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Vol. 32. Núm. 1. Febrero 2022. Páginas 1 - 9
 

Self-Report Pychopathy Scale Short Form 4ª Edición: Adaptación y Modelamiento Estructural en Población Penitenciaria Mexicana

[Self-Report Pychopathy Scale Short Form 4th: Adaptation and structural modeling in a Mexican penitentiary population]

Paola Sánchez-Bojórquez1, Jorge J. Caraveo-Anduaga2, Sofía Rivera-Aragón1, Carlos A. Rosas-Hernández1 y Eric García-López3


1Universidad Nacional Autónoma de México, México; 2Instituto Nacional de Psiquiatría, México; 3Instituto Nacional de Ciencias Penales, México


https://doi.org/10.5093/apj2021a15

Recibido a 1 de Octubre de 2020, Aceptado a 8 de Febrero de 2021

Resumen

El estudio de la psicopatía ha sido complejo por sus repercusiones en el contexto de la psicología jurídica y la psicopatología forense, lo que hace necesario entender su manifestación y diagnóstico. El propósito del estudio fue examinar las propiedades psicométricas de la escala de psicopatía Self-Report Pychopathy Scale Short Form 4th (SRP:4-SF) en una muestra de 300 personas privadas de su libertad en un centro penitenciario. Este instrumento constituye la versión de autoinforme de la Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R), considerada una de las pruebas más importantes para evaluar la psicopatía. Los resultados obtenidos reflejaron que la versión adaptada del SRP:4-SF posee índices de validez y confiabilidad aceptables para evaluar la psicopatía en población penitenciaria. Se discuten las propuestas estadísticas para analizar los factores de la SRP:4-SF y las diferencias culturales, contextuales y teóricas para comprender la manifestación de la psicopatía.

Abstract

The study of psychopathy in forensic and legal psychology has been complex considering the impact on these areas. The purpose of the present study is to examine the psychometric properties of the Self-Report Pychopathy Scale Short Form 4th (SRP:4-SF), which was derived from the Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R) in a sample of 300 male prisoners. Results indicate that the adapted version of the SRP:4-SF has good construct validity and reliability to assess psychopathy in a penitentiary population. Statistical proposals are discussed to analyze SRP:4-SF factors, as well as cultural, contextual, and theorical differences to understand the manifestation of psychopathy.

Palabras clave

PCL-R, Psicopatía, Presos, Validación, Self-Report Psychopathy Scale

Keywords

PCL-R, Psychopathy, Prisoners, Validity, Self-Report Psychopathy Scale

Para citar este artículo: Sánchez-Bojórquez, P., Caraveo-Anduaga, J. J., Rivera-Aragón, S., Rosas-Hernández, C. A. y García-López, E. (2022). Self-Report Pychopathy Scale Short Form 4ª Edición: Adaptación y Modelamiento Estructural en Población Penitenciaria Mexicana. Anuario de Psicología Jurídica, 32(1), 1 - 9. https://doi.org/10.5093/apj2021a15

caraveoj@imp.edu.mx Correspondencia: caraveoj@imp.edu.mx (J. Caraveo-Anduaga).

Introducción

La psicopatía es un constructo clínico que ha generado diversas discusiones científicas en décadas de estudio. Uno de los principales autores que ha estudiado este fenómeno es Robert D. Hare (Hare, 1993), autor que la definió como “un conjunto de rasgos de personalidad y conductas socialmente desviadas” agregando que “la mayoría de los criminales no son psicópatas pero que muchos de los sujetos que consiguen vivir al margen de la ley evitando la cárcel sí lo son” (p. 27). El modelo teórico desarrollado por este autor describe la psicopatía como un constructo clínico tradicionalmente definido por la interrelación de características interpersonales, afectivas, de estilo de vida y antisociales (Hare, 1991; Hare y Neumann, 2008).

El modelo de Hare (Hare, 1991; Hare y Neumann, 2008) señala que existen dos factores principales que describen las características de la psicopatía: el factor 1, que representa los rasgos de personalidad, y el factor 2, que refleja los aspectos conductuales. El factor 1 tiene dos dimensiones: interpersonal y afectiva. La primera evalúa aspectos asociados con la tendencia al engaño, la manipulación y el encanto superficial, mientras que la segunda contiene características relacionadas con la falta de empatía y la poca profundidad en los afectos. El factor 2 tiene también dos dimensiones: estilo de vida y antisocial. La dimensión de estilo de vida engloba aspectos conductuales como impulsividad, irresponsabilidad y vida parasitaria y la dimensión antisocial describe las dificultades con figuras de autoridad, la comisión de delitos, la delincuencia juvenil y la versatilidad criminal.

Algunos de los aspectos relacionados con la polémica que genera este constructo versan sobre dos contextos científicos: el clínico y el forense. Dentro del contexto clínico están las diferentes posturas que hay en torno a su definición, etiología y manifestación, así como la errónea tendencia a homologar a la psicopatía con el trastorno antisocial de la personalidad y la sociopatía (Cooke et al., 2012; Cooke et al., 2004; Kosson et al., 2006; Robles, 2014; Skeem y Cooke, 2010a, 2010b; Skeem et al., 2007). Asimismo, otro de los puntos relevantes de discusión es la heterogeneidad del constructo, manifestando la posible existencia de tipos de psicopatía (García-López y González, 2011; Skeem et al., 2003).

