificación y junto al análisis de la matriz residual dieron argumento lógico para eliminar el indicador relacionado con la frecuencia del acoso a la víctima y reespecificar el modelo.

El modelo reespecificado se observa en la Figura 1, el cual está conformado por 5 variables latentes y 3 indicadores para cada una de las variables latentes. Las cargas fueron significativas (p < .0001) y mayores de .70, a excepción de la carga del indicador referido a la vivencia de la víctima de un modelo jerárquico, con .61, y aunque este indicador estaba contribuyendo debajo del límite recomendado se retuvo debido a la pertinencia del indicador dentro de la variable y al aporte de los otros dos indicadores dentro de la variable latente. Los índices de ajuste para el modelo reespecificado fueron una chi-cuadrado relativa de 2.311, CFI = .973, TLI = .9564, RMSEA = .052 (90% I.C., .042, .062) y un RMRS = .0395.

Figura 1

Diagrama de ruta del modelo reespecificado para el análisis factorial confirmatorio.

Se identificó una adecuada validez convergente con índices de confiabilidad compuesta mayores de .70 para las 5 variables latentes, así como de una varianza media extraída mayor de .50 para cada variable latente. En el caso de la validez discriminante, las correlaciones entre las variables latentes fueron menores de .80, para el análisis a través del criterio de Fornell- Larcker las correlaciones entre las variables latentes estuvieron por debajo del índice de la varianza extraída de cada variable latente y mediante la matriz de correlación heterotrait-monotrait (HTMT) se identificaron adecuados valores para cada par de variables latentes, resultando el menor de .21 y el mayor de .71.

Precisión Diagnóstica

De un total de 482 casos y utilizando como criterio de diagnóstico, la ocurrencia de por lo menos un hecho gravemente violento en las usuarias de la muestra se identificaron como positivos 319 casos (66.18%) y 163 (33.82%) casos como negativos. Como resultado se obtuvo un área bajo la curva de .87 (95% IC [0.836 a 0.899]) con una significancia estadística de p < .001 y tomando como referencia el punto de corte > 37, se obtuvo una sensibilidad de 73.6 y una especificidad de 80.5.

Discusión

La escala VRVG-M se desarrolló con la intención de proponer una medida de valoración de riesgo de violencia hacia las mujeres víctimas de violencia de pareja del país. Las variables dentro de la guía de entrevista se plantearon con la idea de una metodología de evaluación de juicio clínico estructurado (Andrés-Pueyo y Arbach-Lucioni, 2015), que utiliza factores de riesgo dinámicos y estáticos que sirven para identificar la dinámica de actitudes, creencias e interacciones en torno a los factores de riesgo de VCP (Wong et al., 2009).

La estructura factorial de la escala VRVG-M agrupó 15 indicadores en 5 variables, las cuales se denominaron violencia sexual, violencia física, violencia psicológica, antecedentes familiares de la víctima y antecedentes familiares del agresor. Lo primero que resalta de esta estructura es que tanto los indicadores de exposición a la violencia familiar como los indicadores referidos al historial de violencia familiar ejercido contra la víctima y contra al agresor fueron identificados como predictores importantes y aunque es cierto que otros instrumentos de riesgo de violencia de pareja incluyen indicadores referentes a estos antecedentes, estos son mínimos; por ejemplo, la escala SARA-Spouse Abuse Risk Assessment (Helmus y Bourgon, 2011) incorpora solo un indicador relacionado a la experiencia de ser víctima y/o testigo de violencia familiar en la infancia y/o adolescencia del agresor. A nivel institucional peruano, la ficha de registro de casos del Centro Emergencia Mujer del Programa-AURORA de 2021 solo incorpora un ítem sobre la historia de maltrato o abandono hacia el agresor y ninguno para la víctima. Por otro lado, existen instrumentos como la Escala de Predicción del Riesgo de Violencia Grave contra la pareja (EPV-R) (Echeburúa et al., 2010) y la Danger Assessment (Campbell et al., 2009), que no incorporan ningún factor de riesgo relacionado con la exposición a la violencia familiar y el historial de víctima de violencia familiar tanto del agresor como de la víctima.