Una de las tipologías más reconocidas desde los estudios clásicos (Karpman, 1948, 1955) es la de la psicopatía primaria y psicopatía secundaria (Blackburn et al., 2008; Drislane et al., 2014; Hervé, 2003; Hicks et al., 2004; Skeem et al., 2007). Por un lado se ha planteado que la psicopatía primaria puede ser de tipo congénito (Porter, 1996), caracterizándose por que los elementos interpersonales y afectivos del factor 1 del modelo de Hare son más notorios; entonces el individuo es menos impulsivo, debido a que logra planear sus acciones de manera fría y directa, por lo que puede dar la impresión de ser una persona afectiva y con bajo nivel de ansiedad. Por otro lado, la psicopatía secundaria proviene de circunstancias socioambientales (Skeem et al., 2003; Skeem et al., 2007; Yildirim y Derksen, 2015), donde impera el resentimiento relacionado con experiencias traumáticas tempranas, como el rechazo por parte de los padres, la imposición de castigos muy severos y/o abuso sexual; también puede estar presente una situación económica desfavorable y darse dentro de contextos criminógenos. Este tipo de psicopatía se caracteriza por tener una mayor expresión de conductas antisociales, por lo que predominan los elementos del factor 2 del modelo de Hare. Por consiguiente, se observa una pobreza en el funcionamiento interpersonal y una tendencia a la irritabilidad y a actuar de manera impulsiva. Por lo tanto, la variante secundaria de la psicopatía es la que más se va a encontrar en los centros penitenciarios.

En el contexto forense se ha estimado que entre un 20% y 30% de la población penitenciaria padece psicopatía (Hare, 1983; Hart y Hare, 1989; Werner et al., 2015), así como el doble de probabilidad de reincidir en conductas ilícitas y el triple de probabilidad de expresión de conductas violentas en comparación con delincuentes no psicopáticos (Aharoni y Kiehl, 2013; Dolan y Doyle, 2000; Hare et al., 2000; Monahan et al., 2001; Neumann y Hare, 2008), motivo por el cual algunos instrumentos que evalúan psicopatía son comúnmente utilizados para estudiar la probabilidad de expresión de conductas violentas conocido como valoración de riesgo de violencia (Walsh y Walsh, 2006; Yang et al., 2010).

El estudio de la psicopatía en el contexto forense contribuye a ampliar los conocimientos de este constructo para los peritos en psicología y para los que imparten justicia, a fin de evitar repercusiones jurídicas importantes, tales como un etiquetamiento poco ético y sanciones jurídicas severas (Martens, 2008). En el contexto penitenciario puede coadyuvar a la detección y ubicación de las personas con psicopatía dentro de los reclusorios, así como para el diseño de un plan de actividades más adecuado a sus necesidades criminogénicas.

Uno de los mayores retos de la psicopatía es la evaluación. Hay dos métodos: el juicio profesional estructurado (JPE) y el actuarial (Andrés-Pueyo y Echeburúa, 2010; Douglas et al., 1999). El método JPE consiste en una entrevista semiestructurada basada en un protocolo validado empíricamente que va guiando al evaluador en los aspectos que debe abordar durante la entrevista, lo cual posibilita la identificación de características específicas de la manifestación del constructo y su grado de expresión. Asimismo, permite tener otras fuentes de información y con ello evitar huecos en los datos y, sobre todo, detectar inconsistencias (simulación). Sin embargo, algunas de sus limitaciones son que toma más tiempo (90-120 min) que las versiones actuariales (3-10 min), lo cual en los contextos penitenciarios y forenses puede limitar su posibilidad de uso frente a una gran demanda de trabajo en las instituciones, aunado a que es necesario capacitar adecuadamente a los profesionales para su uso (Andrés-Pueyo y Redondo, 2007).

El otro método de evaluación es el actuarial, el cual se caracteriza por ser un procedimiento psicométrico en el cual el evaluado contesta un instrumento de autoinforme, por lo general en un formato de respuesta con reactivos tipo Likert; algunas de las bondades de este método son lo práctico de su aplicación, porque son evaluaciones de corto tiempo, permitiendo su uso de forma grupal, el que son evaluaciones imparciales, debido a que no es un evaluador el que adjudica un puntaje que dependa de su juicio, y también que al tener la estructura de un test psicológico puede tener propiedades psicométricas de validez y confiabilidad más rigurosas (Dolan y Doyle, 2000; Paulhus y Vazire, 2007; Webster et al., 2002). Sin embargo, existe la limitación de que el evaluado puede intentar falsear el instrumento y generar falsos negativos.

Existen diversos instrumentos y herramientas que evalúan el constructo de la psicopatía desde el método JPE y actuarial (autoinforme). En la Tabla 1 se puede observar la descripción de los principales instrumentos de evaluación de la psicopatía.

Tabla 1

Instrumentos para el diagnóstico de la psicopatía

Nota. Revisión de las pruebas psicológicas existentes que evalúan el constructo de psicopatía (Bergstrøm et al., 2018) adaptado por la autora principal.

El instrumento para medir psicopatía más estudiado, reconocido y aceptado que parte del método de JPE y del modelo de psicopatía de Hare (1991, 2003) es la Psychopathy Checklist-Revised (PCL-R; Hare, 2003). Hasta el momento, son cientos los estudios que confirman la validez de constructo de los instrumentos basados en la PCL-R (Book et al., 2013; Hare et al., 2013; Neumann et al., 2015). La versión actuarial de la PCL-R es la Self-Report Psychopathy Scale 4th Short Form (SRP:4-SF), que parte del mismo modelo teórico de psicopatía de Hare (1991, 2003). Existen dos versiones de la SRP:4: la versión larga, que tiene 64 reactivos y la versión corta, SRP:4-SF, con 29 reactivos. El desarrollo de los reactivos de la SRP:4 se dio a partir de la especificidad y coherencia de los factores con la PCL-R.

El presente estudio se va a centrar en el análisis de la última versión de la SRP:4-SF (Paulhus et al., 2017). Este instrumento es recomendado frente a las versiones anteriores (SRP-1, SRP-11, SRP-E y SRP-III), ya que cuenta con más estudios en diferentes contextos, no solamente el forense, al que comúnmente están circunscritos los instrumentos que evalúan la psicopatía (León-Mayer e al., 2019; Paulhus e al., 2017; Seara-Cardoso et al., 2019). Además, permite obtener información rápida sobre el evaluado y finalmente permitirá realizar los estudios de validación concurrente con la versión de juicio profesional estructurado PCL-R, la misma que ya cuenta con estudios de validez y confiabilidad en México (Ostrosky-Solís et al., 2008). Entonces, el propósito del presente estudio fue evaluar las propiedades psicométricas (confiabilidad y validez de constructo) de una escala de autoinforme de psicopatía, la SRP:4-SF, en población penitenciaria varonil mexicana.

Se realizó el presente estudio en población masculina por dos razones principales. La primera es de tipo teórico: se ha encontrado que los niveles de prevalencia en psicopatía son más elevados en hombres que mujeres (Vitale et al., 2002); asimismo existe la controversia sobre si la teoría de psicopatía clásica de Hare es aplicable a la población femenina. La segunda razón es que el primer estudio de validación en población latina, específicamente en Chile, fue realizado en población femenina (León-Mayer et al., 2019), por lo cual estudiarlo en población latina varonil aportará datos nuevos al campo de conocimiento.

Método

Participantes

Para este estudio de tipo transversal no experimental se tomaron en cuenta las recomendaciones de la literatura básica para hacer el cálculo de la muestra (Barrett y Kline, 1981; Comrey y Lee, 1992; Ferrando y Anguiano-Carrasco, 2010; Guadagnoli y Velicer, 1988; Velicer y Fava, 1998); se consideró un número de participantes apropiado al número de reactivos del instrumento y tener una muestra de al menos 300 personas. Por lo tanto, el estudio estuvo conformado por 300 personas de sexo masculino privados de su libertad en un centro penitenciario de la Ciudad de México, cuyas características fueron tener una edad entre 20 y 68 años, con una media de 36.76 años (DE = 9.39) y escolaridad media básica en promedio.

Respecto a los datos descriptivos de la muestra, se obtuvo información relevante del historial delictivo de los participantes: el 70% de la muestra reportó ser reincidente y la media de estadía en prisión fue de 14.25 años (DE = 10.18). Debido a que la mayoría de la población registró haber tenido más de un ingreso a prisión se obtuvieron los porcentajes de los delitos cometidos a lo largo de su historial delictivo: el delito de robo en sus diversas variantes penales lo reportó un 70%, siendo el principal delito cometido, seguido de delitos de lesiones 65.7%, homicidio 38%, tráfico de drogas 23.3%, delincuencia organizada 13.7%, delitos sexuales 12.6%, secuestro 8%, violencia de pareja 5% y delitos económicos 6%.

Los criterios de inclusión de los participantes fueron que supieran leer y escribir y tuvieran sentencia establecida; fueron seleccionados tomando en cuenta las sugerencias de estudios previos en población penitenciaria mexicana donde se expresa la pertinencia de tomar en cuenta las observaciones del personal penitenciario con experiencia (Ampudia-Rueda et al., 2017); por lo tanto, se hizo un muestreo propositivo, para el cual se obtuvo apoyo del área de psicología del reclusorio y se le solicitó al personal técnico seleccionar tres tipos de participantes de acuerdo al rubro de riesgo social del expediente del participante mismo que se ve reflejado como: absoluto/elevado, elevado/relativo y relativo/menor; esto fue con el objetivo de obtener una muestra diversa y vasta en cuanto a tipos de delitos, años de sentencia, número de ingresos a prisión y características psicológicas.