Diversos instrumentos relacionados con la violencia de pareja no incorporan estas variables de manera sustancial, habiendo amplia investigación que sustenta la relación de estas variables con el desencadenamiento de la violencia de pareja (Enríquez et al., 2020; OMS, 2021; Spencer y Stith, 2017; Villamil et al., 2017). El motivo fundamental radica seguramente en la diferencia entre la sociedad peruana y otras sociedades, ya que desde hace décadas en el país los índices de violencia familiar son preocupantes, no lográndose disminuir adecuadamente (Bedoya et al., 2018; Benavides et al., 2015).

Ahora bien, dentro de las variables, antecedentes familiares del agresor y de la víctima, el indicador vivencia de un modelo jerárquico, que si bien obtuvo cargas factoriales de .70 para los agresores y .61 para las víctimas y que además muchas investigaciones sustentan que la ideología patriarcal predice significativamente la comisión de la VCP (Arnoso et al., 2017; Lin et al., 2018; Villamil et al., 2017), sucede que al compararlas con las cargas factoriales de .83 para indicador exposición de la víctima a violencia familiar y .82 del indicador, víctima sometida a violencia familiar, y también con la carga de .85 para indicador exposición del agresor a violencia familiar y .79 del indicador, historial de violencia familiar contra el agresor, estos cuatro indicadores aportan más a la variable latente a la que pertenecen, por lo que, tanto los datos de la muestra explican que un historial de exposición a modelos de violencia y un historial de violencia parecen ser sutilmente mejores predictores de violencia de pareja que un modelo jerárquico de desigualdad de género en la familia de origen tanto para agresores y víctimas.

Por otro lado, las variables de violencia sexual, física y psicológica valoran la gravedad del hecho, la frecuencia y la consecuencia para cada variable, por lo que mantiene una sintonía con la Danger Assessment (DA) de Campbell et al. (2009), ya que este instrumento con sus 20 ítems valora la forma, frecuencia y gravedad de la violencia padecida. De similar forma sucede con el Abusive Behavior Inventory (ABI) de Postmus et al. (2016), que identifica tres factores (violencia psicológica, física y sexual).

Ahora bien, la modalidad de valoración de los indicadores de los factores violencia psicológica, física y sexual se centra en una evaluación global de actitudes, creencias e interacciones relacionadas con de la entrevistada y su pareja o expareja, las cuales, a diferencia de otras escalas que valoran independientemente diversas actitudes, creencias e interacciones, como por ejemplo en la EPV-R (Echeburúa et al., 2010), en las que el ítem acoso reciente a la víctima y el ítem amenazas graves o de muerte en el último mes se configurarían dentro de la variable latente o factor de violencia psicológica para la escala VRVG-M. De este modo, en comparación con el EPV-R, la escala VRVG-M busca conocer a través de la guía de entrevista la dinámica de la violencia psicológica global vivida en torno a la gravedad, la frecuencia y la consecuencia que haya vivenciado la víctima.

Se evidencia también que los tres indicadores de la variable violencia sexual explican más varianza que todos indicadores de las demás variables latentes, identificándose cargas factoriales de .83 hasta .93, lo cual se puede interpretar de manera tal que la ocurrencia de violencia sexual suele agravar la violencia de la que es víctima una mujer dentro del ámbito de pareja y por lo tanto aumenta el riesgo que tiene la víctima (Postmus et al., 2016).

En referencia a los índices AUC y de confiabilidad, para la escala VRVG-M se identificó una AUC de .87 y una confiabilidad compuesta de entre .80 y .91, que son similares a los índices identificados por Lopez y Andrés-Pueyo (2006), que obtuvieron una AUC de .83, y por Helmus y Bourgon (2011), que identificaron en promedio una AUC de .63 al desarrollar diversas investigaciones de la SARA. Lo mismo sucede con el RVD-Bcn, desarrollado en España por Álvarez et al. (2011) en una institución similar a los Centros de Emergencia Mujer en Perú, donde obtuvo un índice AUC de .72 y una α de Cronbach de .71.