Una de las observaciones respecto a la invitación a participar en el estudio es que las personas privadas de su libertad tienden a reaccionar con un poco de suspicacia y desconfianza, ya que pueden interpretar su participación como una estrategia para afectarlos en su situación jurídica. Sin embargo, la respuesta de participación al estudio fue buena, dado que aproximadamente de cada 10 personas que se invitaba a participar, una no aceptaba.

Hubo participantes cuyos resultados tuvieron que ser omitidos (n = 20) por datos faltantes y por dificultades para leer y escribir. Para poder cumplir con el número de participantes establecido para realizar los análisis estadísticos adecuadamente (n = 300), se aseguró contar con esa meta de casos que habían contestado adecuadamente el instrumento.

Las personas privadas de su libertad son un grupo social que se considera como vulnerable, por lo cual se prestó especial atención a las consideraciones éticas y se acató la declaración de Helsinki.

Para el presente estudio se sometió el proyecto de investigación a la comisión de ética de la Unidad de Posgrado de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual dictaminó que se seguían las normas éticas de la APA y que cumplía con los 5 principios generales básicos: beneficiar y no perjudicar, fidelidad y responsabilidad, integridad, justicia y respeto a las personas y a su dignidad. Asimismo, se obtuvo la autorización del protocolo de investigación por parte de la Subsecretaria del Sistema Penitenciario y se concedió el acceso respetando las normas de los centros de reclusión de la Ciudad de México. Se obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes.

Instrumento

Self-Report Psychopathy Scale 4th Edition Short Form (SRP:4-SF; Paulhus et al., 2017). Esta escala es la versión corta de este instrumento actuarial, que consta de 29 reactivos en formato de respuesta tipo Likert de 5 puntos, que van desde totalmente en desacuerdo a totalmente de acuerdo; su aplicación tiene una duración aproximada de 3-10 minutos. La calificación de este instrumento con las indicaciones del manual permite a partir de sus puntuaciones T obtener niveles, promedio, alto y extremadamente alto en las subescalas interpersonal y afectiva que componen el factor 1 y las subescalas de estilo de vida y antisocial que componen el factor 2 del modelo de psicopatía de Hare (1991, 2003).

En cuanto a las propiedades psicométricas de las versiones del SRP:4, se ha estudiado en población norteamericana y europea la validez discriminante (Paulhus, 2014) y el análisis de confiabilidad en muestras de población general (N = 638), estudiantes (N = 788) y de personas privadas de su libertad (N = 304) dando por resultado un alfa = .89/.92 (Paulhus et al., 2017).

El instrumento se tradujo al español por un traductor oficial de una institución pública de salud mental de la Ciudad de México y posteriormente se realizó un piloteo de los reactivos con 40 participantes, con objeto de conocer si los participantes entendían los enunciados de los reactivos y poder calibrar su redacción en caso de ser necesario. Se eligió este método de traducción porque el argot con el cual se expresan las personas privadas de su libertad usualmente es distinto (en las prisiones mexicanas se le conoce como “lenguaje canero”). Este lenguaje es una forma de expresarse de los individuos que viven en prisión con respecto a cosas, personas o situaciones, por lo que un método de retraducción por una persona de habla inglesa no necesariamente garantizaría que los participantes entendieran el contenido de los reactivos.

Procedimiento

Los participantes seleccionados fueron invitados al estudio, solicitándoseles su consentimiento informado con el fin de garantizar consideraciones éticas, como la confidencialidad y el anonimato, y su participación voluntaria. Posteriormente, el instrumento SRP:4-SF fue aplicado en sesiones grupales, siendo el promedio de participantes de 15 personas y las aplicaciones que se hicieron de manera individual fueron por cuestiones de seguridad o de disponibilidad de tiempo de los participantes.

En cuanto a las medidas de seguridad, las evaluaciones se realizaron en el área de psicología del centro penitenciario. Los psicólogos de esta área estuvieron proporcionando apoyo en la organización de las evaluaciones, mismas que se realizaron a puerta abierta; de este modo se puede acudir a pedir apoyo al personal técnico o de seguridad en caso de ser necesario. Asimismo, las autoridades penitenciarias proporcionaron un elemento de seguridad para que estuviera justo afuera del cubículo designado para los casos en los cuales se consideraba necesario.

Análisis de Datos

Se utilizó estadística descriptiva, para conocer la distribución de los datos, a través de la obtención de medidas de tendencia central y de dispersión y análisis de frecuencias.

Se realizó un análisis factorial confirmatorio, AFC, del modelo clásico de psicopatía de Hare (dos metafactores con dos factores cada uno), para someter a contrastación empírica el modelo clásico de psicopatía en la población estudiada.

Para el AFC se empleó el programa AMOS 24. Se realizó utilizando el método de máxima verosimilitud. Se emplearon los siguientes índices y criterios de ajuste (Hu y Bentler, 1999): 1) χ2/gl: un buen ajuste está indicado por valores inferiores a 2; 2) comparative fit index, CFI: un ajuste aceptable está dado por valores cercanos a ≥ .95; 3) root mean square error of approximation, RMSEA: un ajuste aceptable está indicado por valores ≤ .08 (90% CI ≤ .10) y un buen ajuste por valores ≤ .05 (90% CI ≤ .08); 4) goodness of fit index, GFI, con valores superiores a .90.

La confiabilidad se obtuvo por el método de consistencia interna, a través del coeficiente alfa de Cronbach.

Resultados

Los puntajes del SRP:4-SF obtenidos en la muestra reflejan que alrededor del 20% obtuvo puntuaciones elevadas en psicopatía. Este porcentaje corresponde con la tasa de prevalencia comúnmente reportada en población privada de su libertad.

La consistencia interna obtenida para la escala total a partir del coeficiente alfa de Cronbach fue de α = .92, lo cual muestra un excelente nivel. Los coeficientes de las subescalas fueron: interpersonal α = .80, afectivo α = .64, estilo de vida α =.74 y a ntisocial α =.79. Las correlaciones entre los 4 factores son elevadas (≥ .80, Figura 1).

Figura 1

Análisis de factorial confirmatorio: modelo de cuatro factores de la adaptación de la escala de psicopatía SRP:4-SF.

Los círculos representan variables latentes estimadas y los rectángulos la medición de los reactivos. Los números junto a las flechas indican las cargas respectivas (p < .000). Los reactivos completos no pudieron ser reproducidos, porque están protegidos por derechos de autor por Multi-Health Systems, Inc. En su lugar, se proporciona una aproximación parafraseada del contenido del reactivo.

El modelo de psicopatía de Hare representado en la escala SRP:4-SF mostró un buen ajuste, como lo indican los siguientes valores: χ2 = 291.17, p < .000, χ2/gl = 1.77, CFI = .94, RMSEA =.05 (IC99% [.04, -.06]) y GFI = .91. Las cargas factoriales de todos los reactivos fueron significativas (p < .000).

De la escala original de 29 reactivos se eliminaron 9. Los criterios de eliminación fueron las puntuaciones no significativas en las estimaciones del análisis confirmatorio (.40) y también se eliminaron aquellos que, aunque se calibró su redacción después del piloteo, los participantes tenían algunas dificultades para comprender debido a que en la escala original estaban redactados en sentido negativo o que por su contenido no lograban representar la criminodinámica y la realidad del contexto cultural donde fueron aplicados. Un ejemplo de esto fue la eliminación del reactivo 2, “Jamás he participado en actividades delictivas dentro de una banda”, reactivo en el que los participantes se confundían por estar redactado en forma negativa; asimismo, en la traducción de este reactivo en el piloteo se utilizó la palabra “pandilla” en lugar de “banda”, calibrándose la redacción del mismo, ya que es más común dentro del argot penitenciario. Sin embargo, muchos de ellos no refirieron en su historial delictivo pertenecer a un grupo criminal en específico, situación muy distinta a la de las prisiones de otros países, donde los grupos criminales son más identificables principalmente por su origen étnico. Aunado a lo anterior, las personas con sentencias asociadas a delitos de delincuencia organizada por lo general son ubicadas en prisiones de alta seguridad y pertenecen a los llamados cárteles de narcotráfico, aunque el presente estudio no se realizó en una prisión de alta seguridad.

Discusión

La contribución del presente estudio sobre la validación y adaptación del SRP:4-SF es doble: en primer lugar mejora el conocimiento de la psicopatía en población mexicana privada de su libertad y, en segundo lugar, mejora la explicación de este constructo en una población poco estudiada. Por otro lado, desde una perspectiva metodológica-profesionalizante, contar con una versión de autoinforme de una escala de psicopatía puede coadyuvar en la implementación de metodologías válidas y confiables a las periciales en psicología. Además, puede auxiliar al personal técnico penitenciario en la asignación de estancias y plan de actividades de reinserción para las personas que ingresan a prisión. Asimismo, la validación y adaptación de una prueba actuarial homóloga a la PCL-R permitirá aportar validez concurrente a las evaluaciones con la PCL-R en contextos forenses, lo cual se concatenará con el juicio profesional estructurado del psicólogo forense para tener una mejor evaluación del constructo. También la adaptación de este instrumento a partir de este estudio puede dar pie a que en investigaciones futuras se abonen datos al campo de conocimientos de los tipos de psicopatía. Esto permitirá observar de qué forma las personas con diferentes tipos de psicopatía responden los instrumentos de autoinforme y con ello ampliar información sobre características de personalidad y conductuales de los distintos tipos de psicopatía.

Es importante mencionar que no existen estudios previos en Latinoamericana con el SRP:4-SF en población varonil penitenciaria, por lo cual estos datos son parte de un preámbulo necesario para poder explorar ciertas particularidades de la psicopatía en la población latina, sobre todo porque estudios en otros contextos también han encontrado algunas diferencias étnicas (Neumann et al., 2012; Paulhus y Goldberg, 2008).

Los resultados obtenidos en esta investigación permiten concluir que la adaptación del SRP:4-SF posee índices de validez y confiabilidad aceptables para evaluar la psicopatía en población penitenciaria mexicana; particularmente el coeficiente alfa de Cronbach de .92 de la prueba total refleja un excelente nivel de consistencia interna de la prueba. Por lo tanto, los reactivos están midiendo de forma consistente el constructo planteado en la teoría de medida de psicopatía y su uso en la versión final adaptada puede considerarse como un instrumento confiable.