Se deben mencionar tres limitaciones importantes para el desarrollo de esta investigación. La primera que, aunque originalmente la muestra se planeó que estuviera representada territorialmente por las cinco zonas del país que se determinaron funcionalmente para la presente investigación, esta no pudo ser como se planeó, ya que en la zona nororiental, conocida como la selva peruana, no se tuvo acceso para realizar las entrevistas, debido a la cuarentena por COVID-19 que se vivió durante el año 2020. La segunda limitación fue que la información sobre el agresor para valorar cada indicador no fue brindada por el mismo agresor, sino que fue obtenida mediante la víctima y aunque la mayoría de ellas tenían información de los antecedentes de la dinámica familiar del agresor y podían dar referencia pasada y actual sobre varios aspectos de su pareja o ex pareja, hubiese sido preferible tener la información por parte de su pareja (agresor). Por otra parte, como tercera limitación, se menciona que si bien es cierto que el fin fundamental de toda valoración de riesgo es la gestión del mismo la escala, debido a su estructura factorial y a la manera en que fue planteada la entrevista, está enfocada principalmente a la identificación del riesgo de violencia actual de la mujer dentro del ámbito de pareja, a pesar de lo cual los factores de riesgo pueden ser identificados por el profesional que, dicho sea de paso, debe tener experiencia y capacitación para realizar entrevistas en este tipo de muestra.

Es importante que en el futuro se puedan identificar diversas implicaciones prácticas de la escala cuando se aplique en instituciones públicas o privadas y, además, en diversos niveles de intervención o prevención, por lo que las futuras investigaciones deberán refutar o sostener la estructura factorial de la escala VRVG-M y su validez y probar la capacidad predictiva de la misma.

Finalmente, la investigación identificó adecuada y diversa evidencia de validez de contenido y de validez de constructo (validez convergente y validez discriminante), así como de una adecuada precisión diagnostica, por lo que la escala de Valoración de Riesgo de Violencia contra la Mujer (VRVG-M) resulta una propuesta válida, que ayuda a valorar el riesgo de violencia grave contra la mujer dentro del ámbito de pareja, por lo que podría resultar una alternativa útil como parte de la evaluación a mujeres en riesgo de violencia de pareja en diversas instancias institucionales en el país.

Extended Summary

IPV (Intimate Partner Violence) develops within a couple relationship where the aggressor perpetrates psychological, physical, sexual, or economic violence (Dhingra & McGarry, 2016; Walker, 1999) and is triggered by the confluence of a complex network of personal and family factors, socioculturally related to both the aggressor, the victim, and the relationship dynamics (Sabbah et al., 2016). At least 30% of women worldwide have suffered intimate partner violence (OMS, 2017), and particularly in Peru there is evidence of a significant rise over the years (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2022). This phenomenon not only causes physical injuries but also has various psychological and sexual consequences for victims (Lara et al., 2019).

Various risk factors for intimate partner violence have been identified, such as victim’s distance from the aggressor (Fernández, 2017), a history of violent events (Dawson & Piscitelli, 2017), being a witness or victim of family violence in the childhood (Spencer & Stith, 2017), a patriarchal ideology in the family of origin (Arnoso et al., 2017), among others.

There are instruments to assess the risk of violence against a partner, such as the SARA scale by Kropp et al. (1995), the B-SAFER of Kropp et al. (2010), etc. Within the national sphere, there is little research and the current instruments to measure the risk of intimate partner violence must be improved.

The rates of violence against the partner are worrisome, so the aim of this research was to develop an instrument that helps assess the risk of a woman to suffer violence from her partner.

Method

For the piloting, 91 women between 19 and 67 years of age participated and in the test itself 507 women aged between 18 and 78 years participated. The research project was approved by the advisory committee of the National Program Against Family and Sexual Violence.

In the first stage or formulation of the interview, the risk variables that made up the initial interview guide of the scale were identified and raised. The second stage, or content validity, was carried out by expert judgment, thus obtaining the interview guide for the piloting scale. The third or pilot stage served to obtain initial results to propose the interview guide for the scale for the fourth stage. For the fourth stage or test itself, an exploratory factor analysis and a confirmatory factor analysis were carried out, where the adjustment indices of the proposed initial model showed inconsistencies, proceeding to re-specify the model. Finally, the predictive validity of the scale was evidenced through the ROC curve.

The SPSS v.24 program was used for the exploratory factor analysis, the AMOS v.24 program was used for the confirmatory factor analysis, and the diagnostic accuracy of the scale was measured through the MEDCALC v.19.5 program.

Results

In the piloting, five latent factors were identified with a total of 18 variables with loadings > .440 and a Cronbach’s α of .830. For the test stage itself, a total of 43 variables were analyzed using the method of maximum likelihood and promax rotation, and a matrix of 16 indicators distributed into 5 factors was obtained, explaining 60.95% of the accumulated variance.

In the confirmatory factor analysis, 16 indicators were analyzed through the maximum likelihood estimation method and an initial route diagram was obtained that was re-specified, finally obtaining 15 indicators distributed in 5 factors. The fit indices for the respecified model were: relative chi-square of 2.311, CFI = .973, TLI = .964, RMSEA = .052 (90% IC [.042, .062]), and an RMRS = .0395. A composite reliability greater than .70 was obtained for the 5 latent variables and the mean variance extracted for each latent variable was greater than .50. Using the heterotrait-monotrait (HTMT) correlation matrix, values lower than .85 were identified. For diagnostic accuracy, an area under the curve of .87 was obtained with a statistical significance of p < .001.

Discussion

The importance of incorporating variables of historical risk of the family of origin for the aggressors and victims in various scales of risk of intimate partner violence is highlighted. Other instruments, such as the SARA (Helmus & Bourgon, 2011) and the case registration form of the AURORA-Program include historical indicators, but they are minimal. On the other hand, instruments such as the EPV-R (Echeburúa et al., 2010) and the Danger Assessment (Campbell et al., 2009) do not even take them into account, despite ample support that exists (Enríquez et al., 2020; Villamil et al., 2017). It is presumed that the presence of historical factors in the VRVG-M scale is due to the fact that the high rates of family violence in Peru have been maintained for decades (Bedoya et al., 2018; Benavides et al., 2015).

The preponderance of the main argument of patriarchal ideology as the main factor of partner violence is also discussed (Arnoso et al., 2017; Lin et al., 2018; Villamil et al., 2017), since the data show that although they highlight the importance of the influence of patriarchal ideology in the family of origin of the aggressor as well as the victim, the indicators of the VRVG-M scale referring to this phenomenon are lower in predictive capacity than the indicators of exposure to models of violence and of a history of violence experienced, both for the victim and the aggressor.

On the other hand, the variables of sexual, physical and psychological violence of the RASV-W scale assess the severity, frequency, and consequence for each factor, keeping in tune with The Danger Assessment by Campbell et al. (2009) and the Abusive Behavior Inventory by Postmus et al. (2016). The analysis of the variables of the RASV-W scale focuses on a global evaluation of attitudes, beliefs and interactions around the risk factors for intimate partner violence, unlike other instruments such as the EPV-R (Echeburúa et al., 2010). One last aspect to highlight is that sexual violence is identified as evidence of a greater complexity of violence, which would increase the risk of violence for the victim (Postmus et al., 2016).

The limitations of the research focus on the difficulties of access to the sample as a result of the COVID-19 quarantine, on the source of information referring to the aggressor, and on the direct identification of risk factors around risk management. Finally, the Risk Assessment of Violence against Women (RASV-W) scale is a valid proposal, which helps to assess the risk of serious violence against women within the couple, so it is important that in the future the practical implications of the scale can be identified, as well as its validity and predictive capacity.

Conflicto de Intereses

Los autores de este artículo declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.

Agradecimientos

A Angui, Choctaya Benavides y Damaris Valdivia Delgado, que participaron como asistentes de investigación.

Para citar este artículo: Conde-Mendoza, J. Y., Pinto-Pomareda, H. L., Bardales-Mendoza, O. y Alvarez-Salinas, L. R. (2022). Escala de valoración del riesgo de violencia grave contra la mujer (VRVG-M). ámbito de pareja. Anuario de Psicología Jurídica, 33, 57-64. https://doi.org/10.5093/apj2022a7

Financiación. Esta investigación fue financiada por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa a través del contrato Nº IAI-020-2018-UNSA.

Referencias

Para citar este artículo: Conde-Mendoza, J. Y., Pinto-Pomareda, H. L., Bardales-Mendoza, O. y Alvarez-Salinas, L. R. (2023). Escala de Valoración del Riesgo de Violencia Grave contra la Mujer (VRVG-M). Ámbito de Pareja. Anuario de Psicología Jurídica, 33(1), 57 - 64. https://doi.org/10.5093/apj2022a7

Correspondencia: jcondem@unsa.edu.pe (Jari Y. Conde-Mendoza).

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