Los principales modelos factoriales en psicopatía son: 1) dos metafactores que contienen un factor de personalidad y un factor de comportamiento (Foulkes et al., 2014; Seara-Cardoso et al., 2013; 2) tres factores específicos que se centran sólo en los factores de personalidad y excluyen el comportamiento antisocial como una construcción separada (Neumann et al., 2012; 3) una estructura de cuatro “facetas” en la que la personalidad y los factores de comportamiento se dividen en dos facetas que aprovechan los rasgos de personalidad interpersonales versus los afectivos y el estilo de vida desviado versus los rasgos de comportamiento antisocial (Hare y Neumann, 2005).

Los estudios realizados con las versiones previas del SRP y los pocos que existen con la última versión han realizado AFC que parten del modelo de psicopatía de Hare. Existen múltiples estudios con AFC rigurosos basados en la teoría de Hare (1991, 2003) que han confirmado dicho modelo (Cooke et al., 2007; Williams y Paulhus, 2004; Williams et al., 2007). Sin embargo, existen otras investigaciones que también han discutido que la tendencia a solo realizar AFC en las escalas homólogas a la PCL-R ha predeterminado la forma en la que se ha concebido a la psicopatía desde los últimos años, no tomando en cuenta otras posturas y aportaciones de relevancia (Lilienfeld y Widows, 2005; Lynam y Widiger, 2007; Skeem y Cooke, 2010b), por lo cual en este estudio se tomaron en consideración los estudios mencionados y la primicia del contexto de aplicación y se optó por repensar los análisis estadísticos del presente estudio.

En este sentido, los autores del presente trabajo consideraron inicialmente realizar otro tipo de propuesta estadística para analizar los datos; el tratamiento estadístico que en principio se utilizó fue un análisis factorial exploratorio (AFE). A partir de este se realizó un AFC para someter a contrastación empírica el modelo obtenido y los resultados fueron similares a los presentados con el AFC del modelo de Hare.

Tanto en la propuesta estadística del AFE como la del AFC del modelo de Hare se encontró la necesidad de eliminar reactivos para ajustar el modelo a parámetros aceptables. Los reactivos eliminados en ambas propuestas eran casi los mismos y en cantidad también. Esto puede indicar que el instrumento original no se ajusta adecuadamente a la población aplicada, aun haciendo diferentes tipos de análisis estadísticos y que es necesario eliminar reactivos para poder adaptarlo a la población en la cual fue aplicado. Finalmente, se optó por presentar la propuesta estadística del AFC del modelo de Hare porque los resultados muestran una mayor parsimonia con la teoría de la medida original y porque no se encontraron diferencias sustanciales en los indicadores de validez y confiabilidad. Aunado a esto cabe destacar que por la naturaleza del AFE se obtuvo otro tipo de organización factorial que no necesariamente logró mostrar en profundidad el constructo de la psicopatía y por lo mismo generaba confusión conceptual, que también ha sido discutido por otros autores (Benning et al., 2003; Malterer et al., 2010; Neumann et al., 2013).

Una de las primeras conclusiones del presente estudio es que la necesidad de adaptar la SRP:4-SF eliminando algunos reactivos puede estar asociada a las particularidades culturales y contextuales de la población donde fue estudiada, lo cual es consistente con el resultado de otro estudio mexicano en psicopatía, pero con la PCL-R (Ostrosky-Solís et al., 2008). En Latinoamérica, específicamente en Chile, existe un trabajo reciente que, si bien se realizó en población femenina, de manera similar a los datos obtenidos en el presente estudio muestra que los resultados de los análisis psicométricos del SRP:4-SF son distintos a los de otros contextos como el europeo o el norteamericano (León-Mayer et al., 2019).

Lo anterior invita a cuestionar si las características sociodemográficas y de historial delictivo del presente estudio son similares a las de otros contextos de América Latina. Esto lleva a analizar la etiología de la conducta criminal en estos entornos para entender la manifestación de ciertas psicopatologías de interés forense como la psicopatía. La criminalidad en América Latina se puede explicar más desde el análisis de factores externos (García-López, 2019), como los altos niveles de desigualdad que han caracterizado a esta región (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2019), lo que conduce a la falta de acceso a los derechos fundamentales como el trabajo y la educación. Esto provoca una ruptura del tejido social, traducida en una falta de estructura social guiada por normas institucionales y el fenómeno criminal constituye un método de sobrevivencia.

Particularmente México atraviesa por una severa crisis en índices de violencia que afectan los niveles de convivencia social: en 2019 tuvo los mayores niveles de violencia de su historia contemporánea (Institute for Economics and Peace, 2020). Estos datos reflejan el efecto en cadena de la realidad de las prisiones mexicanas, donde la mayoría de las personas privadas de su libertad son adultos jóvenes (Centro de Investigación y Docencia Económicas, 2009), un sector de la población que es foco constante de criminalización, exclusión y discriminación (Peñaloza, 2005). Los datos descriptivos de la muestra obtenidos en este estudio estarían reflejando la realidad social mencionada, la media de edad refleja que fueron adultos jóvenes con un nivel de escolaridad media y en cuanto al historial delictivo el delito que prevaleció fue el robo con una alta probabilidad de reincidencia en ese u otros delitos.

Retomando las aportaciones del presente trabajo con relación a los instrumentos de evaluación de la psicopatía, la mayoría de los estudios utilizan el estándar de oro de la PCL-R para establecer los elementos necesarios de la confiabilidad y de la validez de constructo y sólo pocos estudios son los que elaboran un análisis a nivel de reactivo (Few et al., 2013; Lynam et al., 2013). Este estudio permitió un análisis cualitativo del contenido de los mismos reflejando la existencia de reactivos asociados a conductas antisociales y también otros que parecen estar relacionados con lo que se conoce como personalidad psicopática, que tienen como base el estudio de rasgos de personalidad como el núcleo del constructo de psicopatía (Bagby y Widiger, 2018; Cooke y Michie, 2001; Cooke et al., 2005; Lynam, 2002; Skeem y Cooke, 2010a, 2010b).

En otros estudios, (Skeem y Cooke, 2010a, 2010b) se ha cuestionado si el comportamiento criminal asociado al factor 2 del modelo de psicopatía de Hare (1991, 2003) es un componente necesario para establecer el diagnóstico de psicopatía. Esto invita a discutir sobre los datos obtenidos dentro de la población analizada en este estudio, ya que el 70% reportó ser reincidente y las correlaciones obtenidas entre los factores interpersonal y afectivo con los factores estilo de vida y antisocial fueron elevadas, dato que no necesariamente está representando al constructo de la psicopatía, sino que las personas evaluadas han cometido delitos y han reincidido, lo cual también sería consistente con los datos sobre la prevalencia del trastorno antisocial de la personalidad en la población penitenciaria, que representa al 75% (Sadock et al., 2015).

Otro aspecto importante para analizar de la validación de escalas actuariales es la posibilidad de que se pueda falsear las respuestas. Especialmente la detección de la psicopatía primaria puede ser difícil, ya que el componente de la mitomanía está más presente, por lo cual se requiere la corroboración de la validez concurrente con el estándar de oro de la PCL-R. Todo lo anterior confirma las recomendaciones de estudios mexicanos previos (Jiménez-Gómez et al., 2010) donde se sugiere tener diferentes fuentes de información para realizar un informe psicológico y no solamente tomar en cuenta los resultados de los autoinformes. No obstante, de acuerdo con las respuestas obtenidas en el SRP:4-SF en el presente estudio, sugieren que es posible discriminar entre un trastorno antisocial de la personalidad TAP y una psicopatía secundaria, ya que en el TAP los puntajes asociados al factor antisocial son elevados, mientras que en el caso de la psicopatía secundaria se encuentran presentes algunos elementos de factor 1 de elementos interpersonales y afectivos y puntajes altos en el factor antisocial.

En suma, los datos encontrados en el presente estudio indican la necesidad de ampliar los estudios sobre evaluación de psicopatía en México, ya que si bien la versión adaptada del SRP:4-SF evalúa adecuadamente el constructo de psicopatía comprendido en el modelo de psicopatía de Hare convendría en futuros estudios explorar otros instrumentos de evaluación de psicopatía y/o personalidad psicopática que partan de otros modelos teóricos para ver de qué forma se comportan en la población estudiada. Particularmente, sería interesante explorar modelos que no consideren el factor antisocial necesario para el diagnóstico de psicopatía. Asimismo, es necesario el estudio de la validez concurrente entre la PCL-R y el SRP:4-SF.

Dentro de las limitaciones del presente estudio está que sólo se trabajó con una muestra de personas masculinas privadas de su libertad, por lo que se sugiere ampliar estudios en población femenina y en otros contextos para poder contrastar los resultados obtenidos hasta el momento. También sería relevante realizar estudios de psicopatía en prisiones federales de alta seguridad en las que se podrán conocer más aspectos de la criminalidad mexicana.

Extended Summary

Through decades of study, psychopathy is considered as a clinical construct which has produced several scientific discussions. One of the most studied models is the one by Robert Hare (Hare, 1991; Hare & Neumann, 2008), which points out that there are two main factors which describe the traits of psychopathy. Factor 1 represents personality characteristics, whereas factor 2 reflects behavioral aspects.

There are different views about psychopathy, be it in its definition, etiology, or manifestation. There is also an erroneous tendency to homologate psychopathy with the antisocial personality disorder and sociopathy (Cooke et al., 2012; Cooke et al., 2004; Kosson et al., 2006; Robles, 2014; Skeem & Cooke, 2010a, 2010b; Skeem et al., 2007). There is also considerable discussion regarding its association with violence as there is twice the probability of relapsing into illegal behaviors and thrice the probability of expressing violent behaviors in comparison with non-psychopathic offenders (Aharoni & Kiehl, 2013; Dolan & Doyle, 2000; Hare et al., 2000; Monahan et al., 2001; Neumann & Hare, 2008).

The evaluation of psychopathy is one of the biggest challenges it poses. There are two methods to achieve this: the structured professional judgement (SPJ) and the actuarial method (Andrés-Pueyo & Echeburúa, 2010; Douglas et al., 1999). From the actuarial instruments, the SRP:4 is the self-report version of the PCL-R, which derives from the same theorical model of psychopathy proposed by Hare (1991, 2003). Thus, the objective of this study was to evaluate the psychometric properties (reliability and construct validity) from a short form Self-Report Psychopathy Scale, the SRP:4-SF, in a Mexican penitentiary population.

Method

Participants. The sample was composed by 300 males incarcerated in a penitentiary center in Mexico City. They had to be able to read and write and having an established sentence. Participants’ features were as follows: age between 20 and 68 years, with a median age of 36.76 years (SD = 9.39), and an average medium basic educational attainment.

They were selected with the support of the psychology section of the prison. Technical personnel were asked to select three types of participants according to the social risk entry from the file of each participant. This was carried out to obtain a diverse and vast sample which reflected the types of crimes, sentence years, number of incarcerations, and psychological characteristics.

Instruments: Self-Report Psychopathy Scale, 4th Edition, Short Form (SRP: 4-SF; Paulhus et al., 2016). This scale is the short version of this actuarial instrument. It is made up by 29 items in a Likert type response format of 5 points; its application lasts for about 3-10 minutes. The rating of this instrument, together with the indications of the manual, allows us, through its T rankings, to obtain the average, high, and extremely high levels in the interpersonal and affective sub-scales which make up factor 1, and the life style and antisocial sub-scales which stand for factor 2 in Hare’s (1991, 2003) Psychopathy Model.

Procedure. The participants who were selected were invited to become part of the study and, through an informed consent that highlighted ethical considerations – such as confidentiality and anonymity –; approval was asked from those who agreed to participate voluntarily. Later, the SRP:4-SF instrument was applied in group sessions. Fifteen participants on average took part in each group. Some applications were carried out individually for security reasons or time availability of the participants.

Results and Discussion

The internal consistency obtained for the whole scale, with Cronbach’s alpha coefficient of α = .92, shows an excellent level. Nine items were deleted to adapt the 29-item original scale.

The validation and adaptation of an actuarial test analogous to the PCL-R will allow conferring concurrent validity to the PCL-R evaluations in forensic contexts, which will link in turn with the forensic psychologist’s structured professional judgement, so as to have a better evaluation of the construct.

It is worth mentioning that there are no previous studies in Latin America with the SRP:4-SF in male penitentiary population. For this reason, these data are a much needed preamble to explore certain particularities in the psychopathy of the Latin population, especially because studies carried out in other contexts have also found some ethnic differences (Neumann et al., 2012; Paulhus & Goldberg, 2008). Therefore, it must be pointed out that there is a need to adapt the SRP:4-SF to the study population, most of all because the scale evaluates aspects associated with antisocial behavior and criminality in Latin America. Likewise, it is matter of discussion if the criminal behavior associated with factor 2 of Hare’s (1991, 2003) Psychopathy Model is a necessary element to establish the psychopathy diagnosis.

A confirmatory factor analysis from Hare’s classic psychopathy model was carried out. In order to adapt the instrument, nine items were deleted from the 29 of the original scale; the final model showed a good fit. The internal consistency obtained for the total scale starting with Cronbach’s alfa was α = .92, which shows an excellent level. The coefficients of the subscales were: interpersonal α = .80, affective α = .64, lifestyle α = .74, and antisocial α = .79.

The results obtained in this research allow us to conclude that the adaptation of the SRP:4-SF has acceptable validity and reliability indexes to evaluate psychopathy in Mexican penitentiary population. It is suggested to carry out research with instruments which evaluate psychopathy or psychopathic personality and which use other theoretical and statistical proposals to widen and compare results obtained so far.

Conflicto de Intereses

Los autores de este artículo declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.

Para citar este artículo: Sánchez-Bojórquez, P., Caraveo-Anduaga, J. J., Rivera-Aragón, S., Rosas-Hernández, C. A. y García-López, E. (2021). Self-Report Psychopathy Scale Short Form 4ª edición: adaptación y modelamiento estructural en población penitenciaria mexicana. Anuario de Psicología Jurídica, 32, 1-9. https://doi.org/10.5093/apj2021a15

Financiación: CONACYT, México. CVU: 855038/632439.

Referencias

Para citar este artículo: Sánchez-Bojórquez, P., Caraveo-Anduaga, J. J., Rivera-Aragón, S., Rosas-Hernández, C. A. y García-López, E. (2022). Self-Report Pychopathy Scale Short Form 4ª Edición: Adaptación y Modelamiento Estructural en Población Penitenciaria Mexicana. Anuario de Psicología Jurídica, 32(1), 1 - 9. https://doi.org/10.5093/apj2021a15

caraveoj@imp.edu.mx Correspondencia: caraveoj@imp.edu.mx (J. Caraveo-Anduaga).

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